El fracaso europeo obliga al Atlético a replantearse el proyecto del Cholo y a vender jugadores. Deja de ingresar más de 35 millones de euros y sólo Oblak y Koke están vetados para salir
Los focos tras el desastre apuntan a Simeone, un culpable tan evidente como objetivo fácil tras once años en el mismo banquillo. Igual que acaparó los halagos en los éxitos no tan pasados (campeón de Liga en 2021), por encima tantas veces hasta de los héroes en el terreno de juego. Es un fracaso sin precedentes en su era, porque la única vez que no pasó de grupo en una década de Champions League fue para conquistar un título, el de la Europa League (2018) de la que fue hasta expulsado tras una noche impropia en Oporto. Como si el desgaste hubiera hecho perder al Cholo aquella pócima mágica por la que conseguía levantar al Atlético ante cada inconveniente, no es el único que falló en una eliminación continental que además deja un buen rasguño en la caja rojiblanca.
Mercado y lesiones
Tantas veces la ilusión requiere de sangre fresca. El verano no dejó la renovación de una plantilla que pide a gritos grandes cambios, la reinvención para que el proyecto mantenga las constantes. Las tres únicas caras nuevas del Atlético tras una temporada en la que acabó tercero en Liga y no pasó de cuartos en Champions fueron Axel Witsel a coste cero, el cedido Reguilón que aún no ha debutado y Nahuel Molina, traspasado desde el Udinese por 20 millones de euros. También regresaron de sus destierros Saúl Ñíguez y Álvaro Morata y se fueron Renan Lodi, Daniel Wass, Luis Suárez, Herrera, Vitolo y Vrsaljko. Además, para los partidos clave de Champions, Simeone no pudo contar con dos titulares fijos, Koke y Llorente. Lemar también cayó y Morata y Kondogbia no pudieron disputar ni un minuto en Oporto, en una noche aciaga en la que el Cholo sólo salvó a Oblak y al canterano Pablo Barrios, la gran aparición en la pura necesidad. “Me pone muy contento. Empieza a mostrar cosas de personalidad. Sale en momentos difíciles y no tiene miedo”, le elogió el técnico.
Defensa
Es la prueba del algodón de que algo se ha roto en la dinámica Simeone en el Atlético. Durante nueve temporadas encajó menos de un gol por partido. La pasada, sin embargo, se fue a 53 en 48 y la inercia negativa se mantiene en la presente, acentuándose en los últimos tres partidos (siete tantos). Ya, ni la pareja Giménez-Savic parece ser solución: el montenegrino cuajó en Do Dragao quizá su peor partido desde que viste de rojiblanco, desubicado, lento y tan errático como el resto. El número de pérdidas suicidas en campo propio y los goles encajados en los primeros compases de los partidos (en Cádiz, a los 27 segundos), denotan una falta de concentración/tensión insólita. Tampoco ayuda la marejada táctica del Cholo con sus cambios de sistema.
Joao Félix
El cisma Joao Félix no parece haber ayudado en la estabilidad de este inicio de temporada del Atlético. El fichaje más caro de la historia de club acumulaba nueve suplencias hasta que apareció en el once -sin Morata por lesión- en Do Dragao tras marcar dos goles en el tramo final del partido en Cádiz. Pero nada pudo hacer ante el Oporto, desde bien pronto gesticulando cuando sus compañeros no atendían con sus pases a sus desmarques. También reaccionó con contrariedad cuando fue el primer sustituido. “El campo habla”, le había pedido un Cholo con el que parece imposible reconciliarse y que, semanas antes, no fue tan contundente en el castigo a De Paul por su indisciplina en Miami.
Mala suerte/mentalidad
Y, además de todo esto, la poca fortuna. A toro pasado, al Atlético ni siquiera le hubiera servido que Carrasco hubiera transformado el penalti ante el Leverkusen con el partido ya finalizado -aunque sí estaría en Europa League-, pero parece evidente que los rojiblancos son incapaces de resarcirse de la fatalidad, de escapar del bloqueo mental. “Si emocionalmente no estás tranquilo, con confianza, te limita”, confesó Simeone antes de enumerar las desgracias recientes, los goles tempraneros. Al grupo le restan tres citas antes del parón de un Mundial al que podrían acudir hasta 11 de sus jugadores. Y, con la desventaja que acumula ya en Liga, vencer al Espanyol y al Mallorca -también visita Soria para medirse al Almazán en Copa- parece obligado para mantener algo de ilusión.
Venta de jugadores
El mayor borrón en la era Simeone también tiene un precio. El Atlético va a dejar de ingresar entre 35 y 40 millones de euros por no seguir en la Champions. De haber logrado billete para la Europa League, esas pérdidas se hubieran minimizado, entre 15 y 20 millones de haber llegado a cuartos. A partir de enero, el calendario afloja y la plantilla se queda larguísima con un partido a la semana. El mercado invernal traerá salidas en el Atlético y sólo hay dos jugadores vetados: Oblak y el capitán Koke. Por el resto se escucharán y valorarán las ofertas. Carrasco, De Paul, Hermoso o Lemar parecen los más ‘vendibles’ a buen precio.