La secuencia es larga, muy larga. Se viene repitiendo desde sus inicios en la alta competición. Lo sucedido en la segunda ronda del Abierto Australia es un nuevo episodio en el parte de guerra de Rafael Nadal, lesionado esta vez en la cadera cuando perdía por 6-4 y 5-3 ante Mackenzie McDonald. Cayó por 6-4, 6-4 y 7-5.
La resonancia magnética realizada este jueves en Melbourne muestra que el tenista sufre una una lesión de grado 2 en el músculo psoas ilíaco de pierna izquierda. “Ahora toca reposo
deportivo y fisioterapia anti inflamatoria.
Tiempo normal de recuperación 6 a 8 semanas
“, explicó el propio Nadal en su cuenta de Twitter.
“Es evidente que van sucediendo cosas, el vaso se va llenando y llega un momento que el agua puede salir por fuera”, había asegurado el balear en la conferencia de prensa posterior a la derrota, recordando su “edad avanzada”, sus 36 años.
Este miércoles fue en Melbourne. Hace cinco meses en Nueva York, donde volvió a romperse el
músculo abdominal
dañado semanas antes en Wimbledon, y no pudo superar en octavos a Frances Tiafoe. En la capital londinense había tenido que bajarse antes de disputar las semifinales, tras acabar como pudo los cuartos contra Taylor Fritz, ya con la microrotura en una zona que condicionó severamente la ejecución del servicio. A principios de curso sufrió una
fisura de costillas
que a duras penas le permitió superar en semifinales de Indian Wells a Carlos Alcaraz, antes de sentirse en franca desventaja en la final contra Fritz. En los octavos de Roma, frente a Shapovalov, se recrudeció el dolor en el
escafoides del pie izquierdo
, la dolencia crónica ahora sofocada.
El ganador de 22
majors
no ha podido disputar 12 de los grandes debido a las lesiones y ha visto mermado su rendimiento en otros ocho. En esta ocasión se encontraba
aparentemente a salvo
. Su entrenador, Carlos Moyà, comentaba a este periódico en las vísperas del torneo que llevaba mucho tiempo sin poder entrenar como lo estaba haciendo en Melbourne. Ninguna queja en la esmerada victoria frente a Jack Draper, cuatro sets, en el debut.
Malos resultados
Primera victoria del año, segunda en ocho partidos, pues ni la segunda parte de 2022 ni el comienzo de este año arrojaban buenas noticias en el marcador. Existían pocas dudas sobre la capacidad de Nadal para volver a intentarlo en un torneo donde exhibió todas sus fortalezas el pasado año, 13 ediciones después de ganarlo por primera vez, en un torneo donde contaba con otras cuatro finales y sólo en 2016, ante Fernando Verdasco,
cayó con mayor celeridad que en esta ocasió
n. El cuadro venía cargado, pero ya sabemos cómo se las gasta el zurdo a medida que crece la dificultad. Hasta donde el cuerpo le consiente, claro.
Los contratiempos no sólo se traducen en imágenes tan elocuentes como las del partido ante McDonald, donde a partir del tercer set apenas podía realizar desplazamientos laterales por la lesión en la cadera sufrida en el inicio del octavo juego.
Los daños dejan huella y condicionan
. El problema abdominal le ha obligado a una nueva modificación a la hora de servir; se arquea menos, minimiza los riesgos.
Su juego se debilita, más aún en superficies rápidas, donde el saque tiene una importancia considerable. Si contra Jack Draper el porcentaje de puntos ganados con el segundo fue del 51%, ante McDonald se quedó en el 49%,
un alarmante 33% en el segundo set
. Fue en el tercer parcial, ya a la desesperada, cuando elevó la cuota al 64%. Los rivales lo advierten. El estadounidense, dinámico, 27 años, con un
swing
corto y buenas condiciones para desenvolverse en superficies rápidas, le presionó constantemente sobre el segundo servicio. Logró cinco
breaks
, el último de ellos ya con carácter letal. Le impidió golpear en las mejores condiciones tras el saque y le abrió pista sobre el
drive
.
Servicio disminuido
La cuota de rentabilidad con el servicio se ha ido reduciento desde la lesión ante Fritz en Wimbledon, aunque en las ATP Finals de Turín terminase haciéndolo bien en el encuentro de despedida contra Casper Ruud, ante quien conectó 16
aces
, ganó el 93% de puntos con el primero y el 60% con el segundo. Una excepción.
Cameron Norrie y Alex de Miñaur, en la reciente United Cup, hurgaron de nuevo en la llaga
.
Ya no se trata de jugar menos torneos. Conforme pasan los años, Nadal afina con el calendario. Es difícil reducirlo aún más, como él mismo ha reconocido. En 2022 disputó 47 partidos, con 39 victorias y cuatro títulos. En 2021, 29, con 24 triunfos y dos títulos. En 2020, 34, con 27 victorias y otros dos títulos. El físico no sólo le aparta de determinados torneos, sino que también le sugiere prescindir de otros aun estando apto.
Nadal, que partía como cabeza de serie número 1 en ausencia del lesionado Alcaraz,
caerá al menos hasta el sexto puesto del ránking
. A diferencia del año pasado, que comenzó con título en el ATP 250 de Melbourne y en el Abierto de Australia, para ganar poco después el ATP 500 de Acapulco, la calle esta vez se empina. A la espera del alcance de su lesión de cadera, su intención será llegar al menos para disputar uno de los dos Masters 1000 de la gira estadounidense: Indian Wells, del 8 al 19 de marzo, o Miami, del 22 de marzo al 4 de abril. Después llegará la arcilla, territorio donde aún resulta difícil discutirle. Trinchera apropiada para sentirse fuerte y renovar la puja con Novak Djokovic, que igualará sus 22 títulos
majors
si gana por décima ocasión en su regreso a Melbourne.
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