Los secretos de los penaltis del Madrid: el "papelito" de Davide Ancelotti, el "sí" de Valverde y el ángel del héroe Rüdiger

Los secretos de los penaltis del Madrid: el “papelito” de Davide Ancelotti, el “sí” de Valverde y el ángel del héroe Rüdiger

En los últimos minutos de la prórroga, Davide Ancelotti comenzó a escribir en una «papelito», como lo llama su padre. Ahí pondría los nombres de Mbappé, Bellingham, Valverde, Lucas y Rüdiger, que serían los lanzadores del Real Madrid en la tanda de penaltis contra el Atlético. El ayudante e hijo de Ancelotti ya tuvo ese deber el año pasado en el Etihad, en la última agonía madridista desde los once metros, y volvió a acertar en sus elecciones. El Madrid está vivo, y eso que pareció muerto.

Gallagher se quedó a 17 segundos de Makaay, que hace 18 años sentenció al Madrid con un gol a los 10 segundos de la vuelta entre el Bayern y los españoles. Era la última vez, en 2007, en la que le remontaban una eliminatoria a los blancos tras haber ganado la ida.

27 segundos tardó Gallagher en marcar y parecía que el Madrid aterrizaba en una pesadilla rojiblanca, pero aguantó a pesar de una primera parte de desidia. La «motivación», «compromiso» y «actitud» que ha repetido Ancelotti a lo largo de la temporada brillaron por su ausencia. Ni siquiera con Mbappé, que llegó a tiempo al partido después de sus molestias en la previa. Lejos de su nivel.

En el banquillo, Ancelotti mantenía cierta tranquilidad mientras Francesco Mauri, principal ayudante junto a Davide, se desesperaba a gritos en cada córner, reflejando las pobres sensaciones anímicas del vestuario.

Fue un derbi de tensión, iniciado con la actuación de la Policía contra varios cientos de Ultras Sur que se presentaron en las puertas del Metropolitano sin entrada y se enfrentaron a miembros de la Grada Fans, el actual sector de animación del Bernabéu. Hubo insultos, pero los cuerpos de seguridad terminaron echando a los radicales.

Ya en el campo, abucheos a Courtois, a Vinicius y a Asencio, siendo los dos primeros los más buscados por la grada. El belga salvó al Madrid en varias ocasiones y el brasileño fue de nuevo protagonista de un derbi: llevó el protagonismo de gran parte del ataque del Madrid, se picó con Giuliano, Marciniak le sacó amarilla, se cruzó con la grada y terminó enviando a las nubes rojiblancas el penalti decisivo. El cuarto penalti fallado en la historia del Madrid en las eliminatorias de Champions tras dos de Figo y uno de Di María. Aunque en la memoria recordó a aquel de Ramos contra el Bayern en una tanda decisiva.

El error hundió a Vinicius, al límite físico durante el tramo final del partido y fallón en los controles y en los regates. Su partido fue de suspenso mientras el duelo llega a la prórroga, la primera para el Madrid desde la del City del año pasado y la cuarta en los últimos años tras las del City y Chelsea en la edición de 2021-2022.

Otro tiempo extra en los derbis, el cuarto consecutivo en las últimas cuatro oportunidades. El Madrid se había llevado la de la Copa de hace dos años y la de la Supercopa de España en Arabia en 2024, mientras que el Atlético venció en el último torneo del K.O. y llegó a la de la Champions con ganas de comerse un derbi.

Llegaron entonces los penaltis y el papelito de Davide. Su padre Carlo se fue acercando uno a uno a los lanzadores y éstos fueron asintiendo. Mbappé, lastrado físicamente en los últimos días, le comentó algo pero le terminó diciendo que sí. También Bellingham y Lucas, que habían lanzado en Manchester el año pasado. Y también Fede, al límite muscular, que en el Etihad dijo que no pero en el Metropolitano se atrevió. Y cómo no, Rüdiger, que marcó el decisivo ante el City y volvió a ser el héroe del Madrid.

