Sergio Akieme (Madrid, 1997) se crio en Parla, se hizo mayor en el mundo del fútbol en Vallecas, probó suerte en La Masía y ahora es indiscutible en un Almería que está viviendo una temporada dramática. Anclado en el último puesto de LaLiga, el conjunto andaluz visita el Bernabéu con la esperanza de sumar su primera victoria del curso. Antes, el defensa atiende a EL MUNDO y repasa sus orígenes, su carrera y el racismo que rodea al deporte.
- El club está viviendo una situación muy complicada. ¿Cómo lo estáis llevando en el vestuario?
- Sí, al final cuando no ganas, el día a día se hace bastante pesado. Intentas buscar el porqué de la mala situación y no lo terminas de encontrar. Y al final eso lleva a la frustración. Creo que tanto yo como todos los del equipo estamos en ese punto.
- Ahora estáis jugando mejor, pero los resultados siguen sin llegar.
- Creo que hemos hecho unos últimos partidos muy buenos, mejorando las cosas que creemos que teníamos que mejorar, pero es la frustración de hasta cuánto tenemos que mejorar para conseguir la primera victoria. Jugamos mal y no ganamos, jugamos regular y tampoco, jugamos bien y tampoco… Es un poco: ¿Cuándo vamos a ganar?
- ¿Notan la presión en la ciudad?
- Bueno, yo creo que tenemos la suerte de que en Almería la afición nos trata bastante bien. Cuando nos ven por la calle nos muestran ánimo y simpatía, y eso al final nos hace un poco más ameno todo. Siento que hay clubes, sobre todo en ciudades pequeñas, donde la presión es muy grande. En nuestro caso, o yo personalmente, ves a los aficionados y sientes esa lástima de no poder conseguir resultados, pero siempre están apoyando.
- En un momento así, ¿intenta desconectar o es de quedarse en casa?
- La verdad es que intento salir. En Almería tenemos la suerte de que hace buen tiempo, que hay muchas playas y paisajes. Y creo que una buena manera de desconectar es darte un paseo y olvidarte del fútbol, aunque con tanta derrota se hace complicado.
- Es usted de Madrid. ¿Pero eres del Madrid, del Atlético, del Getafe, del Rayo…?
- Pues si tuviera que decir uno creo que sería el Rayo. Es el club en el que he crecido hasta llegar al primer equipo, en el que disfruté de su estadio, en el que debuté en el fútbol profesional… Le tengo mucho cariño.
- Nació en Parla.
- Sí. Mis padres llegaron a Madrid muy jóvenes desde Guinea Ecuatorial y nací en Parla. Éramos una familia humilde de la ciudad, como otra cualquiera. Yo he sido siempre un chaval de calle, de jugar en el parque, en el colegio… Empecé en el equipo de mi barrio, el Barrio de la Libertad, y luego ya me metí al Parla Escuela. Ahí estuve un año y luego de los 11 a los 15 en el Getafe, y después al Rayo, donde pasé seis años.
- Y luego al Barça B.
- Sí, en el Rayo no tenía mucha participación y pude estar en el Barça un año. Fue fundamental para encontrarme profesionalmente, me dio visibilidad y fue lo que me dio la oportunidad de firmar con el Almería.
- ¿Cómo vivió ese salto a la burbuja del fútbol?
- El fútbol es una burbuja y cada persona, independientemente de su situación, lo ve de una manera u otra. Hay de todo. Hay chavales más crecidos, otros no… Depende un poco de la persona o la personalidad.
- ¿Le costó salir del Barça?
- Creo que sí. Más que costarme, era consciente en todo momento de que lo que se vive ahí es único y no lo vas a volver a vivir en otro sitio. Sabía que tenía que aprovechar cada día, estaba en un equipo top aún estando en el filial. Cuando iba con el primer equipo alucinaba. Son experiencias que sólo se viven ahí. Fue corto, pero mi objetivo era Primera y no di un paso atrás yendo al Almería.
- Ahora al Bernabéu. ¿Qué o quién le impresiona más del Madrid?
- A ver qué pasa. Ellos también vienen con una carga de partidos alta… Me impresionan Vinicius y Rodrygo, son jugadores muy desequilibrantes y determinantes. Se equivocan muy poco. Son capaces de realizar muchas acciones de alto impacto en el partido y eso llama la atención.
- ¿Usted nota racismo en el fútbol español?
- Pues yo lo he vivido. Creo que hay un sector del mundo del fútbol que sí es racista. Yo no generalizaría, pero es cierto que hay racismo. ¿Hasta qué punto? Pues creo que depende del momento, de muchas cosas, pero creo que el fútbol puede llegar a sacar el lado racista de las personas. Por ejemplo, me acuerdo del Valencia-Real Madrid. Yo creo que algún aficionado se cabreó tanto que ya empezó a tirar insultos racistas. A lo mejor esa persona no es racista, pero por eso digo que creo que el fútbol puede llegar a sacar el lado más racista de las personas.
- Usted dice que lo ha vivido.
- Sí, no como profesional, pero sí en categorías inferiores, en algunos campos. Lo entiendo todavía menos, pero al final es lo que te digo. El fútbol a veces saca lo peor de las personas y es bastante triste. Debería de ser un motivo de cambio.
- Es internacional por España en categorías inferiores, pero también podría jugar con la selección de Guinea Ecuatorial. ¿Lo tiene decidido?
- Mis dos padres son de Guinea Ecuatorial, pero no tengo ninguna decisión tomada. Es una decisión algo compleja para mí, pero simplemente no la he tomado. Mis padres llevan en España 40 años y yo todavía no he ido al país, nunca. Todavía es complicado para mí tomar una decisión. Me siento de las dos, de España y de Guinea, pero para tomar la decisión de ir a jugar creo que primero tendría que hacer otras cosas antes, como conocer mis raíces.
- Dicen que es muy amigo de Ronald Araujo y Borja Mayoral.
- Con Ronald tengo muy buena relación porque fue la primera persona con la que me junté en el Barça B, me acogió desde el principio y siempre le estaré agradecido. Y luego con Borja es que es mi amigo desde pequeño, jugábamos juntos en el colegio, en el Parla Escuela, y nos hemos enfrentado siempre. Él en el Madrid y yo en el Getafe y en el Rayo… Todos los años.