Lamine Yamal tiene sólo 17 años. Es algo que hay que repetir una y otra vez para dejar meridianamente clara la magnitud de lo que está haciendo el crack del Barça sobre los terrenos de juego. Se estrenó con el primer equipo cuando aún era un quinceañero y, desde entonces, su progresión ha ido subiendo peldaños a una velocidad casi de vértigo. Esta misma temporada, cuando estuvo en la diana por su sequía goleadora (cabe aclarar que, ahora mismo, no destaca precisamente por su gran producción en ese sentido), el chaval de Rocafonda dejó caer que lo suyo son los partidos grandes. Y nadie puede decirle que no haya cumplido con su palabra.
Aún está lejos de tener la producción anotadora que cosechó Leo Messi, si bien cabe aclarar que al argentino también le costó destacar en ese sentido. Pero, cuando empezó a sumar goles con frecuencia, era casi imparable. No en vano, el argentino es ahora mismo el máximo goleador de la historia del club. Lamine Yamal aún tiene muchos años por delante para tratar de alcanzarlo. Por lo pronto, ya ha dejado unas cuantas acciones para el recuerdo. Tanto con la camiseta azulgrana como con la de La Roja. Por así decirlo, sus cinco obras maestras.
8 MARZO 2024. Empecemos con el que los propios seguidores culés votaron como el mejor tanto de la temporada pasada: el que significó el triunfo ante el Mallorca en Montjuïc. Cuando faltaban poco más de 17 minutos para el final del tiempo reglamentario, con la oposición de un defensor y estando apenas un par de metros dentro del área, mandó el balón a la escuadra derecha de la portería para desatar el delirio de los seguidores barcelonista.
9 JULIO 2024. La segunda obra maestra de Lamine, si aplicamos un orden cronológico, podemos encontrarla en la pasada Eurocopa. En el duelo de semifinales que enfrentó a España y Francia, el joven delantero azulgrana se encargó de poner la momentánea igualada en el marcador con un disparo desde fuera del área, centrado y quizás a algo más del metro y medio del semicírculo, que acabaría colándose muy cerca del poste derecho de la portería de los bleus para abrir el camino de una remontada culminada por Dani Olmo.
12 ENERO 2025. La tercera la firmó ante el Real Madrid en la Supercopa de España, con un toque suave al balón tras llegar a al área blanca para mandarlo de forma teledirigida muy cerca de la cepa del poste derecho de la portería de Courtois e igualar el madrugador tanto inicial de Mbappé en un partido que acabaría con triunfo por 2-5 para el equipo de Flick.
11 MARZO 2025. El cuarto golpe de genio del delantero lo encontramos en un duelo de vuelta de los octavos de final de la Champions de este mismo curso marcado por el fallecimiento del doctor Carles Miñarro. Desde la frontal, con un toque sutil, hizo inútil el intento del portero rival por desviar su disparo y volvió a adelantar a su equipo en el marcador después de que Otamendi hubiera igualado el tanto inicial de Raphinha. El partido, finalmente, se saldaría con triunfo local por 3-1. Lamine llegó a asegurar que ese tanto fue incluso mejor que el que le marcó a Francia.
30 ABRIL 2025. Estaba por llegar el ayer frente al Inter. De nuevo, casi acariciando el balón y tras internarse en el área encarando a todo rival que trataba de salirle al paso, se sacó de la chistera un disparo que significó el momentáneo 1-2 en un partido de locos, con una actuación muy elogiada por Simone Inzaghi, el técnico rival. «Es uno de esos talentos que nacen cada 50 años», zanjó.
Siempre que se lo preguntan, responde con contundencia. Incluso con un cierto deje de hastío. Y, siempre lo mismo: Xavi Hernández piensa dejar el Barcelona al final de la temporada. Así lo aseguró tras la dolorosa derrota en casa frente al Villarreal del pasado 27 de enero y así lo sigue asegurando desde entonces. En sus trece. Eso sí, casi siempre suele dejar una coletilla final que invita a pensar en otras cosas: «A día de hoy». Una fórmula con la que, quizás, sólo pretende plasmar la incertidumbre que rodea a un mundo, el del fútbol, en el que pasas de héroe a villano en un suspiro. Pero que también parece dejar la puerta entreabierta a una continuidad que, por ahora, insiste en cada rueda de prensa en dar por descartada.
