El croata Luka Modric lamentó el anuncio de retirada de Toni Kroos, con quien forma una pareja legendaria para la historia del Real Madrid, confesó sentirse “muy triste” por el adiós de “una leyenda” y aseguró que nunca olvidará la “época dorada” que han compartido en el club blanco.
“Querido Toni, se me hace difícil escribir estas palabras. El mundo del fútbol está triste porque se va un futbolista histórico y te reconozco que yo también estoy muy triste. Amigo, eres una leyenda de este deporte y una leyenda del Real Madrid”, inició Modric su mensaje en redes repleto de emoción.
“He disfrutado mucho jugando a tu lado. De verdad que ha sido un honor compartir el centro del campo del Real Madrid contigo. Tienes unas cualidades que te hacen un futbolista único y especial, y ya no habrá otro Toni Kroos”, añadió.
Junto a imágenes de diez años juntos en el Real Madrid, de complicidad, con trofeos conquistados como la Liga de Campeones, LaLiga o el Mundial de Clubes, Modric marcó un último reto juntos.
“Inolvidables noches europeas, títulos, la magia del Bernabéu…. nunca olvidaremos esta época dorada en el club de nuestras vidas. Lo has conseguido todo pero todavía te queda una. Juntos a por la 15. Te echaré de menos, amigo”, sentenció.
Kroos respondió a la publicación de Modric con mucho afecto. “Tantos recuerdos… guau. ¡Este amor durará para siempre, amigo mío!”, aseguró en un hilo de respuestas al que se sumó Vinicius: “Los mejores!!!”.
Kroos entrega “el control” a Bellingham
El alemán respondió al mensaje de agradecimiento de Jude Bellingham por el año que han compartido en el Real Madrid y, tras anunciar su retirada, apuntó que el centrocampista inglés “está listo para tomar el control” del juego del equipo en su ausencia.
“Un año no fue suficiente. Gracias por todo lo que has dado al juego, ha sido un absoluto placer disfrutar de tu fútbol y de tu personalidad como aficionado y aún más como compañero de equipo”, escribió Bellingham en redes sociales junto a una fotografía abrazando a Kroos.
El inglés enfocó al último reto junto a Kroos, la conquista de su primera ‘Champions’, que sería la sexta del alemán, el 1 de junio en Wembley.
“Todavía queda trabajo por hacer esta temporada, pero te deseo todo lo mejor para lo que sea que venga a ti y tu familia. ¡LEYENDA!”, añadió.
Kroos no tardó en responder a la publicación de su compañero y apuntó a Bellingham como su heredero al mando del fútbol del Real Madrid.
“Gracias mi amigo. Más años juntos habrían sido injustos ¡Disfruté cada minuto desde que te uniste! ¡Estás más que listo para tomar el control! A los 20 años…”, escribió Kroos.
Mundial de Fútbol Femenino
LUCAS DE LA CAL
Enviado especial
@Lucasdelacal
Sídney
Actualizado Domingo,
20
agosto
2023
-
14:29Ver 17 comentariosComo en las semifinales, la...
Volvió. Con la frente marchita y errante en las sombras como cantaba Gardel. A la casa que le abrió los brazos hace tres años y medio y que este domingo le voló los oídos y le mancilló su placa entre las leyendas rojiblancas. Lo hizo tras torturar a su exequipo o equipo, uno nunca sabe cuando habla de futbolistas cedidos, y elevarse sobre el césped con los brazos en cruz. La grada no olvidaba. [Narración y estadísticas (0-3)]
Pero en los primeros 10 minutos no pudieron ni silbar a Joao Félix porque el portugués no tocó, literalmente, el balón. Luego, eso sí, se desquitaría el portugués, con bailecito incluido. Es increíble que, de sus seis goles en liga, un tercio hayan sido al Atlético de Madrid. Definió el portugués el juego del Barcelona, a picotazos. Pero con eso le valió en el Metropolitano. La primera derrota en Liga del curso. La anterior, por cierto, también se la infligió el Barça el 8 de enero del año pasado.
La presión alta del Atlético había comenzado asfixiante. Los rojiblancos encaraban a pecho descubierto a su némesis, un equipo al que no han podido ganar desde que le entrena Xavi. Esa intensidad y la mal entendida calma de Ter Stegen les propició la primera ocasión del encuentro. Un robo de De Paul, una cesión a Barrios y un disparo, el del canterano, que se fue lamiendo la escuadra izquierda del neerlandés.
