Al Barcelona lo engulle una tormenta

Al Barcelona lo engulle una tormenta

Europa League


2-1 en Old Trafford

Actualizado

El equipo de Xavi, eliminado de la Champions en octubre, tampoco sobrevive al segundo torneo continental, tras verse superado en la segunda parte por un enardecido Manchester United (2-1).

Fred bate a Ter Stegen en la acción del 1-1 en Old Trafford.AFP

Al Barcelona lo engulló una tormenta en Old Trafford, escenario en el que sólo sobreviven los clubes estables y los equipos maduros. Y el Barça no es ni una cosa ni la otra. Mientras sus directivos llevan años retorciendo la cordura de la institución, los futbolistas continúan estrellándose contra el muro de Europa. El grupo de Xavi Hernández, pese a resistir en la ida (2-2), pese a su notable primer tiempo en la vuelta, pagó su nulo colmillo ofensivo para acabar sucumbiendo ante un Manchester United que le devuelve a la indiferencia. Eliminado de la Champions en octubre, y de la Europa League en febrero, la Copa del Rey y la Liga quedan al final de un túnel en el que aún no se vislumbra la luz. [Narración y estadísticas (2-1)]

Los pupitres para la prensa visitante del llamado Teatro de los Sueños reconcilian a uno con la incomidad de los viejos campos de fútbol. Entre traseros apretados y ordenadores empotrados en mesitas de madera tallada en el infierno, los gritos de los aficionados hacían temblar el suelo de piedra de Old Trafford. Esa grada que de crío se hartó a barrer George Best después de pasarse horas encerando las botas de las élites del United. «Los efluvios que desprendían todos los productos de limpieza te ascendían por las fosas nasales y se te quedaban pegados en el paladar hasta transformarlos en estercolero», explicaba la leyenda norirlandesa. No olvidó aquello hasta que el alcohol y los fármacos acabaron por reventarle. Y con razón. Todo en este campo se te clava hasta el tuétano. Hasta fijarlo en la memoria.

Aún olía el estadio a azufre por las bengalas encendidas en el rincón donde habitaba la afición azulgrana cuando los futbolistas del United arrancaron según el plan previsto: cargar e intimidar al amanecer. Una pérdida del equipo de Xavi en la salida permitió a Bruno Fernandes quedarse solo en el área frente a Ter Stegen. Si bien el portugués estaba escorado, la ocasión mereció que los hinchas se levantaran al unísono. Opuso Ter Stegen la pierna derecha e inauguró la exigente prueba de madurez.

Presión física y emocional

Las dudas respecto al rendimiento que pudiera ofrecer el grupo azulgrana en el centro del campo sin Pedri (lesionado) ni Gavi (sancionado) nunca se disiparon. Si bien entre Busquets, De Jong, Kessié y Sergi Roberto tejieron en el primer acto una red que cercenó la capacidad de avance del United, Casemiro y Fred, el doble pivote alineado por Ten Hag, acabaron ganando la batalla. Los cuatro centrocampistas azulgrana insistían en no amilanarse, por dura que fuera la presión física y también emocional. Y mientras Araujo salía al paso de Rashford cuando éste se aventuraba a dejar la banda, el jovencito Balde se desmelenaba.

Fue precisamente Balde quien protagonizó una de los episodios del partido. Recogió un rechace en un lugar del área donde nada debía ocurrir. Estaba de espaldas. Pero Bruno Fernandes, con torpeza, impidió su giro con un ligero agarrón que acabó con el carrilero por los suelos. El árbitro Clement Turpin salió como un rayo en busca del punto de penalti. Y Lewandowski, malacostumbrado a detenerse antes de golpear desde los once metros, acertó. De Gea aguantó demasiado. Cuando quiso reaccionar, ya fue demasiado tarde. Tocó el balón, pero éste le dobló la manopla.

Grave error de Kessié

El Barcelona, con Christensen intentando subir la línea defensiva, resistió las acometidas del United en el primer tiempo. No así en el segundo, que comenzó con el agitador Antony sustituyendo a Weghorst, pero también con el primer gol de los ingleses. Kessié cometió un grave error en un pase hacia atrás. Fred pudo avanzar en solitario hacia Ter Stegen, al que batió con un plácido golpeo que llevó a Old Trafford al éxtasis. Un hincha inglés aprovechó el momento para insultar con gusto a los periodistas que trabajaban a su espalda.

Los músculos comenzaron a atormentar a Araujo, cada vez más dolorido. Y mientras Xavi se desesperaba con las malas decisiones de Raphinha, Koundé probó la estabilidad de De Gea con un cabezazo. Pero aquello no fue más que el preámbulo del gol con el que Antony castigó a un Barcelona abrumado. Varane arrebató a Lewandowski el empate en una acción anulada por fuera de juego. Poco importó. Este Barça aún no tiene recorrido en Europa.

kpd