Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Norris da un golpe al Mundial y Verstappen se queda a medias en Interlagos

Lo hizo como si nada, como si no exorcizase tantos demonios de un plumazo. Lando Norris abrochó en Interlagos su séptima victoria del año, segunda consecutiva, que le afianza en el liderato del Mundial, donde ahora cuenta con 24 puntos sobre Oscar Piastri, quinto en la meta. Tan sustancial como esa ventaja son los 49 frente a Max Verstappen, tercero en el podio. El holandés, que había partido desde el pit-lane, bastante hizo durante 70 vueltas, aunque en la última no pudiese quitarse de encima a Andrea Kimi Antonelli.

Fue otro domingo fabuloso para Norris y nefasto para Piastri, el yin y el yang en McLaren. Mientras el británico navegaba en cabeza sin que las turbulencias entorpeciesen su camino, el australiano penaba por detrás, arrastrando una penalización de 10 segundos por una fea maniobra frente a Antonelli. Ajeno a cualquier trifulca, obcecado en su misión, Verstappen hizo todo lo que estaba en su mano, forzando maniobras que sólo él borda con esa suavidad. No obstante, se marcha de Sao Paulo sabedor de que el sueño del quinto título se esfuma.

Red Bull quiso romper el régimen de parque cerrado en el RB21 de Mad Max, introduciendo con cambios en el motor y en la configuración aerodinámica. Sin margen para el error, en una situación desesperada, el heptacampeón se vio impelido otra gesta como la de 2024, desde la decimoséptima plaza en la parrilla hasta la victoria en la meta. No pudo repetirla, pero bien mereció la pena el espectáculo.

Gran maniobra ante Russell

La superioridad de Norris quedó de manifiesto en un momento crítico. Fue en la vuelta 33, cuando tras su primer pit-stop, una traviesa secuencia de carrera le había colocado por detrás del holandés, su ogro de cabecera. En ese instante crucial, Lando ejecutó un impecable adelantamiento con DRS en la recta de meta. Antes había rodado 20 vueltas con los blandos, sin mayor novedad. Su ritmo se antojaba imposible para los Mercedes.

En su febril cabalgada, Verstappen llegó a liderar provisionalmente la prueba, poco después de que en la vuelta 51, Norris apurase su segunda y última parada. También obsequió al respetable con un soberbio adelantamiento sobre George Russell, una de sus víctimas predilectas, a ocho giros para la bandera a cuadros. Su conmovedora entrega, su descomunal talento, contrastaban con lo sucedido en el otro garaje de Red Bull. Después de un toque con Lance Stroll en el tramo inicial, Yuki Tsunoda recibió 10 segundos. Y como el japonés no supo cumplir correctamente el castigo, los comisarios debieron doblárselo.

Los incidentes se sucedieron desde el arranque, para tormento de Ferrari. Lewis Hamilton se rozó con Tsunoda antes de destrozar su alerón trasero contra el Alpine de Franco Colapinto. El único alivio para el heptacampeón fue que antes de cerrarse esa primera vuelta, Gabriel Bortoleto tampoco midió ante Stroll, forzando el primer safety car de la tarde. Al pisar la grava, el ídolo local había perdido el control de su Sauber en la curva 10.

La reanudación no arredró los ánimos, más bien a la inversa. Desde la cuarta plaza, obligado por las circunstancias, Piastri se jugó un cara o cruz ante el rookie de Mercedes. Por el interior de la curva 1, en una vertiginosa bajada, el australiano forzó en exceso, desplazando al Mercedes, que se llevaría por delante a Charles Leclerc. Abandono forzoso para Il Predestinato, el segundo de la temporada. El doble cero deja a la Scuderia en cuarta posición del Mundial, ya por detrás de Red Bull.

Entre tantas calamidades, antes de que se decretara el virtual safety car, Verstappen iba a toparse con restos de fibra de carbono. Tras arreglar el pinchazo en la rueda delantera izquierda, el líder de Red Bull se reincorporaba decimoctavo. Al menos así pudo deshacerse de unos neumáticos duros muy lejos de su rendimiento óptimo.

Decimotercero y decimocuarto

De ello daban fe en Aston Martin, el único equipo que seguía apostando por entonces por las gomas blancas. En la segunda relanzada, Fernando Alonso perdió el sitio frente a Alex Albon, muestra de que no se encontraba cómodo. Cuando le dijeron por radio que deslizaba en la curva 12, el asturiano replicó con un grito: "¡Sí, sí. Podéis cambiar algo más!".

Ese primer tercio de carrera no resultó tampoco propicio para Carlos Sainz. Enzarzado con Hamilton, con el alerón trasero tocado, el madrileño entró en boxes en la vuelta 18, pero un fallo en la rueda delantera derecha hizo que el pit-stop se eternizase durante 5,2 segundos. La pelea por los puntos debía resolverse frente a los Racing Bulls y Pierre Gasly, más competitivo que de costumbre. Sin embargo, Carlos no pudo reponerse a tantas adversidades y finalizó decimotercero.

Mucho antes de lo esperado, en la vuelta 29, debió entrar Alonso para prescindir de los duros, aunque consciente de las penurias de lo que por radio le habían definido como Plan B. No había material suficiente para competir dignamente contra Liam Lawson. La degradación en las gomas era mayor de la esperada. El AMR-25 se diluyó tanto que incluso parecía un Alpine. Así que Alonso acabó decimocuarto y Stroll decimosexto, sólo por delante de Tsunoda.

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Lando Norris resurge con un colosal triunfo en México y asume el mando del Mundial

Fue un triunfo para que nadie olvide lo rápido que sigue siendo McLaren. Una advertencia de Lando Norris, nuevo líder del Mundial, por si alguien en Red Bull se da por aludido. Porque ni siquiera Max Verstappen pudo objetar una palabra en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Más bien hubo de sentirse feliz por ocupar la última plaza del podio tras Charles Leclerc. Nadie discutió la sexta victoria de Norris en 2025, la primera tras las vacaciones, que le catapulta en las casas de apuestas para proclamarse campeón.

