Lo que pasa en el terreno de juego, se queda en el terreno de juego. Eso es lo que han esgrimido muchas veces los futbolistas (y, posiblemente, también las futbolistas) para aparcar rápidamente entradas más duras de lo que deberían haber sido, insultos, golpes o, incluso, marrullerías poco decorosas. El vídeo, omnipresente hoy en el fútbol profesional tanto en la categoría masculina como en la femenina, es ahora un testigo imborrable de muchas de esas acciones. Sobre todo, en partidos de extrema rivalidad como el que protagonizaron los equipos femeninos del Barça y el Espanyol este domingo.
En un lance de un encuentro bronco, en el que las azulgrana acabaron por imponerse por 0-2, cuando el duelo rondaba su primer cuarto de hora de juego, la defensa del Barça Mapi León aparentemente toca las partes íntimas de la zaguera colombiana del Espanyol Daniela Caracas y después parece decirle algo. Una actuación que el club blanquiazul ha censurado duramente este lunes a través de un comunicado en el que la calificó como “una acción que consideramos inaceptable y que no debe pasar desapercibida”.
“En una jugada del encuentro, la jugadora del FC Barcelona, María Pilar León, en medio de un forcejeo con nuestra futbolista, Daniela Caracas, realizó un gesto que vulnera la intimidad de nuestra jugadora. Si bien Caracas, en el momento, no pudo reaccionar a causa del impacto que le causó la situación; posteriormente, al asimilar lo sucedido, tomó conciencia de la gravedad del gesto, pero optó por no reaccionar airadamente para evitar una sanción disciplinaria y perjudicar al equipo”, señala la entidad espanyolista, que ha lamentado también el discurso de odio que habría recibido su futbolista a través de las redes sociales.
“A lo sucedido en el terreno de juego se suma la lamentable reacción en redes sociales, donde nuestra jugadora ha sido objeto de insultos por parte de centenares de perfiles. Nos preocupa que, en lugar de centrarse en el acto en sí, parte de la atención mediática se haya desviado hacia otras cuestiones ajenas a la gravedad de la acción”, reitera el club y, a la vez, expresa su más dura condena hacia ambos hechos.
“Desde el RCD Espanyol defendemos a nuestra jugadora y condenamos cualquier acto que atente contra la integridad de las futbolistas en el campo. Creemos firmemente en el respeto y la deportividad como valores fundamentales del fútbol y esperamos que este tipo de situaciones sean tratadas con la seriedad que merecen. Además, hemos puesto a disposición de nuestra jugadora los servicios jurídicos del Club por si desea emprender acciones legales”, recalca la entidad en su comunicado.
El caso, en parte, evoca memorias de una acción parecida a la que protagonizaron el entonces jugador del Real Madrid Míchel y el colombiano Carlos Valderrama, quien defendía entonces los colores del Valladolid, en la temporada 1991-92. El centrocampista del club blanco, antes del saque de un córner, se situó delante del cafetero y, como quien no quiere la cosa, dándole la espalda, le realizó varios tocamientos en los testículos. El gesto sorprendido del futbolista, que había llegado al conjunto de Pucela de la mano de Pacho Maturana junto con su compatriota Leonel Álvarez en verano de 1990 y a quienes se les unió ese mismo verano otro colombiano, René Higuita, dio sin duda la vuelta al mundo.
No obstante, una vez acabado el partido, el propio jugador decidió aparentemente tomarse con humor el poco decoroso gesto de su compañero de profesión. Tanto, que, incluso, en 2017, llegó a aprovechar ese hecho para protagonizar una campaña lanzada por la revista Libero en favor de la autoexploración para prevenir el cáncer testicular.