El Real Madrid quedó eliminado en los cuartos de final de la Liga de Campeones Juvenil tras caer en los penaltis ante el AC Milán, que alcanza por segundo año consecutivo la Final Four de la competición. Gonzalo García adelantó al conjunto dirigido por Álvaro Arbeloa, pero Sia, con un golazo, igualó el marcado para los locales, triunfales en la tanda decisiva.
Después de caer las dos últimas temporadas en octavos, contra el Atlético, y en cuartos, contra el AZ neerlandés, el Madrid llegaba con cierta ilusión al Centro Sportivo Vismara, la ciudad deportiva del Milán. El cuadro italiano había llegado la pasada campaña a las semifinales, donde no superara al Hajduk Split, pero los madridistas confiaban en la buena racha del equipo, que sumaba 12 victorias consecutivas en Liga y venía de ser mucho mejor que el Leipzig en octavos (2-0).
En un choque a partido único, el Madrid inició el duelo dominando a su rival, un equipo más físico que técnico, y encontró buenas situaciones para poder adelantarse en el choque, pero le faltó el olfato que sí tuvo en la ronda anterior. César Palacios, uno de los mejores futbolistas de esta generación, pegó un disparo en el palo en el minuto 11, mientras que Yusi y Fortea, balas por las bandas, generaron varios acercamientos peligrosos.
No fue hasta el minuto 30 cuando el Madrid encontró el gol por medio de Gonzalo García, que ya ha debutado con el primer equipo. El delantero anotó un penalti hecho sobre Fortea, omnipresente, y puso por delante a los de Arbeloa.
El gol empujó todavía más al Madrid, que pudo ampliar la renta antes del descanso por medio de Hugo de Llanos. Raveyre, guardameta rossonero, estuvo acertado.
Tras el intermedio, el Milán encontró el empate gracias a un golazo de Diego Sia, que regateó a media defensa y definió con clase ante Quetglas. El empate hizo daño al Madrid y espoleó a los italianos, que tuvieron varias opciones para completar la remontada.
En el tramo final, y con los dos equipos conscientes de que no había prórroga y se iba a ir directamente a los penaltis, el miedo y la tensión evitaron grandes ocasiones y todo quedó visto para la sentencia de la pena máxima.
Desde los once metros, Dani Yañez y Pol Fortuny erraron sus lanzamientos, y aunque Quetglas detuvo uno de los milanistas, Zeroli, capitán local, anotó el último y dio el pase al Milán.
El Madrid se vuelve a quedar en la barrera de la Final Four, a la que no llega desde la Youth League que ganara en la temporada 2019-2020, con Raúl González en el banquillo y Miguel Gutiérrez o Sergio Arribas en el campo.
El terreno sigue ahí, en el 777 de Rutland Road, en Brooklyn, cerca del jardín botánico y de Prospect Park, rodeado de casas bajas y residenciales. A un lado está la escuela de Crown Heights, al otro una iglesia donde los domingos dan misas Góspel y el centro lo gobierna un césped gigante, con una grada lateral de ocho filas para familiares y amigos, que acompañan cada fin de semana a miles de adolescentes. Ahora sirve para que los niños de la zona practiquen béisbol, fútbol americano y fútbol, cada vez más popular en el país, pero hace casi 100 años, el 24 de septiembre de 1927, ese césped, llamado en el momento Hawthorn Field, albergó delante de 5.000 personas el cierre de la primera gira 'galáctica' del Real Madrid. Su rival fue el Galicia Sporting Club, liderado por emigrantes gallegos. El estreno blanco en Nueva York y en Estados Unidos.
Este sábado, el Madrid de Xabi Alonso jugará a 30 kilómetros del antiguo Hawthorn Field. Lo hará en el MetLife Stadium, al oeste, al otro lado de la Gran Manzana, a 20 minutos de Manhattan pero pasando ya la frontera con Nueva Jersey. Se alojará en el lujoso Four Seasons Downtown, pegado al World Trade Center, y disputará los cuartos de final del Mundial de clubes, última osadía del fútbol moderno, ante el Borussia Dortmund. Quiere conquistar el mundo.
Pero hace un siglo todo fue diferente para la expedición madridista. En 1927 todavía faltaban dos años para que arrancara la Liga española, el Madrid acababa de hacerse profesional un año antes y apenas era conocido fuera del país. Dio igual. Santiago Bernabéu, que puso fin a su carrera como jugador esa temporada, impulsó junto al entonces presidente Luis Urquijo un viaje por América que se convirtió en la primera gira transatlántica en la historia del Madrid. La conquista del mundo.