De nada le sirvió a Mad Max el esfuerzo postrero frente al Ferrari en las dos zonas de DRS. El virtual safety car provocado por el abandono de Carlos Sainz en la penúltima vuelta supuso el mejor salvavidas para Il Predestinato. De igual modo, Oscar Piastri tampoco encontró un triste resquicio frente a Oliver Bearman. Con esa quinta plaza en la meta, el australiano cerraba otro deplorable fin de semana, impropio de un aspirante a campeón. Por mucho que se haya ganado fama en el paddock por su cerebral estilo, aún debe revisar muchas carreras de Alain Prost para cumplir con la Historia.

Tras tantos sinsabores, Norris se ve ahora en cabeza, con un mísero punto de ventaja, pero con la moral por las nubes. En un domingo donde no se admitían titubeos, se comportó como un true racer. Y es que hubo tiempo de sobra en los 900 metros hasta la primera curva para que Ferrari organizase un buen barullo. No se aclararon Leclerc y Hamilton para ver quién tenía prioridad en el ataque a Norris, así que terminaron arrastrando a Verstappen hacia el bordillo. Fuera de sitio, bastante hizo el holandés regresando a pista con los huesos en su sitio. Había rebasado pícaramente a George Russell, pero aunque los comisarios anotaron el incidente ya no devolvería la posición al británico.

Sustos por el 'graining'

En la sexta vuelta, el tetracampeón empezó a reeditar sus viejas disputas con Hamilton. Tras una primera maniobra no pudo respetar la chicane, así que tuvo que ceder otra vez la plaza. También ante Bearman, que había arrancado como una flecha, recuperando cinco posiciones con el Haas. Dos giros más tarde, Verstappen y Hamilton llevaron la agresividad al límite en esa misma curva 4. Rueda con rueda, con mucho que perder para el holandés, desesperado por recuperar terreno frente a Norris y Leclerc.

La investigación de los comisarios, sin embargo, se tradujo en 10 segundos de penalización para Hamilton por ganar ventaja fuera de los límites de pista. Un alivio para Piastri, enfrascado con Yuki Tsunoda, que cumplía algo parecido a un rol de escudero. No le salían sin embargo las cuentas al australiano. El liderato del Mundial había pasado ya a manos de Norris, que se deslizaba sobre un asfalto a 52ºC, con aire limpio para su alerón delantero, construyendo una confortable ventaja frente a Leclerc.

El graining, tan habitual en este trazado, empezó a hacerse notar en los neumáticos antes de lo previsto. Ese desgaste podía dar lugar a engaño, porque una semana más, la mejor estrategia posible para los Pirelli era a una sola parada. En la vuelta 21, Aston Martin mostró por enésima vez su desesperante torpeza en el pit-stop, con una parada de 7,1 segundos para Alonso. Algo se atascó en la rueda delantera izquierda y el asturiano, más que harto, elevó el pulgar a su mecánico. No se podía ser más cáustico.

Una muesca más para su aciaga historia con el Autódromo Hermanos Rodríguez. De salida había superado incluso a Carlos Sainz, desde la decimocuarta a la decimosegunda plaza, justo antes de que se formase un monumental lío en la curva 2. "Es muy injusto que esté en esta posición por haber hecho las curvas. Haced algo", reclamó a los responsables de su equipo. No encontraba consuelo Fernando, que incluso se llevó un buen zarandeo con la rueda trasera derecha de Esteban Ocon. Justo antes de que se alcanzase el ecuador, cuando le pidieron ceder el sitio a Lance Stroll, el asturiano optó por arrojar la toalla. Su cuarto abandono consecutivo en tierras mexicanas se precipitó, al parecer, por un contratiempo en los frenos.

"Nada funciona"

El espectacular ambiente del Foro Sol, que convierte esta carreras en una de las más especiales del Mundial, no debe servir como excusa para esconder lo sucedido con Liam Lawson. Antes de su abandono en la cuarta vuelta, el piloto de Racing Bulls se vio sorprendido por dos operarios que atravesaban el asfalto presos del pánico. Por otros motivos aún más evidentes se escuchaba a Verstappen por la radio. "Nada funciona", lamentaba el líder de Red Bull, sin agarre en las curvas.

El paso por boxes tampoco resultó propicio para Sainz, que había cambiado los medios por un juego de blandos. Se notaba en el Williams un infernal traqueteo y Carlos superó el límite de velocidad por el pit-lane. Cinco segundos de sanción con una estrategia a dos paradas para salvar el honor de la escudería de Grove. Poco podía arañar el madrileño, aunque pudo dejar un bonito adelantamiento ante el Sauber de Gabriel Bortoleto.

Como no habían solventado el problema, durante su segundo paso por boxes volvió a fallar el limitador del FW47, por lo que Sainz tuvo que cumplir un drive through. El preludio de su ya citado adiós, que tanto debieron agradecer Leclerc y Bearman, sus ex compañeros en Ferrari.

Norris minimiza a Verstappen con una gran 'pole' en México

Norris minimiza a Verstappen con una gran ‘pole’ en México

Desde la sesión matinal, la última de entrenamientos libres, los márgenes entre los favoritos se cifraban en milésimas, pero a la hora de la verdad Lando Norris hizo trizas a sus rivales en México. El británico tiñó de púrpura los tres sectores del Autódromo Hermanos Rodríguez (1:15.586), con 26 centésimas sobre Charles Leclerc y 35 sobre Lewis Hamilton. Su quinta pole del año, la primera desde finales de julio en Spa, supone una bombona de oxígeno frente a Max Verstappen, que partirá quinto, y evidencia su actual superioridad frente a Oscar Piastri. El líder del Mundial, con el octavo tiempo, partirá séptimo por la sanción a Carlos Sainz.

"No sé ni cómo lo hice", admitió Norris a través de la radio, con la euforia del momento. No quería conocer más detalles por parte de su ingeniero, consciente de que ya había hecho lo más difícil. El fin de semana se presenta más que propicio para Lando. En las cinco últimas citas, el más rápido de la qualy convirtió su pole en victoria el domingo. Una constante en este Mundial, donde este orden sólo se quebró en siete de las 19 carreras previas.

Dejando a un lado las sensaciones, atendiendo al puro rendimiento, la gran amenaza para Norris debería llegar desde Ferrari. Justo un año después de la victoria de Sainz, con pole incluida sobre este asfalto, Leclerc y Hamilton apurarán sus bazas desde la salida. No sólo se trata de aprovechar el rebufo en la recta interminable, sino de mantener un ritmo de crucero en busca de un triunfo con el que maquillar tantos desastres acumulados.

