“El día que debutó me dijo: ‘Tranquilo, saldrá todo bien'”, recuerda Pep Clotet, el técnico que le dio la oportunidad a los 16 años en el Birmingham. “Es sencillo y educado”, cuentan en Valdebebas.
Quién les iba a decir a los cientos de madridistas que ocuparon las gradas visitantes del Etihad Stadium de Manchester el pasado 17 de mayo que aquella canción que acompañó una de las peores noches del Real Madrid en los últimos años iba a ser su gran alegría del 2023. El Hey Jude que sonó en el escenario citizen antes y después del doloroso 4-0 que puso fin a la temporada continental del conjunto blanco lo hace ahora también al acabar cada encuentro del Madrid. Es la forma que tiene la grada de agradecer la aparición y explosión de Jude Bellingham (Stourbridge, Birmingham, 2003), máximo goleador de LaLiga y de la Champions y autor de un doblete que decantó una nueva victoria del Madrid en el clásico.
Ese «na na na nananana, nannana, hey Jude» volvió a sonar el sábado en Montjuic, escenario de la confirmación, por si hacía falta, de que este inglés de 20 años no sólo ha nacido para jugar en el Madrid, sino que tiene al equipo sobre sus hombros. Bandera del club dentro y fuera del campo a nivel futbolístico y mediático, ganador del Golden Boy este mismo lunes y líder de una generación que ya ha tomado posesión de Valdebebas. Todos le siguen y es el centro de la joven pandilla formada por Camavinga (20 años), Tchouaméni (23), Rodrygo (22), Vinicius (23) o Fede Valverde (25). Así de contundente ha sido su aterrizaje.
“Madurez” física y mental
«Ha caído de pie. Es un chico educado y sencillo en el vestuario, le apasiona aprender español y adora la ciudad de Madrid», reflexionan desde la ciudad deportiva del conjunto blanco. La escapada que hizo el núcleo más joven de la plantilla a Saint-Tropez a finales de agosto es parte de esa unión. Después de una generación en la que Cristiano, Benzema y Gareth Bale se entendían más dentro que fuera del campo, ahora esa «química» de la que hablan en el club comienza lejos del césped. Pasan las tardes juntos unos en casa de otros o salen a cenar por los sitios de moda de la capital, algo que ha acelerado todavía más la adaptación de un Bellingham que «parece que lleva muchos años aquí», dicen.
Más allá de los goles, hay una palabra que siempre sale a la luz cuando se pregunta por Bellingham en Valdebebas: «Madurez». Madurez física y mental. Ha sido uno de los jugadores que más ha sorprendido a Antonio Pintus en pretemporada y durante este comienzo de curso lo ha jugado casi todo, sólo ha descansado contra Las Palmas. Y para darle explicación a cómo la cabeza de un adolescente inglés se mantiene en su sitio después de haber salido de la casa familiar a los 17 y de triunfar en todo un Madrid con 20 hay que observar a su familia.
Pep Clotet: “Mentalidad, convicción…”
«El éxito de Jude es el éxito de la familia Bellingham», explica a EL MUNDO Pep Clotet, entrenador español que hizo debutar a Bellingham con el primer equipo del Birmingham City el 6 de agosto de 2019. Tenía 16 años recién cumplidos. «Su éxito es un trabajo en equipo entre él y sus padres. Y hay un ejemplo que lo resume. En enero de 2020, el club le monta una reunión con el Liverpool, que estaba interesado en él, y le dicen que debe ir a Anfield a reunirse con ellos. Y el chico dice que no, que ese día tiene entrenamiento y que no va a dejar a sus compañeros. Que irá cuando tenga un día libre. Eso ya te dice lo claro que lo tenía, que su cabeza estaba en su club y la seriedad de su entorno», recuerda Clotet, que dejó Birmingham en 2020 y ha pasado por Brescia, SPAL y Torpedo Moscú.
Ese 6 de agosto de 2019 comenzó el despegue de un cohete que sólo cuatro años después aterrizó en Madrid. Una de las grandes explosiones de la historia del fútbol mundial. «Cuando empezó a entrenador con nosotros en pretemporada, me quité todas las dudas. Le vi determinación, mentalidad, talento y convicción. Y una gran capacidad para que el error no le pesara, sino que lo corrigiera súper rápido. Él mismo lo analizaba. Parecía que tenía 30 años», admite Clotet, que recuerda una frase del propio Jude el día de su debut: «Le dije lo que esperaba de él y vi en sus ojos que se había preparado toda la vida para eso. Me dijo: ‘Tranquilo, esto va a salir bien‘».
En el año de la pandemia, Bellingham marcó cuatro goles y fue indiscutible en un Birmingham que evitó el descenso en la Championship, la segunda división del fútbol inglés. Todo el país le quería. Liverpool, Manchester United, Manchester City, Arsenal, Chelsea… Pero sus padres y él tenían claro su destino. No se iba a ir a un club tan, tan grande. Necesitaba un paso intermedio.
Y es que Mark Bellingham, exsargento de policía de West Midlands y delantero que batió récords en el fútbol amateur inglés, y Denise, su madre, trabajadora del departamento de recursos humanos de una empresa, siempre han dirigido con mimo la carrera de su hijo. «Ese verano de 2020 quedamos a cenar sus padres, Jude, su hermano Jobe y yo. No les pregunté por su próximo destino, pero no hizo falta. Me dijeron que querían un club donde siguiera progresando, no un club muy grande con futbolistas por delante. Ni pregunté, pero supe que era el Dortmund, era el paso natural. Igual que este verano el paso natural era un equipo grande en el que ganar», reflexiona Clotet.
Denise a Dortmund, Mark en Inglaterra
Denise se fue a Dortmund con Jude y Mark se quedó en Inglaterra con Jobe, que a sus 18 años ya juega con el Sunderland en la Championship. Su madre se convirtió en el mayor apoyo para el mayor de los Bellingham en su adaptación a Alemania. «El papel que está jugando es enorme. Creo que en este momento es probablemente el más importante, incluso más que mis entrenadores, para ser honesto», admitió Jude durante el último Mundial.
Sus padres y su hermano son su núcleo y hasta ahora han evitado relacionarse con una gran agencia de representación. Contratan a expertos legales, de márketing, de entrenamiento personal o incluso un coach de manera puntual, como su fichaje por el Madrid, pero el peso de las conversaciones lo llevan siempre Mark y Denise.
Como en su mudanza a Dortmund, su madre ha venido con él hasta Madrid y su padre se ha quedado en las islas con Jobe. Nada se tuerce en la familia Bellingham desde su infancia en Birmingham, la ciudad, dicen los datos, más afortunada en la Lotería inglesa. Les han caído 205 premios gordos en los últimos 29 años. Una ciudad industrial y trabajadora que ha marcado el carácter de los Bellingham. «Es una familia con la cabeza muy bien amueblada», elogian en el Madrid.
En la directiva madridista nunca hubo pasos atrás con su fichaje. José Ángel Sánchez, director general del club, y Juni Calafat, jefe de scouting, han sido los hombres sobre el terreno para insistir a Mark y Denise en lo positivo que sería para la carrera de Jude su llegada a Madrid. Ancelotti cambió el esquema para potenciar sus virtudes y el resto es historia. «Tiene la mentalidad inglesa de llegar a gol. Eso en España no se da tanto. Por eso sorprende», detalla Clotet. «Es el Rey de Madrid. Superstar», contesta McManaman, otro inglés de éxito. «Se siente el chico más feliz del mundo en Madrid. No hay mayor secreto», finalizan en el club.