Roland Garros
Se impuso por 6-3, 6-2 y 6-2 y jugará en cuartos contra Karen Khachanov. Es el jugador que más veces se ha presentado en la antepenúltima ronda. Volvió a encararse con el público.
Aplicado desde la primera bola, sin concederse apenas distracciones, Novak Djokovic pasó por encima de Juan Pablo Varillas y se clasificó por decimosexta ocasión para los cuartos de final de Roland Garros, tras imponerse por 6-3, 6-2 y 6-2, en una hora y 57 minutos. Le espera Karen Khachanov, al que ha derrotado en ocho de sus nueve cruces. Nadie ha pisado tantas veces como el serbio la antepenúltima ronda. El peruano, que se había presentado en los octavos casi desde la nada, consumiendo en todos sus encuentros previos los cinco sets, se despide tras un torneo muy destacable. Ningún jugador de su nacionalidad había llegado tan lejos en París desde que lo hiciera Jaime Yzaga en 1994. Entró como número 94 y sale como 60.
Varillas comprobó pronto que las armas que le habían servido ante Shang, Bautista y Hurkacz no le alcanzaba frente al bicampeón del torneo y poseedor de 22 títulos del Grand Slam. Sólo un error clamoroso en una pelota fácil a media pista impidió que el marcador del primer set fuera incluso más confortable para Nole, de nuevo enfrentado con parte de la grada, víctima de abucheos, de nuevo gesticulante y susceptible frente a la calidez con que fue acogido su batallador oponente, sin duda uno de los nombres de la presente edición del torneo.
Djokovic dominó con holgura y se presenta en cuartos sin haber cedido un solo set, siendo el encuentro de tercera ronda ante el español Alejandro Davidovich, con dos desempates y tres horas y 35 minutos de duración, donde se vio más exigido. Como podía suponerse, su timorato paso por los torneos previos sobre arcilla no ha sido óbice para encontrarle de nuevo donde acostumbra, reafirmándose como uno de los candidatos a la victoria final.
“Estoy contento del nivel de tenis que he desarrollado ante un jugador muy consistente”, dijo a pie de pista, tras agradecer a los espectadores su presencia y su tiempo.