32-0 a Stroll

Quien quiera riesgos deberá subir por los arcenes, atacar los vértices o desafiar el sobreviraje como le sucedió bien pronto a Verstappen. Un latigazo en la curva 9 para no bajar la guardia. Incluso en los virajes de alta velocidad, donde mejor debía sentir su coche, el tetracampeón debía mantenerse alerta. En la Q3 ni siquiera pudo acercarse a Norris, 48 centésimas más rápido.

Tampoco pudo permitirse un respiro Fernando Alonso, obligado por lo sucedido durante la sesión matinal, cuando sólo pudo rodar 12 vueltas por la mañana, víctima de un contratiempo en la suspensión delantera. De modo que el bicampeón tuvo que estrenar una especificación en la Q1, donde la competencia ya se intuía feroz para un monoplaza tan endeble como el suyo.

Pudo solventar Fernando ese trance, con un intento postrero dos milésimas más rápido que Yuki Tsunoda y 19 mejor que Nico Hulkenberg. Si por arriba sorprendía la velocidad de Isack Hadjar, por los bajos fondos volvían a perderse los Alpine y Lance Stroll, cuyo balance los sábados frente a Alonso se amplía a 0-32.

Albon, fuera en la Q1

No quedaba más fuelle dentro del AMR25, así que el asturiano nada pudo inventar en esta ocasión. Alguna energía fluye por esta pista, donde acumula cinco abandononos tras ocho participaciones, que no sienta bien a Fernando, decimocuarto en la parrilla.

El temprano adiós de Alex Albon perfiló también las últimas tendencias dentro de Williams, donde el británico ha perdido fuelle frente a Sainz, que saldrá decimosegundo. Aun arrastrando una leonina penalización de cinco plazas en la parrilla, el madrileño dio la cara, cerrando la Q2 a sólo dos milésimas del crono de Verstappen. Un pestañeo más rápido que Leclerc y Piastri, obligado a apurar sus balas para salvarse de la quema.

Sin embargo, el líder del Mundial nunca lograba acercarse a los cronos de Norris. Noveno, tercero y sexto en las tres últimas sesiones de los sábados, Piastri volvió a parecer superado por las circunstancias.

Dos damnificados de última hora en Austin: sanción a Carlos Sainz y récord negativo para Hamilton

Dos damnificados de última hora en Austin: sanción a Carlos Sainz y récord negativo para Hamilton

El Circuito de las Américas había resultado propicio para Carlos Sainz desde su debut en el Mundial 2015. De hecho, en sus nueve participaciones previas con Toro Rosso, Renault, McLaren y Ferrari, el madrileño siempre que acabó la carrera había entrado en la zona de puntos, incluidos sus dos últimos podios con la Scuderia (2023, 2024). Sin embargo, esta racha se truncó con Williams por un accidente ante Andrea Kimi Antonelli y una posterior sanción de cinco puestos en la parrilla del GP de México.

Los comisarios señalaron a Sainz como el "principal responsable" de la colisión ante el piloto de Mercedes, por lo que aplicaron la "penalización correspondiente". "Dado que el piloto sancionado no terminó la carrera, se le impone una penalización de parrilla que iguale una sanción de 10 segundos", argumentaba el escrito firmado por Felix Holter, Matthew Selley, Enrique Bernoldi y Steve Pence.

Según los jueces, Sainz nunca estuvo en paralelo o por delante del retrovisor de Antonelli, por lo que de acuerdo con las directrices del reglamento "no tenía derecho a que se le dejara espacio en el vértice" de la curva. Una argumentación habitual en los documentos de la FIA, pero que chocaba con la interpretación de Sainz, que sólo unas vueltas antes había firmado una maniobra similar ante Oliver Bearman.

"Desde fuera parece culpa mía"

"Sé que desde fuera parece culpa mía", admitió el líder de Williams en la zona mixta de Austin, como adelanto a una explicación más pormenorizada. "Acepto el hecho de que yo haya bloqueado el neumático y que haya causado el incidente. Pero si cuando hice ese mismo adelantamiento a Bearman no me ha cerrado la puerta como me la venía cerrando él, creo que se puede atribuir un poco de culpa a los dos", razonó.

Un triste epílogo para Sainz, que el sábado había subido al podio en la sprint race y que horas antes de la carrera había recibido la visita de Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid. Durante su visita al Circuito de las Américas, la dirigente del Partido Popular se pasó por el garaje de Williams, donde fue recibida por el embajador del GP de España en Madrid.

Tras esta penalización, las opciones de Sainz se complican el próximo fin de semana en el Autódromo Hermanos Rodríguez, donde el año pasado completó una de las mejores actuaciones de su vida, con pole y victoria. Durante la primera sesión de entrenamientos libres, Sainz cederá el volante del FW45 a Luke Browning. El británico, de 23 años, es miembro de la academia de Williams y mantiene opciones de proclamarse campeón de la F2 en las dos últimas citas del campeonato, que se disputarán en Qatar y Abu Dhabi.

Sainz, con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.

Sainz, con Isabel Díaz Ayuso, presidenta de la Comunidad de Madrid.EFE

El otro damnificado del domingo fue Lewis Hamilton, que cruzó cuarto la meta, justo por detrás de su compañero Charles Leclerc. De este modo, el heptacampeón se convirtió en el piloto con más carreras sin subir al podio en la historia de Ferrari (19), superando el registro de Didier Pironi, quien había enlazado 18 entre 1981 y 1982.

Un hito más en su frustrante temporada de debut en Maranello, ya que el heptacampeón nunca dispuso de ritmo para acabar en el top-3. Tras su pit stop, se quedó en tierra de nadie, sin opciones de presionar a Lando Norris, mientras el piloto de McLaren sí acechaba a Leclerc. Asimismo, durante el tramo final de la prueba sufrió algunos problemas en la rueda delantera derecha, tal y como comentó por radio a Riccardo Adami, su ingeniero de pista.

"debo seguir esforzándome"

En cambio, los 10 puntos del domingo, sumados a los siete de la sprint race, permitieron a Sir Lewis establecer otro registro positivo, convirtiéndose en el único piloto de la historia con más de 5.000 puntos. De momento suma 5.004,5, con una cómoda ventaja sobre Max Verstappen (3.329,5). En cualquier caso, el holandés arrebató este domingo a Hamilton el honor de ser el piloto con más victorias en suelo estadounidense, con siete.

