Joao Félix, el talento menguante que siempre tropieza en el Bernabéu

Joao Félix, el talento menguante que siempre tropieza en el Bernabéu

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El portugués arrancó con fuerza pero luego se desinfló en un partido en el que Kepa, con sus intervenciones, mantuvo con vida al Chelsea

Joao Félix, en el partido Real Madrid-Chelsea de la Champions.Rodrigo JiménezEFE

Arrancó con la velocidad de un rayo, esprintando desde la línea central y desafiando en carrera a Militao. Joao Félix sorprendió con un contragolpe veloz y puso en apuros a Courtois en el electrizante inicio del partido. El Chelsea se asomó al Santiago Bernabéu con descaro, con el portugués como arma más punzante. El luso se manejó con soltura entre líneas, fijando las posiciones de Militao y Alaba. Su movilidad otorgó impulso al equipo de Frank Lampard, que no acudió al recinto blanco con intención de encerrarse. El nuevo técnico no tuvo reparos en recurrir a la fórmula de cinco centrales, esa apuesta que fulminó a Graham Potter.

Lampard apostó por Joao Félix y prescindió de Havertz. El portugués respondió a la confianza de su entrenador con un par de jugadas en las que demostró esa clase innegable que atesora, pero paulatinamente se fue apagando hasta terminar la primera mitad con un papel irrelevante. Ni apretó a los rivales en defensa, ni colaboró con Kanté en el intercambio de golpes, ni robó balones.

En el inicio del segundo episodio volvió a aparecer con una internada por la zona izquierda del área para efectuar un lanzamiento sin peligro sobre la portería de Courtois. El efecto del talento menguante se repitió en el segundo tiempo. Sin un juego consistente, Lampard, en el minuto 64, tras la expulsión de Chilwell, decidió sustituir al portugués por Chalobah. También retiró a Sterling por Havertz. El delantero cedido por el Atlético nunca ha podido ganar al Real Madrid, equipo al que no ha marcado ni asistido a un compañero. En lo que va de temporada, sólo ha marcado dos tantos en 16 partidos. Simeone no le añora.

El rol discreto de Joao Félix fue el contrapunto del excelente ejercicio firmado por Kepa Arrizabalaga, muy firme en todas las acciones. Hasta estuvo brillante en el gol de Benzema, tras despejar un espectacular escorzo de Vinicius, y en el tanto desde larga distancia de Asensio quedó tapado por Fofana. El vasco se ha acostumbrado a vivir en permanente tobogán. Tras firmar, en 2018, el contrato del portero más caro de la historia (80 millones) cayó en desgracia tras la primera etapa de Lampard en el banquillo, que prefirió a Edouard Mendy. Con Tuchel nada cambió. Luis Enrique se olvidó de él. La llegada de Graham Potter supuso un gratificante paso de página. Recuperó la titularidad y fue reclamado por Luis de la Fuente tras observar sus buenos números en la Premier. Es el segundo portero del campeonato inglés que menos goles encaja por partido (0,88), el tercero en porcentaje de paradas (76,5%) y también el tercero en porcentaje de partidos con la portería a cero (40,9%). Anoche, con sus intervenciones, evitó una derrota más amplia de un Chelsea que sueña con la remontada en Stamford Bridge.

Para lograr la clasificación para semifinales, el Chelsea necesita romper un pésima dinámica. En este curso sólo suma 29 goles en 30 jornadas de la Premier, su peor registro en casi 100 años, desde el curso 1923-24. En toda la temporada sólo ha anotado 41 tantos, 12 de ellos en la Champions. El Chelsea es una escuadra con pólvora mojada, su jugador con mejor puntería es el centrocampista Havertz, con nueve tantos. El internacional alemán lleva sin marcar desde el 18 marzo. El segundo en esa raquítica clasificación es Sterling, con siete. El tercero, Mount, con tres. Una miseria.

kpd