Marcos Llorente es un futbolista peculiar tanto dentro del campo, por su capacidad para adaptarse a distintas posiciones, como fuera de él. Su visión sobre la vida y sus curiosas rutinas han llamado la atención y han sido, en ocasiones, objeto de crítica.
El jugador del Atlético de Madrid se encuentra estos días concentrado con España para disputar los partidos clasificatorios para el Mundial de 2026 ante Georgia y Bulgaria. Desde Las Rozas, ha explicado esas rutinas que tanto han dado que hablar.
“Todo lo que hago lo hago por mi salud“, asegura en una charla compartida en las redes sociales de la selección española. “Me levanto a las 8 y me voy a la calle, espero a que amanezca y estoy un rato allí. Luego me subo a la habitación y me preparo mi café. Termino con 2 o 3 cucharadas de mantequilla, lo remuevo y ese es el café de mi día a día”, comienza contando.
La luz, un aspecto clave de la rutina de Marcos Llorente
El rojiblanco ha desvelado que nunca enciende la luz en su casa y, cuando cae el sol, utiliza una roja e infrarroja. “Durante el día no enciendo la luz, o porque estoy en el jardín o, si entro en la cocina o voy al salón para cualquier cosa, a través de las ventanas entra la luz y no tengo la necesidad de poner ninguna luz. Cuando se va el sol, esta es la luz que tengo por toda la casa”, detalla.
Al centrocampista se le ha podido ver en muchas ocasiones con unas gafas con lentes amarillas o rojas dependiendo del lugar en el que se encuentra. “Las gafas amarillas son para cuando estás durante el día en interiores. Es decir, fuera nunca hay que llevar gafas de ningún tipo. Los rayos del sol te tienen que dar en los ojos y en la piel, sin nada que lo interfiera”, expone.
“Las gafas de cristales rojos lo que hacen es filtrar toda esa luz azul en las lámparas, televisiones o teléfonos móviles que hacen que solo pase el rojo. Cuando voy a hoteles o viajes, si se ha ido el sol, me pongo las gafas rojas”, continúa.
El madrileño dice que todo esto lo hace no solo para mantenerse en forma, sino también para sentirse mejor. “Creo que ya la gente se plantea mucho las cosas y se preocupa mucho más por su salud. Es cierto que lo que hago no es lo normal y entonces es curioso. Todas estas cosas que hago son por la salud, no es por el fútbol, pero al final, una cosa va ligada a la otra. Si solo lo hiciera por el fútbol dejaría de hacerlo y, cuando deje el fútbol, voy a continuar con esto“, concluye.
Mbappé es un fraude, hay que vender a Vinicius, es imposible ganar nada con Harry Kane, Haaland es Julio Salinas en rubio, lo único que hace bien Ancelotti es arquear la ceja, Simeone está acabado, Guardiola no es nadie desde el divorcio...
Todos son malísimos. Como cada primavera.
La terca insistencia del fútbol en que sólo pueda ganar un equipo nos condena a la misma retahíla de sandeces grandilocuentes cuando asoma mayo. Y va a peor. Porque esas cuñadeces, que hasta hace años residían en su hábitat natural de las barras de los bares y las cenas de amigos, saltaron a las redes sociales y alguien descubrió que cuanto menos análisis y más gruñidos, mayor impacto. Ahí se jodió todo.
De Twitter pasaron a los canales y podcasts de jóvenes ultras en busca de un atajo para hacerse un hueco (efímero, los que duran son los que piensan). Y de ahí a los grandes medios de comunicación, donde periodistas permanentemente atemorizados con perder su relevancia decidieron que la manera de sobrevivir era hacer lo mismo que un hincha comiendo doritos en su habitación mientras le ven, con suerte, mil chavales. Un plan sin fisuras.
Leer los titulares web de los diarios deportivos es un festival del clickbait chusco. Recuerda a aquel célebre tuit de un argentino cabreado con su selección: «¡¡¡Denme mayúsculas más grandes!!!». Y adjetivos más apocalípticos, por supuesto. Y las tertulias siguen similar camino. Periodistas que sabes que son sensatos bramando sentencias sensacionalistas para intentar que se les oiga, llamar la atención y asegurar el sobresueldo. Y nadie lo para porque es lo que vende (o eso nos dicen mientras cae la audiencia).
Y así la primavera se convierte en la verbena de la exageración.
Mbappé es uno de los tres mejores futbolistas del mundo y lleva 32 goles jugando fuera de posición en su primer año en una liga top. Vinicius tiene 24 años y hace nada se originó un conflicto internacional porque fue segundo en el Balón de Oro. Kane y Haaland se hinchan a marcar por mal que estén los que les rodean. Ancelotti, Simeone y Guardiola han sido, junto a Klopp, los mejores entrenadores del mundo y, aunque las etapas acaban y la crítica es lícita, no han olvidado lo que sabían.
Esta es la realidad. Lo sé yo, lo sabe usted y lo saben los que fingen indignación moviendo mucho los bracitos mirando a cámara, pero, claro, defender lo evidente no genera ruido y el ruido es hoy lo único que importa. Así nos va.
Si comenzamos esta historia hablando de la obra del escritor alemán Erich Kästner, 'Las Dos Carlotas', quizás no sepan que es el libro en el que se basó la película 'Tú a Londres y yo a California'. Y qué curioso que el relato hable de dos hermanas gemelas que, separadas al nacer, se encuentran en un campamento de verano.