Expedición del Madrid en el viaje de 1927.
Salió del puerto de Barcelona en el buque Giulio Cesare a mediados de junio de 1927 y el 7 de julio jugó en Buenos Aires contra un combinado de la ciudad. Fue el primero de 15 partidos en seis países, pasando por Argentina, Uruguay, Perú, Cuba, México y Estados Unidos, donde sólo disputó uno, ya en septiembre, tres meses después de dejar España, ante el Galicia SC.
Un empresario judío, clave
Un debut neoyorquino que el Madrid le deberá siempre al empresario judío Nathan Agar, emigrado desde Inglaterra, hombre fuerte en aquellos años dorados del 'soccer' en Nueva York y dueño de los Brooklyn Wanderers, club en el que llegó a jugar Bela Guttmann y que en un primer momento iba a ser el rival del Madrid, opción finalmente descartada. Y es que el nivel futbolístico en la ciudad y en la Coste Este era altísimo, fruto de la inmigración, tenían varias ligas importantes, divididas en Americana e Internacional, y clubes repartidos más allá del Estado de Nueva York, llegando hasta Chicago y St Louis. Los Wanderers se habían enfrentado ya a clubes potentes de Austria o Uruguay, y Agar, dueño también del campo de Hawthorn Field y responsable de la visita madridista, cedió el duelo contra el Madrid al Galicia SC.
Jugadores del Madrid, durante el viaje por América en 1927.
El club, creado por gallegos unos años antes, se había hecho popular entre la comunidad hispana de Nueva York y especialmente en el área ahora conocida como 'Little Spain'. Y festejó la celebración del partido invitando a la expedición del Madrid a una cena en el antiguo y lujoso Hotel Pensylvannia, construido en 1919, el más grande del mundo en su momento, situado al lado del Madison Square Garden y derruido en 2023.
"Un equipo español empata con el Galicia en Brooklyn"
Ahí cenaron madrileños, con los fichajes de varios jugadores de otros clubes españoles sólo para la gira y con algunas ausencias por motivos familiares debido a la dificultad del viaje, y gallegos, en cuya plantilla también había futbolistas de otras nacionalidades. Al día siguiente, Real Madrid y Galicia SC empataron a uno en Hawthorn Field. Según una crónica aparecida en el New York Times al día siguiente, acudieron 5.000 aficionados, cifra lejana a los 46.000 del partido entre Brooklyn Wanderers y Hakoah Vienna de Checoslovaquia el año anterior (récord en EEUU hasta la llegada de Pelé). "Un equipo español empata con el Galicia en Brooklyn", títuló el periódico.
"El Galicia fue mejor en la primera mitad, pero los españoles encontraron su ritmo después y dieron una exhibición de fútbol. Félix Pérez, un delgado extremo, levantó los aplausos del público en varias ocasiones por su calidad", se escribió en el New York Times. En la grada estaba el cónsul español en la ciudad, también gallego, Rafael Casares y Gil, que ayudó al impulso del Centro Gallego de Nueva York.
"Jugamos casi en familia porque se hizo poca promoción del partido. El Galicia tenía de todo menos gallegos: checos, irlandeses, italianos... Estos son los reyes repartiendo patadas", aseguró, según los diarios de la época, Bernabéu al volver a España. La ficha dice que el Galicia tenía a José, Guerra, Vega, Rodríguez y Costa... Y también a Kuhr, Wall, Findlay, Ferguson y Schneider. Acabarían haciendo un tour y llegando hasta La Habana. En el Madrid, José María Peña, olímpico con España en 1924 y primer jugador en firmar un contrato profesional en la historia blanca; Lope Peña y Del Campo, que ganaron 3 campeonatos regionales con el club y estuvieron en el equipo que debutó años después en Liga, o Desiderio Esparza, que aguantó hasta 1933 y ganó dos Ligas. Un siglo después, el Madrid vuelve a Nueva York para asaltar el Mundial de clubes.
