Se miden en tercera ronda. El suizo le derrotó en dos finales del Grand Slam y suele plantearle batalla en los torneos de máximo rango. “Disputé dos partidos asombrosos, probablemente los mejores de mi carrera”
De no haberse entrometido Stan Wawrinka en sendas finales del Grand Slam, Novak Djokovic tendría ahora 25 majors. El suizo, que este viernes vuelve a cruzarse con Nole, en esta ocasión en tercera ronda de Wimbledon, por primera vez sobre hierba, ganó Roland Garros en 2015 y un año después el Abierto de Estados Unidos, en ambos casos apeando al balcánico en la última estación.
«En aquel momento de mi carrera estaba jugando a un buen nivel y sabía que cada vez que entraba a una cancha con Novak en un torneo del Grand Slam era capaz de ganarle. Tenía un juego poderoso desde el fondo, de derecha, de revés, y estaba preparado físicamente para competir con él. Disputé dos asombrosos partidos, probablemente los dos mejores de mi carrera», evocaba este jueves el suizo, tras imponerse a Tomás Martín Etcheverry por 6-3, 4-6, 6-4 y 6-2.
A sus 38 años, 88º, el más veterano del top 100, y con las cicatrices de sendas operaciones en el pie izquierdo, en marzo y junio de 2021, que le tuvieron 12 meses lejos de la competición, Wawrinka sabe que lo tendrá más difícil que nunca ante un rival que encadena 30 victorias consecutivas, es siete veces campeón del torneo y ha ganado las últimas cuatro ediciones. «Es el jugador perfecto», proclama. «Si le miras, todo lo hace muy limpio. Juega el golpe perfecto en el momento preciso. Amo verle jugar, como me sucedía con Roger [Federer]. Tal y como está jugando, sirviendo, restándolo todo, puede hacer cualquier cosa. No me sorprende».
Épica en los grandes
Djokovic ha ganado a Wawrinka en 20 de sus 26 enfrentamientos, pero fueron cuatro las victorias de cada uno en los ocho partidos del Grand Slam. Algunos de ellos tuvieron un componente épico, como los octavos del Abierto de Australia 2013, con victoria de Djokovic 12-10 en el quinto, tras cinco horas y dos minutos, o los cuartos de ese mismo torneo un año después, con triunfo del helvético 9-7 también en el quinto.
Wimbledon es el único grande que ha escapado de las manos de Wawrinka, que en 2014 derrotó a un mermado Nadal en la final del Abierto de Australia. Doble cuartofinalista, en 2014 (Federer) y 2015 (Gasquet), tiene en la final de Hertogenbosch (Mahut), en 2013, su mejor resultado en césped. Con los octavos de Indian Wells, con victoria en el camino ante Holger Rune, como logro más destacable del año, exprime cada instante en el último tramo de su carrera. «Espero hacer un partido competitivo y estar ahí para plantear pelea. Pero será complicado».