Lío en las puertas del Metropolitano: la Policía echa a cientos de Ultras Sur sin entrada que se enfrentaron a miembros de la Grada Fans del Madrid

Lío en las puertas del Metropolitano: la Policía echa a cientos de Ultras Sur sin entrada que se enfrentaron a miembros de la Grada Fans del Madrid

El derbi de octavos de Champions League entre el Atlético de Madrid y el Real Madrid tuvo tensión desde la previa. La Policía Nacional tuvo que intervenir antes del partido para echar de los aledaños del Estadio Metropolitano a varios cientos de miembros de Ultras Sur, grupo radical expulsado del Santiago Bernabéu por el Real Madrid hace ya unos años.

Los radicales, que se acercaban a las 500 unidades, se acercaron al estadio para recibir al autobús del conjunto blanco pero no disponían de entrada, creando un momento de bastante tensión para los cuerpos de seguridad.

La seguridad del conjunto blanco vigila al extremo el acceso de los ultras a sus partidos, especialmente los que son fuera de casa, y en el Metropolitano tenían entrada 2.800 aficionados, muchos de ellos miembros de la Grada Fans, la nueva grada de animación de Chamartín.

Cuando los Ultras Sur se cruzaron con ellos una vez que la Policía consiguió controlarlos, comenzaron a insultarles: "¡Puta Grada Fans! ¡Puta Grada Fans!", fue el cántico generalizado, además de "¡Florentino, dimisión!". El grupo radical culpa al presidente del Madrid de su expulsión del Bernabéu, uno de los grandes logros de Pérez durante su mandato. Por suerte, los seguidores de la Grada Fans no respondieron a los insultos y continuaron su camino hacia el campo.

Después de unos minutos de tensión, con empujones entre los radicales y la Policía, los cuerpos de seguridad consiguieron rodearles para abandonar el estadio por la punta contraria a donde estaban los seguidores del Atlético de Madrid, que recibieron a su equipo con bengalas y cánticos.

El derbi del destino se juega en el Metropolitano: el crédito de Ancelotti, la frustración de Simeone y el objetivo de Mbappé

El derbi del destino se juega en el Metropolitano: el crédito de Ancelotti, la frustración de Simeone y el objetivo de Mbappé

Esto no es una final, como en 2014 o 2016. No decide títulos, pero puede descartar el más deseado. No pone puestos en juego, pero acontece en un momento capital para algunos de los principales personajes implicados, como Diego Simeone, Carlo Ancelotti o Kylian Mbappé. El desenlace de lo que ocurra esta noche en el derbi va a cargar o mermar el crédito de ambos entrenadores y la estrella francesa, el mayor fichaje estratégico de Florentino Pérez desde Cristiano, esta temporada. El destino pasa, pues, por el Metropolitano.

Siempre fue, de hecho, de ese modo en los grandes duelos europeos de los dos colosos de la capital. En 2014, en Lisboa, Ancelotti salvó su cabeza gracias a la cabeza de Sergio Ramos, y Florentino hiperventiló tras un tiempo de dudas. La Décima abría su gran era. En 2016, en Milán, Zinedine Zidane obtenía la laureada de la Champions, la que tanto le costó conquistar como futbolista, hasta la volea de Glasgow, y daba paso a su trilogía: Milán, Cardiff y Kiev.

Simeone creyó entonces haber sido vencido por el destino. Dudó pero continuó. Está de nuevo en el mismo lugar, aunque no sea en una final. En 2017, en la vuelta de las semifinales, en el Calderón, Benzema hacía renacer al Madrid con una jugada de antología y proclamaba su renacimiento personal después de años de intentar regatear a las críticas. Esa fue una jugada 'hors catégorie', rematada por Isco, que dio paso a su liderazgo, un año después, con la marcha de Cristiano y, finalmente, el Balón de Oro. Todos en el Madrid le deben mucho al derbi. Simeone, en cambio, siente que el derbi, al menos en Europa, tiene una deuda consigo mismo y con el Atlético. La duda es cómo cobrársela.

