Magnus Carlsen declara la guerra a la Federación Internacional de Ajedrez: “Que se jodan”

Magnus Carlsen declara la guerra a la Federación Internacional de Ajedrez: "Que se jodan"

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Fue una pelea por ver quién lleva los pantalones, no solo una discusión sobre el tejido con el que están confeccionados. Magnus Carlsen y la Federación Internacional rompieron este viernes sus relaciones por una chiquillada, en su enésimo encontronazo. El número uno del ajedrez mundial abandonó el Mundial de Rápidas que se disputa en Nueva York y declaró la “guerra total” a la FIDE. “Que se jodan”, dijo enfurecido minutos de no ser emparejado en la novena ronda del torneo, lo que le suponía la pérdida de la partida.

El árbitro jefe, el británico Alex Holowczak, le había pedido que se cambiara de ropa, ya que el código de vestimenta de los Campeonatos del Mundo no permite jugar con vaqueros. El día anterior, Carlsen ya había sido multado con 200 dólares por el mismo motivo, al igual que el ruso Ian Nepomniachtchi, en su caso por usar calzado deportivo. Ante la amenaza recibida, el reincidente Magnus se negó en redondo a obedecer: “Les dije que me cambiaría al día siguiente, pero me dijeron que tendría que ser ya y se convirtió en una cuestión de principios”.

Vieja guerra soterrada

En realidad, la polémica es una excusa, la válvula por la que escapó toda la presión acumulada entre el mejor ajedrecista de la historia y un órgano directivo que se resiste a plegarse a las exigencias de su principal estrella. Carlsen no ha disputado los últimos dos Mundiales de ajedrez clásico por desavenencias con el formato de juego, que por otra parte es el mismo con el que él se proclamó campeón. Al noruego le empiezan a aburrir las partidas de larga duración y apuesta por los formatos más rápidos e incluso por la vieja variante que proponía Bobby Fischer, otro campeón que acabó rompiendo con el mundo.

Hace unos días, de hecho, Magnus y sus socios del Freestyle Chess, modalidad en la que se sortea la posición inicial de las piezas, firmaron un extraño acuerdo de paz con la FIDE. Según reveló el número uno, la Federación había amenazado con castigar a los jugadores que se pasaran a esta variante. Al final, el “ajedrez libre” renunció a crear el título de campeón mundial y el ajedrez oficial decidió permitir una coexistencia pacífica, al menos hasta ahora.

El Mundial de Rápidas, por otro lado, no iba nada bien para Carlsen, que tuvo una primera jornada mediocre y que no terminaba de remontar en la segunda, como sus incondicionales y él mismo esperaban. Perder la novena ronda por incomparecencia le habría supuesto quedarse sin opciones prácticas de revalidar su título. Con este abandono, y el subsiguiente en el Mundial de Ajedrez Relámpago que empieza mañana, Magnus terminará su primer año en más de una década sin tener sobre su cabeza ninguna corona como campeón. Pese a todo, en 2024 siguió demostrando todo su potencial en los torneos privados.

Unas normas para todos

Tras el abandono de Carlsen, la FIDE emitió enseguida un comunicado en el que explicaba que no podían hacer excepciones con ningún jugador. El texto comparaba la actitud del noruego con la de Nepomniachtchi, que había accedido a cambiar su calzado tras ser advertido. También recordaba que las normas de etiqueta no son nuevas y que son redactadas por una comisión formada por otros ajedrecistas y expertos.

La noticia de la marcha de Carlsen, que sería grave en cualquier torneo, estalló en medio de un Campeonato del Mundo, cuyos resultados deportivos perdieron interés de repente. No todos reaccionaron igual. Los grandes maestros españoles Pepe Cuenca y Miguel Santos, que comentaban en directo las partidas en Chess24, mostraron su estupor por la rigidez de la FIDE y animaron a los otros participantes a presentarse a jugar al día siguiente en vaqueros, como medida de protesta. Otro GM muy conocido, el estadounidense Maurice Ashley, encargado de la retransmisión oficial en inglés, se alineaba con la postura de la Federación Internacional.

Resultados deportivos

A todo esto, a falta de cuatro partidas (de trece), el Mundial lo lideran el polaco Jan-Krzysztof Duda, el indio Arjun Erigaisi y el ruso Alexander Grischuk, con 6,5 puntos de nueve posibles. Los tres españoles no están en la lucha por las medallas. Alan Pichot y David Antón llevan 5 puntos, por 4,5 de José Carlos Ibarra. Medio menos ha logrado el prodigio argentino de 11 años Faustino Oro, quien empezó con tres derrotas y luego empezó a liquidar a varios grandes maestros casi con facilidad. Carlsen, por su parte, tenía 5 puntos, con una partida menos.

En el cuadro femenino, la ajedrecista china Ju Wenjun comanda la clasificación, empatada con las indias Humpy Koneru y Harika Dronavalli, con 6,5 puntos en ocho partidas. Las españolas Sara Khadem (4,5) y Marta García (3,5) las siguen de lejos.

Por desgracia, más que por ver quiénes se convierten en campeones del mundo de ajedrez rápido y relámpago, ahora hay más expectación por saber cómo acabará la guerra entre Carlsen y la organización que preside el ruso Arkady Dvorkovich. Tampoco sería la primera vez que el mundo del ajedrez se queda sin su mejor jugador: ocurrió con Bobby Fischer, con Garry Kasparov, cuando montó su propia organización al margen de la FIDE y fracasó, y ahora pasará con el noruego si nadie es capaz de remediarlo. Otra ausencia notable en Nueva York ha sido la del flamante campeón del mundo, el indio Gukesh Dommaraju, que tenía demasiado reciente el esfuerzo por lograr el título en Singapur.

kpd