Mallorca – Barça
El mediapunta se ha convertido en figura clave para un conjunto azulgrana que ya hace números para poder afrontar su fichaje el próximo verano.
Es fácil comparar a Joao Félix con el ave mitológica capaz de renacer de sus cenizas. Al fin y al cabo, basta con cambiar sólo una letra de su apellido para obtener su nombre. Pero, a decir verdad, el arranque que está firmando en el Barça, tras unos años complicados en el Atlético y un paso sin pena ni gloria por el Chelsea, lo justifica aún más. En los cuatro partidos oficiales que suma hasta ahora, tres de Liga y uno de Champions, acumula tres goles y dos asistencias. Con el primero de ellos, en su estreno como titular en Monjuïc, abrió la lata de lo que sería la goleada barcelonista ante el Betis. Y en el último duelo en casa, frente al Celta, suya precisamente fue también la asistencia que le permitió a Lewandowski iniciar el camino de una remontada que ha encaramado a los azulgrana a la cabeza de la clasificación.
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Con ese bagaje, no es nada raro que haya encandilado absolutamente a la siempre exigente afición barcelonista. Sobre todo, porque lo ha unido también a una entrega y una lucha sobre el terreno de juego que le lleva a pelear hasta el extremo por recuperar el balón o frustrar el avance del rival. Algo que también valoran muchísimo los seguidores azulgrana. Allí están nombres como los Migueli o Carles Puyol para demostrarlo. Toda esa suma de factores ha contribuido a convencer casi en tiempo récord a los culés de que hay que conseguir que su paso por el club se prolongue más allá del próximo 30 de junio, fecha en la que expira la cesión pactada con el Atlético de Madrid, sin opción de compra de por medio. Deco, por ahora, lo dice con la boca pequeña y asegura que aún queda mucho tiempo por delante, pero está claro que ya se ha puesto manos a la obra para lograrlo.
No será fácil. La delicada situación económica azulgrana obliga a hacer cálculos casi al céntimo. Y, según señalan varios medios, los rojiblancos no se contentarán con menos de 80 millones de euros por su traspaso. Está por ver qué papel podrá jugar el propio Joao Félix en todo ello. Por el momento, ya ha admitido que ha hecho un serio esfuerzo económico para vestir la camiseta azulgrana. Y no sólo renunciando a aumentar su cuenta corriente con ofertas mareantes, sino también renunciando a buena parte de su salario para hacerlo realidad. En el entorno barcelonista, se habla de que el coste de su ficha, para la entidad que preside Joan Laporta, sería de 400.000 euros, por mucho que LaLiga compute en sus números cuatro millones. El resto de su sueldo de este curso, hasta alcanzar una cantidad que permanece en la incógnita, eso sí, lo cubriría el propio Atlético.
El 14 de Cruyff
Y, hablando de números, hay que hacer también un inciso relativo al dorsal que está luciendo en su primer año en el Barça. El 14 es un número especial para todo cruyffista que se precie. Y no sólo por el hecho de que el propio Johan Cruyff lo lució en múltiples ocasiones en sus espaldas a lo largo de su etapa como jugador. Cuando llegó al banquillo del Camp Nou para iniciar la revolución que llevó a transformar la idiosincrasia de un club con un entorno abocado demasiadas veces al pesimismo, no dudó en mantener un guiño a un guarismo al que le unía mucho cariño. Tanto, que los periodistas podían adivinar si un prometedor joven de La Masia iba a debutar o no, o quién sería su primer cambio, en función de quien llevara ese número en su camiseta. Joao Félix, consciente o inconscientemente, ha elegido un dorsal con mucha carga emotiva para los barcelonistas. Y, a decir verdad, por el momento, le está rindiendo todos los honores.
Su aterrizaje en Barcelona, en lo deportivo, ha sido fulgurante. En su día a día, con todo, parece estar tomándoselo con más calma. Según ha señalado la prensa portuguesa, no acaba de encontrar un hogar que le convenza del todo. Así que, por el momento, se habría establecido en un hotel, en el barrio de Sants, con magníficas vistas de la ciudad y que su agente, el conocidísimo Jorge Mendes, suele usar como base de operaciones siempre que se deja caer por Barcelona.