Ancelotti dice que el Atlético puede jugar de muchas formas. Es cierto. También el Madrid, aunque la capacidad de travestirse futbolísticamente en un mismo partido es más propia de Simeone. Ahora tiene que ganar, y la pregunta es si para ganar tiene que atacar. No es necesariamente una sucesión lógica, no en su cabeza. La desventaja, aunque mínima, obliga al Atlético, pero el temor al contraataque blanco condiciona esa obligación. En el Bernabéu, fue mejor cuando lo necesitó, tras el gol de Rodrygo, pero le faltó instinto criminal. En el Metropolitano le urge. «Saldremos en busca del gol», afirma Simeone, pero desde la reflexión de que habrá momentos para todo, para jugar de diferente modo, y a todos habrá que adaptarse. El mayor peligro del Madrid, en cambio, no tiene máscaras. Es el contraataque.

El factor Julián Álvarez

Simeone sigue en la lucha por todo, también por la Liga y la Copa, pero sabe que la de esta noche no es una lucha cualquiera. Es la lucha que le daría la opción de cerrar el círculo. Los fracasos en la Champions le hacen sentirse incompleto. Nada peligra en su caso, porque el Cholo es el guía de la causa rojiblanca, no sólo su entrenador. Simeone dictará su fin, y quizás no sea el único fin, con Miguel Ángel Gil y Enrique Cerezo cada vez más tentados por futuros inversores. Este derbi, esta Champions, con la plantilla con más recursos de la que ha dispuesto el argentino, en especial tras la llegada de Julián Álvarez, puede marcar un punto de inflexión en sus intenciones.

Ancelotti ya tiene sus obras completas, pero se sabe escudriñado, fuera y dentro de su casa. Ironiza cuando asegura que muchos ansían su puesto. En una temporada irregular, con un Barça creciente, quedarse prematuramente fuera de Europa cargaría el debate sobre si el Madrid necesita o no un nuevo ciclo. La clasificación para cuartos significaría, en cambio, la tranquilidad.

Simeone, el pasado sábado, en el Coliseum de Getafe.

Simeone, el pasado sábado, en el Coliseum de Getafe.AFP

Mbappé ya ha jugado grandes partidos, pero el del Metropolitano es el primer gran partido al KO. La Supercopa era una final de chocolate, dulce si se gana, pero sin gravedad en la derrota, únicamente una indigestión, aunque fuera ante el Barcelona. En la Champions y frente al Atlético sería otra cosa. Al presidente es de las que más le dolerían, como a los madridistas de antes. Mbappé no empezó el entrenamiento, ayer, y se incorporó a la media hora, debido a unas molestias en un tobillo por un golpe, lo que genera una inquietud moderada en el club. Del francés se espera una respuesta proporcional a su fichaje, como frente al City. Personalmente, no ha llegado para sumar más Ligas ni hacer más fortuna. Está aquí para ganar Champions, algo que se le negó en el PSG.

Las tiene Vinicius, que lleva un tiempo atascado ante el Atlético, y la tiene Julián Álvarez, convertido en una aparición divina en el Metropolitano. El escenario juega, claro, pero como Simeone recordó, los suyos han de intentar reproducir en el campo lo que suceda en la grada. Lo demás, señaló, está en manos de Dios. Como el destino.

El camino de espinas de Tchouaméni, de los pitos a los aplausos: "Silencio y trabajo"

El camino de espinas de Tchouaméni, de los pitos a los aplausos: “Silencio y trabajo”

El camino de espinas duró algo más de un mes. 34 días. Los que separaron el 16 de enero del 19 de febrero. El partido contra el Celta del encuentro de vuelta de Champions contra el City. Los pitos de los aplausos. En esas cinco semanas, Aurélien Tchouaméni aprendió lo que significa jugar en el Madrid. Y lo hizo con «personalidad» y «profesionalidad», cuentan en Valdebebas, donde todo son elogios hacia el futbolista sobre el que debe girar el equipo esta noche.

