Norris, 'pole' bajo la lluvia de Interlagos, que provoca los accidentes de Sainz y Alonso

Norris, ‘pole’ bajo la lluvia de Interlagos, que provoca los accidentes de Sainz y Alonso

La lluvia lo descabaló todo en Interlagos, escenario de la sesión clasificatoria más caótica de la temporada. Sin margen para el mínimo descuido, Lando Norris firmó su mejor actuación de las últimas semanas, con una sensacional pole (1:23.405) por delante de George Russell y Yuki Tsunoda. Entre los innumerables trompos y accidentes, Fernando Alonso y Carlos Sainz aún pueden sentirse afortunados por llegar al garaje con todos los huesos en su sitio. El bicampeón partirá noveno y el madrileño, decimotercero.

La lluvia parecía un alivio para Ferrari y Max Verstappen, que el viernes perdieron un promedio de tres décimas por vuelta frente a los McLaren. Esa superioridad papaya, por tanto, quedaría supeditada a un asunto de sensaciones. La confianza que se intuía en George Russell, Tsunoda y Valtteri Bottas, capaces de rodar casi dos segundos más rápido que sus compañeros en Mercedes, Visa Cash APP RB y Sauber.

No se había levantado con buen pie Lewis Hamilton, eliminado en la Q1 cuando Norris, también en problemas, salvó el pellejo durante su último intento. "No tengo ninguna esperanza. Sólo voy a hacer lo que pueda porque este coche es el peor que he conducido nunca. Quizá salga desde el pitlane, no sé, es inconducible", analizó un alicaído heptacampeón.

Trompo de Stroll

El asfalto mejoraba al paso de los coches, cuyo efecto secado se traducía de inmediato en la tabla de tiempos. Se intuía una oportunidad para los outsiders y su momento llegó a seis minutos para el final de la Q2. Sainz se despistó un segundo en la curva 3 y su Ferrari terminó contra las protecciones, sin alerón trasero. En ese momento, Carlos ocupaba la décima posición (1:29.406) por lo que Norris ejercería otra vez como verdugo.

Asomaban en cabeza pilotos como Esteban Ocon, Liam Lawson o Alex Albon, más Alonso, claro, el más astuto de todos. Durante unos minutos, el asturiano trepó hasta la primera posición (1:25.035), mientras Lance Stroll, su compañero, sufría un trompo en la Curva do Sol, destrozando las barreras con su Aston Martin. La bandera roja para retirar el Aston Martin supuso todo un drama para Red Bull. Verstappen, decimosegundo y Pérez, justo por detrás, se quedaban por el camino.

El mexicano pereguntaba a sus ingenieros por qué no habían esperado al final de la Q2 como hizo Ferrari con Charles Leclerc. Mientras, Verstappen empezaba con sus cábalas para la carrera, donde saldrá decimoséptimo, por sus cinco plazas de sanción por los cambios en su motor. En el trasiego de la salida, el líder del Mundial deberá mantener la mente fría porque cualquier leve roce podría resultar fatal.

Sainz, tras su accidente en la 'qualy' de Interlagos.

Sainz, tras su accidente en la 'qualy' de Interlagos.AFP

De confirmarse los pronósticos, que anuncian más lluvia, la carrera podría convertirse en una mera lucha por la supervivencia. Porque cualquier punto del trazado paulista puede convertirse en una tumba. Alonso dio fe de ello a siete minutos para el final de la Q2. Cuando atacaba su segundo intento, el bicampeón perdió el tren trasero de su Aston Martin. Patinando sin control, el golpe del AMR24 contra las protecciones no auguraban nada bueno para los mecánicos de Mike Krack. Deberán trabajar sin descanso durante tres horas para recuperar los dos monoplazas verdes.

Aún peores perspectivas deben de manejar en Williams, a tenor del rostro pétreo de James Vowles cuando Alex Albon se dio un terrible golpe al final de recta. Todo por pisar levemente la pintura de la pista durante una de sus frenadas. Aún restaban 3:31 para el final de la Q3, así que hubo que armarse de paciencia para que retirasen tantos restos de fibra de carbono.

En ese preciso momento, Albon ocupaba la segunda posición, sólo por detrás de Norris. Vistos los accidentes de Aston Martin, la pole se iba a dilucidar entre pilotos poco acostumbrados a esa lucha. Tsunoda y Lawson, el orgullo de Visa Cash APP RB, saldrán tercero y quinto, por delante de Leclerc (sexto) y Oscar Piastri (octavo).