"Fue un buen resultado para el equipo. Me alegra haber terminado por delante de Mercedes y un McLaren. Hay muchas conclusiones positivas. Naturalmente, quiero llegar más lejos, así que debo seguir esforzándome", concluyó el ex líder de las Flechas de Plata. Con estos 36 puntos de botín en Austin, la Scuderia se mantiene en tercera posición en el Mundial de Constructores, en dura batalla con Mercedes (341) y Red Bull (331).

A partir de ahora, la prioridad inmediata de Hamilton pasa por firmar algún podio en dos circuitos que le suelen ser propicios, como México e Interlagos. Sin olvidar Las Vegas, donde Ferrari ya se mostró muy fuerte en 2023 y 2024. El objetivo de Leclerc, que no firmaba un podio desde el GP de Bélgica, será buscar una victoria con la que salvar el año. De momento, el equipo dirigido por Fred Vasseur no ha roto su sequía, igualando los paupérrimos registros establecidos en 2020 y 2021.

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Verstappen arrasa en Austin y pone de los nervios a McLaren

Se presentó en Austin a 55 puntos del liderato y pone rumbo a México a sólo 40, con la mirada inyectada en sangre, cada vez más convencido de que puede obrar el milagro. Max Verstappen venció con autoridad en Austin por delante de Lando Norris y Charles Leclerc, reducidos a comparsas, enfrascados en su particular duelo, definido más por sus carencias que por sus virtudes. No hubo modo de acercarse al tetracampeón, que enlaza tres victorias en las cuatro últimas carreras para pánico de Oscar Piastri. El líder del Mundial, quinto en la meta, se limitó a pasar desapercibido y a sacar la calculadora hasta cruzar quinto la meta.

Siempre lo hace parecer sencillo, pero baste recordar la suerte que corrieron los tres anteriores polesitters en el Circuito de las Américas, donde Norris acabó cuarto el año pasado, Leclerc fue descalificado en 2023 y Sainz tuvo que abandonar en 2022. Ajeno a estas contingencias, Verstappen lideró de punta a punta, con vuelta rápida abrochó ayer su séptimo grand chelem, superando ya a Lewis Hamilton y a sólo uno del récord de Jim Clark.

En el momento en que retiraron las mantas del Ferrari, dejando al aire los neumáticos de Leclerc, el panorama se despejó aún más para Mad Max. La única prioridad del holandés era doblar la primera curva en cabeza, un logro en apariencia sencillo, pero que ningún autor de la pole había llevado a término desde 2019. A partir de ese momento, sólo debía apretar a fondo para cimentar su ventaja. A partir de ahí, calcar la estrategia de Norris en boxes.

Abandono de Sainz

Verstappen cumplió con creces su cometido, favorecido además por la elección de Leclerc, ganador el año pasado en esta pista. Con los blandos, el monegasco había prendido de inicio sus fuegos artificiales, superando incluso a Norris, obstaculizando de este modo cualquier intento del británico. De sobra sabía Max que no podían permitirse ciertas licencias en McLaren, con Piastri atascado en la quinta plaza, por delante de George Russell.

Durante el primer tercio de carrera, las únicas noticias de McLaren llegaron a través de las advertencias de los comisarios por los track limits. Hasta que en la vuelta 20 enseñaron una bandera blanca y negra a Norris. Si volvía a rebasar alguna línea blanca con las cuatro ruedas sería penalizado con cinco segundos. Por entonces, Lando parecía desesperado a la estela de Leclerc, a quien sólo pudo superar traccionando en la curva 11. Sin gomas, Leclerc suponía otra presa fácil para Lewis Hamilton. Sin embargo, en lugar de cederle paso, los Ferrari se jugaron el pellejo en una absurda pugna, previa al paso por boxes de Charles.

La inercia positiva, reforzada con su podio del sábado en la sprint race, le duró apenas seis vueltas a Sainz. Las prisas fueron malas consejeras para el madrileño, que obsequió al respetable con una fantástica maniobra ante Oliver Bearman en la curva 12, pero que no anduvo tan fino frente a Andrea Kimi Antonelli. Se empeñó Carlos en meter el morro en el interior de la curva 19 y se topó con el Mercedes. Con tan mal fario que el impacto le forzó a la retirada, mientras el italiano marcaba la vuelta rápida rodando penúltimo, sólo tras Alex Albon, que también había chocado con Gabriel Bortoleto.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.

Sainz, frente a Antonelli, el domingo en Austin.AFP

Mientras tanto, Alonso controlaba los bostezos en la décima plaza, a mitad de camino entre Nico Hulkenberg y Liam Lawson. No daba para más el AMR-25, el octavo coche de la parrilla, así que ese punto debería incluso considerarse como bueno en Aston Martin.

En la vuelta 32, Norris se pasó de frenada en el pit-stop, bloqueando a su llegada al cajetín. Las operaciones de los mecánicos se alargaron 3,8 segundos, un retraso que le obligaba a ceder otra vez la segunda plaza a Leclerc. Por descontado, Verstappen pidió de inmediato su turno y los mecánicos de Red Bull cumplieron con solvencia (2,6 segundos). A partir de ese momento su única preocupación sería redondear el grand chelem, completado gracias al pit-stop de Russell, que le permitía liderar las 56 vueltas.

Norris, por el contrario, debía remar contra corriente, sin abusar en las trazadas, alejándose lo más posible de los bordillos. "No tengo agarre cuando me acerco", lamentaba, en referencia al mal endémico del MCL-39 con aire sucio. Se percibía su desesperación a través de la radio, pero él aguardó su momento. A cinco giros del final, Lando reconquistó la segunda plaza con una bonita maniobra en la curva 12. Muchos metros por detrás, Piastri jamás inquietó a Hamilton. Más que satisfecho con mantenerse lejos del alcance de Russell, el australiano pensó que ese quinto puesto podría valer también un título.