Lo que vivió Tchouaméni durante las primeras semanas de enero lo han vivido y sufrido otras estrellas del Madrid antes que él, y de cómo se reaccione ante ello depende el futuro de ese futbolista en Chamartín. El Bernabéu, un estadio que en algún momento de su década madridista pitó a Cristiano Ronaldo, abucheó al centrocampista francés durante el partido de Copa contra el Celta. Era el 16 de enero y sobre Tchouaméni concretó el público su enfado por la derrota del Madrid en la Supercopa.

Un Tchouaméni que fue central de emergencia durante varias semanas por las lesiones de Militao y Alaba y al que le costó cogerle el punto a la posición. Tenía, y tiene, juego aéreo y buena salida de balón, pero le faltaba velocidad y, por momentos, colmillo. Rabia. Virtudes que el Bernabéu sí veía en el canterano Asencio.

El galo fue el central del Madrid durante todo el mes de diciembre y aunque el conjunto blanco ganó en Champions al Atalanta y en Liga sumó varias victorias, las actuaciones del francés no terminaron de convencer.

El gran cambio

Y a partir de ahí el francés cambió y creció. En Valdebebas hablan de un jugador profesional que poco a poco va ganando galones en un vestuario que transita entre diferentes generaciones. Domina el francés, el inglés y el español, lo que muchas veces le hace ser nexo entre los subgrupos que se generan en la plantilla.

Después de los pitos contra el Celta no quiso grandes charlas ni condescendencia. Asumió sus errores, aguantó el chaparrón durante el partido y se centró en «el próximo partido». Su mantra lo tienen claro a a su alrededor: «Silencio y trabajo».

«Contra el Celta lo escuché todo, pero está bien, es parte del deporte y para mí lo importante no es estar pendiente de si dicen que lo hago bien o mal, sino trabajar y estar centrado. Sé lo que hay que hacer en una situación así: trabajar y mejorar», reflexionó ayer en Valdebebas.

El escudo de Ancelotti

En la ciudad deportiva ha encontrado Tchouaméni a un hombre que ha actuado de muro durante estas semanas entre él y el foco mediático: Carlo Ancelotti. El técnico italiano ha sabido manejar las críticas al francés y se ha interpuesto siempre entre el futbolista y los mensajes ajenos. Ha sido su escudo. «Ha jugado bien el muy criticado Tchouaméni», dijo tras el encuentro ante el City en el Etihad. En cada declaración, el transalpino destacaba una cualidad del francés, resaltando siempre su enorme «personalidad». «No he hablado con él, porque tiene mucha personalidad y ha manejado bien las críticas», dijo. Lo dicho: silencio y trabajo.

Tchouaméni ha ido creciendo desde el día del Celta hasta esta noche, tanto de central como de pivote, recuperando colmillo y siendo el apagafuegos y el pegamento de un equipo por momentos inconsistente.

Fue baja por molestias justo después del duelo ante los de Vigo, pero desde entonces ha acumulado siete encuentros completos en Liga, dos en Copa y dos de tres en Champions. En la vuelta contra el City, Ancelotti decidió retirarle del campo en el minuto 83, ya con el partido resuelvo, para que se llevara una ovación más que merecida. Hasta ahí llega la gestión del técnico.

Los números de Tchouaméni en las dos últimas citas continentales hablan por sí solos: 4 pases clave, 94% de acierto en el pase, 6 intercepciones, 7 de 8 duelos ganados y ningún regate sobre él. Hoy en el Metropolitano tendrá otra prueba.

Rodrigo de Paul, el cerebro y 'motorcito' que más corre de la Champions: "El equipo hace muchos esfuerzos, en Europa hay que luchar y jugar"

Rodrigo de Paul, el cerebro y ‘motorcito’ que más corre de la Champions: “El equipo hace muchos esfuerzos, en Europa hay que luchar y jugar”

Muchos Atléticos aún tendrán en la mente aquella época no tan lejana en la que se pedía la salida de Rodrigo de Paul (Sarandí, 1994) del equipo rojiblanco. "No es el de la selección", "no está implicado", se escuchaba. Eran muchas las críticas que recibía el argentino pese a volver con el Mundial bajo el brazo hace año y medio. Y lo cierto es que el mediocentro no había alcanzado en el Metropolitano el nivel que exhibió en el Udinese. Hasta ahora.

