LaLiga no es un campeonato atractivo por su fiscalidad. Un futbolista en España, sea de la nacionalidad que sea, tiene que hacer frente al IRPF, entre el 45% y el 54% según la Comunidad en la que resida, al impuesto de patrimonio, sólo bonificado al 100% en Andalucía y Madrid, y si su ‘hacienda’ superan los tres millones de euros, al de grandes fortunas. Todo bajo una estricta vigilancia de los ingresos que reciben por sus derechos de imagen, que han generado a más de una estrella, nacional y extranjera, una condena por fraude.
No ocurría así con otras grandes competiciones europeas, que sí tienen (todavía) ventajas fiscales, sobre todo para los extranjeros, lo que genera una situación de desventaja. Sin embargo, la tendencia es a reducir esa desigualdad. Y no porque España haya cambiado, sino porque el resto de gobiernos de los países europeos con grandes ligas están buscando fórmulas para incrementar la fiscalidad de las grandes rentas, cada cual con sus motivaciones. Incrementar la caja pública con el pellizco de millonarios del balón o proteger el talento local son algunas de ellas.
En España estuvo vigente de 2003 a 2009 la llamada Ley Beckham. El Real Madrid había fichado al jugador inglés e incrementado su nómina de Galácticos y fue recibido con esta nueva norma. La Ley permitía a cualquier trabajador extranjero residente en el país con rentas superiores a los 600.000 euros tributar al 24%, y no al 45%, pese a residir más de 183 días en España. Además, quedaban exentos de declarar rendimientos que obtuvieran en otros lugares del mundo.
La norma fue modificada en 2009, bajo el gobierno del socialista José Luis Rodríguez Zapatero. Un año antes, en el ejercicio fiscal 2008, el Ministerio de Hacienda hizo público que de los 60 contribuyentes con rentas superiores al medio millón de euros que se habían acogido a esta Ley, 43 eran futbolistas extranjeros. Para quienes ya estaban en LaLiga, en 2010 se les mantuvo ese régimen durante cinco años más, y después ese 24% sólo afectaba a los primeros 600.000 euros de los ingresos, siempre que se cumpliera el requisito de no haber residido en España durante los cinco años anteriores. En 2015, los deportistas profesionales fueron excluidos de esta norma.
Adiós al ‘Non Dom’ británico
Un movimiento similar es el que quiere hacer Reino Unido, y que por supuesto afectará de lleno a la Premier League. El nuevo gobierno laborista de Keir Starmer se ha propuesto acabar con el llamado Non Dom, un régimen fiscal por el que los residentes con domicilio en el extranjero quedaban exentos de tributar por las rentas que tenían en ese país, ya fueran sueldo por alguna otra actividad, rendimientos de cuentas bancarias o inmuebles. En el caso de los españoles, esas rentas tributarían en España al 24%, como no residentes, y no al 45% de que rige en Inglaterra.
El Gobierno británico, consciente del impacto de este cambio, y no sólo en el fútbol sino también entre ejecutivos de finanzas de la City londinense, prevé un periodo de transición antes de derogar esta normativa que viene del siglo XVIII y se mantendrá vigente para los recién llegados al Reino Unido durante los cuatro primeros años.
En Italia, el beneficio se acabó el pasado 1 de enero. El gobierno de Giorgia Meloni modificó el conocido como Decreto Crescita, aprobado en 2019 y por el cual los jugadores extranjeros podían acogerse a una reducción fiscal del 50%. Al negociar sus contratos en neto, los beneficiados eran los clubes, a los que les costaba menos firmar a un jugador foráneo que a un italiano. Eso dio como resultado tributaciones del 30% o incluso del 15% en el sur del país. La modificación de Meloni no derogó el decreto, sólo excluyó a los jugadores y lo dejó vigente para «trabajadores con alta cualificación o especialización» en sus tres primeros años de residencia.
El giro fue un varapalo para la Serie A italiana, una de las que tiene niveles salariales más insostenibles según los informes de la UEFA. Del total de ingresos de cada club, una media del 83% lo destinan al pago de los salarios de sus jugadores, algo contra lo que lucha especialmente el organismo que preside Alexander Ceferin.
En Portugal, el tipo máximo del Imposto sobre o Rendimento das Pessoas Singulares es del 53%, un 48% fijo y un 5% en una tasa denominada de solidaridad. Este gravamen también está ahora en revisión. En Francia, los ingresos superiores a 500.000 euros tributan al 49%, mientras que en la Bundesliga lo hacen al 47,5%, en ambos casos por debajo del régimen tributario de muchas de las comunidades autónomas.
LA UEFA, EMPEÑADA EN LA CONTENCIÓN SALARIAL
El crecimiento del fútbol europeo ha ido a los bolsillos de los futbolistas dejando a muchos clubes en situación insostenible. De esa premisa partió la UEFA para imponer normas de contención a los salarios.
- NIVEL INSOSTENIBLE. La UEFA ha detectado que el gasto en plantilla sobre el total de ingresos fue en 2023 del 89% en Francia y en el 83% en Italia. Para esta temporada, la ratio obligatoria está en el 80% y se reducirá al 70% en la próxima. Las sanciones irán del 10 al 100% del gasto que se exceda.
- CRECE UN 1%. Mientras que la cifra de negocio del fútbol creció un 10% en 2023, por primera vez los salarios lo hicieron sólo en un 1% de media. En los clubes con las 20 mayores masas salariales, un 1,9%. En total en los 700 clubes europeos pagaron en salarios 12.800 millones.