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra 'pole' en Austin

Verstappen estrecha el cerco sobre McLaren con otra ‘pole’ en Austin

Hizo la séptimo pole del año con un solo intento, porque Red Bull le sacó a pista con retraso y no tuvo tiempo de cruzar la meta con el semáforo en verde. Max Verstappen se bastó con poco en Austin para dominar a una inoperante McLaren, que sólo pudo colocar segundo a Lando Norris y sexto a Oscar Piastri. De este modo marcó la 47ª pole de su carrera (1:32.510), una más de las que firmó Ayrton Senna con la escudería de Woking, cerrando un sábado redondo en el Circuito de las Américas. Tras la victoria en la sprint race, ha reducido su déficit respecto al líder del Mundial hasta los 55 puntos.

"No se trata de creer en la remontada. Sólo me lo tomo carrera a carrera, intentando hacerlo lo mejor que puedo", había argumentado el tetracampeón tras su triunfo en la carrera corta. No es que domine el escenario, sino que también esparce ácidos comentarios sobre sus jóvenes rivales. Verstappen ha cifrado en un 50% sus opciones de un quinto título en 2025. O lo gana o no lo gana. Y ese sarcasmo debe de escocer cada día más en McLaren.

Tras su calamitoso error de la mañana, que provocó el doble cero en su equipo, Piastri volvió a mostrarse vulnerable en la Q3. Noveno en Bakú y tercero en Singapur, el australiano ni siquiera pudo presentar esta vez una digna batalla. A casi medio segundo de Verstappen, por detrás de Charles Leclerc, George Russell y Lewis Hamilton, tercero, cuatro y quinto, respectivamente. Tampoco anda para presumir Norris, que en su segundo intento se quedó a 29 centésimas de la pole.

Bandera roja por Hadjar

Esa diferencia es la segunda mayor registrada jamás en el Circuito de las Américas, sólo por detrás de la lograda por Nico Rosberg en 2014 con Mercedes. Red Bull ha recuperado prestaciones mientras las dudas empiezan a sobrevolar por McLaren. El 31 de agosto, tras su victoria en Zandvoort, Piastri aventajaba en 104 puntos a Verstappen. De aquella velocidad del MCL39, undécimo y decimosegundo en la Q1, queda ahora un vago recuerdo.

Se medían 48ºC sobre el asfalto y soplaba ese viento tan molesto por Texas. No se habían cumplido 15 segundos cuando Isack Hadjar perdió el coche en las tres curvas enlazadas, entre la 3 y la 6. A bordo del Racing Bulls, el francés se venía perfilando como un candidato para la Q3, así que su ausencia suponía una buena noticia para los españoles. Sin embargo, Carlos Sainz y Fernando Alonso no debieron emplearse a fondo para cumplir con su tarea.

El madrileño partirá noveno, justo por delante del bicampeón. Ambos logros parecen acordes con las expectativas de sus equipos. Williams ya cumplió para todo el fin de semana con el podio de Carlos en la sprint race, mientras Aston Martin dice ser, por boca de Alonso, el octavo coche de la parrilla. Un monoplaza con el que Lance Stroll volvió a caer en la Q1 por el mismo motivo que Alex Albon, que superó los límites en la curva 15 y tuvo que ceder su puesto a Franco Colapinto.

Una extraña pareja en el 'paddock': el carisma de Webber para hacer campeón a la "supercomputadora" Piastri

Una extraña pareja en el ‘paddock’: el carisma de Webber para hacer campeón a la “supercomputadora” Piastri

No hay una pareja tan atípica ni tan fructífera en el paddock. No hay dos personalidades tan discordantes que encajen tan bien. No hay un piloto tan cerebral como Oscar Piastri ni un mánager tan impulsivo como Mark Webber. Una alianza australiana que se perfila como la triunfadora del Mundial 2025. A falta de seis carreras, Piastri lidera con 22 puntos sobre Lando Norris, su compañero en McLaren. Pero nada debe darse por hecho. Hace ahora 15 años, Webber contaba con 14 de ventaja a falta de tres carreras y acabó entregando el título a Sebastian Vettel, su compañero en Red Bull.

Desde aquel Mundial 2010 no se ha repetido un pulso entre dos pilotos del mismo equipo en busca de su primer título. Por esa razón, la experiencia de Webber resulta tan crucial para Piastri, un chico de 24 años, con sólo tres de experiencia en la F1. Desde este fin de semana en Austin hasta el cierre en Abu Dhabi, el líder necesita los consejos de su representante. Sobre todo a la hora de encontrar un equilibrio entre sus intereses y los de McLaren.

"No sólo ha sido beneficioso para mí, sino para todo el equipo. Especialmente a la hora de alcanzar el nivel que tuvo Red Bull durante su etapa allí", admitió Piastri en una entrevista reciente con The Times. Aquellas siete temporadas a las órdenes de Christian Horner (2007-2013) marcaron a fuego el carácter indomable de Webber. Un piloto que se vomitó dentro del casco en el GP de Japón 2007, que adelantó con una sola mano a Fernando Alonso en Eau Rouge durante el GP de Bélgica 2011 y que esquivó a la muerte en Valencia tras un escalofriante accidente con Heiki Kovalainen durante el GP de Europa 2010.

"Nada mal para un número dos"

Como buen discípulo de Flavio Briatore, como viejo camarada de Alonso, Webber sigue imponiendo con su mera presencia. Cada vez que desfila ante las cámaras, como ayer en el Circuito de las Américas, intercala una cautivadora sonrisa con el gesto severo de quien se sabe respetado. De quien descuelga el teléfono y conversa con cualquier gerifalte del negocio. De quien puede filtrar, incluso en estos días tan convulsos, el interés de Ferrari por Piastri a partir de 2027.

Tantas horas de vuelo resultan un tesoro para McLaren. Porque el título no sólo se resolverá sobre el asfalto, con una lucha en cada curva frente a Piastri, sino también en la estrategia y en la ejecución de cada pit-stop. Sin pasar por alto esas papaya rules con las que Andrea Stella y Zak Brown, jefes del equipo, regulan la paz en el garaje. Porque ya hubiera querido para sí Webber tanta igualdad de oportunidades. Especialmente en 2010, cuando Helmut Marko impuso un trato de favor a Vettel en Red Bull. Los aficionados aún recuerdan aquel GP de Gran Bretaña, cuando resistió las embestidas de Seb en la primera curva para luego imponerse al McLaren de Lewis Hamilton, soportando el dolor de las magulladuras de Valencia. "Nada mal para un número dos, ¿verdad?", lanzó por la radio a Horner al cruzar la meta

Aquella fiereza competitiva, en ocasiones por encima de sus posibilidades, contrasta con el estilo de Piastri. Según James Sera, su primer descubridor, "el cerebro de Oscar es una supercomputadora". Su facilidad para el análisis, su asombrosa memoria para registrar cada detalle, su clínico rendimiento en las situaciones críticas traen a la memoria a Alain Prost, el responsable de su ingreso en 2020 en la academia Renault.

