Griezmann se basta para acercar al Atlético al podio de la Liga

Griezmann se basta para acercar al Atlético al podio de la Liga

Atlético 1 Athletic 0

Actualizado

Su gol da la victoria al equipo de Simeone ante un Athletic correoso y lo coloca a tres puntos de la Real Sociedad

Griezmann celebra su gol ante el Athletic.B. SÁNCHEZ-TRILLOEFE

Griezmann se basta solo para arrastrar al Atlético cuando el camino se empina. Hace tiempo que aguanta el peso de ser el jugador diferencial de Simeone , pero no lograba la foto de gol como reconocimiento. Ante el Athletic, su víctima preferida, lo logró. Cazó un pase horizontal de los que ayer vestían de rojiblanco en tres cuartos de campo, condujo con velocidad para colocarse entre Yeray y Vivian, ambos coartados por amarillas, y cruzar un disparo a la red imparable. De un plumazo, desatascó un partido que tenían dominado, pero que les estaba costando ganar. [Narración y estadísticas]

Se tuvo que despojar el duelo de la simbólica hermandad con la que arrancó y que puso un nudo en la garganta al Metropolitano. Las viejas glorias que compartieron camiseta rojiblanca saltaron al césped para encarnar todo lo que un día hace un centenar de años les unió. Hijo el club madrileño del bilbaíno, la lucha europea les enfrentaba y Saturno no devoró a su hijo.

Hubo fútbol a ráfagas, sin que nadie tomara las riendas, con un Atlético sin Morata y con Correa deambulando solo, a la espera de encontrar la magia de Griezmann o de quien quiera que debiera asistirle. A Valverde le dio más por arroparse y esperar el momento de asestar el golpe. Pobló su medular para tejer una telaraña en la que enredar, con Sancet descolgado y se encomendó a la velocidad de los Williams.

De ellos se ocupó una y otra vez un multiplicado Reinildo, pendiente de Nico y de las ayudas a Hermoso para no perder de vista a Iñaki. Suya fue la primera ocasión al rematar de cabeza un centro de Nico tejido desde el córner con ayuda de Muniain. Era el primer aviso, como dio el Atlético el suyo cuando Carrasco acató al segundo palo la pelota que le sirvió como regalo Griezmann. Todo sigue pasando por las botas del francés, el único capaz de acelerar al equipo. Entendieron los vascos que les tocaba sufrir y lo hicieron. Hasta apareció Agirrezabala, en calentamiento para la Copa, para nublar a Carrasco en un mano a mano que le había puesto en bandeja Correa en su única intervención reseñable del partido.

Desde el susto, el Athletic creció. Empezó a aparecer Sancet entre líneas y los Williams a correr las bandas donde Nahuel Molina ya no se atrevía a descolgarse. Iñaki, en una rapidísima transición, se plantó en la línea de fondo, pegadito al palo se deshizo de Giménez y buscó en el otro a Dani García mientras Nico entretenía a Reinildo. Se le fue alta al centrocampista la última y mejor ocasión del Athletic en la primera parte.

Más peligro con Morata y Memphis

Dispuestos a espabilar saltaron los locales al campo en la segunda, mucho mejor plantados. Otra vez con Griezmann al mando, que volvió a sorprender a la defensa rojiblanca apoyándose en Llorente y para dejar a Carrasco estrellarse, de nuevo, en el meta vasco. Estaban dándole vida a un rival que, pese a lo que le costaba mucho estirarse, podía cobrarse caro cualquier despiste. Lo intentó Nico recortando a Mario Hermoso y estrellándose contra Oblak.

Miró entonces Simeone al banquillo y mandó al campo a Morata, a Pablo Barrios y después a Memphis. Avisaba a Valverde de que iba a ser un asedio y el extremeño trató sin fortuna de proteger a su equipo. Imposible cuando enfrente hay un talento como el de Griezmann. Aparece en todas las jugadas de ataque, imaginándolas, encarnándolas y regalándolas pero hacía tiempo que no podía celebrarlas. Desde finales de enero el gol, el séptimo en Liga, se le negaba. Apareció justo cuando más lo necesitaban.

kpd