Cientos de seguidores ‘ultras’ de Real Sociedad y Lazio, dos equipos que se medirán en Liga Europa, protagonizaron en la madrugada del jueves una multitudinaria pelea por las calles de Roma, con bengalas, palos, objetos punzantes y sillas como objetos de ataque.
Los conocidos como Ultras Lazio y los RS Firm, de la Real Sociedad, se dieron cita en las calles de la capital italiana y protagonizaron una multitudinaria pelea que duró varios minutos.
En las imágenes, virales en ‘X’ y publicadas por la cuenta Hooligans.cz Official, se puede ver cómo entre la muchedumbre volaron las sillas y se lanzaron bengalas de un lado a otro de manera constante hasta que, tras varios minutos de pelea, los RS Firm abandonan el lugar perseguidos por los Ultras Lazio, que incluso se ensañaron con algún aficionado vasco rezagado.
La mencionada cuenta publicó también una foto en la que al menos un seguidor txuri urdin habría resultado levemente herido en la zona del costado izquierdo con algún tipo de objeto punzante.
En septiembre, aficionados ‘ultras’ del Roma, el otro equipo de la ciudad, asaltaron a varios seguidores del Athletic Club que también viajaron para un partido de Liga Europa.
Un intruso irrumpe al pelotón y muchos corredores saltan para mostrar su inquietud porque consideran que su presencia puede frenar el paso a prometedores chavales. Aleix Espargaró (35 años), piloto MotoGP, retirado recientemente de la competición, ha fichado por el equipo estadounidense Lidl-Trek para ejercer labores de embajador y para participar en la preparación de entrenamientos y carreras.
Espargaró explicó este jueves que llega al ciclismo sin intención de incomodar a nadie: «No le voy a quitar el sitio a ningún joven (de la estructura juvenil del Lidl-Trek). Soy un loco, un romántico del ciclismo. Me gustaría hacer alguna carrera, el calendario es muy grande y extenso». El piloto se unirá oficialmente al equipo estadounidense el próximo 1 de enero.
Espagaró reside en Andorra, un lugar que acoge a decenas de ciclistas. En sus habituales salidas coincide, entre otros, con el español Carlos Verona, integrante del Lidl-Trek. En esta formación también figuran el andaluz Juanpe López, el italiano Jonathan Milan o el británico Tao Geoghegan Hart.
El tres veces ganador de carreras de MotoGP actuará como imagen de marca de Lidl-Trek, colaborando en eventos prestigiosos del calendario. La intención del piloto de Granollers es combinar la bicicleta con su trabajo de probador de Honda.
«Nunca he podido entrenar más de dos semanas seguidas con la bici. Ahora he podido hacerlo durante más tiempo. En el equipo tienen que ver qué tipo de ciclista soy y cómo puedo ayudar a los jóvenes. No tengo mucha ansia por ver qué voy a hacer, ya habrá tiempo para ello. Yo haré carreras de gravel y de mountain bike a principio de año, que es lo que me gusta. Mi sueño es hacer pruebas de carretera, pero es pronto para hablar de esto. Ahora estaré tres meses, hasta febrero, acumulando kilómetros y muchas horas de entrenamiento. A partir de febrero ya veremos», comentó el ex piloto de Aprilia, que ha participado en un raining camp de 33 horas con los mejores escaladores del equipo estadounidense.
Su principal misión será, según recalcó este jueves, es dar visibilidad a las actividades de Lidl-Trek. Será una especie influencer, pero participando en el equipo. «Soy un escalador malo... Yo no estoy aquí para correr una gran vuelta, un Tour, pero soy muy profesional, he hecho muchas pruebas físicas, en el laboratorio, en campo, fuera, y he aprendido una barbaridad. He venido para hacer otro rol. Estaré en las grandes vueltas y en las clásicas, pero no como ciclista. Enseñaré todo desde dentro, creando contenido...Estoy disfrutando mucho», dijo el que fuera campeón de España de 125 cc en 2004 y del campeonato mundial de CRT en 2012. Espargaró, que se ha reseteado, logró su primer podio en MotoGP en el Gran Premio de Aragón de 2014, con una segunda posición. En 2022, en Argentina, obtuvo su primera victoria.
«Trabajar con Aleix será increíblemente gratificante para nosotros, y especialmente para nuestros jóvenes corredores», ha dicho el director general de Lidl-Trek, Luca Guercilena. «Sabemos que es un ciclista fuerte y apasionado, pero también aporta diferentes experiencias y perspectivas al equipo. Puede ayudar a nuestros corredores más jóvenes a comprender y manejar las presiones que vienen con la competencia de alto nivel», incidió.
Habrá más oportunidades, en otros torneos, sobre otras superficies, ante otras rivales, pero esta vez no era la vez de Paula Badosa. Nada que reprocharse. De decepciones anteriores pudo salir con remordimientos por haber fallado aquí y allá, por haberse desconcentrado, por haberlo dejado de intentar, pero este jueves su derrota en semifinales del Open de Australia ante Aryna Sabalenka no fue su culpa. Confió en la victoria, buscó la victoria, peleó la victoria, pero la superó por 6-4 y 6-2 una tenista mejor que ella, actualmente la mejor del mundo, más en pistas rápidas.
Sabalenka, vencedora los dos últimos años en Melbourne, fue un ciclón que Badosa no pudo parar porque realmente no se podía parar. Si la bielorrusa no se precipita, su único problema, es la jugadora más dominante desde la Serena Williams de hace ya una década.
"Las dos queríamos la victoria y, pasara lo que pasara en la pista, seguiremos siendo amigas fuera. Estoy segura que me odiará durante unas horas o durante unos días, lo acepto, pero volveremos a ir de compras juntas. La próxima vez pago yo por lo que quiera", comentaba Sabalenka al acabar el partido sobre Badosa, intimísima amiga suya, con quien comparte entrenamientos, viajes y, según indicó, compras. Este jueves, antes del partido, no se saludaron en los pasillos -posiblemente lo habían hecho antes en los vestuarios- e intentaron que la relación mutua no les afectara, pero sí lo hizo en los compases iniciales.
El buen arranque de Badosa
La española, más concentrada que nunca, empezó afinada, rápida, potente y Sabalenka, todo lo contrario. Quizá fueron los nervios, seguramente era la rival que tenía enfrente. En los tres primeros juegos, la número uno lo tiró todo fuera -hasta cinco errores no forzados- y llegó a estar con 2-0 y 40-0 a favor de Badosa. Entonces respiró profundo, se rehízo y lo cambió todo.
"No sé cómo lo he hecho, la verdad. Está claro que ha sido un juego crucial, he podido remontar ese 40-0 y conseguir la ruptura", explicaba la número uno que, a partir de ese momento, ya fue incontrolable. Si Badosa no acertaba con su primer servicio -su lastre, sólo un 53%-, Sabalenka le atacaba con su resto y todos los intercambios eran gobernados por su derecha. Mediado el primer set, además, empezó a chispear y hubo que desplegar el techo de la Rod Laver lo que ralentizó las bolas y redujo todavía más los errores de la bielorrusa.
Badosa, que intentaba sin éxito que su rival corriera, se entregó del todo al inicio del segundo set. Con 1-1 en el marcador, dos dobles faltas consecutivas le llevaron a ceder su saque y ya no hubo nada más que hacer. En los últimos juegos incluso se reía, con la complicidad del público australiano, ante los golpes demoledores de Sabalenka. Esta vez no era la vez de Paula Badosa.