"Ha logrado transmitir lo mismo que con la selección en el Mundial y convertirlo en el Atlético de la mejor manera", le elogió Diego Simeone hace unas semanas, y añadió: "Antes lo había hecho en espacios separados, ahora está teniendo continuidad". De Paul es imprescindible en este Atlético de Madrid tanto desde el césped como a nivel de vestuario. El argentino siempre ha exhibido "personalidad, jerarquía y visión de juego", según alaba su técnico. Y esta temporada hay que sumarle el esfuerzo. De ahí que le llamen motorcito. "Siempre se ha esforzado, pero ahora las cosas le están saliendo tanto a él como al equipo", dicen desde el vestuario.

El cinco del Atlético es el jugador de la primera plantilla que más kilómetros ha recorrido en los nueve encuentros de Champions League, superando al sacrificado Julián Álvarez, 64 frente a 63. "A veces toca correr más, otras menos, el equipo hace muchos esfuerzos. En europa hay que correr, hay que jugar", declaró en rueda de prensa.

Pases que rompen líneas

Su despliegue en el Bernabéu seguro que será tomado en cuenta por Carlo Ancelotti a la hora de configurar un mediocampo que pueda sujetar el físico rojiblanco en la medular liderado por el argentino. Además, es el centrocampista del Atlético que más balones corta con 20, dos más que Marcos Llorente, que ha ejercido mucho más de defensa esta temporada.

A ello se le suma, y esto sí entra dentro de sus características, que es el jugador de Europa con más pases filtrados o pases que rompen líneas. De Paul suma 21. El segundo es Lamine Yamal. con 18 y completa el podio Joshua Kimmich con 16. De los 21 del argentino hay que añadir que siete han terminado en asistencia de gol y está a una de igualar su mejor registro como colchonero, las ocho de la 22/23.

En la ida fue un poco el pegamento y el corazón del conjunto rojiblanco. Protagonizó 95 acciones con balón, provocó dos faltas y ganó tres de cinco duelos disputados. Además, y pese a buscar muchas veces ese pase vertical, el argentino completó un 87% de los desplazamientos que intentó. Por eso los aficionados contuvieron la respiración cuando tuvo que ser sustituido en el descanso del partido del pasado domingo ante el Getafe tras un golpe de Álvaro Rodríguez.

El clan argentino

No obstante, todo apunta a que estará disponible hoy para el duelo en el Metropolitano. Y es que por él pasa el juego del Atlético. Es como si fuera el base de un equipo de baloncesto. Lidera el ranking de controles, pases y toques de balón muy por delante del resto de compañeros. Aunque en este último aspecto se le acerca Antoine Griezmann, su gran amigo dentro de la plantilla y con el que más bromas se le ve hacer dentro del vestuario. "Es un tipo muy divertido y abierto", mantienen fuentes internas sobre De Paul.

El francés no pertenece al clan argentino, ese grupo de jugadores campeones del mundo y que pasan muchos ratos juntos fuera de las instalaciones deportivas del club, pero su capacidad de unir ha hecho que congenie mucho con De Paul. Por su parte, el argentino es uno de los principales responsables de la buena adaptación de Julián Álvarez en el vestuario rojiblanco.

Juntos, serán la gran baza del Atlético. "Cuando estás ante estos partidos hay que disfrutarlos y sabemos que no depende de un jugador sino del grupo", expresó el jugador rojiblanco.

Simeone: "El único que sabe lo que va a pasar es Dios"

Simeone: “El único que sabe lo que va a pasar es Dios”

La vuelta de Champions ante el Real Madrid se ha encontrado al Simeone más reflexivo. Un entrenador que tiene fe en que aspirarán a la final europea, pero consciente de que el trabajo depende de otros factores que no siempre se centran en uno mismo. "Los dos equipos prepararemos el encuentro de la mejor manera, pero el único que sabe lo que va a pasar es Dios", ha manifestado.