Liam Lawson, el novato insolente que amenaza el futuro de Sergio Pérez en Red Bull

Liam Lawson, el novato insolente que amenaza el futuro de Sergio Pérez en Red Bull

«Mi objetivo no es enemistarme con nadie. Pero tampoco estoy aquí para hacer amigos, sino para ganar. Y eso no cambiará». Liam Lawson, piloto de Visa Cash App RB, filial de Red Bull, no dejó margen para las medias tintas el jueves en Interlagos. Su aviso ante los periodistas iba a refrendarse horas después sobre el asfalto, donde superó a Sergio Pérez en la única sesión libre y en la clasificación para la sprint race. El neozelandés, de 22 años, se siente capaz de todo con tal de conseguir un hueco en la Fórmula 1. Si lo hace como compañero de Max Verstappen, dejando fuera a Pérez, mucho mejor.

El pasado junio, Checo firmó su renovación hasta 2026, pero desde que hizo oficial aquel acuerdo, sólo ha sumado 43 puntos. Un paupérrimo bagaje que compromete su futuro en Red Bull. El último mazazo para el mexicano llegó el domingo en el Autódromo Hermanos Rodríguez, su casa, donde ni siquiera pudo puntuar. Y lo peor no fue eso. Lo más doloroso fue la humillación ante Lawson. Un novato que, una semana antes, ya había mantenido en Austin otro feroz duelo con Fernando Alonso, que le llamó «idiota».

«Esta oportunidad sólo se da una vez en la vida», apuntó Lawson en la previa del GP de México. Aquella advertencia se consumaría durante un pulso de alto voltaje frente a Pérez. No sólo por su choque con el mexicano en la curva 5, sino por un gesto con el dedo corazón. Una obscenidad por la que Christian Horner le obligaría a disculparse. Antes de abandonar el circuito, el jefe de Red Bull y Helmut Marko, su histórico asesor, le leyeron la cartilla. «Necesita ser un poco más humilde», señaló Pérez, tras reclamarle «respeto dentro y fuera de la pista. «En este momento está fuera de control», concluyó Checo.

Inflexible carácter

A estas alturas, las fricciones internas no van a pillar por sorpresa a Horner y Marko, más que acostumbrados desde los tiempos de Mark Webber o Daniel Ricciardo. Lo que sí resulta más novedoso es la personalidad de Lawson, cimentada en una ambición desmedida, una extrema confianza en su pilotaje y un inflexible carácter. Estos rasgos quizá se entiendan mejor a la luz de sus orígenes, menos privilegiados de lo que hoy se estila en el Gran Circo.

Sin respaldo económico, ni tradición familiar alguna, Liam se inició a los seis años en los karts. A los 12 ya había quemado el embrague y el motor del Volkswagen Polo de su hermana Jess. El veneno, por supuesto, se lo inoculó Jared, su padre: «Cada año solía prometerme que me llevaría al GP de Singapur, pero al final nunca fuimos». Sin embargo, desde Clarks Beach, a las afueras de Auckland, todo quedaba demasiado lejos. Así que Liam tuvo que labrarse una reputación en su tierra, cuna de un campeón mundial como Denny Hulme (1967) y una leyenda como Bruce McLaren.

Hasta que, en 2019, una llamada acabaría por cambiarle la vida. Según su propio testimonio, en el momento de saber que formaría parte de la Academia Red Bull no supo dar un simple paso. Sus extremdidades se habían quedado paralizadas. Ni siquiera pudo terminar el instituto y sus padres ya habían vendido su casa para recaudar el dinero negado por los patrocinadores.

Lawson, por delante de Pérez, el viernes en Interlagos.

Lawson, por delante de Pérez, el viernes en Interlagos.AFP

Tras un subcampeonato en el DTM (2021) y un tercer puesto en el Mundial de F2 (2022) AlphaTauri quiso confiarle el asiento de Ricciardo para el GP de Holanda 2023. El pasado 11 de julio se subió por primera vez al monoplaza de Verstappen, durante un filming day en Silverstone. Sus tiempos, según filtró la escudería austriaca, nada tenían que envidiar a los de Pérez. Apenas unas décimas por detrás de Verstappen. A comienzos de septiembre, en Monza, volvió a ponerse a los mandos del RB20 durante unos test de Pirelli. Sin apenas experiencia, su ritmo por vuelta y su arrollador temperamento dejaban en muy mal lugar a Pierre Gasly o Alex Albon, dos de las más célebres víctimas de Mad Max.

«No creo que quieran que corra de otro modo», informó Lawson tras su entrevista con Horner y Marko en México. Durante ese fin de semana, el encendido alegato de ambos sobre Verstappen, penalizado con 20 segundos por los comisarios, contrastó con un clamoroso silencio ante la labor de Pérez. «Me vais a ver en el GP de Las Vegas y en el Mundial 2025», adelantó Checo el viernes. Habrá que ver hoy si Lawson, tras otro encarnizado duelo en la sprint race del sábado, se lo toma tan a pecho en Interlagos.

Carlos Sainz domina a placer en México para cerrar su segunda victoria del año

Carlos Sainz domina a placer en México para cerrar su segunda victoria del año

Ni los rebufos en la salida, ni las insensatas artimañas de Max Verstappen, ni el bajón postrero de Charles Leclerc ante Lando Norris importunaron la victoria de Carlos Sainz en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Fiel a su espíritu, como un smooth operator, el madrileño condujo su Ferrari hasta la meta con una eficacia demoledora. Su segundo triunfo del Mundial 2024 resultó tan concluyente como el primero, allá por marzo en el GP de Australia.