Francesco Mauri, asistente de Ancelotti, y Luis Llopis, entrenador de porteros, parecían estar avisando a Thibaut Courtois y a la barrera antes de que Declan Rice se sacara una extraordinaria rosca que bordeó el muro madridista y sorprendió al belga. Ambos miembros del cuerpo técnico hacían sendos gestos con el brazo derecho, advirtiendo a sus jugadores, pero no sirvió. El centrocampista inglés clavó el 1-0 e hizo estallar al Emirates, que inició así su grande noche ante un desastroso Madrid. "Es una derrota dura. No lo esperábamos. Tenemos pocas opciones, pero en el Bernabéu pasan cosas", manifestó Carlo Ancelotti.
Carletto se atrevió con David Alaba en el lateral izquierdo, en lo que fue la quinta titularidad del defensa austríaco esta temporada. Antes, triunfos ante el Girona y el Rayo, derrota en Sevilla contra el Betis y empate dramático en la prórroga contra la Real Sociedad. En la mayoría, sufrimiento para el conjunto blanco, con Alaba siempre de central y nunca de lateral. La decisión la mascó Ancelotti en los días previos, la probó en el tramo final del duelo liguero contra el Valencia y la decidió en la previa, descartando a Fran García y cubriéndose en el carril derecho con Fede Valverde, lateral en lugar de Lucas Vázquez.
En el centro del campo, Camavinga y Modric salieron juntos de inicio por cuarta vez en el curso. Podría parecer que han jugado más tiempo juntos, pero sólo en tres de los 51 partidos del año habían compartido titularidad. El trío de citas había sido, como en el caso de Alaba, de casi suspenso: partido contra el Leganés en Liga, donde el Madrid sufrió para ganar 3-2, el empate en Pamplona contra el Osasuna y la derrota en Anfield contra el Liverpool. Los datos no auguraban nada bueno, y el resultado fue catastrófico.
Septiembre de 2015 en Lyon
Los blancos claudicaron en el segundo tiempo con el doblete de faltas directas de Rice. La primera tras falta de Alaba ante Saka, muy superado el austríaco por el extremo británico. Y la segunda, enviando el balón a la escuadra del palo de Courtois. Un golazo para dejar KO al Madrid. Fue el primer gol de falta directa anotado a los blancos fuera de casa en Champions desde septiembre de 2015, cuando Juninho Pernambucano anotara uno con el Lyon.
Las caras en el banquillo madridista eran un poema. Ancelotti no tenía muchas cartas. Retiró a Modric y a Alaba y dio entrada a Lucas y a Fran García mientras Courtois le salvaba de un fracaso mayor.
El gol de Merino dejó al Madrid en la lona. Tres goles en 17 minutos. Una derrota que se une al 4-0 del Etihad en 2023, la peor de esta era de Ancelotti, y el 4-1 de Dortmund en 2013 como las noches más negras del Madrid en eliminatorias continentales en las últimas décadas.
"no hemos estado bien"
Y para colmo, Camavinga terminó expulsado por protestar una falta y no jugará el encuentro de vuelta. Toca épica. "No acostumbramos a sacar dos derrotas seguidas, sólo queda trabajar, confiar en nosotros más que nunca, este equipo se merece la confianza por parte de todo el mundo y vamos a confiar en ello", aseguró Lucas Vázquez tras el pitido final.
Ancelotti, el martes, en la zona técnica del Emirates.EFE
El gallego reconoció que "no hemos estado bien". "El Arsenal ha hecho un gran partido, ha tenido ocasiones, nos ha sabido presionar, hemos tenido alguna jugada aislada, pero en la segunda parte no hemos sabido dar un paso al frente. Nos ha faltado continuidad en el juego, tener más la posesión y al final no hemos podido hacer un buen partido", resumió.
Más duro fue Courtois, que admitió que "nos hemos olvidado de jugar al fútbol". "No diría que hemos tenido pánico, pero no estábamos tranquilos con el balón", insistió, y explicó los dos goles de falta directa. "En el primero pensé que había puesto bien la barrera. Siempre pongo un hombre más pasado el balón para que esa comba no pase. Quizás tenía que haber puesto uno más... En el segundo no le puede pegar mejor. Son faltas innecesarias donde no hay peligro, el primero va fuera de la portería, el segundo también", dijo.
Pero como Lucas, el belga confía en la vuelta: "Tienen que creer en este equipo y desde el primer minuto daremos todo para darle la vuelta a este resultado. Hay que corregir los fallos e intentar meter uno o dos goles rápidos. Creo que es posible".
