La geopolítica de Qatar en el ‘caso Mbappé’: de Al-Khelaifi al jeque Jassim, de París a Manchester

La geopolítica de Qatar en el 'caso Mbappé': de Al-Khelaifi al jeque Jassim, de París a Manchester

Actualizado

El país árabe parece cansado de París y quiere aterrizar en la Premier, donde triunfan Emiratos (City) y Arabia (Newcastle). El presidente del Banco Islámico de Qatar está a punto de comprar el Manchester United.

Mbappé, durante un entrenamiento con Francia.Michel EulerAP

«Qatar se ha cansado del PSG. Su objetivo ahora es el Manchester United». Un agente de futbolistas con contactos en París y en la Premier League resume en una frase uno de los factores más importantes en el caso Mbappé. Es mucho más que un futbolista cambiando de equipo. Es otro vértice de la geopolítica del deporte, del incipiente dominio de los países árabes sobre el deporte mundial y de la lucha de poder entre los tres grandes protagonistas económicos y deportivos del Golfo Pérsico: Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudí y Qatar.

Los Emiratos poseen al actual campeón de la Champions, el Manchester City, y, entre otros, al mejor equipo ciclista del mundo (UAE). Los saudíes, que han sido los últimos en aparecer en el plano global, han roto el tablero del fútbol. Compraron el Newcastle, al que han llevado a la Liga de Campeones, y han reforzado su propia liga con los fichajes de Cristiano, Benzema y varios jugadores lejos de la jubilación, pagando por su imagen como embajadores de su gran objetivo: el Mundial 2030.

Doha, por su parte, ha celebrado el premio gordo: el Mundial. Tendrá los Juegos Asiáticos de 2030 y quiere los Olímpicos de 2036. Eventos que junto a Grandes Premios de Fórmula 1 y MotoGP o torneos de tenis e incluso el Mundial de baloncesto 2027 le convierten en el centro neurálgico del deporte. Pero Qatar quiere más y siente que está perdiendo la carrera futbolística contra Emiratos y Arabia. Ahí aparecen Mbappé y el PSG.

El conjunto de París, protagonista de la conquista qatarí desde el aterrizaje árabe en 2011, no ha logrado concretar en títulos europeos todo el dinero gastado. Al contrario que los jeques del City, campeones de Europa una vez y finalistas otra, los galos sólo han rozado la gloria una vez, contra el Bayern en aquella edición de la pandemia. Han sido cabezas mediáticas del fútbol continental, han acumulado talento, desde Ibrahimovic a Messi, Neymar, Ramos o el propio Mbappé, pero la Ligue 1 no da el caché suficiente y la Champions no sólo se consigue con dinero. Mientras, la Premier se ha convertido en la mejor liga, la que más dinero genera y, lo más importante para los qataríes, la que más gente ve. Eso quieren, no otra cosa: visibilidad y dominar.

El cambio de Al-Khelaifi

El terremoto Mbappé ha desempañado la realidad del proyecto deportivo de Qatar. Al-Khelaifi, que en 2021 admitía que a Mbappé «nunca le vamos a vender y nunca se irá gratis», destila ahora a sus periódicos bandera que venderán este verano al francés si no renueva su contrato, que termina en junio de 2024. En el verano de 2022, con el Mundial de Qatar todavía por disputar, en París ni siquiera valoraban esa posibilidad cuando llegó la oferta de 200 millones del Real Madrid. Ahora sí.

La clave de Qatar está hoy en Manchester. El jeque Jassim bin Hamad al-Thani, que sí es jeque, no como el presidente del PSG, está a escasos días de comprar el Manchester United por 6.000 millones de euros. Hijo del ex primer ministro de Qatar, es presidente del Banco Islámico del país y se hará con el 100% de los red devils, girando toda la atención de Qatar hacia la Premier League, convertida en patio de recreo de los árabes. Jassim se formó académicamente en Londres, donde vivió con su padre, y mantiene contacto con gran parte de la aristocracia británica. Mantienen que no tienen nada que ver con Qatar Sports Investment, el fondo soberano del país, para evitar así el control de UEFA, que no permitiría dos equipos de la misma propiedad en la Champions. Jassim llegará con otro fondo, otro grupo, pero con el mismo origen.

Un traspaso… Pero no al Madrid

Por todo eso, en las conversaciones de estos días entre agentes y directivos del fútbol europeo hay una sentencia: «Mbappé puede querer ir al Madrid, pero el PSG prefiere venderlo a cualquier otro club». Y en ese «cualquier otro club» entra el Manchester United, club grande de Inglaterra, propiedad también de Qatar en el futuro, rival local y nacional del City y de Emiratos… Una hipotética mudanza de Mbappé a Manchester dejaría una Premier entre el galo y Haaland, como aquellas Ligas entre Cristiano y Messi. Mientras, Qatar diluye al PSG. Se han ido Messi y Ramos, buscan salida a Neymar, han fichado a Asensio y quieren a Kang-In Lee y al uruguayo del Sporting de Lisboa Ugarte, de un escalón inferior.

Por su parte, el Madrid, que ha conseguido ganar a la Premier la carrera por Bellingham, estrella de la selección inglesa, se planta como la gran alternativa a la Superliga inglesa, en una pelea que sigue combatiendo bajo el proyecto de su propia Superliga europea. En el Bernabéu hay cierta calma tensa por Mbappé. El jugador ha dicho que no renovará en 2024 pero que seguirá en París un año más, forzando al PSG a tomar una decisión. El Madrid pondrá sobre la mesa de Al-Khelaifi el dinero que pida este verano y, si los galos optan por vender, esperará que el deseo del futbolista gane a la necesidad mediática qatarí. El culebrón será largo.

kpd