El pasado viernes, entre los asistentes a la Asamblea Extraordinaria convocada por Luis Rubiales en la sede de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) había otro Luis Rubiales. Apoyando al presidente de la RFEF en sus horas más bajas, además de sus hijas -a las que se dirigió directamente durante su polémica intervención-, entre el público que había acudido al salón de actos estaba su padre, junto al que estos días se ha refugiado en su localidad natal, en Motril (Granada), y que ha formado parte, cuentan, del sanedrín más íntimo con el que el ex futbolista ha ido perfilando y mutando su estrategia tras el incendio social y mediático que provocó su beso no consentido a la jugadora de la selección Jenni Hermoso.
La tarde del jueves, en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, dicen que los dos Rubiales, padre e hijo, estuvieron reunidos, apenas unas horas antes de que el presidente de la Federación dejara a todos con la boca abierta con su decisión de no dimitir pese a la condena y el rechazo generados por su actuación. “No voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir, no voy a dimitir”, dijo para asombro de propios y extraños.
Es probable que uno de los pocos, poquísimos, que conocían el cambio de criterio del presidente de la RFEF fuera, precisamente, su padre, con el que tiene una estrecha relación y al que suele escuchar. Pero, ¿quién es el padre de Luis Rubiales?
Luis Manuel Rubiales López, que ése es el nombre completo del padre del presidente suspendido de la Federación, conoce de sobra los entresijos de la política y el poder. Podría decirse que para un hijo como el suyo, que ha tenido que moverse por los despachos para llegar donde ha llegado, es una enciclopedia de conocimiento.
Dilata carrera política
No en vano, Luis Rubiales, el padre, tiene a sus espaldas una dilatada carrera política en la que el PSOE fue su casa la mayor parte del tiempo. Fue alcalde de su pueblo pero no solo eso. Además, formó parte de los gobiernos socialistas de la Junta de Andalucía, como delegado provincial de la Consejería de Empleo en Granada, y cultivó las relaciones personales y políticas con quienes mandaban en los despachos nobles de la capital andaluza. Los testimonios gráficos que hay de aquella época dan fe de su buena sintonía con Manuel Chaves, presidente de la Junta, o con los consejeros.
Pero, por empezar por el principio, hay que señalar que la carrera política del hasta ahora padre del jefe del fútbol español dio comienzo en el año 1987 en Motril. Sólo ocho años después, tras haber sido concejal, en 1995, se convirtió en alcalde de la localidad por el partido en el que militó la mayor parte de su vida, el PSOE.
En alguna entrevista, Rubiales, el padre, alardeaba de haber promovido la primera huelga de enseñanza media durante la dictadura franquista. Eso fue justo antes de debutar en política, porque Luis Rubiales López, antes de ser político fue profesor de Primaria tras licenciarse en Psicología. Dio clases, por ejemplo, en Canarias y fue en aquellos años en los que nació su polémico hijo.
Cuando ya era alcalde de Motril, cuenta una concejal con la que coincidía habitualmente, Rubiales, el padre, era un político “que mandaba”, un “socialista de los de antes”. Y, cuentan otras fuentes, con un punto populista que le hacía conectar a la perfección con sus vecinos.
Imputado por los ERE
Su carrera política progresaba adecuadamente y fue nombrado delegado provincial de la Consejería de Empleo en Granada, pero ese ascenso fue, a la postre, lo que marcó su caída en desgracia en la política y el origen de sus mayores quebraderos de cabeza, al recibir una imputación judicial por el mayor caso de corrupción en la historia de la autonomía andaluza, los ERE.
La culpa la tuvo una huelga en el servicio de recogida de basuras que afectaba a varios municipios de Granada. Para garantizar la paz social se recurrió a la famosa partida presupuestaria 31L, la bautizada como el ‘fondo de reptiles’, con el que desde la Consejería de Empleo se facilitaron ayudas, entre los años 2006 y 2007, a las dos empresas vinculadas a ese servicio, FCCy Cespa. El padre de Rubiales jugó, según la investigación de la Guardia Civil, un papel principal como delegado provincial de Empleo.
Lo confirmó el juez José Ignacio Vilaplana, del Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, en el auto por el que, el 14 de febrero de 2020, no solo confirmó la imputación de los nueve procesados en esa pieza separada de los ERE -entre ellos Rubiales padre-, sino que les envió al banquillo tras constatar graves indicios de ilegalidad en las subvenciones que dieron a FCC y Cespa.
En ese auto, relata el juez Vilaplana cómo los procesados actuaron “de forma injusta y arbitraria” y cómo las ayudas públicas se dieron al margen de cualquier procedimiento de control y de forma totalmente arbitraria.
La Fiscalía de Sevilla pidió para cada uno de los acusados una condena de tres años de cárcel y ocho años y tres meses de inhabilitación. El juicio, según confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), está pendiente de celebrarse.
Los ERE marcaron su declive político, pero Rubiales padre se resistió. El PSOE le dejó de lado y él dio un portazo al que había sido su partido de toda la vida para enrolarse en las filas de una formación comarcal, Convergencia Andaluza, con la que se presentó a la alcaldía de Motril, en 2011, consiguiendo un acta de concejal. Pero dos años después, entones sí, Luis Rubiales López desistió y dejó para siempre la política.