Nadie se acuerda de Tiger Woods, aún convaleciente de la última lesión en su casa de Florida. Scottie Scheffler, un tejano aparentemente normal de 29 años, está consiguiendo lo que parecía imposible, hacer olvidar a la estrella ganadora de 15 torneos del Grand Slam. Scheffler está logrando algo tan complicado en golf como hacer de la victoria una rutina. Y este domingo afrontará la posibilidad de ganar su cuarto major antes de los 30 años, algo solo al alcance de siete jugadores en la historia moderna de este deporte, entre ellos Seve Ballesteros, Nicklaus y Tiger Woods.
A diferencia de los principales nombres de esa lustrosa lista, Scheffler no fue ningún niño prodigio, sino un golfista normal, que para llegar a la élite siguió los pasos normales de cualquier otro deportista. El crecimiento en los últimos tres años del número uno es apabullante y esta semana está demostrando que un estilo de golf tan diferente como el que se juega en los campos links, tampoco se escapa a su dominio.
El rotundo control de Scheffler se materializó con unos impecables 67 golpes en la tercera jornada del Open Championship para liderar el torneo con -14, cuatro de ventaja sobre el chino Haotong Li (-10). Tercero en solitario finalizó el inglés Matt Fitzpatrick (-9) y, compartiendo la cuarta plaza con -8, intentarán el asalto al título un grupo con Rory McIlroy a la cabeza. El norirlandés encarriló a su público con 66 golpes y un arranque espectacular con tres birdies en los primeros cuatro hoyos. Saldrá este domingo a seis golpes de su principal rival en el golf mundial.
El norteamericano cimentó su liderato en otro día de acierto en los greenes de Royal Portrush, donde llegó a embocar hasta siete putts por encima de tres metros. Solo cometió un error, el único en toda la semana, un putt de birdie de metro y medio en el hoyo dos que le hizo corbata.
El sábado también nos dejó sin ninguna opción de triunfo para el golf español. Quedó muy lejos la épica de Jon Rahm, que tuvo que conformarse con 69 golpes (-2) y el puesto 34 en la clasificación a 12 golpes del líder. El español arrancó mal la jornada con bogeys en el hoyo uno y el tres, y no llegaría el primer birdie hasta el hoyo cinco, que el golfista de Barrika celebraba irónicamente. «Los tres primeros hoyos no han sido muy buenos, el 7 y el 8 bastante regular, luego del 9 al 18 muy bien, en el 12 y en el 17 podría haber hecho birdie», analizaba el capitán de Legión XIII. «El tiempo estaba asequible, pero las banderas difíciles…», valoraba Rahmbo las condiciones de juego de este tercer día.
Pese a que el resultado así lo refleja, para Jon no ha sido la de hoy la ronda en la que mejor ha jugado esta semana en Royal Portrush; «La mejor vuelta de la semana fue el primer día, hoy con lo fácil que estaba el día…». Sin embargo, sus sensaciones han sido un poco mejores con respecto al día de ayer. «Hoy (este sábado), un poco mejor, todavía queda un día a ver si puedo hacer algo… Le he pegado muy bien al drive de nuevo, pero creo que lo podía haber hecho un poco mejor en general», concluía el español.
Nada cambió en el juego y en la mentalidad de Sergio García, en esta tercera jornada del Open Championship, que pasó con más pena que gloria para el jugador de Castellón, que remató los 18 hoyos con 69 golpes, uno bajo par. Quizás lo más destacado del día es que Sergio no cometió ningún error, con lo que no ha firmado ningún bogey. Sin embargo, García no ha experimentado ningún tipo de mejoría en sus sensaciones: «Es lo que hay, al final he dado todo lo que tenía y desafortunadamente lo que tengo ahora mismo es lo que es», comentaba a la prensa española.