Jesús Navas se marcha del Sevilla. A través de un comunicado emitido esta mañana, el conjunto hispalense ha informado que su capitán no seguirá la próxima temporada.
Una decisión que, según afirma el club, el lateral ha anunciado en la jornada de hoy a toda la plantilla, cuerpo técnico y directivos.
El de Los Palacios abandona el club de su vida tras haber disputado en 17 temporadas y en dos etapas diferentes, un total de 688 partidos y haber levantado ocho títulos: cuatro Europa League, dos Copas del Rey, una Supercopa de España y una Supercopa de Europa. Unas cifras que le convierten en el jugador con más partidos y más títulos en la historia del club.
En toda su trayectoria como sevillista y a falta de dos partidos por jugar, el canterano ha anotado 39 goles y ha repartido 119 asistencias. Esta última temporada, en la que ha sido pieza clave para salir de la difícil situación que afrontaba el equipo, el canterano ha disputado 28 encuentros y ha podido dar dos pases de gol.
Visiblemente emocionado, Jesús Navas también ha publicado un vídeo en el que agradece a la afición todo el cariño mostrado: “Ha sido una decisión muy difícil. Quiero dar las gracias a todo el Sevilla”.
Además, el club ha anunciado que recibirá un merecido homenaje el próximo 26 de mayo en el Ramón Sánchez Pizjuán y que deja abiertas las puertas al futbolista para una posible vuelta desempañando otras funciones profesionales.
UEFA Nations League
EDUARDO J. CASTELAO
Enviado especial
@EJCASTELAO
Enschede (Países Bajos)
Actualizado Miércoles,
14
junio
2023
-
12:16Ver 1 comentarioEl seleccionador, más tranquilo que...
Sobrio, serio, decaído, más allá de la imagen de templanza a la que nos tiene acostumbrados, Rafael Nadal lanzó más dudas de las que ya arrastra desde que en enero del pasado año decidió parar en su afán de intentar recuperarse plenamente. "Estoy con ilusión, básicamente, jugar aquí en Madrid siempre es especial, porque el apoyo que he recibido aquí se me hace difícil decir que lo haya recibido en otro lugar del mundo. No creo que esté preparado para jugar el cien por cien, pero sí para poder salir a jugar mañana. Poder jugar por última vez en Madrid para mí significa mucho", dijo en la conferencia de prensa previa a su partido de primera ronda frente a Darwin Banch, que jugará este jueves a las 16.00 h..
"No le he visto jugar mucho", comentó sobre su adversario. Lo primero es disfrutar de estos últimos momentos aquí. Es un poco incógnita como estoy", prosiguió, antes de entrar a valorar la posibilidad de un homenaje de despedida en la Caja Mágica. "En la vida las cosas no son tan blanco o negro, por lo cual es difícil según qué momentos o decisiones. La gente siempre mantiene la esperanza de que todo se solucione, pues he tenido lesiones y he vuelto. Soy una persona bastante tranquila. Me gustan las cosas naturales, con tranquilidad. Tampoco me tienen que preguntar respecto a homenajes. No aspiro a nada más que salir, jugar, divertirme. Si quieren hacer algo lo harán. Nadie tiene que demostrarme nada".
A vueltas con sus endémicos problemas físicos, confesó que las cosas no van como desearía. "Lo idóneo sería poder jugar, no tener mucha limitación. Las sensaciones de la semana no han sido perfectas. En París, así, no saldría a jugar mañana, pero es Madrid y saldré por motivos personales. No quiere decir que esté renunciando a nada en las próximas semanas. No sé lo que va a pasar en las siguientes tres semanas. Voy a intentar jugar Roland Garros, pero si hoy fuera a París no saldría a la pista. Sólo lo haré si estoy capacitado para competir. Voy a darme las oportunidades para que suceda. Si no es así, no se acaba el mundo con Roland Garros, porque hay unos Juegos por delante, con diferentes formatos en los que se puede jugar".
El paso por el Godó
"Soy una persona competitiva y es difícil jugar sin poder dar el máximo. Aunque emocionalmente es bonito verme jugando, interiormente hay momentos y momentos. Si me preguntas si en el segundo set en Barcelona fui feliz, no, pero si hubiera intentado serlo tal vez hoy no estaría aquí", valoró sobre la derrota por 7-5, 6-1 ante Alex de Miñaur en la segunda ronda del Conde de Godó.
"He jugado aquí Copas Davis, muchas veces el torneo, la final en pista cubierta remontando dos sets a cero, lo cual no hubiera podido sin el público. La historia siempre ha sido de cariño y apoyo. Sé lo que va a pasar y me apetece vivirlo", añadió, evocando su primer triunfo en el torneo, ante Ivan Ljubicic.
Después de unas manifestaciones tan inquietantes, dejó una puerta abierta a que las cosas puedan cambiar. "El objetivo es estar en pista y divertirme cuanto pueda. Terminar vivo el torneo, en cuando a problemas de mi cuerpo. Las cosas pueden cambiar de manera muy rápida, y si no estoy ahí para intentarlo esa posibilidad no existe. No pierdo la esperanza. Acepto la situación. Hoy es la que es. Quiero estar preparado por si ese cambio se produce".
