La Champions anti-Superliga golea en emociones, pero con desequilibrios por resolver

La Champions anti-Superliga golea en emociones, pero con desequilibrios por resolver

Uno de los argumentos de los promotores de la Superliga es el de poder presenciar partidos entre grandes de Europa desde el principio. La nueva Champions los ha ofrecido casi sin excepción, como demuestran los encuentros entre Liverpool y Madrid, PSG y Atlético, y Barça y Bayern, sólo en lo que se refiere a los colosos de la Liga española. También los ha enfrentado el Girona, que recibió a Liverpool y Arsenal en Montilivi, aunque en su caso muy penalizado por su posición en los bombos. Más nivel desde el arranque, más partidos, más goles, más dinero en el reparto, que ha sido un verdadero maná para el Barcelona, y más emoción en el desenlace, pero también más desgaste para los equipos, en un momento crítico por el número de lesiones, y más desequilibrios en los emparejamientos. La fórmula, que precisa ajustes, es el contrapeso de la UEFA a la amenazante Superliga de Florentino Pérez.

Los goles siempre han sido determinantes para resolver empates en las fases de grupos, pero al tratarse por primera vez de un grupo único, de 36 equipos, su valor aumentaba exponencialmente, incluso en el ‘Top 8’, los clasificados directamente para octavos, ya que las posiciones determinan emparejamientos futuros. Tres equipos acabaron empatados a 19 puntos; otros tres, a 16; cinco, a 15; cinco a 13, y cuatro, a 11. El número de goles podía, pues, suponer cinco puestos de diferencia en alguno de los casos. Aunque no llegó a afectar al ‘Top 8’, cerrado con 16 puntos por el Aston Villa, sí dejó fuera al Dínamo de Zagreb, con peor diferencia de goles (siete en contra) que el Brujas, último clasificado para los ‘playoffs’ de dieciseisavos.

Ello provocó que esta primera fase de la Champions fuera la que registró mejor promedio goleador (3,26 goles por partido) desde que la UEFA cambió el formato de la Copa de Europa en la temporada 1992/93. En la última jornada, con 64 tantos en 18 partidos, lo superó (3,55).

El Barcelona, segundo clasificado, fue el equipo más goleador, con 28 tantos, 11 más que el Liverpool, primero. No es extraño, pues, que Raphinha fuera el futbolista con más intervenciones en acciones de gol y Lewandowski, el máximo goleador, con nueve dianas, las mismas que Guirassy. Sin embargo, el conjunto azulgrana es también el equipo del ‘Top 8’ que más goles ha encajado (13). La dualidad reproduce la de la Liga, donde también es el máximo goleador (59), pero el más goleado (24) de los cuatro situados en zona Champions.

Palanca para Laporta

Los goles determinan posiciones pero también millones en esta nueva fórmula con la que la UEFA pasó a incrementar en 400 millones de euros la dotación en premios para los clubes. Para el Barça, gran aliado del Madrid en la Superliga, los 54,5 millones son como una nueva ‘palanca’. El Madrid se queda en 37,27, que pueden incrementarse en 11 si juega los octavos más sus ganancias por ‘ticketing’. Incluso el Girona, pese a su eliminación, supera los 20 millones.

Un balón de oxígeno para Joan Laporta, en cuyo círculo hay quien le sugiere apearse de la Superliga y acercarse a la UEFA con el ‘caso Negreira’ en el horizonte. Cuando acabe el proceso judicial, para largo tras el cambio del juez instructor, será el momento de pronunciarse para el organismo europeo.

Sin condicionante por países

Real Madrid y Borussia Dortmund, campeón y finalista de la última edición, no entran en el ‘Top 8’, donde tampoco están Bayern, PSG y Manchester City, en la peor crisis de la era Guardiola. Ni las predicciones de la IA lo habían previsto, pero el fútbol suele derrotar a los algoritmos. Al Madrid le penalizó su derrota en Lille y uno de sus peores partidos de la temporada, ante el Milan en el Bernabéu. Los puntos logrados por los rivales de los equipos españoles muestran desequilibrios que serán inevitables, porque el punto de partida de la configuración no siempre coincide con los estados de forma.

Los condicionantes que evitan duelos entre equipos del mismo país en esta fase también lo complican. Eliminarlos contribuiría a un equilibrio mayor en lo deportivo y acercaría a esta Champions más a la Superliga, por qué no con un clásico ya en el aperitivo.

kpd