Mundial de Clubes
Al-Ahly – Real Madrid (1-4)
Vinicius, Valverde, Rodrygo y Arribas marcaron los cuatro goles del conjunto blanco ante el correoso Al-Ahly, que por momentos soñó con la prórroga. Los de Ancelotti disputarán la final el sábado ante el Al Hilal.
El Real Madrid vive del presente, del constante oxígeno con el que las victorias agitan sus pulmones. Es como respirar. Y nada le da tanto aire al conjunto blanco como un título. Por eso necesita más que nunca la relajación que le daría levantar el Mundial de Clubes en Marruecos, trofeo en mitad de una pequeña tormenta de sensaciones y resultados en la Liga. Y por eso suspiró aliviado al ver el sufrido 1-4, aunque engañe el resultado, conseguido esta noche contra el Al-Ahly, grande de Egipto y subcampeón de la última Champions africana.
Ante una de sus semanas más complicadas después de la derrota en Mallorca, Carlo Ancelotti regresó a lo que más solidez le ha dado esta temporada: ese trío formado por Tchouaméni, Kroos y Modric en el centro del campo y el dúo de niños brasileños en ataque. El francés como eje, el alemán como timón y el croata como un verso suelto. Este Madrid sin Courtois ni Benzema, principio y fin de sus éxitos hace unos meses, debe crecer a raíz de la columna vertebral de sus centrocampistas. Y en Rabat, ante un rival inferior pero con la presión y la ansiedad del título, lo hizo. Dominó al Al-Ahly, correoso por momentos en las piernas del inquieto El Shahat, y aprovechó el ritmo y la verticalidad de Vinicius y Rodrygo para plantarse en la final del sábado.
Los dos jóvenes brasileños pudieron sentenciar el duelo en la primera parte. La posición de Rodrygo como falso 9 y su facilidad para bajar escalones en la posesión dio espacio a Vinicius, que siguió el ejemplo de lo que suele hacer con Benzema. En Rabat su compatriota fue su Karim. Después de un par de sustos del Al-Ahly a la portería de Lunin, los brasileños se encargaron de desequilibrar el choque. Lo rozaron en el minuto 27, cuando Rodrygo aceleró en tres cuartos de campo rival para dejar a Vinicius solo ante El Shenawy, y un minuto más tarde, con Rodrygo robándole la cartera a Hany en la banda, encarando y regateando a Metwaly y plantándose delante del portero, con medio segundo para pensar en una vaselina que se estrelló contra el palo.
El aviso se convirtió en realidad diez minutos después. Un error de Metwaly en un control dejó a Vinicius mano a mano con El Shenawy. El brasileño repitió la idea de compañero de ataque e insistió en la vaselina ante la salida del meta, anotando el merecido 0-1 para un Madrid superior. El Al-Ahly, encerrado atrás y esperando las contras que permitían los blancos, sólo tuvo opciones en la relajación madridista.
Si Vinicius había dado aire antes del descanso, Fede Valverde recuperó sensaciones personales y amplió distancias en el marcador en la primera jugada de la segunda parte. El 0-2 llegó como llega casi todo en el Madrid: tras una arrancada de Vinicius. El brasileño superó líneas, entregó el balón a Modric y el croata, vertical, asistió a Rodrygo para que éste se quedara ante El Shenawy. El portero evitó el gol, pero el rechace cayó en los pies del uruguayo, que tuvo sangre fría para amagar y enviar la pelota a la red.
El partido parecía decidido, sin ocasiones claras durante casi 15 minutos, pero Camavinga, centrocampista reconvertido a lateral, cayó en el engaño de El Shahat y dio emoción al partido. El extremo recortó al francés y el ex del Stade Rennes picó. Maaloul superó a Lunin desde los once metros y el Al-Ahly creyó y rozó la épica. Afsha tuvo el empate y Lunin salvó a los blancos mientras sus compañeros se veían noqueados.
El penalti a Vinicius, revisado por el nuevo ‘VAR en directo’, parecía cerrar el partido, pero El Shenawy detuvo el lanzamiento de Modric, que repitió el error de Asensio en Mallorca. En el descuento, y con los egipcios volcados buscando el tiempo extra, Rodrygo, tras una hermosa combinación con Ceballos, y el canterano Arribas, que aprovechó los dos minutos que le dio Ancelotti, cerraron el pase del Madrid a la final. Allí espera el Al Hilal.