A la hora de precisar sobre los problemas físicos, dijo: "Tocando la pelota no estoy mal, son limitaciones de mi cuerpo. No me siento lo suficientemente bien para jugar con libertad. Eso no me permite competir como quisiera. El saque, mejor que la semana pasada, pero otras cosas no. Hoy no estoy preparado para según qué".
Kilian Jornet vuelve a casa después de un entrenamiento intenso y en lugar de meterse en la ducha hace todo lo contrario: se mete en el infierno. En una habitación cerrada, enciende un calefactor, conecta el humidificador, se pone un par de chaquetas y empieza a pedalear en una bicicleta estática. A casi 40 grados, en un par de minutos está sudando la gota gorda. Pero aguanta. Y aguanta. Y aguanta. Y aguanta. Aguanta hasta que al cabo de una hora aproximadamente está deshidratado y, entonces sí, se baja, sale de la habitación, se desviste y bebe litros y litros de agua. Acaba de completar una sesión de entrenamiento en calor o ‘heat training’, la última tendencia en el alto rendimiento.
Tadej Pogacar y la mayoría del pelotón ciclista, numerosos maratonianos y hasta luchadores como Ilia Topuria ya lo aplican. Si años atrás hubo la revolución de entrenar en altitud, donde falta el aire, ahora llega la revolución de entrenar en calor, donde falta el agua.
Sudar más, una bendición
Hay dos grandes beneficios, uno lógico, muy estudiado, y el otro desconocido hasta ahora. El primero no tiene secreto: el entrenamiento en calor sirve para adaptarse al calor. Según varios estudios la temperatura ideal para el deporte está entre los tres y los 10 grados y cuánto más sube el termómetro, peor. El rendimiento puede llegar a caer hasta un 20%, una barbaridad en la élite. Por eso hay que prepararse.
"Desde los años 80 y los estudios de González Alonso los mejores deportistas han trabajado para aclimatarse al calor. Muchos eventos, como el Tour de Francia, los Juegos Olímpicos o los Mundiales de atletismo son entre julio y agosto y ha habido mucha investigación a su alrededor", expone Carles Tur, fisiólogo, responsable de entrenadores del equipo ciclista Q36.5 y preparador de la Federación Española de Vela (RFEV). Antes de los Juegos Olímpicos de Tokio, por ejemplo, las sesiones en la cámara de calor del Centro Especializado de Alto Rendimiento de Santander llevaron a las medallas a Nico Rodríguez o Jordi Xammar en el horno que era la bahía de Enoshima.
La adaptación al calor permite que el deportista sude más y en más zonas del cuerpo -se puede pasar de un 70% a un 90% de la piel- por lo que regula mejor la temperatura interna. Sudar mucho puede ser incómodo para la vida diaria, pero es una bendición en competición; quienes sudan más tardan más en deshidratarse y están menos expuestos a una pájara o un golpe de calor.
El beneficio desconocido: aumenta el oxígeno
Pero el entrenamiento en calor tiene otra virtud que hasta hace pocos años no se conocía. Además de ayudarte a competir en verano, hace que aumente tu oxígeno en sangre. "Cuando rehidratas después de una deshidratación severa aumenta el plasma, se diluye la sangre y el cuerpo tiene la falsa sensación de tener menos capacidad de transporte de oxígeno. Por eso el riñón manda una señal al cerebro para que libere la EPO endógena de manera natural y legal. Y así sube la hemoglobina, aumenta la capacidad de transporte de oxígeno y, por lo tanto, crece la potencia del deportista", detalla Tur que admite que no es fácil que el ciclista o el corredor aplique esas teorías. Porque no vale con salir a correr y mucho menos salir en bicicleta en las horas centrales de un día de estos.
El mono de la marca Core para hacer 'heat training'CORE
Para que los beneficios sean reales se necesitan "tres y cinco sesiones semanales de aproximadamente una hora cada una durante cinco semanas" y lo mejor sería hacerlas en un sitio cerrado. "En un entrenamiento en el exterior, aunque estés a 35 grados, el viento puede eliminar hasta el 70% del calor de tu cuerpo. Puede ser útil y generar una adaptación, pero lo ideal es crear esas condiciones de manera artificial", proclama el fisiólogo, que habla de técnicas activas y pasivas.
Los peligros de la técnica
Dentro de las pasivas entraría la sauna o los baños de agua caliente y dentro de las activas las cámaras de calor o los llamados trajes de pintor. En los últimos años, en los Centro de Alto Rendimiento españoles se han instalado cámaras climáticas Thermotron y los equipos ciclistas han inventado sus propios métodos: los ciclistas hacen rodillo dentro de una tienda de campaña con el calefactor a toda marcha o embutidos en unos monos de plástico. Así los técnicos pueden controlar la deshidratación para evitar sustos y empezar de inmediato la rehidratación. La teoría dice que lo ideal es beber un 150% de lo que se ha pérdido, es decir, hasta tres litros de agua con el sodio necesario.
"Nunca hemos lamentado un golpe de calor, aunque en ocasiones hemos tenido que parar por mareos. Cuando hacemos estas sesiones tenemos sensores de temperatura de la piel y temperatura interior, pero es muy importante mirar a la cara al deportista y ver cómo funciona. Existen indicios de problemas, como cuando se corta el sudor. Hay que estar cerca", finaliza Carles Tur, que estos días prepara la Vuelta a España con los ciclistas de su equipo, que estarán listos aunque el termómetro castigue inclemente.