Presión y robo
Y entre canteranos estuvieron los primeros quince minutos del partido. Riquelme, sorprendente acompañante de Morata en el ataque rojiblanco, era un puñal por la izquierda y Barrios ejerció bien de Koke, no es un papel fácil de desempeñar y más ante un equipo como el Barça, siempre gustoso por ganar el mediocampo.
Pero este Barcelona no se parece al que lideró su entrenador. Es más directo y tiene más problemas para dormir el juego con balón, especialmente cuando el equipo local te aprieta en cada pase. Fruto de esa presión hubo otro robo que si Molina hubiera afinado el pie en una contra podría haber dejado solo a Lino ante Ter Stegen. La alcanzó el brasileño y logró centrar a Morata, pero éste no disponía de demasiado ángulo.
Sólo Raphinha amenazaba la zaga rojiblanca con incursiones en solitario por banda derecha, pero con apenas dos córners como resultado positivo para su equipo, aunque un cabezazo suyo pudo generar más peligro si hubiera ido mejor dirigido. Sin tensión el conjunto azulgrana en uno de los duelos más importantes de la competición doméstica. En el que tenían que evitar la escapada del Madrid, en el que tenían que adelantar al Girona y en el que tenían que eliminarse a un rival para el final de temporada.
Pero como esto es fútbol, el deporte más impredecible que existe, sólo necesitó el Barça una genialidad de Gündogan para adelantarse en el marcador. Uno dos del alemán ante Llorente y pase en profundidad a Lewandowski, que se gira bien y cede a Joao Félix para cumplir la ley del ex aunque, como decimos, sea un ex algo raro. Giró bien el tobillo el portugués para ponerla en la base del poste lejos de Oblak.
Vaciló con unos pasitos el luso frente al fondo sur del Metropolitano hasta que sus compañeros, con buen criterio, le montaron una piña para ocultar lo que pretendiera hacer el jugador. Como dijo Morata en la previa, "la gente tiene sentimientos", y le convenía al 14 del Barça y a su compañeros no enardecer más a un público que le dedicaba una sonora pitada cada vez que tocaba el balón.
Locura de De Paul
Poco más pasaría en la primera parte, pero en apenas un minuto de la segunda un cruce de cables de De Paul casi termina con el argentino expulsado y con el segundo gol del Barça en el marcador. Cedió el cinco rojiblanco un pase al rival que terminó en los pies de Raphinha en el borde del área, picó el brasileño para Lewandowski y el polaco la ajustó al segundo palo de Oblak, imposible para el esloveno. 60 segundos para tirar el gran esfuerzo de una primera parte, que tampoco terminó como el Cholo había planeado.
Pudo recortar Llorente cinco minutos después tras un rechace a la salida de un córner, pero la volea del madrileño, que atravesó un bosque de piernas, fue repelida por Ter Stegen en una de las paradas del año. La más clara del equipo rojiblanco en la primera hora de juego. Un espejismo, estaba más cerca el tercero de los culés y pudo hacerlo el delantero polaco tras ganar un duelo a Savic.
Terminó llegando casi sin esfuerzo y también por obra y gracia del polaco. En una transición mal defendida por la zaga rojiblanca, un centro lateral de Lewandowski encontró a Fermín solo en el centro del área, que remató de cabeza sin oposición.
Malo que, en un partido donde tu rival apenas te había dominado, en tres picotazos te haya rematado el partido y te haya complicado la Champions. La derrota sacaba al Atlético de los cuatro primeros puestos de LaLiga, los que dan acceso a la Champions. El principal objetivo del club colchonero como se han cansado de repetir todos los estamentos del club desde el principio de temporada. Ganar la Champions es un sueño, alcanzarla una necesidad.
Peleó el Atlético con más corazón que cabeza el gol del honor. La tuvo, muy clara Saúl, pero volvía a no ser el día del ilicitano. Tampoco el de los honores sino para no sufrir mayor castigo. Roja a Molina aparte. Suficiente que un jugador de tu propiedad, que reniega de ti, haya vuelto a marcarte. El fútbol es cruel a veces y no entiende de merecimientos. Sigue la pesadilla blaugrana y el hombre del saco, de nuevo, fue el portugués Joao Félix.