Sonreía Al Khelaifi en el palco del Parque de los Príncipes tras el pitido final del duelo ante el Arsenal, estaba el presidente del PSG ante la segunda oportunidad de conseguir la ansiada Champions que el Bayern le negó en aquella burbuja pandémica en Lisboa en 2020. Pensaría el dirigente en la despedida de Kylian Mbappé, un jugador que, pese a decir que su “sueño era ganar una Champions con el PSG”, salió destino al equipo que lo había conseguido 15 veces.
Era el único título que les faltaba a ambos. Pero ahora son los franceses los que están en la final y no los blancos. Seis títulos en los últimos 10 años, parecía una apuesta segura la del delantero. Pero en este primer envite, quien resultó ganador fue el mandatario. La suya fue Luis Enrique, un entrenador que había conseguido el triplete con el Barça con un juego que costó implantar en el campeón francés, pero ahora lo han asimilado de una manera brillante y, sobre todo, efectiva. “Creo que nosotros merecemos estar en la final”, valoró el entrenador parisino.
No necesitaron realizar su mejor juego en este segundo partido ante el Arsenal, pero su pólvora arriba consiguió lo que intentó la británica, mojada en los últimos metros. Aunque es complicado dilucidar si la falta de gol gunner fue por demérito propio o mérito ajeno. Más bien lo segundo. “Un equipo para ser grande necesita un portero como Gigi”, alabó Marquinhos a su portero.
Donnarumma resultó un muro bajo palos, con paradas espectaculares en todos los momentos del encuentro: desde el agobio inicial inglés hasta las desesperadas llegadas finales para volver a meterse en el partido. “El mejor jugador de los dos partidos ha sido el portero que les ha ganado la eliminatoria”, concretó Mikel Arteta, entrenador del Arsenal.
Aspira el equipo de Luis Enrique al triplete, esta vez con el ya proclamado campeón de la liga francesa a falta de cuatro jornadas. “Somos un equipo de raza”, calificó. Se lo jugará en el espacio de una semana. El Reims espera en el último título doméstico, el Inter en el europeo, el más deseado. Son tres los entorchados en la máxima competición continental de los italianos. “El Inter es un equipo muy difícil, pero queremos hacer historia en el club”, explicó Marquinhos.
Cuando Felix Zwayer pitaba el final del encuentro, el asturiano corría a saludar a Arteta en un abrazo cariñoso, pero breve. “Hemos sido mejores que el rival y merecíamos más, pero estamos fuera”, valoró el técnico vasco. Luego, la euforia, corro de la patata con todo su cuerpo técnico mientras el estadio estallaba. Era mucha la tensión que había vivido el técnico, renovado este año hasta 2027, para lograr el sueño de los qataríes. De momento les ha llevado de nuevo a una final tras un “camino tortuoso” cinco años y cuatro entrenadores después.
La final, mejor sin el Barça
A algunos les parecerá un reto, otros, como el fichaje de este año, Joao Neves, pensaban que “con este gran equipo sería raro no llegar a la final”. Aunque admitió el mediocampista luso que “siempre hay que sufrir” y que “siempre hay algo para mejorar” a la hora de lograr lo que todos ansían: la Orejona. “Perdí la primera, sé cómo es de difícil jugar una final, pero también el camino de llegar a ella”, concluyó Marquinhos.
Luis Enrique, que celebró justo a las 0.00 su 55 cumpleaños, se alegró de no tener que jugar la final contra un FC Barcelona que, a su juicio, mereció pasar a ella por el juego desplegado. “Jugar la final contra el Barça hubiera sido lo peor”, reveló el asturiano sobre el choque emocional que le habría supuesto. No obstante, se verá el 31 de mayo en Múnich.