"Este no es mi Mbappé", admitía Florentino Pérez en los meses más duros de las negociaciones con el futbolista. Una frase que llegó a todos los aficionados del Real Madrid. "Este sí es mi Mbappé", debieron pensar ayer el presidente y las miles de personas que llenaron el Santiago Bernabéu. El delantero se transformó en superstar, anotó dos goles que pudieron ser más, guió la remontada de los blancos ante Las Palmas y asaltó el liderato de LaLiga. [Narración y estadísticas (4-1)]
Y eso que el partido empezó cuesta arriba para el Madrid. Todavía asentándose en el mismo césped sobre el que había sufrido en la noche del jueves copero, los blancos se encontraron por debajo en el marcador en el segundo 28 del partido. En la primera jugada, Moleiro zigzagueó entre rivales, Silva abrió a Sandro en la derecha, el ex del Barça dibujó un buen centro y Silva, llegando a la espalda de Lucas, anotó ante Courtois.
El gol pudo poner al Madrid y a Ancelotti contra las cuerdas en un domingo que parecía propicio para dar un golpe a la moral de Atlético y Barça tras sus pinchazos del sábado. Otro tropiezo madridista provocaría más silbidos en un Bernabéu con más dudas que alegrías. Y ahí apareció Mbappé. El galo había señalado el escudo y había negado con el dedo al anotar contra el Celta después de los abucheos de la grada, y contra Las Palmas hizo directamente suyo el logo del equipo. El Madrid creció a sus hombros.
Rodrygo, en la izquierda
Sin Vinicius, Rodrygo se acomodó en la izquierda y cuajó uno de sus mejores partidos, dejando el centro libre para los movimientos de Bellingham y Mbappé. El francés, más ágil, coordinado y acertado que nunca, empató de penalti en el 17 tras una clara zancadilla de Sandro a Rodrygo. Cillessen ya había salvado varias veces la igualada, pero no pudo detener la pena máxima.
Tras las tablas, el Madrid fue un huracán y sólo los vuelos del portero holandés evitaron más goles, siempre con Mbappé en modo superstar, bailando sobre la marca de los centrales canarios, cayendo a banda, moviendo el ataque y gustándose por momentos. Quitándose toda la presión de los primeros meses.
En el 32, el galo arrancó un contraataque tras sortear la entrada la Herzog. Llegó al borde del área, probó a Cillessen y el despeje del portero llegó a Lucas, que asistió a Brahim para el 2-1. Era un Madrid eléctrico, activo con y sin balón en una versión totalmente distinta a la del equipo espeso y sin ideas que había mostrado en Arabia Saudí y por momentos contra el Celta.
Brahim anota el 2-1, el domingo en el Bernabéu.EFE
Con Ceballos, extraordinario, y Valverde en el eje, Las Palmas permitió demasiados metros a Bellingham, Rodrygo y Mbappé y la movilidad de éstos rompió su defensa. En el 36, Rodrygo apareció en izquierda, cedió a Jude dentro del área, el inglés dejó pasar la pelota y Mbappé, de primeras, encontró la escuadra de Cillessen.
Sin tiempo para saborearlo, Mbappé anotaría su hat-trick a los cinco minutos al empujar un pase de Rodrygo tras una gran asistencia de Bellingham por encima de la defensa. El gol, eso sí, acabaría anulado por fuera de juego del francés en el inicio de la jugada. Mbappé era un vendaval y se fue a vestuarios tras disparar al palo izquierdo de Cillessen.
El regreso de Alaba
Después del intermedio, el Madrid mantuvo la marcha. Incansable, necesitado de alegrías y sensaciones. Bellingham perdonó el cuarto al rematar desviado tras regatear al portero y Rodrygo culminó una buena combinación entre Mbappé y Fran García para anotar con facilidad en el centro del área.
El Madrid disfrutó después de varias semanas complicadas, asalta el liderato de LaLiga en solitario y coge aire de cara a las dos últimas jornadas de Champions, claves para conocer su rival en las eliminatorias.
Los canarios jugaron la última media hora en inferioridad tras la roja a Benito, que golpeó en el muslo de Lucas. De modo que Chamartín siguió con el día festivo. Ancelotti le dio minutos a Alaba, de vuelta 13 meses después de su grave lesión de rodilla, Bellingham y Valverde marcaron pero sus goles fueron anulados por fuera de juego y el técnico le dio la oportunidad de debutar a Chema, joven centrocampista del Castilla.