El empresario monegasco es el presidente de A1 Padel, uno de los tres circuitos del pádel mundial, y explotará el deporte en EEUU. “La unión es necesaria, pero no quieren sentarse. Hemos recibido amenazas, es mafia de calle”, relata a EL MUNDO.
El mundo del pádel vive inmerso en una eterna contradicción. Por una parte, el deporte observa su propia explosión mundial. En España está en cada ciudad y es la moda entre hombres y mujeres, adolescentes, adultos y ancianos. Sin embargo, mientras los amateurs disfrutan, los profesionales protagonizan una guerra constante que no parece tener fin. Una guerra de jugadores, marcas, exclusividad, directivos y hasta tres circuitos. Una guerra de poder y dinero que ya es global y en la que casi nadie agita la bandera blanca. Tenemos el World Padel Tour, el circuito que lleva más años; el Premier Padel, liderado por Nasser Al-Khelaifi y financiado por Qatar que parece encaminado a absorber al WPT; y por último, ‘A1 Padel‘, un circuito joven pero que está creciendo a ritmo de vértigo en Europa y Sudamérica y que acaba de firmar un acuerdo con Yankee Global Enterprises, el grupo de los New York Yankees de la liga norteamericana de béisbol, para llevar el pádel a todo Estados Unidos. Otra mina de oro más.
Por eso, cuando Fabrice Pastor (Montecarlo, 1971), presidente de ‘A1 Padel‘ y uno de los hombres más poderosos de este deporte, decide sentarse con EL MUNDO, la primera pregunta es obligada. «¿Qué demonios pasa aquí para que existan tres circuitos y tanta división?». «Es una herencia de lo que era World Padel Tour. Ha habido cosas buenas, pero ahora estamos bloqueados. ¿Por qué un jugador no puede simplemente hacer su trabajo? Me da pena», contesta sobre la división existente. «No entiendo la sectarización. Es un desastre. Ahora dicen que no hay exclusividad, pero los jugadores firman contratos de 25 años de duración con un solo circuito. ¿Qué estupidez es esta? Un jugador firma porque hay dinero rápido, es la cultura del pelotazo. Nosotros lo hacemos diferente, yo a mis jugadores no les impido disputar otros torneos. Ahora entramos en Estados Unidos, vamos cimentando el futuro y antes de cuatro años tendremos premios más grandes que ellos, pero tendrán contratos de 25 años. ¿Qué van a hacer? Creo que es más fácil sentarse, crear parámetros iguales para todos y que los jugadores decidan. La unión es necesaria. Yo no tengo miedo, vamos a ser el mejor circuito del mundo», señala.
“Mira lo que pasa en el golf. Pagar, pagar, pagar…”
Pastor, hijo del empresario Michel Pastor y de la actriz Syliane Stella, forma parte de una de las familias más adineradas del Principado de Mónaco, pero su llegada al pádel no es casualidad ni fruto de un día. Fue jugador profesional y lleva décadas involucrado en el crecimiento de un deporte en el que ahora tiene voz y voto. Y por eso observa con temor el dinero fácil que llega de los países árabes: «Mira lo que está pasando en el golf. ¿Cómo se ha hecho todo? A base de pagar, pagar y pagar. Eso no es constructivo. Si necesitas pagar para que te acepten…».
Llegados a este punto, es obligado sacar a la conversación el nombre de Al-Khelaifi, presidente del PSG, impulsor de Premier Padel y, por lo que ofrece el futuro, su gran rival en los próximos años por el trono del pádel mundial. «No he hablado con él. No quisieron. En su día un compañero intentó una reunión y no quisieron, te miran un poco por encima del hombro y a mí son cosas que me hacen gracia. No es una cuestión de ego, tendría que ser una cuestión de inteligencia. Que explique por qué no se quiere sentar». Y lanza varios dardos a sus rivales: «Nosotros no hemos tenido que comprar a nadie ni que anunciar premios apabullantes. El año pasado, Premier (el circuito de Al-Khelaifi) anunció 12 torneos e hizo 4. Este año anunciaron 15 y su calendario es de 8. Me decían: ‘¿Por qué no compras World Padel Tour?’. Porque yo intento construir, los otros solo han intentado mantener el monopolio y el monopolio ya no existe», reclama.
“Las amenazas son deleznables, mafia de calle”
Pastor, que reclama que el top-10 del ranking de World Padel Tour «no es el top-10 mundial» y asegura que le «encantaría» unificar circuitos, clama contra las «amenazas» recibidas desde WPT y Premier. «Es deleznable. Mafia de calle. ¿Cómo se puede impedir a un jugador hacer una exhibición o tener un sponsor? Se intenta silenciar y nosotros no estamos en venta por unos pesos. No todo es dinero. A alguno de los jugadores de mi circuito les ofrecieron un contrato que era como tres loterías, y lo rechazaron».
El monegasco pide a los jugadores que reaccionen: «Si se crea una Asociación de Jugadores, esa asociación debería hablar con todo el mundo, ¿no? Eso no pasa. No les dejan llamar a nadie por el dinero, los contratos y las marcas, que hacen una presión enorme. Algunas marcas se van a Argentina, cogen a los chicos más humildes, se los llevan a Madrid, les pagan una miseria, 300 euros, y si mañana alguien va a por ellos piden cláusulas de salida de 100.000 euros. Es una vergüenza. No son libres». E insiste: «No podemos utilizar a los jugadores como una caja de Excel, lo importante son ellos, no lo que decida un circuito, un promotor o un señor en Qatar».
Mientras, el pádel crece sin pausa. Este año se disputarán 54 torneos, 27 de World Padel Tour, 19 de A1 Padel y 8 de Premier, con premios diferentes. WPT y Premier repartirán 500.000 euros cada uno en sus mejores eventos, mientras que A1 superará los 100.000, aunque esperar multiplicar esa cifra a partir de 2024 tras el acuerdo con los Yankees. El circuito celebrará este verano un torneo en Nueva York y en invierno en Miami, el año que viene en tres ciudades más de EE.UU y construirá, en colaboración con los Yankees, «entre 5.000 y 10.000 pistas de pádel por todo el país». Una revolución. «Tendrán la NFL, la MLB y tendrán ‘A1Padel‘», comenta Pastor, que planea «saltar a Asia y ser el mejor, o único, circuito del mundo».