Los blancos consiguen la victoria y terminan con el récord de 16-1 por primera vez en este formato de Euroliga
Musa en un momento del duelo ante el Villeurbanne.Euroliga
Era una utopía. Ni con las numerosas bajas con las que contaba el Real Madrid, el Asvel Villeurbanne podía plantearse otra cosa que no fuera caer derrotado y ser protagonista y testigo de la historia. La victoria del conjunto blanco le aseguraba el mejor récord de la primera vuelta de la Euroliga en este formato, 16-1. Por contra, los franceses, con apenas dos victorias y ambas a domicilio, firmaban la peor primera vuelta, 2-15. Es baloncesto, sí, pero no era el mismo deporte para ambos conjuntos. O sí… [Narración y Estadísticas, 76-77]
En el primer acto parecía que se habían cambiado de piel. Un agresivo Villeurbanne castigaba la zona del Madrid, como si Tavares fuera una mera comparsa defensiva. Los franceses empezaban nueve puntos arriba aupados, principalmente, a un inicio horrible del Real Madrid en el tiro, 2-9. Chus Mateo se veía obligado a pedir el primer tiempo muerto del partido para recordarles a sus muchachos, que los de blanco eran ellos.
Los que se lo recordaron fueron el Chacho Rodríguez y Vincent Porier. Su conexión está causando estragos en las defensas rivales esta temporada y el francés, además, añadió un punto defensivo mayor a un conjunto blanco sabedor de que el partido iba a terminar cayendo de su lado tan pronto madurara.
Pero el partido no terminaba de romper y cada punto costaba sangre, sudor y lágrimas. Musa terminó con el labio partido y Tavares con una herida en la ceja. El juego era bronco y poco vistoso. Malo para el Madrid. Triunfaba el estilo de Pozzecco, lugarteniente de Ettore Messina en Milan. Campazzo, desesperado, cerraba la primera mitad con dos faltas seguidas, una de ellas, antideportiva. Y aún caería otra antes del descanso a Ndiaye. Ver para creer.
Una mandarina de Llull cerraba la primera parte, un espejismo. Hoy no era el día del ataque blanco, apenas 33 puntos al descanso. Chus Mateo movía el diezmado banquillo con nombres fundamentales como Hezonja, Yabusele o Rudy ausentes por lesión, pero no daba con la tecla. Mientras, Paris Lee y Luwawu-Cabarrot veían el aro como una piscina.
Empezaba el tercer cuarto con más malas noticias para el perímetro blanco, 3-12 en triples. Los franceses, a lo suyo, pegando y anotando. Lauvergne se sumaba a Lee y a Cabarrot aprovechando la bisoñez de Ndiaye. Chus Mateo se veía obligado a usar a Tavares y a Poirier juntos. No era un partido para almas cándidas.
El Madrid encaró el último cuarto abajo en el marcador sin saber qué estaba pasando en el LDLC Arena. Pero, consciente del poco tiempo que quedaba, los blancos aupados de nuevo a la pareja de moda, arrancaron con un parcial de 0-16 para terminar con la revolución francesa. O no. Porque el Villeurbanne aún tuvo un último arreón de orgullo en las manos de Cabarros y a punto estuvo de hacer la machada. Tavares la frenó.
Jonathan Tah ha llegado para reforzar la zaga del Bayern; Cherki, la delantera del City, Jobe Bellingham, hermano de Jude, la media del Borussia y el vecino, el Real Madrid, ha incorporado a Dean Huijsen y Trent Alexander-Arnold. Estos son algunos de los fichajes que los clubes que disputan el Mundial de clubes han realizado para reforzarse y sumar más papeletas para llevarse la primera edición de este torneo.
Muchos son los nombres que han sonado para el Atlético de Madrid. El más sonado es el de Álex Baena, pero también se han escuchado el de Johnny Cardoso, mediocentro del Betis, Darwin Núñez, delantero del Liverpool, y Theo Hernández, lateral del Milan, entre otros. En este último caso, sin embargo, ha sido el club el que ha declinado el ofrecimiento del defensa para volver al equipo del que fue canterano y buscarán otras opciones para el perfil izquierdo si Reinildo, como parece, no continúa tras el torneo.
Así, Simeone para el partido que enfrentará a los rojiblancos ante el reciente campeón de la Champions, el PSG de Luis Enrique, no tendrá ningún nombre nuevo en su plantilla. Desde las oficinas del Metropolitano explican que "nunca se tuvo la intención de incorporar a nadie para este campeonato ya que entra dentro de la planificación de esta temporada". Además, recuerdan también que el equipo no ha sufrido ninguna lesión de larga duración y que la plantilla está "intacta". "No nos vamos a gastar 10 millones por un jugador para un mes, nosotros planificamos las plantillas a años vista", cuentan fuentes rojiblancas.