Sin embargo, a diferencia de entonces, Ferrari perdió el doblete por culpa de Leclerc, incómodo desde el viernes, errático como en sus peores tardes. Mientras Sainz enarbolaba la bandera roja, el monegasco terminó perdiendo fuelle ante Norris. A su falta de ritmo se sumó un lamentable descuido a falta de ocho giros para la bandera a cuadros. Cuando Lando afilaba el machete, Charles perdía el control en la célebre Peraltada. Bajo un cielo encapotado, sin amenaza de lluvia, Sainz levitaba hacia la meta, sin que nadie le asomara su alerón delantero en las tres zonas de DRS.

El ritmo inabordable de Carlos, rodando con regularidad en 1:20, hizo de la victoria casi un trámite. Sólo se le escapó la vuelta rápida, anhelada por Norris y finalmente en poder de Leclerc (1:18.336). Aún pueden darse por satisfechos en McLaren, porque su jefe de filas descontaba 10 puntos a Verstappen. Un logro para el aspirante, que mantendrá viva la llama durante las cuatro últimas carreras.

Primer abandono de Alonso

Como era previsible, la recta se hizo eterna para Sainz, que tuvo que ceder paso a Verstappen, más ágil a la hora de soltar el embrague cuando se apagó el semáforo. Por la parte sucia, Mad Max llegó con algo de ventaja al vértice y no cedió ni un centímetro ante Carlos, obligado a una excursión por la pradera y a devolver la posición. Por entonces, el choque entre Yuki Tsunoda y Alex Albon hacía obligatorio el safety car.

Otro revés para el nipón tras su percance en la Q2 del sábado que había impedido cualquier mejora a Fernando Alonso. Algún margen, en las tandas largas, pudo intuirse a su Aston Martin durante los últimos libres. Con un Williams y un Visa Cash APP fuera de combate, había que seguir las huellas de los Haas. Sin embargo, en la decimosexta vuelta, los ingenieros de Mike Krack optaron por retirar el coche del asturiano, que venía avisando de los riesgos de sobrecalentamiento. Unas pequeñas impurezas taponaron el conducto de su freno delantero izquierdo. El primer abandono de 2024. Una lastimosa manera de festejar su 400º GP en la F1.

En la décima vuelta se desataron las hostilidades. Verstappen se las veía y deseaba para llegar con un hilillo de batería a final de recta, así que Norris se lanzó por el interior de la curva 4, metiendo el coche con casi un metro de ventaja. Sin miramientos, Max echó el candado como hace siete en Austin. Mucho debía de escocer la inferioridad al tricampeón, que traspasó los límites de la deportividad en la curva 8. Los comisarios penalizaron la primer maniobra con 10 segundos, por empujar a Norris, y la segunda con otros 10 por abandonar la pista y ganar ventaja.

Pérez, tampoco en casa

Un golpe a la línea de flotación de Red Bull. Su jefe de filas debería cumplir el castigo en su pit stop, de donde saldría noveno. Con 44 vueltas por delante, se reincorporaba penúltimo sólo por detrás de su compañero Sergio Pérez. Por entonces, la afición local se tiraba de los pelos ante la ineficacia de su ídolo, penalizado por colocar mal el coche en los tacos de salida y envuelto en un absurdo duelo con Liam Lawson.

Ante esta tesitura, McLaren hizo cábalas para Norris, que podría conformarse con un podio. Verstappen ni siquiera debía acercarse a Lewis Hamilton y George Russell, enzarzados en un pulso de exquisitas maneras. El liderato del Mundial de Constructores quedaba un poco más cerca para la gente de Woking gracias a la remontada de Oscar Piastri, quien tras partir decimoséptimo aún pudo incrustarse octavo entre los Haas.

Con 39 giros por delante, cuando cedía casi nueve segundos ante Sainz, Ferrari paró a Leclerc. Una vuelta más tarde, el líder cumplió en boxes con exquisita puntualidad. No hubo problemas para retirar los neumáticos medios y montar los duros. Desde el Foro Sol, miles de gargantas alentaban al español, que se sentía como en casa. Ese adelantamiento ante Verstappen había coronado un domingo de gloria para Sainz.

