Según un médico forense de parte, Negreira padece una avanzada demencia cognitiva que le impide someterse a un interrogatorio judicial.
El ex número dos de los árbitros españoles, José María Enríquez Negreira, acaba de aportar ante el Juzgado de Instrucción número uno de Barcelona un informe psiquiátrico que le considera “incapaz” para declarar sobre sus cobros millonarios del Barça. La defensa del ex vicepresidente del Comité Técnico de Árbitros (CTA) durante varias décadas ha entregado al juez que le investiga por cohecho y corrupción deportiva un dictamen de la psiquiatra Esperanza Gómez, médico forense en excedencia, que concluye que Negreira padece una avanzada demencia cognitiva que le impide someterse a un interrogatorio judicial.
Según argumenta el informe médico, a cuyo contenido ha tenido acceso EL MUNDO, quien fuera la mano derecha de Victoriano Sánchez Arminio no está capacitado para calibrar si lo que declare en sede judicial le puede perjudicar o no y, por lo tanto, pide que le aparte de la causa por este motivo.
Se trata del segundo dictamen médico que esgrime Enríquez Negreira durante los últimos meses, ya que su defensa aportó otro ante la Unidad de Policía Judicial adscrita a la Fiscalía de Barcelona antes de que la causa fuera judicializada. En aquel primer informe, elaborado por la Fundación ACE Alzhéimer Center de Barcelona, ya se apuntaba que el histórico dirigente arbitral padece “un principio de Alzheimer” y sostenía que “no está en condiciones de ser sujeto de un procedimiento penal”.
A pesar de estos recientes informes médicos, Negreira sí prestó declaración con aparente normalidad ante la Agencia Tributaria cuando comenzaron las pesquisas. Entonces aseguró que había cobrado del FC Barcelona durante dos décadas por informes verbales sobre el arbitraje de los partidos del club azulgrana y que su principal función pasaba por intentar conseguir que los colegiados se comportaran en estos encuentros “de manera neutral”.
La última palabra sobre el estado mental de Negreira la tiene el juez instructor, que ya ha encargado a un perito judicial que le examine. Del resultado de esta última prueba dependerá que el ex número dos de los árbitros comparezca o no ante el juzgado para explicar no sólo por qué cobró 8 millones de euros del Barça sino dónde está el grueso de ese dinero, que sacó del banco en metálico y cuyo destino final sigue siendo una incógnita.