Solo la fe inquebrantable del Betis acabó por permitirle salvar con nota la honrilla ante un Barça capaz de marcharse al descanso mandando por 1-4 y que acabaría por llevarse la victoria 5 después de que los verdiblancos recortaran distancias en el ocaso. [3-5: Narración y clasificaciones]
El más brillante de los azulgrana, en este caso, fue un Ferran Torres que dejó a Lewandowski en el banquillo y que se llevó un hat trick en media horaque podría haber sido incluso un póquer o un repóquer. Roony, a asistencia de Pedri, y Lamine Yamal, con un penalti muy protestado por La Cartuja, se encargaron de completar el marcador barcelonista mientras que Antony, Llorente y el Cucho Hernández, también desde los 11 metros, anotaron para un conjunto local que nunca le perdió la cara al encuentro y que, de hecho, dio el primer golpe del partido.
Por tercera vez consecutiva, el Barça se vio obligado a buscar la remontada frente a un Betis que golpeó duro en la primera opción que tuvo. Antony, en una acción en la que Koundé estuvo lento para provocar el fuera de juego, puso el 1-0. El francés no tardaría mucho en hacerse perdonar. Suyo fue el centro que un Ferran Torres implacable aprovecharía para marcar su primer gol de la tarde. El segundo lo logró no mucho después, con un remante acrobático que se coló entre las piernas de Álvaro Valles. Y en el tercero, cuando el primer tiempo se encambinaba al ocaso, aprovechó el desvío a la desesperada de Bartra para poner el 1-4 en un incrédulo estadio de La Cartuja.
Poco antes, Roony, relevo en la banda derecha de un Lamine Yamal que se movió con total libertad por el interior, aprovechó una asistencia magistral de Pedri para marcar el 1-3 con un zapatazo tremendo con la derecha. Esa acción del canario fue casi la guinda de un primer tiempo en el que no solo fue omnipresente, sino en el que, además, tomó la batuta para que el Barça exhibiera un juego más calmado, con más control del balón, pero no por ello exento de puntuales momentos de vértigo para buscar más goles. El Betis, mientras, tendría en los instantes finales del primer acto sus opciones para volver a meterse en el partido recortando distancias, pero ni el Cucho Hernández, con un remate de cabeza cruzado, ni Ruibal, con un fuerte disparo, lograron encontrar el camino de la portería contraria.
El Betis, pese al mazazo del resultado, no tiró en ningún momento la toalla. Sobre todo, por medio de un Antony que lo intentó de una y mil maneras, pero que no volvió a encontrar la manera de batir otra vez a un Joan García que, incluso, tuvo que actuar como líbero por detrás de la defensa. Algo que, de hecho, habría hecho tremendamente feliz a un Johan Cruyff que siempre apostó por que el portero fuera un jugador más en la salida del balón. Un postulado que, cómo no, sería recogido también perfectamente por Pep Guardiola. Con el Barça optando también en el segundo acto por nadar y guardar la ropa, lo que ya casi pudo considerarse como la sentencia definitiva llegó con polémica. Hernández Maheso, a instancias del VAR, acabó por señalar como penalti una acción en la que el balón golpeó en el brazo de Bartra después de que le diera en la cadera. Lamine Yamal, con una tranquilidad casi pasmosa, fue en este caso el encargado de transformar la pena máxima para poner el 1-5 en el marcador.
Con esa ventaja, Flick decidió guardar piezas con vistas a compromisos futuros. Y, tras cambiar en el descanso a un Balde que se llevó un fuerte balonazo en la pierna en el primer acto por Christensen, optó también por darle descanso a Pedri dándole minutos a Marc Bernal como su relevo, reservar a un Gerard Martín con amarilla desde el arranque del segundo tiempo, darle también algunos minutos a Fermín como recambio de Roony y hacer también lo propio con Jofre en detrimento de un Eric García que acabó fundido tras jugar como centrocampista y lateral izquierdo. Los verdiblancos, finalmente, verían recompensadas sus ansias por volver a marcar con un tanto de Llorente tras la salida de un córner, después de que un gol marcado por el canterano Pablo fuera invalidado por un fuera de juego casi milimétrico del Cucho Hernández, y un penalti transformado por el colombiano. Dos goles que llevarían al marcador un definitivo 3-5 que les permitió a los béticos al menos maquillar en parte lo que amenazaba con ser toda una papeleta.