Lograr el pase a cuartos de final de la Champions, eso sí, no parece suficiente para cambiar de idea. Al menos en público. «A día de hoy, todo sigue igual. Vosotros decíais que me iban a echar si perdía», aseveró el entrenador azulgrana ante las cámaras de Movistar nada más acabar el partido. Una afirmación que, a su vez, fue un poco la antesala de una respuesta a un titular crítico con el juego del equipo, a raíz de la derrota ante el Shakhtar Donetsk del pasado mes de noviembre, que el técnico tenía casi guardada en el congelador.
«Se presiona mucho a los jugadores, que si a vida o muerte, que si ultimátum... Les he dicho que tranquilos, que hoy no moría nadie. Ha habido mucha crítica injusta. Se dijo que éramos el bufón de la Champions... Jugar con esa presión... De periodistas que cubren y son del Barça. ¿Qué hacemos con el bufón de la Champions? ¿Qué hacemos? Estoy contento, feliz... Es uno de los mejores momentos como entrenador y esperamos el sorteo, pero hay cosas innecesarias», desgranó el técnico en la sala de prensa de Montjuïc.
25 periodistas 'guardiolistas'
Las reacciones a sus palabras, cómo no, no tardaron en llegar. Entre ellas, hubo una que destapó que Xavi estaría molesto con hasta 25 periodistas a los que consideraría próximos a un Pep Guardiola cuya sombra sigue siendo muy alargada en el entorno barcelonista y que esa proximidad, precisamente, sería el detonante de una serie de informaciones que consideraría poco menos como ataques.
«Veo negatividad. Es una guerra perdida. Estamos ante una situación en la que no se explica la realidad. Estamos en cuartos, volvemos a respirar. Si hasta este momento el ambiente es irrespirable, lo mejor es no pasar. Calma y dejar trabajar. Hay mucho interés. Es el entorno que tenemos», lamentó.
Los jóvenes, la mejor noticia
Más allá de su continuidad en el club y de su desencanto por las críticas recibidas, hay también una cosa muy clara acerca de Xavi. Ni en un partido con tanto en juego como el disputado ante el Nápoles, le ha temblado en absoluto el pulso a la hora de apostar abiertamente por el talento, sin tener en cuenta la edad. Así se explica que Lamine Yamal, un jugador capaz de desbordar como pocos en ataque, Fermín López, centrocampista incansable siempre dispuesto a dar el máximo por el equipo y Pau Cubarsí, un central que, a sus 17 años, tiene un aplomo y un desplazamiento de balón muy superior al de jugadores de Primera mucho más veteranos, tuvieran un papel decididamente protagonista.
Cubarsí se doctoró en su debut en la Champions. No en vano, el defensa acabó siendo reconocido como el MVP del partido, su nombre fue coreado tanto por la grada como por sus propios compañeros, dentro y fuera del vestuario, y todo invita a pensar que será un fijo en los esquemas del ex centrocampista azulgrana, sea quien sea el rival que vaya a tener delante. «Cuando tiene la pelota, mis pulsaciones no suben. Es una maravilla. Tiene el cerebro muy bien amueblado y su interés por mejorar le hace cada día mejor. Estamos delante de una irrupción maravillosa para el Barcelona y para el fútbol español», sentenció el propio Xavi tras el duelo con el Nápoles.
Este viernes por la mañana se conocerán las convocatorias de la selección española absoluta y de la sub'21. Y el central, que no ha sido convocado ni por la sub'17 ni por la sub'19, podría continuar con su progresión entrando directamente en la lista de Luis de la Fuente.