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Demoledor doblete de Ferrari y fatídica sanción para Norris en Austin

Hubo razones para disfrutar del festival de Ferrari en Austin, donde Charles Leclerc y Carlos Sainz aseguraron el segundo doblete rojo de 2024 tras el GP de Australia. Sin embargo, la emoción genuina, la que ha arrastrado a 430.000 aficionados este fin de semana al Circuito de las Américas, se gestó en el duelo entre Max Verstappen y Lando Norris. Un duelo al sol de Texas, donde el aspirante pretendía arañar tres puntos al tricampeón merced a un ajustadísimo adelantamiento a cuatro vueltas para la meta. En el ápice de la curva 12 se tomaba cumplida revancha tras su drama del pasado 30 de junio en el Red Bull Ring. Sin embargo, los comisarios castigaron su maniobra con cinco segundos. El podio pasaba a Verstappen, cuarto en la meta, por apenas nueve décimas. El golpe de gracia para la moral de McLaren.

A falta de cinco carreras, Norris queda ya a 57 puntos del liderato. Demasiado ante Mad Max, un genio favorecido por los dioses y las leyes. Ni con la superioridad mecánica de su MCL-38, el bisoño Norris se siente capacitado para desafiar al gran tirano. El consuelo del Mundial de Constructores, cada semana más cerca, se quedará algo corto para McLaren. Una oportunidad como puede que sólo se dé una vez en la vida.

Mientras tanto, Ferrari brindará con tequila en Texas, porque Leclerc se pasó 56 vueltas cuidando sus ruedas y conversando afablemente con Bryan Bozzi, su ingeniero de pista. Todo salió rodado desde la salida. Entonces se sentían los 46º C sobre el asfalto, más que suficiente para calentar las gomas medias, pero Norris estuvo frío y timorato. En la primera curva, en lugar de un candidato al título, se vio a un rookie dejar vía libre a Verstappen por el interior. Leclerc, que lo vio venir, aprovechó para tomar la cabeza, mientras Sainz asediaba al líder del Mundial. Ferrari, cuyas buenas perspectivas se vislumbraron desde la única sesión libre del viernes, agradecía los favores.

"Huele a gasolina"

Sin embargo, en la novena vuelta, las luces rojas saltaron en el monoplaza de Sainz. "No tengo potencia a la salida de las curvas. Huele a gasolina", alertó el madrileño, mientras rodaba tercero, con dos segundos sobre Norris. Cuando todo parecía perdido, los ingenieros de Frederic Vasseur mantuvieron la calma hasta ajustar la entrega del motor. El doblete, por tanto, pasaba por desestabilizar Verstappen con la estrategia adecuada.

En la vuelta 22, Sainz se anticipó con un cambio a las gomas duras, pensando quizá en el undercut con el que Kevin Magnussen había destrozado a Pierre Gasly. McLaren seguía a la expectativa, reservando sus bazas. Quizá demasiado. El liderato provisional de Norris suponía un simple espejismo, porque el adelantamiento de Leclerc a Piastri compendiaba el arrebatador brío del SF-24.

Verstappen ya había pasado también a los duros, aunque tampoco podría amenazar ya el doblete rojo. Su única misión, desde la vuelta 32, sería contener a Norris, empeñado en destrozar los cronos con sus gomas nuevas. Tras devorar sus seis segundos de desventaja, el británico enfilaba hacia el podio como un disparo. Calculó con mimo su movimiento, pero los jueces, ante el asombro general, dieron otra vez la razón a Verstappen.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.

Norris cede el paso a Verstappen en la primera vuelta.AP

Aún peor marchó el domingo para Lewis Hamilton, decimoséptimo en la parrilla, cuyo intento de remontada se perdió en la grava de la curva 19. Un drama para Mercedes, que había llegado a Austin con muchos humos, pero que en la Q3 ya había perdido también a George Russell, por un accidente que le obligaría a partir desde el pit-lane. El rictus de Toto Wolff durante el periodo de safety car se agrió aún más tras una irregularidad de Russell ante Valtteri Bottas en la curva 12, penalizada con cinco segundos por los comisarios.

Alonso, decimotercero

El vacío de las Flechas de Plata, sumado a la habitual incomparecencia de Sergio Pérez, pudo ser aprovechado por dos novatos como Franco Colapinto y Liam Lawson. No por azar, el neozelandés y el argentino saborearon sendos adelantamientos ante Alonso. Síntoma inequívoco de que donde no le alcanza a Aston Martin sí llegan Williams y Visa Cash App.

Alonso había ganado una posición en la parrilla gracias a las reparaciones en el coche de Russell, pero nadie en el box de Mike Krack iba a llevarse a engaño. Las simulaciones de sus ingenieros les retrasaban hasta la decimotercera plaza, por detrás de los Haas y los Williams. Sin puntos al alcance, el único cometido del asturiano sería recopilar datos para el futuro. Para cuando esas actualizaciones aerodinámicas estrenadas en Austin sí le permitan competir con la dignidad debida. Porque las computadoras de Aston Martin dieron en el clavo: Alonso cruzó decimotercero la línea de meta.

