La salida de Eric García del Barça fue una de las operaciones más inesperadas del mercado de verano del año pasado. El club estaba negociando casi a contrarreloj para asegurarse las cesiones de Joao Félix y Joao Cancelo y la marcha del central rumbo al Girona acabó por convertirse en un mal necesario. Según desveló ayer el propio Xavi en la antesala del duelo por el segundo puesto que se vivirá este sábado en Montilivi (18.30 horas), el fair play financiero se impuso a los criterios deportivos. Y el defensa, que entendía que no iba a tener muchos minutos, también puso de su parte para buscar un destino en el que sí tuviera opción de conseguirlos. Y vaya si los ha logrado.
Míchel, el técnico de un Girona que escuchará por primera vez en su historia el himno de la Champions en Montilivi la temporada que viene, ha confiado ciegamente en sus posibilidades. En la Liga, ha sido una pieza absolutamente determinante. A pesar de que fue suplente en el primer encuentro en el que tuvo opciones de jugar, en casa, ante Las Palmas, por la premura de su fichaje. A partir de ahí se convirtió en titular indiscutible. En total, ha jugado 25 de 29 partidos posibles, en los que sólo abandonó el campo antes de cumplirse el tiempo reglamentario en tres ocasiones. Y los cuatro que se ha perdido hasta ahora, en este caso, se debieron a unos problemas físicos y a una lesión muscular que le mantuvo de baja durante 26 días.
En la primera vuelta, Eric García fue titular en el duelo en el que el conjunto gerundense se impuso al Barça por 2-4. Y, casi con toda seguridad, lo será este sábado en la visita de los azulgrana a Montilivi, un estadio en el que el Girona no conoce la derrota. En la temporada 2017-18, la del estreno del Girona en Primera División, se impuso por 0-3. En la segunda, en la campaña 2018-19, venció por 0-2. El curso pasado, con muchos más problemas, acabaron por llevarse un sufrido triunfo por 0-1.
El central, al contrario de lo que ocurre con otro cedido por el Barça, Pablo Torre, no tiene en su contrato una cláusula que le impida medirse a sus ex compañeros. La forma en la que se cerró su salida, prácticamente a última hora, y con la entidad que preside Joan Laporta negociando también las llegadas de los Joaos, provocó que se prescindiera de la que muchos denominan cláusula del miedo y que tuviera así la posibilidad de lucirse ante, por ahora, su ex equipo. Por ahora, porque el propio Xavi ya se ha encargado de recalcar que la intención es recuperarlo. «Se fue por el fair play, yo no quería que se fuera. Las circunstancias son las que son y la idea es que vuelva», aseguró el entrenador del Barça. El verano pasado, el conjunto azulgrana tenía prácticamente overbooking en el centro de la zaga, con nombres como los de Jules Koundé, Íñigo Martínez, Andreas Christensen o Ronald Araujo que se unían a los del propio Eric García. Cinco futbolistas para dos puestos, si bien la situación puede ser muy diferente el curso que viene, a pesar de que, a todas luces, Pau Cubarsí también tendrá mucho que decir.
La posible salida del central uruguayo, para lograr unos ingresos muy necesarios, por dolorosa que sea su venta, unida al hecho de que tampoco se harían ascos a negociar por Andreas Christensen y de que ya se empieza a especular que Íñigo Martínez podría no seguir la temporada que viene, parecen destinadas a propiciar que el viaje de Eric García al Girona vaya a ser, definitivamente, de ida y vuelta.