Hace unos meses que Jota, cantante de Los Planetas, preguntó a Álvaro Rivas por qué se había hecho del Real Madrid si su padre era del Atlético. «Hasta ese momento, nunca lo había verbalizado», admite el cantante de Alcalá Norte, antes de razonar su respuesta. «Cuando yo nací, mi madre murió en el parto. Hacerme del Madrid fue un detalle con mi abuelo materno, que era muy del Madrid y vecino de Chamartín. De un modo inconsciente tomé esa elección para darle cariño a mi familia materna», desarrolla Rivas, en conversación con EL MUNDO. En febrero de 2007, días antes de cumplir 12 años, Álvaro vio en el Vicente Calderón junto a su padre el primer gol de Fernando Torres en un derbi. Sin embargo, mañana no querrá compañía para disfrutar de la ida de octavos de Champions. «Ni de broma voy a verlo con él. En estas ocasiones preferimos harcelo por separado», añade el autor de La vida cañón, uno de los grandes himnos de 2024. En un momento de distanciamiento entre los clubes, con Florentino Pérez y Miguel Ángel Gil enfrentados a propósito de los árbitros, el caso de Rivas ilustra la rivalidad ciudadana. La de un derbi agitado por las vaivenes históricos y marcado por los extremos.
Estos días, en la sede del Partido Popular de Madrid se suceden las escenas de sano pique deportivo. «Debido a mi cargo, a mí se me respeta bastante. Es cierto que en el PP hay mucho madridista, pero como soy un liberal convencido, allá cada cual con sus decisiones y sus errores», bromea Alfonso Serrano, secretario general de los populares madrileños. Durante su época de portavoz, Serrano inició una tradición que mantiene hasta hoy. «Tras alguna gran victoria, las reuniones del grupo parlamentario arrancan con el himno del Atleti», desvela Serrano, apoyado por el alcalde, José Luis Martínez-Almeida y con la frontal oposición de Carlos Díaz-Pache, portavoz en la Asamblea.
Una marcada división interna en el PP que derriba algunos tópicos sobre el extracto social de las aficiones. «Hemos superado los estereotipos y ahora vivimos un fenómeno totalmente transversal, que trasciende el barrio y la ciudad, la clase social o los niveles de renta. Aun así, creo que el madridista es más prepotente y el aficionado del Atlético, más dado a saborear la victoria. La pasión de un partido en el Metropolitano no tiene nada que ver con el ambiente del Bernabéu, donde además de apoyar y disfrutar, lo que la gente quiere es exigir a su equipo», relata Serrano.
«Romantización excesiva»
La bipolaridad entre un Madrid supuestamente favorecido, desde los tiempos del franquismo, por las instituciones, frente a un Atlético sufridor, bohemio y canalla, también es puesta en cuestión en nuestros días. «Eso del adalid de las causas perdidas supone una romantización excesiva. Nos gusta montarnos muchas películas, pero no creo que haya tanta profundidad. ¿Por qué somos del Atleti? Porque es el equipo que nos emociona. Pero no tiene nada que ver con las victorias o las derrotas. Como decía Luis Aragonés: "Si el Atlético es El Pupas, ¿los demás qué son, El Costras? La grandeza va por otro lado, no por el número de copas expuestas en una vitrina», apunta a este periódico Juanan Cantelar, socio fundador de Los 50, una asociación que lucha por recuperar la verdadera historia del club rojiblanco.
El veredicto de Cantelar sobre la presunta filiación franquista del gran rival ciudadano derriba algunos mitos. «A Franco no le gustaba el fútbol, pero cuando el Madrid empieza a ganar Copas de Europa, ese éxito le viene fenomenal como instrumento de propaganda de la Dictadura. Por tanto, no oculta una cierta simpatía por ellos, dado el aperturismo que suponía en un momento de aislamiento internacional. ¿Esto quiere decir que el Madrid fuese un club franquista? Sólo hay que analizar las cosas a la luz de su momento».