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

Domina Norris, pero Verstappen sobrevive en Marina Bay

"Gracias, Daniel". Un conciso mensaje, el único que trascendió en la voz de Max Verstappen tras 62 vueltas en Singapur. Un guiño para su ex compañero Daniel Ricciardo, piloto de la filial de Red Bull, que arrebató a última hora la vuelta rápida a Lando Norris. Un logro simbólico para derruir la moral del aspirante, gran dominador de la noche ante Mad Max, todo un maestro a la hora de contener los daños. Porque la fiesta nunca termina por ser completa para Norris. Si quiere ser campeón, el británico deberá recortar 52 puntos en las seis últimas carreras.

El despótico poderío de Norris se plasmó en la tabla de tiempos, con 21 segundos sobre Verstappen, segundo, el doble sobre Oscar Piastri, su acompañante en el podio y 96 sobre Carlos Sainz, el último que pudo librarse de los doblajes. El séptimo puesto del madrileño, justo por delante de Fernando Alonso, puede considerarse un mal menor tras la catastrófica qualy del sábado. Su 200ª carrera de F1, en cualquier caso, merecía otro desenlace.

Por una vez, a Norris no le tembló el pulso para soltar a tiempo el embrague y mantenerse a salvo en la salida. Las cuatro zonas de DRS suponían una amenaza para el líder en ese inicio, pero ya en la tercera vuelta marcó un 1:38.480 con el que dejar las cosas claras a Verstappen. Desde ese momento fue engordando su ventaja cuándo y cómo quiso. Se iba a anotar el Grand Chelem, con victoria, pole, vuelta rápida y liderato durante toda la carrera, cuando a dos giros de la meta Ricciardo borró su registro por medio segundo (1:34.486).

"relájate y trae el coche a casa"

Poco antes de cumplir la mitad de la prueba, Norris se había dado un susto terrible en la curva 8, con un error de frenada que puso en riesgo su alerón delantero. Por entonces, mandaba con tanta holgura que incluso partió por delante de Piastri a la salida del pit-stop. Nada menos que 21 segundos sobre Verstappen. Un dominio a la altura del mejor Red Bull de 2023. A falta de 13 giros, cuando ya rozaba el medio minuto, Norris atacó la vuelta rápida (1:34.925) porque ese punto de bonus resultaba precioso tal para la lucha por el Mundial. Justo entonces debió de cundir el pánico en el garaje de McLaren al ver a su piloto rozando una de las protecciones. "Sólo relájate y trae el coche a casa", le cantaron por radio.

Ni siquiera por ésas hubo opción de safety car, cita obligada en Marina Bay a lo largo de sus 14 presencias previas en el Mundial. Kevin Magnussen, con un pinchazo lento, supo arrastrar su monoplaza hasta los boxes, frustrando la última posibilidad. Nada habría cambiado tampoco en las posiciones de cabeza, porque Piastri cedía 20 segundos con Verstappen y éste mantenía 18 sobre Russell. El podio del australiano se forjó a fuego lento, con un par de adelantamientos calcados en la curva 7 sobre Lewis Hamilton y George Russell.

Para desgracia de McLaren, nadie importunaba al tricampeón mundial, que navegó con comodidad durante ese primer tramo, lejos del alcance de Mercedes. Toto Wolff había dividido el plan con los neumáticos para sus pilotos, probando los blandos para Hamilton. Tras 17 giros, el heptacampeón mundial pasó al compuesto duro. Ese primer movimiento podía dar pistas sobre lo que vendría después.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.

Alonso, por delante de Leclerc en Marina Bay.AFP

"El undercut aquí parece fuerte, en torno a los dos segundos", advirtieron por radio a Norris, tras medir el tiempo que había conseguido Sainz con su parada en la vuelta 13. Partiendo décimo, el madrileño debía aferrarse a un milagro en esas calles donde el año pasado obtuvo una memorable victoria. Ferrari, por supuesto, mantuvo todo el tiempo que pudo a Leclerc, aguardando un safety car que no llegaba. Tras 36 vueltas, el monegasco fue el último piloto en renovar sus gomas.

Debió de hacerse largo ese relevo a Leclerc, demasiado tiempo por detrás de Alonso, que le negaba todos los espacios pese a su clamorosa desventaja mecánica. Bastante hacía el Aston Martin para sujetarse al alerón trasero de Nico Hulkenberg, quinto con el Haas tras darse el capricho de ganar provisionalmente la posición a Piastri. Una noche especial la de estos dos veteranos, porque Alonso aún tuvo que ajustarse los machos en el último tercio de carrera.

No había manera de contener a los Ferrari, por supuesto, pero su Aston Martin había de contener a Hulkenberg, Sergio Pérez y Franco Colapinto. Ya podía quejarse el mexicano de que su Red Bull saltaba "como un canguro" y ya podía apretar los dientes el argentino, única esperanza de Williams tras el madrugador problema de Alexander Albon con una toma de refrigeración. Ya podía insistir también Hulkenberg, orgullo de Haas, porque Alonso no iba a entregar su octava plaza.

