Ha arrasado en la París-Niza y ahora apunta a las clásicas. ”Ganará los cinco Monumentos”, adiverte Óscar Freire. ”Es un fenómeno y le gusta divertirse con la bicicleta”, recalca José Antonio Flecha.
Lo de Tadej Pogacar es un regalo para los sentidos. Inagotable generador de emociones. Su capacidad para abrumar a los enemigos en la alta montaña es reconocida, pero en este inicio de curso impacta por su capacidad para dominar en todos los terrenos. Un camaleón que se adapta a todos los hábitats. Arrasó en el sterrato de Jaén, golpeó en los muros de Andalucía y ha descolocado a sus perseguidores en el llano y en la montaña de la París-Niza con calculados ejercicios de precisión, midiendo los tiempos y las distancias con astucia.
En las dos primeras jornadas de la ronda francesa retó a los velocistas en los sprints bonificados para acumular segundos de ventaja sobre Jonas Vingeggard y disminuir daños en la innovadora contrarreloj por equipos del martes, porque en esa especialidad el Jumbo superaba en fortaleza al UAE. En la crono finalizó entre los mejores. El miércoles humilló a Vingegaard a dos kilómetros de la meta. Luego se anotó las dos últimas etapas. Asciende, baja, llanea y sprinta como los mitos de antaño, como Eddy Merckx o Bernard Hinault, que brillaban en todos los escenarios y durante todo el año.
Ahora, el esloveno también ha puesto la mirada en las clásicas más duras, las centenarias y con más largo recorrido, con él nada es utópico. Ayer se anotó la París-Niza y su nuevo reto es la Milán-San Remo del próximo sábado. El pasado año, en su debut, fue quinto en la Classicissima.
¿Cómo es posible que Pogacar doblegue a sus rivales en todos los entornos? Pascual Momparler, seleccionador español, aporta esta explicación: «Vence porque es un súper clase, capaz de ganar en todos los terrenos, va en el camino de Eddy Merckx. En las carreras no se aguanta quieto, siempre va al ataque, no se le puede frenar».
El técnico español también destaca como valor añadido su carácter: «Tiene una facilidad asombrosa para el ciclismo, se divierte con lo que hace. Es un portento físico, va como una moto. Es un ‘crack’, como Messi».
Algunas de las claves de su éxito las aporta Íñigo San Millán, jefe de rendimiento del equipo UAE. «Es de los mejores que he visto. Fisiológicamente tiene buenos genes y mentalmente se crece en la adversidad. Se diferencia del resto a nivel metabólico, por su capacidad para convertir proteínas, carbohidratos, glucosa y grasa en energía. También sobresale por su rapidez de recuperación y por saber leer muy bien la carrera. Con 19 años ya tenía la inteligencia de un corredor de 30 años», exponía en una entrevista en Radio Marca.
Pogacar acapara elogios de rivales y de mitos del ciclismo. «Me quito el sombrero con Pogacar porque es un luchador incansable», recalca Jonas Vingeggard, su enemigo más cualificado en el Tour de Francia. Miguel Indurain ha apuntado: «Es valiente y tiene calidad. Ataca de lejos, es un buen contrarrelojista y sabe salvar situaciones complicadas».
El multidisciplinar Pogacar ahora se atreve con las clásicas y los cinco Monumentos. Este sábado acudirá a la Milán-San Remo. En su planificación también figura participar en A Través de Flandes, Tour de Flandes, Amstel Gold Race, Flecha Valona, Lieja-Bastoña Lieja (ganador en 2021) y Giro de Lombardía (vencedor en 2021 y 2022).
CORRE SIN COMPLEJOS
La capacidad de adaptación y la sed insaciable de triunfos de este camaleón caníbal son valoradas por Óscar Freire, el que fuera mejor clasicómano español: «La primera vez que me sorprendió Pogacar fue en su debut en la Vuelta a España, en 2019. Ganó en las etapas más duras (finales en Cortals d’Encamp, Los Machucos y Gredos), pero nadie le hacía mucho caso. Él corre sin complejos. Supera a todos subiendo, ataca una y otra vez y no se para. Es rápido, pero él no sólo esprinta, también es capaz de llegar fuerte al final. Perdió el Tour del año pasado, pero ha aprendido y no volverá a caer de la misma forma».
Freire, ganador de la Milán-San Remo en 2004, 2007 y 2010, señala que Pogacar es aspirante a todas las clásicas: «En la Milán-San Remo va estar muy vigilado. Además, es una carrera en la que influyen mucho el viento y la lluvia. Para mí es más fácil que se adjudique la París-Roubaix que la Milán-San Remo. El peligro de la Roubaix para ciclistas como él, especialista en las grandes, es que se afrontan muchos riesgos por el pavés y las posibles caídas . Hay que analizar si merece la pena ganarla. Pero sí, le veo venciendo en los cinco Monumentos y también en otras clásicas. La que menos se adapta a sus condiciones es la París-Tours. A Van Aert también le veo con posibilidades, Van del Poel es más irregular».
Para el triple campeón del mundo, el ciclismo actual atraviesa por un momento espléndido gracias a gente como Pogacar, Vingegaard, Evenepoel, Van del Poel o Van Aert: «Son jóvenes, buenos y valientes».
Otro especialista en clásicas fue Juan Antonio Flecha (tres podios en la París-Roubaix), que también destaca al esloveno: «Es un fenómeno, ambicioso y le gusta divertirse con la bicicleta. Siempre se le ve feliz, me gusta su actitud y la manera de correr. Es muy bueno en todos los terrenos, pero no podemos decir que ahora también gane a los velocistas en las llegadas masivas. En la París-Niza se ha anotado sprints bonificados, pero hay que ver el contexto y a quién, dónde y cómo ha ganado. No ha derrotado a velocistas puros. Ha vencido en sprints en subida, en ‘Terreno Pogacar’. Ha ido a por las bonificaciones por una cuestión de estrategia».
Flecha también le ve sumando los cinco Monumentos: «Ya ha ganado en Lieja y en Lombardía y el año pasado peleó por la Milán-San Remo. En Flandes se le vio muy bien y es un potencial ganador. No acude a la Roubaix por los riesgos que acarrea, pero si alguna vez apuesta por esa clásica podría ganarla».