El conjunto blanco, que disputará la vuelta en Londres, volverá a enfrentarse a los blues. En semis se encontraría con el City o el Bayern, plato fuerte. Inter-Benfica y Milan-Nápoles, por el otro lado del cuadro
Después de levantar su Decimocuarta Copa de Europa sobre un camino de espinas en el que tuvo que esquivar al PSG de Mbappé, Messi y Neymar, al Chelsea de Tuchel, al Manchester City de Guardiola y al Liverpool de Klopp en la final, la Champions League ha vuelto a retar al Real Madrid ofreciéndole un sorteo infernal.
El conjunto blanco, que acaba de superar al Liverpool en los octavos de final, se enfrentará en cuartos al Chelsea, con la ida en el Bernabéu y la vuelta en Stamford Bridge, y, si es capaz de ganar a los ‘blues‘, le tocará medirse en semifinales contra el ganador de la gran eliminatoria de esta ronda, City – Bayern, también con la vuelta lejos de Chamartín. En el otro lado del cuadro, el de los aspirantes, Benfica-Inter y Milán-Nápoles se disputarán un puesto en la gran final del 10 de junio en Estambul. “Al Milán lo quiero en la final“, pidió Ancelotti. Ahí lo tiene, será la única posibilidad de cruzarse con ellos.
Dos precedentes cercanos
Lo del Chelsea y el Real Madrid es un poco ‘El Día de la Marmota‘ con Bill Murray al micrófono. Después de pasar décadas sin enfrentarse tras hacerlo en la final de la Recopa de Europa de 1971 y en la Supercopa de Europa del 98, el Madrid conoció por primera vez Stamford Bridge en las semifinales de la Champions 2021. Una eliminatoria pospandémica a la que los blancos, guiados por Zidane, llegaron bajo mínimos y aún así pelearon su supervivencia, sin éxito, en la vuelta de Londres. Pasó el Chelsea, que acabaría levantando su primera ‘orejona’.
Un año después, el Madrid, ya con Ancelotti en el banquillo, volvió al barrio londinense para cuajar una actuación histórica en cuartos de final, un 1-3 con un hat-trick de Benzema que dejaría las cosas avanzadas para la vuelta. O eso pensaron. En Chamartín, el Chelsea se puso 0-3 en el minuto 75 y sólo la aparición del exterior de Modric para el gol de Rodrygo forzaría una prórroga donde Benzema volvió a aparecer.
Este mes de abril, con la ida el 11 o 12 y la vuelta el 18 o 19, ambos equipos se cruzarán de nuevo. El Madrid sigue siendo el mismo Madrid, dependiente de la electricidad de Vinicius, de los goles de Benzema, de la experiencia de Modric y Kroos y de la juventud de Camavinga, Valverde o Rodrygo, pero el Chelsea ha cambiado, de dueño y de jugadores.
El ‘nuevo’ Chelsea
El equipo que llegarán en unas semanas a Chamartín estará liderado por Joao Félix, Sterling, Enzo Fernández, Fofana, Koulibaly, Cucurella, Mudryk, Zakaria o Badiashile, fichajes en los que el conjunto londinense se ha dejado más de 600 millones de euros en los últimos meses. Ya no están Werner, goleador en el 2-3 del año pasado en Madrid, Rüdiger, ahora al otro lado del campo, ni Jorginho, en el Arsenal. Pero sí Kepa, que se ha hecho con la titularidad en la portería, Havertz, Mason Mount, Kovacic, Reece James y Kanté, ejes de la columna vertebral de Graham Potter, ex del Brighton y sustituto de Tuchel en el banquillo de Stamford Bridge.
Irregular en la Premier, donde es décimo a once puntos de los puestos de Champions League, la Copa de Europa ha sido el único bálsamo del conjunto inglés, siempre entre rumores de un cambio de timón en el área técnica. Fue primero de grupo con solvencia tras vencer al Milán, al Salzburgo y al Dinamo de Zagreb y en octavos fue capaz de remontar la derrota por 1-0 en Dortmund ante el Borussia ganando 2-0 en Londres.
Potter no es Tuchel y este Chelsea no es el de 2021 ni 2022, pero sigue teniendo un talento infinito y futbolistas que poco a poco se van encontrando unos a otros. Después del parón del Mundial y de la tormenta de fichajes sólo han ganado 5 de los 15 encuentros que han disputado, pero acumulan tres victorias consecutivas tras superar a Leeds, Dortmund y Leicester.
Todd Boehly, nuevo dueño del club que también posee el 27% de Los Angeles Lakers y el 20% de Los Angeles Dodgers, lideró el grupo inversor que pagó casi 5.000 millones por el Chelsea el pasado verano y durante el mercado de invierno no dudó en sacar la cartera para hacer sombra al antiguo inquilino de su asiento: Roman Abramovich. Todo por la Champions.