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Verstappen acecha a Norris tras el doble desastre de Ferrari en Marina Bay

Tampoco el sábado en Marina Bay resultó redondo para Lando Norris, autor de una pole (1:29.525) imprescindible para sus aspiraciones, pero seguido de cerca por la inquietante figura de Max Verstappen. Repuesto de sus innumerables problemas del viernes, el líder del Mundial sólo cedió dos décimas ante McLaren. Ferrari, por contra, se precipitaba al vacío, con un doble error de Charles Leclerc y Carlos Sainz, que partirán noveno y décimo si los mecánicos recuperan a tiempo el monoplaza del español.

No anda nada fino Norris este año en las salidas, como ya dejó constancia en Hungaroring y Montmeló, donde desperdició sendas poles. Sin embargo, ahora ya no cuenta con margen si de verdad quiere pelear por el título. La mera presencia de Verstappen en las tres primeras enlazadas le supondrá un quebradero de cabeza. Porque si Red Bull aún no ofrece demasiadas garantías, Verstappen sigue añadiendo un punto diferencial.

Derrapaba su RB20 desde la Q1 y Mad Max salvaba a duras penas los muros. Se veía con apuros para sacar el tiempo en la Q2 hasta que metió el coche en cintura. No hubo un piloto en el sábado de Singapur a la altura del tricampeón mundial. Quizá sólo Nico Hulkenberg y Fernando Alonso, sexto y séptimo, puedan alardear de un papel tan estelar.

Hamilton, tercero

Entre los perdedores hay que mencionar a Oscar Piastri, quinto con el mejor monoplaza, y los hombres de Ferrari. Apuraba la preparación de su primera vuelta en la Q3, cediendo el paso al austrialiano, cuando Sainz abordó la entrada a la recta de meta de muy mala manera. A la frialdad de los neumáticos se sumó un pequeño despiste con el volante, con la quinta marcha ya engranada. Una combinación fatal para su Ferrari, que terminó contra las protecciones de la curva 19 con daños irreparables en el tren trasero. Justo un año después de su pole y su victoria en estas calles, Sainz desfilaba apesadumbrado hacia el garaje. Como lo hizo a pie, los comisarios anotaron la irregularidad para una investigación.

Cuando despejaron la pista restaban casi siete minutos de Q3, aunque los favoritos apuraron aún más para atacar su único intento. A Verstappen le habían borrado el previo (1:29.791), al coincidir su entrada a meta con el accidente de Sainz. A Leclerc le dejaron fuera de combate al superar los límites de pista de pista en la curva 2, mientras Mercedes apuraba sus opciones pese a las continuas quejas de George Russell con el agarre de sus Pirelli. Algo más más pudo arañar Lewis Hamilton, con un notable tercer puesto en la parrilla, 26 milésimas más rápido que su compañero.

Fiasco de Pérez en la Q2

Una semana después de su brillante papel en Bakú, Sergio Pérez se apuntó otro fiasco en el currículum. A bordo de un RB20 al que hay que sujetar con brío las riendas, el mexicano ni siquiera pudo superar a los Williams. Nueve décimas perdidas, nada menos, ante su compañero en Red Bull.

El tiempo de corte en esa Q2 lo iba a establecer Alonso, con ritmo para rodar con los mejores en el primer y tercer parcial. Las dificultades del asturiano llegaban en la zona más revirada y aun así pudo colarse (1:30.450) con 24 milésimas sobre Alexander Albon y 31 sobre Franco Colapinto. Bastante hace Fernando con el material disponible, casi chatarra en manos de Lance Stroll, decimoséptimo en la Q1.

Tampoco pudo silenciar Daniel Ricciardo los acuciantes rumores sobre su futuro. El australiano se quedó fuera en la Q1 junto a Pierre Gasly, Stroll y los dos Sauber, mientras su compañero Yuki Tsunoda sí exprimía todo el jugo de su RB.

El imperio Red Bull muerde el polvo

El imperio Red Bull muerde el polvo

Actualizado Lunes, 16 septiembre 2024 - 01:16

Pasaron muchas cosas en las calles de Bakú, pero lo esencial, lo maravilloso, lo ilusionante es que, independientemente de los sucesos finales, la temporada 2024 se está convirtiendo en un regalo. Es difícil elegir una sola moraleja del gran premio, en realidad hay mucho donde escoger.

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El polémico y "desafortunado" accidente entre Carlos Sainz y Sergio Pérez: "Era el último con quien quería tener un contacto"

El polémico y “desafortunado” accidente entre Carlos Sainz y Sergio Pérez: “Era el último con quien quería tener un contacto”

Actualizado Domingo, 15 septiembre 2024 - 18:59

No fue el final deseado para una carrera tan emocionante como la vivida en Azerbaiyán. Tanto Carlos Sainz como Sergio Pérez, doble ganador de este Gran Premio (2021 y 2023), habían conseguido lo más difícil: alcanzar a los dos gigantes que estaban protagonizando un auténtico duelo de titanes en su lucha por la victoria.

