Juanpe López: “Tengo el hambre de ganar una gran vuelta”

Juanpe López: "Tengo el hambre de ganar una gran vuelta"

Juanpe López recibe la llamada de ELMUNDO desde Lebrija, a unas horas de partir para Italia, con un saludo amable y un rotundo bostezo. «Que he hecho cinco horas y estoy cansadete», se excusa con la espontaneidad habitual. No hay tregua para quien ambiciona un Giro que prolongue su buena onda, la que le ha hecho «abrir la lata», su primer triunfo profesional, que, además, vino acompañado después con la victoria en la general del Tour de los Alpes. Sólo partirán cuatro españoles este sábado desde Turín, pero uno de ellos lo hará desde la pole de favoritos –TadejPogacar aparte- para esa maglia rosa que vistió durante 10 días en 2022. Los 10 días en los que el menudo escalador del Lidl-Trek se dio a conocer al mundo.

Para saber más

Un chico de Lebrija va a ganar en las montañas del Tirol en uno de los días más dantescos que se recuerdan… No está mal para el estreno.
Fue uno de los días más fríos de mi vida sobre la bicicleta. Digamos que no se adaptaba a mis mejores condiciones, no es que este muy acostumbrado a eso. Pero soy un corredor que, extrañamente, no me lo explico ni yo, con el frío, con la lluvia, siendo de donde soy, no se me da mal.
¿Cuántas ganas tenía de levantar los brazos?
Fue bastante bonito, porque ves que, aunque cuesta, al final el trabajo da sus frutos, la lata se abre. Llevaba años soñando con este momento.
¿Supuso una liberación, le daba muchas vueltas al hecho de no haber logrado su primera victoria profesional?
Me he liberado mentalmente. No soy flojo de cabeza, soy bastante optimista en general, pero en el ciclismo de hoy, como todo el mundo sabe, ganan muy pocos corredores. Casi siempre ganan los mismos. Son circunstancias del momento, aunque siempre estaba pensando en por qué no llegaba. Esto me da mucha confianza para el futuro, para los nuevos retos. Hay que aprovecharlo, porque en el ciclismo, por desgracia, hay muchos más malos momentos que buenos.
¿Cómo han sido las semanas posteriores al Tour de los Alpes?
Antes habíamos estado tres semanas en el Teide con el equipo, días de muchas horas de trabajo con la bici y fuera de la bici. Después de los Alpes volví a altura, a Sierra Nevada, para hacer un pequeño recordatorio de ocho días. Y ahora, listos para afrontar el Giro. Creo que he asimilado bastante bien todo el trabajo realizado.
¿Cómo de especial es el Giro para ti?
Es una carrera muy bonita, le tengo un cariño increíble. La etapa del Etna la recordaré siempre. Iremos viendo este año. Como soy ciclista, tengo el hambre de ganar una gran vuelta y por delante, 21 días de oportunidad también para una etapa. Empieza duro, así que tocará apretar los dientes desde el principio. Hay bastante crono, el sterrato… será entretenido. Y luego la última semana, hay una etapa de 220 kilómetros con 5.000 metros de desnivel acumulado [con final en Livigno y paso previo por el Mortirolo].

Pogacar.
Es el principal favorito. Pero en ciclismo pasan cosas.
Viene de un 2023 que no resultó sencillo.
Fue un año para aprender bastante. Porque empezó malamente, con esa caída a principio de año. Cogí miedo a la hora de ir en el pelotón, en las bajadas me costó mucho psicológicamente. Pero como se trabajan las piernas, también se trabaja la cabeza. Nunca había sido un corredor de los mejores bajando, pero siempre me he desenvuelto bien. Y ahora estoy otra vez a mi nivel en las bajadas, se pudo ver en la etapa de los Alpes.
¿Cómo se llega a bloquear mentalmente un corredor profesional?
Llegó un momento en el que soltarme de manos era para mí un calvario. Fue difícil, porque me venía a la mente la caída que me tiró por el viento. Ya está superado. Gracias al trabajo con el psicólogo, que me ayudó mucho y me sigue ayudando a día de hoy. Y también con Óscar Sainz [especialista en bajadas del Lidl], una grandísima persona, que hace su trabajo increíble. Me ayudó muchísimo a soltarme de nuevo.
Su debut en el Tour, el año pasado, no fue como esperaba a causa de una bronquitis.
Llegar a París es siempre muy bonito. Pero no fue sencillo. Estuve con antibióticos desde el primer día de descanso. Te intentan animar, te dicen aquello de que el cuerpo siempre irá a mejor. Pero no es así. Cuando en un Tour pones tu cuerpo al límite todos los días, no es sencillo que vaya a mejor. Me queda esa espinita con el Tour. Volveré e intentaré hacerlo con mi mejor versión.
¿Le apetecería disputar los Juegos y el Mundial después del Giro?
¿A quién no le gustaría estar en unos Juegos, que son cada cuatro años? Tiene que ser muy muy especial. E ir con el Mundial con la selección es un escaparate muy bueno y a nivel profesional no he ido nunca. No sería una mala idea.
¿Hasta dónde puede crecer Juanpe?
Soy un corredor que año a año intenta progresar y aprender un poco más. Espero no dejar de hacerlo. Aprender de cada rival, de cada persona que esté a mi lado.
¿A este Juanpe escalador le hubiera gustado nacer unas décadas atrás, con otro ciclismo?
Se me ha pasado por la cabeza eso, pero es lo que toca. Esta época, que creo que podré decir ‘yo corrí con Pogacar, con Roglic, con Vingegaard y con todos estos fuera de lo normal’. Cada vez que estoy con ellos, toca sufrir.

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