Estados Unidos sigue sin permitir la entrada a los viajeros internacionales no vacunados y la Administración de Seguridad en el Transporte aseguró recientemente que esta medida no se modificará al menos hasta mediados de abril.
El número uno del tenis mundial, Novak Djokovic, se vio forzado a renunciar al Masters 1000 de Indian Wells que comienza esta semana en el estado de California (Estados Unidos) al no poder ingresar al país sin vacunarse contra el coronavirus, confirmaron este domingo los organizadores.
La estrella serbia había dicho que estaba a la espera de una respuesta a su petición de ingresar a Estados Unidos sin vacunación, sin embargo, finalmente ha tenido que renunciar.
Estados Unidos sigue sin permitir la entrada al país a los viajeros internacionales no vacunados y la Administración de Seguridad en el Transporte avanzó recientemente que esta medida no se modificará al menos hasta mediados de abril.
Un día antes de que celebren el sorteo de partidos, la organización del Masters 1000 de Indian Wells confirmó la baja de Djokovic por tercera edición consecutiva. “Novak Djokovic, número uno del mundo, se ha retirado de la edición 2023 del BNP Paribas Open (Indian Wells)”, dijo el torneo, que se limitó a agregar que el georgiano Nikoloz Basilashvili ocupará el lugar del serbio en el cuadro.
Tras Indian Wells, primer Masters 1000 del año, Djokovic causará posiblemente también baja en el siguiente torneo de esa categoría, el Abierto de Miami.
La solicitud de Djokovic a las autoridades estadounidenses había recibido el apoyo público esta semana del US Open, el torneo de Grand Slam que se organiza en este país, y de la asociación de tenis nacional. El serbio, que el viernes perdió su primer partido de 2023 en las semifinales del torneo de Dubai, dijo que esperaba conocer la decisión antes de que se celebre el sorteo de Indian Wells el lunes.
El rechazo de Djokovic a vacunarse ya le ha dejado fuera de importantes torneos desde el estallido de la pandemia e incluso provocó su deportación por las autoridades australianas cuando intentó competir en el Abierto de Australia a principios de 2022.
Djokovic, que en 2022 tampoco pudo jugar el US Open, tuvo un regreso triunfal a Australia este año sumando su 22º título de Grand Slam, con el que igualó el récord del español Rafael Nadal.
ESTEBAN URREIZTIETA
@eurreiztieta
Madrid
Actualizado Miércoles,
13
diciembre
2023
-
09:51Ver 11 comentariosLes considera responsables de delitos contra la dignidad y la integridad...
Se trataba de matar o morir. O, en el caso del Atlético, de resistir para no morir. Se trataba de no descolgarse más en un sorteo que permite fallos, pero no rendiciones. Dos derrotas consecutivas son muchas, tres, una catástrofe. No andaba mucho mejor el PSG, pero las trayectorias en liga condenan a uno y exculpan a otro. Con el Atlético mirando a la cabeza con telescopio y el PSG a sus perseguidores por el retrovisor. Al final fue Correa el que incendió París. Con un regate que paró el tiempo y tiró a Vitinha y mete al Atlético, de nuevo, en la lucha por la clasificación. [Narración y estadísticas, 1-2]
Salió Simeone con lo más veloz que tenía en el terreno de juego. No era mucho y no se ubicaba precisamente en la línea defensiva que, sin Le Normand, ha sufrido un colapso preocupante. Al contrario que en liga, el PSG comenzó castigando por la banda izquierda rojiblanca, con Galán siendo acosado por Dembélé y Achraf. Un disparo del último casi se convierte en el primero del partido. Poco después probó también Asensio tras una descarga del extremo francés. El Atlético esperaba agazapado los primeros minutos sin poder (o querer) salir de su campo.
Se daba por hecho que los colchoneros sufrirían en carrera contra las gacelas parisinas de arriba, lo que no se esperaba, ni el Cholo quería, era que sus defensas regalaran balones a los rivales. Lo hizo Lenglet, en un intento de regate absurdo en la frontal de su área que le mangó Dembélé. El extremo cedió a Zaïre- Emery que la picó con maestría ante la salida de Oblak, vendido.
Uno nunca sabe el efecto que causan los goles en los rivales. Afortunadamente, el tanto sacó al Atlético de la inopia y se lanzó a por el empate, que logró poco después. Fue una buena apertura de De Paul, el denostado por la parroquia rojiblanca, para un disparo de Giuliano que rechazó Donnarumma. El balón lo recogió Molina, que la empaló con la izquierda al fondo de la red. Tuvo suspense el empate, porque hubo revisión de VAR por una mano inexistente.
La desgracia es que, de nuevo, el tanto volvió a generar otro giro de guion y se volvió al encierro rojiblanco en su campo y al acoso francés con Dembélé como gran percutor. Estaban cómodos ambos equipos con el papel que les habían otorgado sus técnicos. Quizás los rojiblancos hubieran deseado tirar alguna contra con más profundidad, pero los mediocentros del PSG, muy atentos, cerraban todos los pases interiores.
Es Vitinha uno de esos jugones que hacen poco ruido, pero que son capitales en los equipos. El reciente Balón de Oro español es otro. Y si no que se lo pregunten a Guardiola que lleva tres derrotas en los últimos tres duelos sin Rodri. Koke hacía esa labor oscura en el Atlético, pero al haber perdido velocidad, estos partidos de ida y vuelta son más para el Bulldog Gallagher. Se fajó el inglés en todos los sectores del campo, aunque brilló más en el propio.
Salió el Atlético algo más valiente en la segunda parte, pero un nuevo error de Lenglet en la salida de balón casi le cuesta ir perdiendo en el marcador a los cinco minutos de la reanudación. Afortunadamente, no estaba siendo el día de los delanteros franceses. Si bien Dembélé exhibía sus habilidades al regate, no se mostraba efectivo en el remate. Barcolá, por su parte, perdonó un disparo desde el punto de penalti tras una gran jugada personal a lo que contribuyó la buena colocación de Oblak.
Lo que pasa es que el mensaje que se le transmitió al equipo a los 10 minutos del segundo tiempo no fue el de ir al ataque. Quiso proteger el Cholo a los suyos y dar descanso a un Javi Galán que estaba siendo muy castigado por su costado, y a De Paul, capaz de lo mejor en fase ofensiva, pero más díscolo en la defensiva. También salió Riquelme para ayudar a Molina contra un Barcolá, que estaba empezando a inspirarse.
Milagro final
No acusaron el recibo los rojiblancos, que siguieron estirándose cada vez que tenían ocasión, pero eso dejaba también más espacios atrás para los uno contra uno de los habilidosos extremos parisinos. Pero fue en un córner donde el PSG perdonó el segundo. Se olvidó la defensa atlética de Marquinhos, el principal y casi único rematador en las filas del conjunto de Luis Enrique. Un tñecnico que los últimos 20 minutos sacó toda su artillería para intentar alejarse de la zona de peligro europea.
Necesitó el Atlético la santidad de Oblak para soportar el último arreón francés. El esloveno sacó dos manos a mano a Achraf. Hasta el estallido de Correa. La rebelión del delantero humilde. Echaba en falta la efectividad el PSG de un tal Kylian Mbappé. Generan mucho los parisinos, hasta 20 disparos, pero no transforman las que tienen. Así que entre los que no quieren y los que no pueden... la casa sin barrer.