Algo parecido le pudo pasar a los protagonistas de este cuento. En el estío de 2023, ambos 'nueves' tenían intereses en la orilla opuesta de sus vidas. Si Álvaro Morata tenía un pie y medio fuera del Atlético de Madrid, a Lautaro Martínez le ocurría lo propio en el Inter de Milán. Lo más curioso es que ambos nombres sonaban para sustituirse en el banquillo contrario.
Sin embargo, el supersticioso o cabalista, como dicen en argentina, Diego Simeone tenía otros planes u otras predicciones, si se permite atribuirle la capacidad de ver el futuro. El técnico tuvo una charla en la pretemporada del Atlético de Madrid en Seúl con Morata para que se quedara y le dijo que estaba en el momento de "dar 18 goles" si lo hacía. "Es un jugador que necesita tener confianza y ahora mismo la tiene del entrenador, del club y también del público", cuentan fuentes rojiblancas.
Morata se quedó y el resto es historia. Lleva 20 goles en 37 partidos, 0,54 tantos por encuentro. Es la mejor media goleadora de su carrera y, con uno más, superaría también la temporada, temporadas en este caso, con más tantos: la 2020/21 con la Juventus y la 2016/17 con el Real Madrid. Además, en la previa ante el Betis, el 'futurólogo' Cholo le dijo a Morata que marcaría, llevaba ocho partidos sin hacerlo, y, pese a fallar un penalti, el delantero anotó el segundo de su equipo.
"Después de Sevilla me ha costado un poco volver, a pesar de hacer los esfuerzos por estar lo mejor posible, hay veces que no se está bien, he tenido ocasiones para hacer goles y no las he metido y lo que quiero es ayudar al equipo y ser positivos porque quedan objetivos por delante", expresó tras el encuentro ante los verdiblancos un delantero que "ha encontrado su sitio", dicen desde el club y que está repleto de "confianza", explican desde su entorno.
Lautaro en un partido con el Inter.EFE
Lo impresionante de estas 'dos Carlotas' es que el éxito de uno se ha visto reproducido en el otro. Lautaro Martínez también mantiene la mejor media goleadora de su carrera, con 0,76 tantos por partido, y este verano fue elegido capitán del Inter de Milán, finalista de la pasada Champions League, con apenas 26 años. "Nunca me imaginé esto, es mérito al trabajo y al sacrificio de mi familia cuando era pequeño, todo es por ellos", comentó el protagonista tras su último tanto en la Serie A. Pero desde su entorno no solo lo imaginaron sino que avisan que aún "no está al máximo de su capacidad".
Hablamos de 102 goles en la primera división italiana, 23 esta temporada, la que más en competición nacional de su carrera, y eso que sólo ha jugado 24 encuentros este año. "Muy contento, aunque son solo números, desde que llegué al Inter no me esperaba este cariño y tanto yo como mi familia estamos muy contentos", confesó. Fuentes próximas comentan que no sólo es este, también el año anterior tuvo un gran rendimiento y mantienen que "cuanta más presión, mejor aguanta los desafíos".
La diferencia de edad entre ambos delanteros no ha impedido que ambos exploten a la vez. "Para un goleador, el gol llama al gol", comenta el argentino Fernando Czyz, periodista de DSports. Este año ambos han respondido a esa llamada y están siendo fundamentales en sus equipos. "Tiene el respeto de esta profesión, del público y de sus compañeros, no solo del Inter sino del fútbol en general. Asume la responsabilidad cuando las cosas se complican", cuentan fuentes cercanas a Lautaro.
Caracteres diferentes
Morata es menos serio que su homólogo del Inter, pero son muchos los compañeros con los que ha compartido caseta que le agradecen la cercanía en el trato y la capacidad de acogida que tiene, especialmente, a los que llegan nuevos. "Él da una imagen como de tristón y es todo lo contrario: bromista, cariñoso, buen compañero... es todo corazón", apuntan desde el vestuario.
Familiares, ambos, y muy centrados en su profesión, estos 'hermanos de fútbol' viven momentos dulces en sus equipos. "Hay una adaptación total, se siente uno de los dueños del club", apunta Czyz sobre Lautaro. Mientras que en el Atlético hablan de un "equilibrio personal y profesional" en la vida de Álvaro Morata.
Importantes en España y Argentina
Ambos, son también importantes en sus respectivas selecciones tras pelearlo mucho durante los últimos años. Morata se ha hecho con el nueve tras marcar 34 goles en 69 partidos, 0,49 tantos por encuentro. Lejos quedan aquellos pitos en Sevilla que afectaron mucho al jugador, pero que los enfrentó y superó gracias a la ayuda de un coach.
Lautaro también ha estado discutido durante su carrera en el equipo nacional porque le costaba más ver puerta. El delantero ha hecho 21 goles en 54 choques, 0,38 de media. "Hay un debate en Argentina sobre quién debería ser el 9 si Julián Álvarez o Lautaro. A día de hoy gana Lautaro", informa Czyz.
Esta noche sólo podrá quedar uno. El Inter parte con ventaja, pero nadie en el conjunto neroazzurri cree que la empresa esté hecha, aunque para Lautaro el Atlético tiene un aroma especial. "Es muy respetuoso con la historia de los equipos contra los que juega. Para un argentino enfrentarse a una historia tan cercana como la del Atlético es una satisfacción. Le da mucha motivación y alegría siempre desde el respeto", concluyen desde su entorno.