Las redes sociales se burlan de los jugadores del equipo parisino tras la eliminación en los octavos de final de la Champions.
Memedeportes.com
La eliminación del PSG en octavos de final de la Champions a manos del Bayern ha desatado las burlas en las redes sociales. Pese a su millonario presupuesto y la nómina de estrellas, es la quinta vez en siete años que el equipo francés cae en la primera ronda eliminatoria de la Liga de Campeones.
Lejos del nivel que se puede esperar de una plantilla construida a golpe de talonario, el París SG fue claramente inferior en los 180 minutos de eliminatoria a un Bayern que vuelve a estar entre los ocho mejores equipos del continente.
Con Neymar lesionado, Messi y Mbappé se han convertido en el centro de las críticas. Este nuevo fracaso europeo del ambicioso PSG no va a hacer más que destapar la caja de los truenos en la capital francesa, con un gran interrogante: ¿habrá tercer episodio de la ‘MNM’? ¿Y quién será el o los sacrificados: Neymar, Messi o Mbappé? ¿Pagará de nuevo los platos rotos el entrenador, Christophe Galtier, como pasó antes con Pochettino, Tuchel o Emery?
Cuando Bronny James nació en Akron (Ohio), la misma ciudad que su padre, LeBron, que apenas tenía 19 años -y su madre, Savannah Brinson, 18-, ya acaparaba todos los focos: unos meses antes había sido nombrado rookie del año en la NBA y también le habían birlado en Atenas el oro olímpico con el USA Team. Exactamente dos décadas después, padre e hijo jugarán juntos en los Lakers. Algo tan insólito en el deporte profesional que parece responder más al guion de una película. Hasta el propio LeBron reconoció tras el primer duelo de pretemporada en el que coincidieron en cancha, hace unos días, que era «como Matrix».
La llegada del primogénito de LeBron (su hermano Bryce tiene tres años menos) a la NBA está rodeada de tanta expectación como recelo. Bronny acapara el protagonismo mediático y las conversaciones a unos días de que arranque la 22ª temporada de su padre (iguala el récord de longevidad de Vince Carter). La foto de ambos juntos en la cancha ya se dio esta semana en un duelo de pretemporada contra los Suns y, cuando el próximo día 23 en el Staples contra los Wolves ocurra en partido oficial, se convertirán en la cuarta pareja padre e hijo que juegue para el mismo equipo a la vez en las grandes ligas estadounidenses (hay dos precedentes en beisbol y uno en hockey). En fútbol se dio otro exótico episodio entre Rivaldo y Rivaldinho en el Mogi Mirim en 2014.
De fondo, la polémica. Porque desde hace tiempo jugar junto a Bronny ha sido el deseo admitido sin rubor por LeBron, que renovó (más de 50 millones de dólares esta temporada) después de que los Lakers eligieran a Bronny en el puesto 55 (de 58) de uno de los drafts más flojos que se recuerdan, pese a su mediocre año en la Universidad de Sur California (4,8 puntos, 2,8 rebotes...). Y su debut en las ligas de verano tampoco desató la alegría: falló sus 15 primeros triples. Pese a ello, la franquicia angelina le firmó un contrato garantizado por ocho millones por los cuatro primeros años. Detrás del entramado, el agente de ambos, Rich Paul.
Mínimo impacto
«Sin duda, la presión es mayor. Ya lo he visto en las redes sociales y en internet, hablando de que tal vez no merezca una oportunidad. Pero he tenido que lidiar con cosas así toda mi vida. Esto es más fuerte, sin duda, pero puedo superarlo», ha confesado el escolta, mucho más bajito que su padre (1,90) y que hace un año tuvo que superar un problema cardíaco tras caerse desplomado en un entrenamiento.
En la habitual encuesta de principio de curso con los general managers, a ninguno se le ocurre mencionar a Bronny entre los candidatos a rookie del año (el favorito es Zach Edey, de los Grizzlies), porque todos asumen que, más allá de lo mediático, el impacto deportivo del hijo de LeBron será mínimo en unos Lakers realmente necesitados y cuyo único movimiento en el mercado de entidad ha sido la llegada al banquillo del debutante JJ Redick.
Bronny James (9), derecha y LeBron.William LiangAP
«Es un jugador con una gran mentalidad defensiva. Actúa muy bien en los bloqueos y es rápido de manos. Está en pleno proceso de aprendizaje, es un rookie, así que habrá que tener paciencia, pero me gusta lo que he visto de momento», destacaba Anthony Davis sobre los primeros entrenamientos del chico, que tiene que vivir algunos episodios curiosos en el vestuario. Por ejemplo, tiene prohibido llamar 'papá' a LeBron hasta que suban al coche de vuelta a casa. «Para un padre, esto significa todo. Para alguien que no disfrutó de esto mientras crecía, es sensacional poder tener esa influencia en sus hijos, poder tener momentos con tu hijo y, por último, poder trabajar con tu hijo. Creo que es una de las cosas más grandes que un padre puede esperar o desear», confesó el Rey, que a finales de diciembre cumplirá 40 años sin que su rendimiento en la cancha parezca envejecer.
Un gol instantáneo antes de que pasara un minuto de juego no fue ni siquiera balsámico ni decisivo para que el Real Madrid disfrutara de un partido casi feliz, porque un Madrid dormido pasó hasta miedo al final.
Garcia Plaza desperdició el partido con suplentes. Si hubiera planteado el duelo con valentía, el Alavés le hubiera ocasionado muchos más problemas a un equipo de Ancelotti que jamás domina los partidos. Culpa italiana, porque con tres c
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