[embedded content]

Hasta el momento, su único mal fin de semana se ha registrado en Bakú, donde enlazó varios fallos en la qualy y la carrera. De ese mismo vértigo ya fue víctima Webber durante el GP de Corea 2010. Bajo la lluvia, atenazado por los nervios, perdió el control del RB6 y colisionó contra Nico Rosberg. Las dudas se multiplicaron durante la última cita en Abu Dhabi, cuando echó todo a perder con un quinto puesto en la parrilla y un toque contra el muro en la octava vuelta. Nunca antes había mostrado tanta velocidad y nunca después volvería a asomarse como un legítimo aspirante al título.

Tras su retirada en 2013, dio inicio a una etapa como comentarista en el Channel 4 británico. De ahí mediaba sólo un paso para la génesis de Jam Management. Una aventura en compañía de Ann Neal, su esposa, y Jason Allen, un veterano con innumerables conexiones en el deporte. Desde el comienzo Ann se encargó de la administración y Mark potenció sus virtudes: carisma en las distancias cortas y exhaustivo conocimiento de cada asunto que se cuece en el paddock.

2 de agosto de 2022

"Entre bastidores, se asegura de que mis contratos sean lo que deben ser, con los matices en los que uno ni siquiera piensa hasta que los vive", añadía Piastri en la citada entrevista con el diario británico. Sin mencionarla expresamente, quedaba clara la referencia al episodio que marcó su vida. Fue el 2 de agosto de 2022. El día que Alonso anunció su marcha de Alpine y su fichaje por Aston Martin. La escudería francesa se apresuró a confirmar a Piastri, pero él ya manejaba otros planes. "No he firmado un contrato con Alpine para 2023. No conduciré para Alpine el próximo año", adelantó en Twitter.

En su contrato con el equipo entonces dirigido por Otmar Szafnauer figuraba una cláusula. Antes del 31 de julio debía ser informado de para activar su continuidad. Webber conocía cada punto, cada coma de aquel contrato. Había llegado a otro acuerdo y no pensaba renunciar a un futuro mejor. Todo se había resuelto gracias a su amistad con Andreas Seidl, team principal de McLaren, a quien conocía desde 2005, con quien había trabajado en Williams y BMW. Su discípulo, ese chaval tan sereno, sería la gran apuesta de la escudería de Woking. Ahora, si mantiene estos 22 puntos frente a Norris, se convertirá en el primer campeón australiano desde Alan Jones en 1980.

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Norris reedita su trauma ante Verstappen y Alonso se rebela ante los errores en Marina Bay

Hubo abrazos en el muro de McLaren para festejar su décimo título en el Mundial de Constructores. Hubo euforia en Mercedes por el segundo triunfo del año para George Russell, que dominó de punta a punta, sin que nadie le inquietase. Hubo razones para la satisfacción en Red Bull por la segunda posición de Max Verstappen, que sigue sin ganar en Marina Bay. Sobraron las escenas de alegría, genuina o impostada, en la sofocante noche de Singapur, pero Lando Norris subió otra vez al podio con su tormento a cuestas. Intentaba ofrecer la mejor de sus sonrisas el joven aspirante al título, mermado desde el viernes por algún tipo de dolencia. Admitió Norris tener coche para más, pero ni siquiera pudo asomar la patita ante Mad Max. Oscar Piastri, cuarto en la meta, aún cuenta con 22 puntos de ventaja en el Mundial.

Norris había tomado la salida con los ojos inyectados en sangre. Fue un impacto ligero, casi imperceptible a primera vista, aunque sobre él se construyó toda una narrativa. Lando llegó al vértice de la curva 3 casi sin margen ante el alerón trasero de Verstappen. Su volantazo hizo mella en Piastri, que se salvó de milagro del impacto contra las protecciones. "Controla lo que puedas controlar", aconsejaron por radio al líder del Mundial, atónito ante esa libre interpretación de las famosas papaya rules. Los comisarios anotaron el incidente y ahí acabó su intervención en los hechos.

A partir de entonces, Norris debía andar con tiento con el alerón delantero, ya que su parte izquierda había quedado ligeramente desviada. Aún peor tuvo que resultar el paso de los minutos para Piastri, rumiando su enfado. "Lo revisaremos después de la carrera", insistieron al australiano. A la estela de Verstappen, McLaren se sentía vulnerable, encajonado en ese aire sucio que tan mal le sienta a su monoplaza. Una situación bastante apurada, nada que ver con la exhibición de Norris allí mismo hace justo un año. La confirmación de que Verstappen les seguirá incordiando hasta el último aliento.

'Pit-stop' de 9,2 segundos

Russell lideraba sin oposición, ajeno a la guerra de nervios desatada entre Red Bull y McLaren. Hubo un mensaje previo por radio a modo de farol. Incluso una farsa de los mecánicos de Woking en el pit-lane. Ni por esas Verstappen mordería el cebo, así que hubo que esperar a la vuelta 20 para su parada en la que prescindió de los blandos en favor de los duros. Fue el momento idóneo, porque Mad Max se reincorporó séptimo, justo por delante de Alonso, que comandaba el pelotón de la zona media.

El asturiano llevaba lidiando desde la salida con Isack Hadjar, a quien logró quitarse de encima en la tercera vuelta. Desde entonces, todo transcurría sin mayor novedad en el AMR-25, que incluso mostraba cierta velocidad en el primer sector. Mientras los ingenieros pedían a Lance Stroll gestionar su neumático con el lift and coast, Alonso debía sentirse satisfecho por haber ganado dos posiciones.

Los estrategas de Andy Cowell retrasaron su pit-stop hasta la vuelta 28, con la remota esperanza de un safety car. Lejos de cumplirse sus deseos, el paso por boxes se zanjó con un calamitoso error de los mecánicos, cifrado en 9,2 segundos. Alonso perdía el sitio frente a Oliver Bearman, Alex Albon y Hadjar.