En la penúltima vuelta, la 50, y con los neumáticos ya muy desgastados de Charles Leclerc, Sainz logró adelantar al mexicano, que rodaba tercero, pero en búsqueda de la segunda posición y con Pérez intentando recuperar el puesto, ambos coches se quedaron eventualmente en paralelo al salir de la curva para terminar tocándose y chocando contra las protecciones. Un accidente que, tras ser analizado por la FIA, finalmente, no supondrá ninguna sanción para los dos pilotos.

"¿Qué ha pasado ahí, no lo entiendo?, preguntaba asombrado Sainz por radio nada más verse fuera de la carrera. Una reacción muy distinta a la de su rival que, enfadado, hacía pública su rabia y lógica frustración tras una prueba en la que iba a finalizar por delante de su compañero Max Verstappen: "¿Qué acaba de hacer este tío? ¿Está loco o qué? ¡Vaya idiota!".

Ya con los ánimos más calmados, ambos protagonistas dieron su versión de lo ocurrido. Cabizbajo y resignado, el español mantuvo que hizo "la línea normal que se hace en el circuito yendo un poco hacia la izquierda" y que "por alguna razón" que no "termina de entender", ambos coches se acabaron tocando. "Lo importante es que ambos estemos bien; toca pasar página", terminó.

Una versión parecida a la que Frederic Vasseur, jefe de la Scuderia, también comentó ante los micrófonos de Dazn: "Ambos querían mantener el rebufo de Charles, por delante de ellos. Se puede decir que Checo sí tenía espacio a la izquierda y que Carlos no lo tenía con el muro. Es una pena terminar así".

Por su parte el mexicano aseguró que fue "muy desafortunado" lo ocurrido porque "podríamos haber quedado segundos o terceros". Aun así y pesar de su decepción por el "desastroso" fin de semana de Red Bull, aseguró que no tuvo "tiempo para reaccionar" al suceder todo "tan rápido". "Al Carlos buscar el rebufo de Charles y dirigirse hacia el interior, complicó mucho las cosas", sentenció.

Por último, Pérez quiso zanjar el asunto afirmando que "con la última persona con la que quería tener un contacto es con Carlos". Unas palabras que, incluso antes de la decisión de la organización, mostraron que lo sucedido se había quedado en un incidente propio de grandes premios como éste.

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la 'pole' virtual en Spa

Verstappen domina bajo el agua, pero Leclerc se queda con la ‘pole’ virtual en Spa

El cambio de motor le penaliza con 10 puestos en la parrilla, pero Max Verstappen quiso darse el gusto de una pole en condiciones extremadamente difíciles en Spa (1:53.159). Con tremenda autoridad, el líder del Mundial se deshizo de sus rivales, dejando en evidencia los problemas de McLaren sobre el asfalto mojado. Malas noticias para Lando Norris y Oscar Piastri, que partirán cuarto y quinto. La decepción en el garaje británico contrastaba con los abrazos en Ferrari, donde se celebraron los logros de Charles Leclerc, el único que pudo acercarse a Verstappen.

No parecían contar en la Scuderia con esa gran vuelta del monegasco, cuyo duelo con Carlos Sainz marcha casi en empate técnico tras 14 carreras. En Bélgica, el madrileño sólo pudo acabar octavo, justo por delante de Fernando Alonso. Faltó esa pizca de inspiración para ambos, ese punto de riesgo que sí supo optimizar Leclerc. Especialmente en el segundo sector. "Fue un último intento muy malo", admitó Sainz sobre esa vuelta con el último juego nuevo de neumáticos, sin agarre alguno.

El domingo se espera una carrera en seco, un factor que debilita las opciones de Leclerc y potencia las de McLaren. En mitad de ese río revuelto, podrían pescar Lewis Hamilton y Sergio Pérez, en dos momentos de forma totalmente antagónicos. Por una vez, sin que sirva de precedente, poco más pudo exigirse a Checo, que acabó tercero y que el domingo deberá taponar a los monoplazasde Woking. El heptacampeón, por su parte, dejó unas pinceladas de su genio, aunque cediendo 68 centésimas frente a Mad Max.

Tremendo susto para Stroll

La lluvia, tradicional protagonista en las Ardenas, ya había complicado la última sesión libre, donde Sainz sólo pudo rodar dos vueltas, sin marcar un crono válido. Aún peor rodó la mañana para Lance Stroll, que no olvidará fácilmente su susto en Eau Rouge. Su tremendo impacto contra las barreras obligó a Aston Martin a un trabajo contra el reloj para recomponer el coche.

Era un sábado para quedarse en casa, porque los partes meteorológicos anunciaban más agua. Una amenaza que marcaría toda la qualy, donde ni siquiera durante la Q1 hubo respiro para los favoritos. Sobre un asfalto empapado, algunos secundarios reservaban su cuota de protagonismo. Esteban Ocon y Alex Albon pusieron lo mejor de su parte. De hecho, el francés metió su Alpine en la Q3, mientras el líder de Williams iba a quedarse fuera por un suspiro. Bien pudo agradecer Pérez esas tres milésimas al cielo. Tras cinco sábados fuera del top10, el crédito del mexicano parece casi agotado en Red Bull.