Tampoco conviene olvidar que el mismísimo Santiago Bernabéu, durante su etapa como futbolista, traicionó al Real Madrid para disputar la temporada 1920-21 con los colchoneros. Y que, pese a su sincera amistad con Javier Barrios, presidente del Atlético, siempre consideró al vecino con mucha más antipatía que al Barça, cuya enemistad fue posterior y de carácter sociopolítico. «Obviamente había rivalidad, pero también otro tipo de valores», completa Cantelar. «En 1964, el Atlético jugó unas semifinales de la Recopa contra el Nuremberg en el Bernabéu y la opinión general del madridista era que ganara el vecino. De igual modo que entre la afición rojiblanca no se veían con odio los títulos de Copa de Europa del Madrid», sostiene el autor de 95-96: El año del doblete (Alborada, 2005).
Santiago Bernabéu y Vicente Calderón, en una imagen de 1975.EFE
A estas muestras de mutuo respeto, Cantelar añade el gol de Rubén Cano en Belgrado, que otorgaría el billete a España para el Mundial de 1978, cuando Juanito salió «a abrazar como un loco a un jugador al que odiaba a muerte en el campo»; la cesión de Ramón Grosso en 1963, cuando el Atlético coqueteaba con el descenso; o la fotografía de Alfredo Di Stéfano con la camiseta rojiblanca en 1955, durante un partido homenaje a Adrián Escudero. Entonces, muchos madrileños adquirían los carnets de socio de ambos equipos para ver cada domingo a uno. «No había un clima de antimadridismo, ni viceversa», finaliza Cantelar, subrayando que ahora vivimos «en una escalada de violencia», con un ambiente «muy encanallado».
Este feo panorama, sin embargo, se matiza en boca de Miguel Aguilar, director literario de Debate, Taurus y Random House. «Aún tengo grabado un derbi en los 90, cuando a la salida del estadio vi a un tipo a quien estaban zurrando con una cadena. Ni siquiera recuerdo si eran Ultras Sur los que pegaban y alguno del Frente Atlético quien recibía. O viceversa. Esa violencia tan exacerbada, afortunadamente, se da mucho menos. Ahora hay otra más gestual, como esta moda de colgar monigotes en los puentes de la M-30», apunta este confeso madridista, en cuya memoria aún permanecen el doblete de Raúl en el Calderón en 1997, el cabezazo de Sergio Ramos en la final de Lisboa o la inmortal jugada de Karim Benzema en las semifinales de 2017, el último derbi disputado en el Calderón.
«Identificación con la hinchada»
A juicio del prestigioso editor, tanto Diego Simeone como Carlo Ancelotti juegan un papel «muy representativo» en la historia de sus clubes. La pasión del argentino conecta con el Metropolitano, mientras la mano izquierda de Carletto siempre ha encandilado a Chamartín. «Admiro la identificación del Atlético con su hinchada. Ganar una Liga al Madrid de Cristiano Ronaldo y el Barça de Leo Messi tuvo un mérito asombroso. Jugar dos finales de Champions, también. Mantenerse tanto tiempo es algo que muy pocos han conseguido. Pero no me quedaría con muchas características de Simeone. Hay una broma que suelo hacer a mis amigos colchoneros: El Cholo debería fichar por el Madrid sólo para que pudiéramos destituirlo en la segunda jornada».
El reciente mensaje de Simeone a propósito de los árbitros, apuntando a favores que se remontan a más de un siglo, tampoco ha pasado desapercibido entre sus fieles. «Si alguien no tiene motivos para quejarse del trato arbitral es el Madrid. En los derbis tenemos ejemplos a manos llenas. Soy un firme defensor del VAR, porque reduce el margen de error y convierte en más legítima cualquier victoria o derrota», desvela Serrano. Por el contrario, Rivas observa con «bastante distancia» las polémicas. «El caso Negreira pinta bastante feo, pero también hay que asumir que todo ha salido a la luz cuando ya no tiene consecuencias deportivas. Por mucho que quieras amañar o inclinar el campo hacia un lado, el deporte siempre se va a imponer», cierra el músico, recuperado de sus cuatro cirugías para corregir una rara infección intestintal.