Había que alcanzar la meta con ese juego de medios, mientras su ingeniero iba descontando el número de vueltas a cada paso por la meta. "Como sigas así voy a desconectar la radio", advirtió Fernando, enfangado en la zona de nadie. Lastrado por un percance en el motor que le hacía perder casi cuatro décimas por vuelta, Hadjar se empleó al máximo antes de entregar su posición al bicampeón mundial. "Trofeo para el héroe de la carrera", ironizó Alonso, octavo en la meta gracias a su coraje, recompensado con el galardón de Piloto del Día y promocionado a la séptima plaza tras una sanción a Lewis Hamilton.

Un punto para Sainz

El nivel de hartazgo del español bien podría compartirlo Piastri, otra vez perjudicado por sus mecánicos, que se demoraron 5,2 segundos en el pit-stop. En la tórrida noche en Singapur el líder del Mundial tuvo que hacer gala de su célebre sangre fría. Con la calculadora en la mano, atascado entre un tráfico infernal, vio de lejos el duelo entre Norris y Verstappen. Durante 16 vueltas, el aspirante quiso apretar al tetracampeón. Aunque no le hizo ni cosquillas.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.

Sainz, con el FW45, el domingo en Marina Bay.WILLIAMS F1

Sufría el holandés en cada rincón de la pista, aferrándose a cualquier recurso a su alcance, protegiéndose en las cuatro zonas de DRS frente a Norris, infiltrándose en las refriegas de los doblados. Por allí lo vieron pasar Franco Colapinto, Gabriel Bortoleto, Pierre Gasly y Esteban Ocon, mientras Norris iba desesperándose. El británico, al menos, logró mantenerse fuera del alcance de Piastri. Tras recortar estos tres puntos, ahora queda a 22 del líder.

Mantener la paciencia resultó también tarea de titanes para Carlos Sainz, que partía decimoctavo desde la parrilla y aguantó un relevo de 52 vueltas. En Williams fantaseaban con un safety car, que sólo había faltado a su cita en una de las 15 carreras previas en Marina Bay. A falta de 17 giros para la meta, asomaron las banderas amarillas por un trompo de Nico Hulkenberg en la curva 7. Como el asunto no fue a mayores, Sainz agachó otra vez la cabeza y esperó su momento. La oportunidad llegaría en la vuelta 60, cuando se quitó de encima a Hadjar para capturar el último punto en juego.

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Russell y Verstappen asustan a McLaren en Singapur, donde Aston Martin vuelve a desinflarse

Mientras unos esperaban a Max Verstappen y otros se decantaban por la opción más conservadora de McLaren, George Russell surgió desde la nada para apuntarse la pole en Singapur (1:29.158). El británico trituró los pronósticos con su Mercedes, mientras el tetracampeón cumplía a medias con sus planes. La primordial era salir por delante de Oscar Piastri, tercero y Lando Norris, quinto. Sin embargo, sus remotas opciones de un quinto título pasaban por liderar la parrilla y desde allí volar hacia la victoria. Porque Marina Bay es el único circuito del Mundial donde aún no ha ganado y ahora Russell se ha interpuesto en su camino.

La progresión de Red Bull en las calles de Singapur, apuntada desde el viernes, quedó patente durante la qualy. Un pobre consuelo para Verstappen que se quedó con las ganas de festejar allí su primera pole. Todo por culpa de su odiado Russell, con quien ha protagonizado más de una escaramuza, que no lideraba una parrilla desde el GP de Canadá. Tras su primer intento de la Q3 (1:29.165), cuando rozó las protecciones de la curva 17, arañaba 175 milésimas a Mad Max. Y aún pudo recortarlo siete milésimas, mientras el holandés abortaba su vuelta en los últimos metros, consciente de que ya había perdido cualquier opción.

Todo un rearme moral para el líder de Mercedes, que en la segunda sesión libre del viernes había destrozado su alerón delantero contra las protecciones de la curva 16. Impulsado por una sorprendente dosis de confianza, ya marcó la referencia en la Q2, con 10 milésimas sobre Verstappen. Su velocidad contrastó con el decepcionante papel de Norris, absoluto dominador del GP de Singapur 2024, cuando se impuso con 20,9 segundos en la meta. Tampoco hubo nada especialmente reseñable en Piastri, que al menos pudo superar al otro Mercedes de Andrea Kimi Antonelli, cuarto en la parrilla.

Detrás de Hadjar y Bearman

Isack Hadjar y Verstappen habían sido los únicos que se habían ahorrado un juego de blandos en la Q1. Esa ventaja resultó irrelevante para el holandés, aunque tuvo cierta importancia para su discípulo en Racing Bulls. Inmediatamente por detrás de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, el francés se inmiscuyó otra semana más en el pulso con los mejores. También Oliver Bearman, noveno, por delante de Fernando Alonso.

Otro sábado más -y ya deben de haber perdido la cuenta- Aston Martin decepcionó respecto a la víspera. Los primeros síntomas se intuyeron en la última sesión libre, con sus coches en la decimoquinta y decimoséptima posición. El AMR-25 había dado un notorio paso atrás y sólo la habilidad del asturiano, con dos victorias en este trazado, le permitió cumplir el objetivo. Con un monoplaza que el viernes parecía volar, las prioridades del sábado se ajustaban a un mero top-10.

Esa Q3 se hizo demasiado cuesta arriba para Carlos Sainz y Alex Albon, cuyas perspectivas se toparon ante Hadjar y Bearman. Las plazas de Racing Bulls y Haas debían corresponder, en buena lid, a Williams. Aunque sabían de las dificultades de esta pista, poco amable con el FW45, sus pilotos habían ofrecido en las horas previas mejores perspectivas.

Sainz y Albon, descalificados

Siendo malo, el sábado se torció aún más para el equipo de James Vowles tras una investigación de los comisarios. Según los datos oficiales de la FIA, una pieza en el alerón trasero excedía los 85 milímetros reglamentarios en los monoplazas de Sainz y Albon, que fueron descalificados automáticamente de la qualy, por lo que el domingo partirán desde el fondo de la parrilla.

Entre las peculiaridades de Marina Bay, la más conflictiva estribó en la exponencial mejora del asfalto. Ese margen, entre un intento y otro, podía estirarse a casi un segundo, así que había que andarse con mucho tiento. Así sucedió en el tramo final de la Q1, cuando se formó una fila en el pit-lane, porque todos los implicados querían esperar unos segundos para no tragar el aire sucio del coche que les precedía.

