LaLiga Santander
Con un gol en el minuto 85 los de Simeone no sufrirán para estar la temporada que viene en Champions
No se conformaba el Atlético con un empate. Quería sumar su undécimo partido sin perder, una racha que le asegura puesto Champions y que espanta dudas. Persiguió al Betis, trató de arrugarlo sin fortuna y no se rindió. Si no funcionaba el plan A, todavía había opción para el B. Simeone mira al banquillo y sabe que siempre tiene una bala. 14 ha usado esta temporada para enmendar o abrir partidos que se atragantaban. 14 goles que han llegado de suplentes. Una vez más fue Correa quien lo logró. El argentino alardea de la condición de revulsivo. Lo habilitó Griezmann, peleó por llevarse la pelota entre mil rebotes y logró un gol que hace justicia al esfuerzo.
Al Atlético no le gusta el ruido. Con el runrún constante se aturulla, duda y su fútbol se enreda. Solo desde la serenidad es capaz de hacer aflorar el talento y se aclara la mente de Simeone para huir de experimentos de equipo pequeño. Puede ganar y puede perder, pero vuelve a ser un equipo reconocible y, sobre todo, fiable. Cada jornada un poco más.
Los rojiblancos han enterrado debates que les lastraron al comienzo de esta temporada, engordados por la condena a solo jugar con Griezmann media hora, el eterno dilema con Joao Félix y la conciencia de que quizá Simeone no sería eterno. Todo aquello dejó una decepcionante eliminación en Champions y una distancia insalvable en la pelea por la Liga, pero de aquella imagen queda poco. Se la sacudió el equipo en cuanto el francés volvió de Qatar con los galones de mando. Griezmann y diez más para empezar a sumar victorias, puntos y recuperar la fe del Metropolitano. Solo una derrota en 2023, ante el Barça, da idea de la transformación, visible en puntos, pero también en sensaciones.
Ante el Betis sin la brújula de Canales, sancionado, y con el lastre no haber ganado nunca a Simeone, los rojiblancos no dudaron en mandar. Si bien Borja Iglesias tuvo dos tímidas ocasiones de inquietar a Oblak, el juego vivió volcado en el área sevillana. Dos ocasiones claras tuvo el francés, esforzado en hacerlo todo y muy presente en zona gol, pero el Betis tenían muy claro el plan y apenas le dejó respirar cuando pisaba zona de peligro. Pellegrini lo fíaba todo a maniatar a los rojiblancos, en ello puso a Guido y a Carvalho, e hilar una contra que entre Ayoze e Iglesias lograra ponerles en ventaja. Iba madurando el Atlético el duelo con la misma intensidad que los verdiblancos le amargaban.
Sin capacidad para abrir el marcador en la primera parte, en la segunda hubo menos respeto. El primer aviso lo dio Giménez estrellando un testarazo en el larguero. Otra vez se inclinaba el Metropolitano hacia la portería visitante y tuvo que esforzarse Rui Silva para salvar un remate cruzado de Carrasco.
El Cholo ya había buscado más control con De Paul y más pólvora con Correa, a lo que Pellegrini respondió echando mano de Joaquín y de Juanmi. El pulso se iba a mantener. Fue el veterano capitán quien filtró un pase a Miranda a la espalda de Savic que fue la mejor ocasión bética. Le costaba salir de la presión rojiblanca, pero estaban dispuestos a aprovechar las vidas extras que un rival con poca frescura en el área les estaba dejando. Su forma de crecer estaba en la banda con Ruibal y el veloz Luis Henrique, y lo que, con picardía, pudiera hallar Joaquín. Era cuestión de aprovechar los espacios que pudieran dejar Carrasco y Llorente.
Se instaló el Atlético en el área verdiblanca pero su único gol, de Koke, llegó en fuera de juego. No encontraba la manera de batir a Rui Silva ante la gran tarea defensiva que diseñó Pellegrini. Sin embargo, con todo acabó Correa con un gol a trompicones que afianza al equipo en el podio de la Liga. No sufrirá el Atlético para volver a estar entre los mejores de Europa una temporada más, algo que necesita por nivel deportivo y económico, pero aún puede permitirse el sueño de, si se atasca el Real Madrid entretenido con la pelea por la Champions, quien sabe si acabar segundo en el campeonato.