Encontrar el momento idóneo de ataque no resultaba sencillo para nadie. Había que administrar los esfuerzos, sin perder de vista la tabla, porque cualquier chaparrón podía desencadenar el desastre. Había que estar siempre en la pista, como quiso Alonso, siempre atento, siempre más rápido que Stroll. Bastante hizo el asturiano con colarse en la Q3, terminando por delante de Ocon. Lástima que no dispusiera de un otro juego de gomas nuevas para dar otro paso adelante.

Piastri lidera un polémico doblete de McLaren en Hungría, con Sainz sexto y Alonso fuera de los puntos

Piastri lidera un polémico doblete de McLaren en Hungría, con Sainz sexto y Alonso fuera de los puntos

Actualizado Domingo, 21 julio 2024 - 17:18

Alegría contenida. En la vuelta 46, Piastri se mostraba implacable, liderando con jerarquía una carrera que se le había puesto de cara desde el principio, pero en un inexplicable intento por protegerse de Hamilton (no hacía falta), que rodaba tercero, pero muy lejos, McLaren se hizo un undercut a sí mismo y permitió a Lando Norris salir por delante de Piastri. La ansiedad dentro del equipo por la situación era evidente. Había un grave problema. Las órdenes parecían ser claras: Norris tenía que dejar pasar a Piastri si tenía la oportunidad, pero convencer al británico de hacerlo no fue tarea fácil.

"No vas a ganar el mundial solo. Vas a necesitar a Oscar y al equipo. Por favor, hazlo ahora", le ordenaban por radio a Norris mientras intentaba hacerse el despistado para mantener la pole y Piastri, que llegó a alejarse bastante por momentos, se iba acercando poco a poco.

Finalmente, cedió a falta de cuatro vueltas y fue el australiano el que lideró un doblete de McLaren en Hungría, donde Verstappen, en un día desastroso, fue quinto, Sainz sexto y Alonso se quedó fuera de los puntos (11º) tras dejar pasar a su compañero Stroll para que intentase adelantar a Tsunoda en las últimas vueltas.

Realmente todo estaba en manos de McLaren desde el comienzo. Era una oportunidad única para coronarse y dar emoción a un campeonato liderado por Verstappen con su ordeno y mando. Habían conseguido lo más difícil, algo posiblemente inimaginable hasta hace poco, pero eran muy conscientes de todo el arsenal que tenían detrás esperando un tropiezo para asaltar el trono.

No era fácil la tarea para Red Bull. Ni mucho menos. El vigente campeón atacó desde el primer minuto. No podía esperar. Con un Norris algo rezagado, el neerlandés se desvió por fuera en la primera curva para adelantar, pero ante una posible sanción por parte la FIA, tuvo que devolverle esa segunda posición a regañadientes, mientras Piastri aprovechaba para ponerse líder. Pero no era el único que luchaba solo ante el peligro. También lo hizo Hamilton, que apostó por un undercut para cazar y adelantar al Red Bull.

Hamilton se impuso a Red Bull

Verstappen intentó tomarse su venganza más tarde apretando los tornillos al heptacampeón. Poder contra poder. Motor contra motor. Una lucha que se llevó el británico en la primera batalla, cuando un error de Max a la hora de culminar el adelantamiento le permitió mantener la cabeza alta. La frustración del neerlandés llegó a su cima cuando Leclerc y el inglés adelantaron su entrada a boxes para obligarle a remar contracorriente.

Los otros nobles en busca del trono eran los dos Ferrari. Tanto Sainz, al que una mala salida alejó un poco de la primera línea, como su compañero lucharon contra adversidad. El monegasco aguantó todo lo posible para sostener la cuarta plaza, pero Verstappen solo tenía en la cabeza la revancha contra Hamilton. Ocurrió en la vuelta 63. Se volvieron a encontrar, pero esta vez entró muy pasado en la curva 1 y, al bloquear ruedas, chocó con Hamilton al intentar adelantarle.

Aston Martin se vuelve a quedar lejos. Fernando Alonso, sin ritmo de carrera en ningún momento, no consiguió mantener esa séptima posición inicial y terminó la carrera en undécima posición. En realidad su puesto hubiera sido el décimo, el último con puntos, pero en el tramo final dejó pasar a su compañero, Lance Stroll, que venía con mejores neumáticos y tenía la opción, aunque finalmente no pudo ser, de adelantar al japonés Tsunoda.

También Sergio Pérez consiguió desquitarse de ese incidente del sábado que le relegó a las últimas posiciones de la parrilla. Meritorio séptimo puesto para el mexicano tras un fin de semana realmente difícil.