Aston Martin arrebató a Dan Fallows a Red Bull para que construyese un coche con el que luchar por las victorias. El discípulo del genial Adrian Newey contaba con tanto prestigio en el paddock que su fichaje levantó enormes expectativas dentro del equipo de Lawrence Stroll. De hecho, desde la flamante fábrica de Silverstone se percibía cierta impaciencia ante la primera creación completa de Fallows, que el año pasado no pudo participar del diseño desde cero. Esa cuenta atrás terminó ayer, cuando el director deportivo de Aston Martin presentó el AMR-24, el monoplaza con el que Fernando Alonso pretende presentar batalla a la mismísima Red Bull.
Fallows se enfrentaba a un doble desafío para este Mundial 2024. En primer lugar, debía mejorar el rendimiento en los circuitos de alta velocidad, como Monza o Spa, generando mayor carga aerodinámica y aumentando la velocidad punta. En segundo lugar, el nuevo concepto del monoplaza tendría que facilitar su propia evolución a lo largo del año. Es decir, Aston Martin habría de anticiparse en la carrera por el desarrollo, perdida ante Mercedes, Ferrari y McLaren a lo largo de 2023, cuando pasó de seis podios casi consecutivos a desplomarse hasta la zona baja.
Con estas dos prioridades sobre la mesa, en un clima de optimismo generalizado, Aston Martin ofreció a primera hora de ayer las primeras imágenes de su monoplaza, que horas más tarde ya rodó sobre el asfalto de Silverstone. “El AMR24 ha funcionado muy bien y sin problemas durante todo el día. Ha sido rodaje fructífero, con la oportunidad de conseguir algunos datos durante los 200 km”, valoró Tom McCullough, director de rendimiento de Aston Martin, sobre el mencionado filming day.
Tras un primer vistazo a las maquetas presentadas por vídeo, la mayoría de analistas concluyeron que el AMR-24 no presentaba novedades radicales respecto a 2023. En primer lugar, por la propia estabilidad del reglamento técnico, que restringe la creatividad de los ingenieros. En segundo término porque muchos cambios no pueden percibirse a simple vista, dado que se montan en zonas del coche inaccesibles a las cámaras.
Pontones flotantes
En cualquier caso, el lateral del coche presentaba una llamativa reducción en las tomas de admisión. Unos pontones diminutos, que algunos se apresuraron a calificar como flotantes, en la línea de lo mostrado el año pasado por Red Bull. Al minimizar esta entrada de aire también se reduce la refrigeración del motor, aunque Aston Martin confía en no poner en riesgo la fiabilidad de su propulsor Mercedes.
Otras medidas aerodimámicas que concitaron la atención fueron el remate del alerón trasero, con un diseño bastante arriesgado, y el morro, más estrecho y notoriamente más corto que el de 2023. Esta nariz termina ahora a una mayor altura del suelo, por lo que el AMR-24 debería ganar en flexibilidad y en una mejor canalización del aire.
Según aclaró el propio Fallows, el AMR-24 renovará también por completo su fondo plano y el difusor trasero. Por no mencionar los cambios en la suspensión, donde ahora se utilizará una varilla de empuje tanto en la parte delantera como en la trasera, siguiendo el camino marcado por Red Bull. Este aspecto es otra novedad respecto a 2023, cuando la escudería de Silverstone se vio obligado a usar varilla de tracción en la parte trasera, dado que Mercedes, su proveedor, se había decantado por este sistema.
El déficit ante McLaren
De este modo, parece claro que Fallows ha exprimido el reglamento para multiplicar las prestaciones en pista. También en las sesiones de clasificación, donde Aston Martin no pudo extraer el máximo potencial de sus neumáticos. Ahora bien, retorcer la norma, siguiendo algunas pautas de su maestro Newey, puede no ser suficiente para un equipo que hace tres meses perdía tres décimas por vuelta ante McLaren en la Q3 del GP de Abu Dhabi. Aunque las evoluciones de Fallows parezcan hoy atractivas, pronto serán examinadas ante las de Red Bull, Mercedes o Ferrari.
Y es que de lo que suceda en la primera mitad del campeonato dependerá no sólo la suerte del equipo dirigido por Mike Krack, sino el futuro del propio Alonso. Porque en caso de que no se cumplan las expectativas, el asturiano, que cumplirá 43 años el próximo 29 de julio, podría plantearse la retirada. “Es una decisión que he de tomar conmigo mismo, porque si me comprometo durante los próximos años de mi vida entregaré a ese equipo el 100% de mi tiempo. Una vez que tome esa decisión, quiero sentarme con Aston Martin, y decir, ‘vale, he decidido esto y me encantaría continuar con este proyecto'”, reveló ayer el bicampeón mundial.
A tenor de estas palabras, su compromiso con Aston Martin se antoja prioritario. Sin embargo, si algo ha enseñado la historia del Gran Circo es que los vínculos emocionales pueden extinguirse de un plumazo. Especialmente si entran en juego otras variables. Como las que ayer mismo se encargó de airear su propio agente Flavio Briatore, que publicitó publicitar un encuentro informal en Mónaco con Toto Wolff, team principal de Mercedes. Preguntado por este tema, Alonso se mostró lapidario: “Sobre el tema de Mercedes, nada, nada de nada”.