"un desafío mayor"
A los seguidores les habría gustado tener fichajes, pero entienden la postura del Atlético. "Como cualquier aficionado queremos que vengan los mejores, no sabemos por qué no ha llegado nadie, pero el argumento del club es tan válido como otro", explica a EL MUNDO Eduardo Fernández, presidente de la Unión Internacional de Peñas. No obstante, confían en que los que están puedan hacer un buen papel en "el grupo más difícil del torneo".
El club ha incorporado dos jugadores hasta 2028, sí. Clement Lenglet, que firma libre tras desvincularse del FC Barcelona, y Juan Musso, por el que se han pagado tres millones de euros al Atalanta. Ambos jugadores ya llevan un año de rodaje en la disciplina rojiblanca como cedidos, con lo que el Cholo no tendrá savia nueva para aspirar a este trofeo. "Para nosotros es un desafío mayor y vamos a ir a ganar el Mundial de Clubes, ese es el objetivo", apuntó el argentino. Desde el club no se ponen en la obligación de ganar este primer Mundial de clubes organizado por la FIFA, al menos con este formato más similar al de selecciones, pero sí se exigen "competir". Es cierto que la piedra de toque inicial, el reciente campeón de la Champions no es precisamente el rival más fácil a la hora de comenzar esta andadura. No obstante, el hambre rojiblanca tras una temporada que se torció tras aquel presunto doble toque o "ultraje" como lo calificó el Cholo en el penalti de Julián Álvarez puede ser un factor a tener en cuenta ante un equipo que viene de ganar todos los trofeos de la temporada.
Luis Enrique ha declarado en una entrevista con la FIFA que su equipo quiere estar "en disposición de ganar esta competición". Habla el asturiano de un campeonato "muy atractivo", pero en el que se debe encontrar el "equilibrio entre ese desgaste físico y mental que hay a final de temporada con la motivación por jugar esta competición". El PSG, por cierto, tampoco se ha reforzado para este Mundial de clubes.
Ausencias en el PSG
El técnico parisino llega con una duda y una baja muy importantes para este primer duelo. La duda es Barcolá, que arrastra problemas en la rodilla, y la baja es Ousmane Dembele, candidato al Balón de Oro y mejor jugador del equipo parisino esta temporada con 33 tantos y 15 asistencias.
En el Atlético están todos disponibles y el Cholo confía en volver a derrotar al PSG como ya hicieran en noviembre en la fase de grupos de la Champions con un gol de Correa en el descuento. Simeone es uno de los entrenadores que más veces ha ganado a Luis Enrique en menos duelos, cuatro en 15 partidos. La estadística en Champions, eso sí, es demoledora para el argentino dos victorias en tres encuentros. "Soy optimista, estas competiciones vienen bien al Atleti y el Cholo sabe competir muy bien", apunta Fernández.
En estos términos, parece que el mérito del que consiga los tres primeros puntos del grupo B del Mundial se lo llevarán los técnicos ante unas plantillas que juegan a imagen y semejanza de su entrenador. El escenario será el Rose Bowl Arena en una Los Ángeles que ha saltado estos últimos días a las portadas de los periódicos mundiales por los disturbios provocados por los arrestos y las deportaciones masivas del Gobierno de Donald Trump. Parece que la situación se ha calmado en la ciudad californiana desde el toque de queda, en la víspera de este torneo que inauguró el conjunto de Leo Messi esta pasada madrugada.
"Yo el que quiero ser es Giuliano". Nunca tan pocas palabras dijeron tanto. Era la reivindicación de la salida del cascarón de un futbolista meteórico. No por su calidad actual, que también, sino por su ascenso ininterrumpido desde una rotura de peroné que pudo ser el fin de su carrera. Giuliano Simeone (Roma, 2002) ya no es un canterano cualquiera que juega en el primer equipo del Atlético de Madrid. Tampoco es el hijo del entrenador que comparte un espacio en una plantilla que dirige su padre. "Él solo quiere ser Giuliano", reafirmó Diego Simeone las palabras del pequeño de su prole, unos días después de que las lanzara él en la rueda de prensa posterior al encuentro ante el Sevilla.
"El Cholo es muy exigente con sus hijos", explica la periodista Vero Brunati, muy cercana a la familia Simeone. En el Atlético aseguran que nunca se ha dirigido a él en un entrenamiento de manera diferente a otro jugador y están seguros de que en el campo, por momentos, se les olvida que son padre e hijo. "Puede que sea más exigente con él", secundan fuentes de dentro del vestuario. Pero esa frialdad que tienen en el césped es muy diferente fuera de él.
Giuliano nació en Roma el 18 de diciembre poco antes de que Roberto Settembrini, agente de Diego Simeone, retomara los contactos con el Atlético de Madrid para que su padre volviera al club de sus amores. Fueron apenas dos años, luego la familia se desplazó a Argentina para que el Cholo colgara las botas en Racing, equipo en el que también comenzaría su carrera de entrenador. Mientras, sus hijos ingresaban en la Escuela de fútbol Ángel Labruna, cantera de River Plate.
