Repetía Ancelotti en sala de prensa que “no había ansiedad ni frustración”, pero las sensaciones en el Real Madrid decían lo contrario. El conjunto blanco empató en Mallorca y Gran Canaria, donde dejó muestras de su mal momento, y venció al Valladolid después de una primera parte de nervios en el Bernabéu. Ante el Betis mejoró, pero se fue al descanso 0-0 entre el runrún de la grada. Tras el paso por vestuarios, ahí sí, fue un ciclón hacia la portería de Rui Silva. Marcó dos Mbappé y la plantilla de Ancelotti respiró hacia un parón de selecciones que “no viene bien”.
“El parón no viene bien, nunca viene bien porque te quita a los jugadores, sobre todo a los que viajan a Sudamérica, a los que les cuesta regresar y descansar. Cuando hay parón, lo que pido es que no tengamos lesiones, este es el peligro más grande. Sólo pido que vuelvan todos bien”, rezaba Ancelotti ante los medios.
Sin Camavinga ni Bellingham, ambos lesionados, otro percance físico dejaría al Madrid muy tocado. Aunque esas serán reflexiones para dentro de unos días. Ahora mismo la sensación en Chamartín es de alivio. El conjunto blanco está a cuatro puntos del Barça, pero camina hacia estos 15 días de pausa con un 2-0 ante un rival de la zona alta, con dos goles de su nueva estrella, con la portería a cero y la química renovada. El primero, él, Kylian Mbappé.
“Tres partidos para otra persona es poco, pero para mí es mucho”, reconocía en la zona mixta del Bernabéu, en la primera vez que hablaba ante los medios de comunicación desde su presentación de julio. En perfecto español, como siempre, el delantero galo mostró discurso y argumentos de futbolista capaz de controlar las cosas, dentro y fuera del campo. “Sé que cuando un jugador como yo llega a un equipo como este cambian muchas cosas, no estoy loco, pero de verdad creo que desde los primeros partidos estamos mejorando. Mejoramos y me siento bien, sé que yo lo puedo hacer mejor y como equipo también”, declaró.
La sombra de otras grandes estrellas como Cristiano, su ídolo, es alargada, pero el galo lo asume: “No es presión, es fútbol. Todo el mundo sabe el respeto que tengo por Cristiano, pero vengo para ser Kylian. La única presión que tengo es la de tener que adaptarme al equipo”.
Esa adaptación parecía ideal en la Supercopa de Europa contra el Atalanta, pero no ha fluido igual en los tres primeros partidos de Liga. Su posición, muy pegada a veces a la de Vinicius, las dificultades del Madrid en salida de balón, las lesiones y la forma física de la plantilla, todavía lejos de su mejor nivel, han influido en la pequeña sequía del ex del PSG, rota ante el Betis.
“Puedo jugar en las tres posiciones del ataque, como he hecho en París, el Mónaco o la selección francesa. Mi posición es un debate para la gente de fuera, no es algo que tenga en mi cabeza”, explicó, dejando claro que es él el que se debe adaptar a sus compañeros, especialmente a Vinicius. “La gente habla de mí y de Vini, es normal, somos dos jugadores famosos. Ahora tengo que aprender de él, de sus movimientos, de lo que le gusta en el campo”, continuó, insistiendo que ha llegado con “humildad“.
“He llegado de manera natural, con humildad, con ganas de pasarlo bien también fuera del campo con los compañeros y el club. Son todos grandes personas además de grandes jugadores. Las cosas van a mejorar con Vini como con el resto de jugadores, tácticamente, técnicamente, aunque jugamos cada tres días y no hay mucho tiempo para entrenar, pero vamos a tener una gran temporada, seguro”, respondió, contundente.
La decisión de los penaltis
En el fondo, Mbappé necesita tiempo. Tiempo y goles. Y química. Una química que, a la espera de más tantos, parece haber encontrado fuera del césped con Vinicius. Ancelotti les ha encargado dividirse los lanzamientos de penalti y ambos parecen haberlo encajado con naturalidad. Contra Las Palmas lanzó el brasileño, y ante el Betis el propio Vini buscó a Mbappé para señalarle que lanzara él. “Vinicius ha sido muy altruista en dejar el penalti a Kylian. Creo que entre ellos tienen una buena relación”, reconoció Ancelotti, que quiso matizar que “nunca le pusimos presión”, en referencia al atacante francés.
“Es una comunicación, Vini tira el primero y yo el segundo. El míster nos da libertad. No quiero forzar las cosas, quiero hacerlo de manera natural”, explicó luego Mbappé, que es consciente de la presión que hay sobre él. “Sé que cada partido tengo que marcar. Llevaba tres partidos sin marcar y la gente ya hablaba… No me sorprende, vengo de París y es lo mismo. Es parte de la vida de un gran club. No nos afecta”.