Si el golf resulta impredecible, dentro de las grandes citas, es el PGA Championship el major más propenso a los desvaríos y la primera jornada en Quail Hollow ha sido una muestra de ello. Los primeros 18 hoyos del segundo major del año han dado como resultado un top-10 repleto de nombres fuera del radar del gran público y un liderato sólido del venezolano Jhonattan Vegas, que logró imponerse con cinco birdies en los últimos siete hoyos. De toda la maraña de nombres, sorprende ver a tres latinos (Vegas, el puertorriqueño Rafa Campos y el colombiano Nico Echeverría), al capitán americano Keegan Bradley, pero sobre todo a Luke Donald, capitán del equipo europeo, y primer gran protagonista. A sus 47 años, tomaba más esta semana como parte de su trabajo de capitán que de competición, pero 18 hoyos más tarde se encuentra como el único jugador del torneo que no ha cometido ni un solo error en 18 hoyos. Los 67 golpes del inglés son su ronda inicial más baja en un major en 21 años, han pasado 10 años desde que Donald terminaba sin bogeys en 18 hoyos de un evento del Grand Slam. Ni siquiera él podría sospechar un inicio así. “Estoy sorprendido”, aseguraba a la prensa británica.
Dentro de las sorpresas y vaivenes golfísticos de la primera jornada del PGA Championship, el golf español no ha salido especialmente bien parado, aunque tampoco es un comienzo que invite a la debacle, sobre todo si lo comparamos con algunos de los sorprendentes resultados que nos ha traído la primera jornada: Rory McIlroy, cuatro veces ganador en este campo, vigente campeón del Masters de Augusta y The Players, además del torneo de Pebble Beach, arrancó con +3, más allá del puesto 100. Otros notables sobre par son Brooks Koepka (+4), Patrick Cantlay (+3), Justin Thomas (+2), Xander Schauffele (+1), Jordan Spieth (+5), Cameron Smith (+7), Justin Rose (+5), Joaquin Niemann (+3).
Jon Rahm sigue viendo brotes verdes y hoy los ha recogido con una ronda de 70 golpes (-1), con muchas más luces que sombras: “Muy contento, cosas muy buenas y muy positivas, aunque aún ha habido algunos fallos”, afirmaba. Especialmente por sus segundos nueve hoyos, los primeros de Quail Hollow, donde Rahm cometió cuatro bogeys. Terminó la jornada en el puesto 29 a seis golpes del venezolano Vegas (-7) y a cuatro de la segunda posición compartida por el australiano Cam Davis y el norteamericano Ryan Gerard con 66 golpes. Gerard juega su quinto major y debuta en un PGA Championship. Dos sorprendentes nombres que suponen un desafío al orden establecido del golf mundial, veremos si la revolución es transitoria o va más allá de los primeros 18 hoyos.
Otra sorpresa mayúscula y positiva fue ver a David Puig en el campo de golf, con una ronda del par del campo, y un significado casi heroico detrás. Hace poco más de 24 horas, el golfista de La Garriga contemplaba la retirada del torneo. Puig llevaba casi 10 días con grandes molestias en su espalda, se ha hecho pruebas de todo tipo, pero los médicos no daban con la raíz que provocaba el dolor. Las sesiones de fisioterapia parecían incluso empeorar su zona lumbar. Pese a la preocupante situación, el español decidió viajar el domingo, con pocas opciones de ser parte del torneo, el dolor continuó: lunes, martes, miércoles… El comienzo del torneo se acercaba y la espalda no mejoraba.
Ya a la desesperada y tras nueve días sin dar un golpe de golf, ayer miércoles, Puig se animó a jugar nueve hoyos, por pisar el campo de golf y las molestias fueron tan soportables, que incluso experimentó una ligera mejoría. Con esas buenas noticias salió hoy a jugar en su horario de salida a las siete y once de la mañana, hora local. “No ha sido la mejor noche, me costó dormirme, he dormido cuatro horas, a las 4 sonó la alarma, todo el cuerpo estaba muy frío”, pero un par de horas más tarde llegaba, con un parcial de -3, a coliderar el torneo durante una buena parte de la primera jornada. Historias que se escapan a la lógica. “Es difícil describir la vuelta de hoy, siento más que nada orgullo, han sido días muy duros, con muchas dudas en mi cabeza, sin saber lo que tenía, ni si iba a poder jugar. Estaba totalmente fuera del torneo hace un día“, aclaraba al finalizar.
Es como un pequeño milagro, aunque con un final cruel en forma de doble bogey en el hoyo 18 después del peor swing del día. “Los dos últimos hoyos han sido swings bastante malos, supongo que se junta un poco con el tema de la espalda y el cansancio. Además, no haber jugado el campo antes me generaba un poco más de presión.”
Eugenio López-Chacarra, el español más en forma del momento, pagó los nervios del comienzo y el barro de un campo con mucha agua acumulada. A pesar de las lluvias que cayeron en los días previos, la PGA de América decidió que los jugadores no pudieran colocar la bola en calle, pese a que algunas bolas sufrieran acumulación de barro, una decisión que no convenció a todos. Scottie Scheffler, el número uno del mundo, fue uno de los más críticos, aunque terminara con -69 golpes (-2) en una de las mejores actuaciones de los jugadores a priori favoritos.
“El arranque no ha sido bueno, he comenzado nervioso, +3 en los primeros 4 hoyos, con un poco de mala suerte, la bola se me ha quedado con barro… La decisión de no colocar bola la entiendo, es un major, pero para mí que pego la bola muy alta, se me han quedado muchas bolas con barro en el centro de la calle y el putt no ha ayudado”, Chacarra se quejaba de no haber aprovechado los tres pares cinco y dos pares cuatro cortos de Quail Hollow. “He jugado bastante mejor de lo que dice el resultado”.
Mucho peor fueron las cosas para Sergio García, quien concluyó con 75 golpes y un resultado de +4, sus sensaciones fueron casi peores que el resultado.