"Si te va bien no te veo más"
Giovani, Gianluca y Giuliano fueron quemando etapas en el fútbol base del club millonario. No obstante, aunque el amor por ellos era similar, el abuelo Carlos, padre del Cholo, "siempre pensó que Giuliano era el que llegaría más lejos en el fútbol", revela Brunati. Sin embargo, y la edad fue un factor importante, Giuliano nunca consiguió debutar en el primer equipo de River Plate como tampoco lo conseguiría Gianluca y sí Giovanni.
"Giuliano comenzó jugando como 5 y su familia creía mucho en él por su capacidad de aprendizaje y ambición", cuenta la periodista argentina. El Cholito menor lo máximo que llegó fue a Octava División, categoría que ganó junto a su Banda (futbolistas como Santiago Simón, Francisco Petrasso, Manuel Cocca, Franco Alfonso y Sebastián Sánchez) tras marcar un gol en el último minuto.
De esa progresión no pudo ser testigo el Cholo, que en 2011 tuvo que dejar Argentina para tomar las riendas del Atlético. "Uy, pa, vas a jugar contra Messi... Vas a jugar contra Cristiano Ronaldo... Es espectacular", le dijo Giuliano a su padre según reveló el técnico en su documental. "Después se hizo un silencio y me dice: 'Pero, pa, si te va bien no te veo más'. Cuando te lo dice un pibe de ocho años, que tenía él en ese momento, es muy duro", añade Simeone senior.
Giuliano, en un partido con el Atlético.Denis DoyleMUNDO
Quizás esas palabras calaron en la cabeza del Cholo que, cuando el joven Giuliano cumplió 16, decidió traerlo de River al Atlético de Madrid antes de que firmara su primer contrato profesional aprovechando una figura legal que se denominaba "patria potestad", hoy "responsabilidad parental". "Aquello no sentó nada bien en River", explica Maxi Grillo, periodista que sigue al club millonario. De hecho, cuando firmó Giuliano su primer contrato con el Atlético, el club apenas percibió 185.000 euros por derechos de formación de un futbolista al que veían "gran futuro".
Era la reunificación de dos "locos" por el fútbol. Giuliano tiene la misma pasión de su padre por el deporte que ambos practican y es habitual que vea muchos partidos de fútbol incluyendo los de sus hermanos cuando tiene ocasión. A medida que iba destacando en las categorías inferiores del Atlético (marcó 24 tantos en su última temporada en el filial) surgió la oportunidad de fichar por primera vez por un club profesional. "Es muy profesional, muy disciplinado y siempre con muchas ganas de aprender", apunta Brunati. Su salida la decidieron entre el hijo y el padre en la piscina de la casa familiar. Abrieron Wyscout (una plataforma de scouting) y analizaron el estilo de juego de los equipos que le querían, que eran muchos, hasta que decidieron que fuera el Zaragoza, de Segunda División.
Fueron nueve goles y tres asistencias que le valieron su primera experiencia en Primera, en el Alavés. La llamada de Luis García Plaza terminó por convencer a Giuliano que, antes casi de enfundarse su camiseta blanquiazul, ya le habían partido el peroné en un amistoso ante el Burgos. Su padre, que acababa de volver de la gira norteamericana de pretemporada, cogió su coche en el Cerro del Espino y se marchó a acompañar al Cholito en su operación.
Lesión y recuperación
Otro de sus grandes apoyos fue Carlos Martín, su 'hermano' futbolístico. Su amistad con él, con quien comparte un tatuaje de una celebración que ambos hacen habitualmente juntando los dedos, viene del filial donde también coincidieron con Pablo Barrios. "Se llevaba muy bien con los argentinos, pero a Barrios lo ve muy parecido a él", revelan desde el vestuario. Menos de un año después de ese palo, Giuliano entraba por la puerta de la titularidad del Atlético de Madrid para ya no salir nunca. "El Cholo siempre vio ese potencial, pero no quiere decir que no le haya sorprendido como ha pasado en el club", cuentan fuentes rojiblancas.
Tampoco ha pasado desapercibido su crecimiento para la selección Argentina, donde también es un fijo, y en la que coincide con Leo Messi, uno de sus ídolos. "Cuando Messi habla hay que escucharlo porque es el mejor. Me dijo que estuviera tranquilo, que me tomara un tiempo más en el área porque siempre iba a encontrar a alguien libre para asistir", expresó Giuliano sobre otra de las cosas que le ha permitido encadenar tres MVPs seguidos de los cuatro últimos encuentros del Atlético: la pausa.
Con uno de los sueldos más bajos de la plantilla, apenas tres millones brutos (parecido al de Javi Galán). La llegada de Mateu Alemany ha retrasado una de las renovaciones más esperadas para los rojiblancos, aunque parece que empieza a acelerarse. La del niño que superó la exigencia de su padre-maestro. El joven "maravilloso, muy humano, cariñoso, divertido y muy alegre", como le describen los que le conocen. El que sólo quiere ser Giuliano.