Los nombres propios de 2023 (III)
El escándalo por los pagos del Barelona al ex número dos de los árbitros entrará en 2024 en la fase judicial decisiva
El fútbol español no había conocido ningún episodio que levantara tantas sospechas sobre el colectivo arbitral como el caso Negreira. Los pagos a un ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante, al menos, 17 años, entre 2001 y 2018, de más de siete millones de euros por parte de un club como el Barcelona es más de lo que la familia del fútbol podría haber imaginado. Una investigación fiscal descubrió la práctica, por lo que Hacienda dio traslado a la Fiscalía. En el mes de marzo, el caso fue destapado por la Cadena Ser en Cataluña y, desde entonces, el Barcelona no ha sido capaz de ofrecer una explicación convincente a algo que no la tiene. Inmerso en un proceso penal, el recorrido será largo hasta determinar las responsabilidades en forma de sentencia. Sólo entonces actuará o no la UEFA.
La dinámica de pagaos a José María Enríque Negreira y su hijo Javier afectó a cuatro presidentes (Joan Gaspart, Joan Laporta, Sandro Rosell y Josep Maria Bartomeu). Al acceder de nuevo a la presidencia Laporta, el Barça se encuentra representado actualmente por un dirigente que formó parte de la materia juzgada, aunque los periodos de prescripción podrían liberarle. El juez Joaquín Aguirre, que instruye el caso en Barcelona, entiende que no y por ello ha pedido su imputación por cohecho, delito en el que se amplía el plazo de prescripción, pero la Fiscalía no lo cree procedente.
Prescripción deportiva
La prescripción, pero en el ámbito deportivo, es la que impidió que el Barcelona fuera sancionado de inmediato por la Federación, al mantenerse el plazo de tres años en la nueva Ley del Deporte. La UEFA podría haberlo hecho, al excluirle de la Champions por incumplimiento de los requisitos de admisión, según la normativa de la competición, pero el organismo de Aleksander Ceferin ha decidido esperar a la justicia española. Llevará tiempo.
Corrupción entre particulares, administración desleal y blanqueo de capitales son delitos a los que deberán enfrentarse los investigados, especialmente Bartomeu y algunos ejecutivos de su cadena de mando, junto al propio Barça como persona jurídica. El juez instructor añadió el cohecho, tras asimilar la condición de los árbitros a la de los funcionarios, al tratarse la disciplina deportiva de una función pública delegada por el Estado a las federaciones y ejercidas por el cuerpo arbitral. Si esa propuesta progresa, la situación de Laporta estará muy comprometida.
Los informes de Laporta
El presidente del Barcelona ha comparecido con informes para demostrar que existía una contraprestación a los pagos. La mayoría estaban realizados por el hijo de Enríquez Negreira, Javier, también investigado. Mientras que la defensa del padre ha alegado tener Alzheimer, lo que impediría su declaración, el hijo se ha refugiado en sus intervenciones en las redes sociales, hecho que amplifica el esperpento. En su visita al forense, Enríquez padre sufrió una caída ante las cámaras. No obstante, es difícil, inicialmente, que sea liberado de la declaración.
Los Negreira cobraban a través de sociedades que están siendo, asimismo, investigadas. En total, los investigadores han detectado siete (Dasnil 95 SL, Nisdal SCP, Soccercam SLU, Estudio ATD, Tresep 2014 SL, Best Norton SL y Radamanto SL.). A continuación, Negreira padre realizaba disposiciones en efectivo, en ventanilla o mediante talones, de sumas elevadas, hasta de 150.000 euros, según consta en el sumario. El destino de ese dinero es clave, aunque por ahora la Guardia Civil no ha conseguido demostrar que llegara a ningún colegiado concreto.
El directivo fallecido
La hipótesis de que ese dinero retornara al club azulgrana, a través de personas conchabadas con Negreira, es otra de las vías de investigación. De hecho, el directivo ya fallecido Josep Contreras facturaba al club a través de la sociedad Tresep y, posteriormente, transfería parte del dinero a Soccercam, sociedad del hijo de Negreira. Una extraña triangulación para cobrar al club por unos servicios que, según Laporta, realizaba directamente. Muchos de esos informes los llevaba Javier Negreira personalmente a las oficinas del Barcelona. El club sostiene que los enviaba al ‘staff’ técnico. Ernesto Varlverde, por ejemplo, dijo desconocerlos.
La muerte de Contreras, hace un año, meses antes del estallido del caso, y la de Victoriano Sánchez Arminio, presidente del CTA en el que Enríquez Negreira era vicepresidente, complican las investigaciones. Tanto los colegiados como la propia Federación, donde también estuvo empleado Javier Negreira, afirman que la influencia del número dos del CTA era prácticamente nula y que no decidía nada en las designaciones, realizadas por un comité tripartido. La Guardiia Civil, no obstante, realizó un registro en la Ciudad del Fútbol en busca de documentación para aclarar un caso convertido en al vergüenza del año.