Fue un momento delicado para Alonso, que salió airoso gracias a una avería hidráulica de Pierre Gasly. Esa bandera amarilla para señalar la posición del Alpine en la curva 11 ralentizó a los rivales del asturiano, que pasó decimocuarto. Menos afortunado debió de sentirse Lance Stroll, cuyo mensaje ilustra de alguna manera el sentir en Aston Martin: "Es increíble. Siempre sale algo mal".

Norris devuelve el golpe a Piastri y Alonso impone su jerarquía en Hungaroring

Norris devuelve el golpe a Piastri y Alonso impone su jerarquía en Hungaroring

El orden de factores no altera la fórmula ganadora de McLaren, que en Hungaroring repartió esfuerzos para acabar con la resistencia de Ferrari. Ganó Lando Norris por delante de Oscar Piastri, mientras Charles Leclerc, autor de la pole, debió ceder la tercera plaza del podio a George Russell. Movió sus bazas el equipo de Woking para satisfacción de un Norris favorecido por los hados. El británico reduce a nueve puntos su diferencia con Piastri, que pudo tirar todos los esfuerzos por el desagüe con un intento casi suicida en la penúltima vuelta.

Ese movimiento del australiano por el interior sólo anticipa lo que vendrá tras las vacaciones: un apasionante mano a mano color papaya. Max Verstappen, noveno a 72 segundos, fue el último piloto no doblado por Norris. El tetracampeón ha quedado fuera de juego, así que todas las atenciones se centrarán en los dos jóvenes aspirantes. Entre ambos suman 49 años, sólo cino más que Fernando Alonso. El asturiano, quinto en la parrilla, se las ingenió para mantener su posición, la mejor del año. Su stint inicial de 39 vueltas con el medio resultó crucial.

De los despistes de Norris en la salida había quedado sobrado constancia durante todo el año, así que Russell y Alonso aprovecharon las facilidades para degradar al británico a la quinta plaza. Al final de la segunda vuelta, Norris impuso la fortaleza del MCL39 a final de recta. Por entonces, el triunfo se antojaba una simple quimera.

32ºC y cielo encapotado

En la vuelta 18, McLaren tomó la iniciativa con Piastri, en busca del undercut para acceder al liderato. De inmediato reaccionó Ferrari, cumpliendo con prestancia y sin nervios en el pit-stop (2,0 segundos). De este modo, Norris asumía la cabeza, consciente de que McLaren había elegido para él una estrategia de parada única.

No hubo rastro de la anunciada lluvia, sino 32ºC sobre el asfalto y un cielo encapotado, sin esas rachas de viento que tanto habían incomodado el sábado a McLaren. Todas estas condiciones debían favorecer a Aston Martin, que al fin había encontrado un impulso extra en las curvas gracias a su alerón delantero. Una actualización esencial en Hungaroring, que se sumaba al paquete aerodinámico estrenado en Imola y el suelo que montaron en Silverstone.

El AMR25 había mostrado un gran equilibrio en los tres sectores de la pista, acercándose incluso a Ferrari, aunque un poco más lento en los virajes rápidos. La batalla en Budapest se antojaba de largo aliento, por lo que la prioridad para el equipo de Silverstone fue rodar en aire limpio. Ese plan a una sola parada para Alonso se vio reforzado al ver cómo los rivales que optaban por el doble paso por boxes se veían frenados por el tráfico cuando regresaban a pista.

Alonso, por delante de Bortoleto, el domingo en Hungaroring.

Alonso, por delante de Bortoleto, el domingo en Hungaroring.EFE

El más ilustre e iracundo era Verstappen, que clamaba contra la decisión de Red Bull por meterle en esa procesión. El holandés ni siquiera baja la guardia en los días grises, por lo que adelantó a Lewis Hamilton con una maniobra en la curva 4 que más pareció un directo a la mandíbula. La FIA anunció que investigaría el incidente tras la bandera a cuadros.

Tampoco resultó precisamente sutil el adelantamiento de Russell a Alonso en la curva 1, cuando el británico exprimía todo el potencial de su monoplaza. Ni siquiera con el DRS podía engancharse Fernando al ritmo del Mercedes. Debía limitarse a contener a Gabriel Bortoleto, su discípulo en Sauber y al propio Verstappen. Aunque el tetracampeón se perfilaba como una amenaza real, sus opciones se disolvieron en la vuelta 49, cuando Red Bull volvió a convocarle para el pit-stop.

En la vuelta 41, Ferrari se había curado en salud con Leclerc, antes de que McLaren moviese pieza con Piastri. El monegasco se reincorporó cuarto, a siete segundos del liderato, aunque con unas gomas 10 vueltas más frescas. Cumplidos cinco giros más, McLaren hizo lo propio con Piastri. Parecía un suicidio, pero tenía sentido.

Sainz, decimocuarto

"Será un milagro si terminamos en el podio", clamó Leclerc con tono quejumbroso. En la vuelta 51, Piastri se zafó del Ferrari con asombrosa comodidad entre la curvas 1 y 2. En ese momento veía el liderato de Norris a ocho segundos, aunque contaba con gomas mucho más jóvenes. Aún manejaba legítimas aspiraciones de victoria. Las mismas que Russell con el podio, aunque sólo uno cumpliría su objetivo.

A ocho vueltas para el final, el líder de Mercedes se lanzó a degüello a final de recta. Encontró una vía por el interior, mientras Leclerc parecía un gato panza arriba. Su defensa a la desesperada mereció una penalización de cinco segundos.

También hubo 10 segundos de castigo para Pierre Gasly por un feo movimiento frente a Carlos Sainz en el tramo final. El madrileño volvió a arrastrar sus penas en Budapest, pese a una prometedora salida con los neumáticos blandos, con los que pudo desembarazarse de Hamilton. No había mucho más que sacar del Williams, ni siquiera intentando sorprender a la contra, con una parada en la vuelta 16. Cuando cumplió el segundo pit-stop, sólo rodaba por delante de Franco Colapinto. La decimocuarta plaza en la meta sólo debe interpretarse como un alivio porque su compañero Alex Albon finalizó dos por detrás.