Sudáfrica remonta a una convincente Inglaterra (15-16) y jugará la final del Mundial contra los All Blacks

Sudáfrica remonta a una convincente Inglaterra (15-16) y jugará la final del Mundial contra los All Blacks

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Con diez puntos en 12 minutos, los Springoks dejan fuera a una Inglaterra que les dominò durante gran parte del encuentro

Snyman, rodeado de contrarios, marca el ensayo de SudáfricaMiguel MedinaAFP

La final del Mundial reeditará el duelo entre los dos colosos del sur. Inglaterra ha crecido durante el torneo, este sábado ha ejecutado con quirúrgica precisión su plan de no cometer errores, pero no ha sido suficiente para imponerse al rugby abrasivo de Sudáfrica. Podrán ganar o perder partidos, pero a la hora de la verdad, como Nueva Zelanda, los Springboks siempre están ahí, aunque esta noche hayan bordeado la eliminación.

Del cielo al suelo, de las patadas casi verticales a la pelea por el balón a ras de césped. Así ha comenzado, más rápida en casi todo, Inglaterra. El juego con el pie, su partitura durante el campeonato, ya le ha dado en los primeros minutos de la semifinal dos golpes de castigo transformados por Farrell (6-0, min. 8). Muy bien plantado en el campo, el XV de la Rosa molestaba en las touches y defendía con éxito el maul junto a su línea de ensayo. Ganaba una indisimulada guerra de nervios. El borrón, una protesta de Farrell que daba oxígeno a los Springboks (6-3, min. 21).

Percusiones y placajes sin reservas elevaban la tensión en un partido con más prosa de prospecto que poesía. No cometa indisciplinas, no conceda contraataques, mantenga el balón a buen recaudo. Los británicos se sentían a gusto. Dueños de la iniciativa, pisaban la 22 rival y sumaban puntos (9-3, min. 24). El desacierto en los saques de lateral lastraba a los sudafricanos, con menos balón y bastantes problemas en casi todas las facetas.

Mal debían ver el partido los seleccionadores sudafricanos cuando a la media hora han cambiado por razones tácticas a su medio de apertura. Pollard, que entró en la escuadra sustituyendo al talonador lesionado Marx, tomaba la responsabilidad. En paralelo, el equipo verde y oro crecía, encerraba a los británicos y, con golpe en la 22 rival, prefería amarrar el tiro a palos (9-6, min. 35). A los palos, cómo no, le replicaba Inglaterra (12-6 al descanso).

Se cerraba sin ensayos la primera mitad. Nada sorprendente entre dos equipos que se conocen bien. 13 de los 23 convocados por bando habían participado en la final de 2019 que este sábado reeditaban. Dos conjuntos enfrentados en un desafío físico difícil de sostener cuando pasaran los minutos.

Desde que se proclamó campeona, Sudáfrica ha ampliado su plantilla. Sin embargo, apremiada por el marcador, al inicio de la segunda mitad -como hizo contra Francia- ha recurrido a los veteranos. Ha recurrido además, con el balón mojado, a un juego parecido al inglés. Balón arriba y a la caza sin concesiones. Un bombardeo en el que ha brillado la seguridad del zaguero inglés Steward.

La acorazada Sudáfrica convierte cada encuentro en un combate abrasivo. En el minuto 50, su melé arrastró a la inglesa y su tres cuartos rondó la marca. De inmediato, recibió la misma medicina en un ruck y una dosis más. Un drop de Farrell desde 40 metros daba ya un margen apreciable al XV de la Rosa (15-6, min. 53), que arreciaba en su presión, forzando fallos insospechados en un rival con tanta experiencia.

Dos principios ha respeta de principio a fin Inglaterra: no cometer errores y sumar a la mínima ocasión. A falta de veinte minutos, la delantera verde y oro ya se imponía con claridad en las melés, pero sin rendimiento. Sudáfrica sacó al fin provecho de su fuerza en el min 69 con una de sus secuencias favoritas: golpe a favor, touche a cinco metros de la línea, y carga para que posara el gigante Snyman (15-13).

La emoción se palpaba, el tiempo se escapaba en la formación de las melés. De una de ellas, estaba cantado, obtuvieron los Springboks la recompensa. Un golpe de castigo cerca del centro del campo para el cañonero Pollard. 100% de aciertos desde que llegó al torneo. No le tembló la pierna. Dio la victoria a Sudáfrica (15-16), dejó para Inglaterra la derrota más cruel, la misma que sufrieron hace una semana Irlanda y Francia.

Se encamina el torneo de torneos hacia la su desenlace dejando atrás un puñado de grandes partidos. El apasionante fin de semana de los cuartos de final, con los cuatro choques resueltos por menos de un ensayo, quizá fuera el cénit. Este sábado hemos visto otro encuentro al filo, menos vistoso, más cerrado, para muy cafeteros, pero igual de vibrante.

El próximo sábado, con tres títulos ganados por cada equipo, los All Backs disputarán su quinta final en diez participaciones y los Springboks, la cuarta en ocho. El peso de dos historias ganadoras. En juego, la primacía en el presente.

kpd