El argentino sabe que ellos cuentan con un bloque compacto, capaz de desarrollar muchos tipos de partidos y que su eliminatoria dependerá de controlar los espacios en los que el Real Madrid pueda explotar su "velocidad". No obstante, sí recogió el guante de su compañero Carlo Ancelotti que, horas antes, expresó que tenían "muchas cosas en común". "Pasé mucho tiempo en Italia, él nació allí, y las razones son más de base y de las experiencias vividas en el futbol italiano", ha explicado el técnico, pero luego ha concluído: "Ancelotti es muchísimo mejor que yo".

Más allá de esa humildad del argentino ante un entrenador que le saca muchos años de experiencia, Simeone cree en sus futbolistas y "en el corazón que tienen". "Nuestro objetivo es jugar la final", ha mantenido un técnico que asegura vivir estos duelos con "alegría, entusiasmo y adrenalina".

La opción de los penaltis

La misma que van a mostrar los jóvenes a los que ha hecho referencia de su plantilla. Además de su hijo Giuliano, se ha acordado de Samu Lino y Pablo Barrios, a los que ha pedido que disfruten el encuentro. "A cualquier futbolista en el mundo le gustaría jugar estos partidos y hay que jugarlos. Se pone uno mucha presión, pero en realidad es un partido".

Otro del que espera mucho el entrenador es de la leyenda rojiblanca, Antoine Girezmann. El francés no atraviesa su mejor momento como colchonero, en Getafe apenas completó un 64% de los pases que intentó, pero Simeone le tiene fe ciega en el partido de vuelta. "Mañana va a ser un gran partido de Griezmann, estoy convencidísimo", ha expresado.

Un partido que será mañana a las 21.00 en el Metropolitano, algo que asegura un aliento extra para los jugadores rojiblancos. No obstante, el técnico ha avisado: "Sólo con lo que suceda en las gradas no vamos a ganar". Y ha revelado también que, por si acaso, el equipo podría entrenar en el entrenamiento de esta tarde los lanzamientos de penalti.

El rival

Simeone no ha querido apenas callificar al rival, consciente de la historia que hay entre ambos conjuntos. Sí lo ha hecho Rodrigo De Paul, que ha comparecido junto a su entrenador, en la rueda de prensa previa al derbi europeo. "Todos los jugadores del Madrid son de grandisimo nivel, te lleva a tener una preocupación constante al enfrentar a jugadores de tal magnitud", ha declarado el centrocampista.

Para el jugador el equipo debe de estar preparado tanto mental como físicamente ya que la eliminatoria va a ser un conjunto de ambas cosas. Pero mantiene que estos duelos "hay que disfrutarlos" y que el partido "no depende de un jugador sino del grupo".

¿Dónde va a estar la clave para pasar la eliminatoria?, le han preguntado al futbolista. "En hacer más goles", ha respondido riendo y arranacado la sonrisa de su entrenador. Necesitan uno para igualar la eliminatoria.

Incógnita Mbappé: ausente en el entrenamiento del Real Madrid a 24 horas del derbi de Champions

Incógnita Mbappé: ausente en el entrenamiento del Real Madrid a 24 horas del derbi de Champions

Cuando saltaron los futbolistas del Real Madrid al césped de Valdebebas una pregunta recorrió la fila de los medios de comunicación: "¿Dónde está Mbappé?". El delantero francés del conjunto blanco fue la única baja (más allá de los lesionados Carvajal y Militao) del cuadro de Carlo Ancelotti a 24 horas del derbi de Champions contra el Atlético de Madrid. Según el club, el atacante se quedó en el interior de las instalaciones realizando diferentes ejercicios y, en principio, no debería peligrar su presencia, pero la baja en la sesión del grupo creó la incógnita.

Antes, Ancelotti había salido a rueda de prensa y no había mencionado nada sobre el estado del galo y sólo se limitó a decir que "se lleva bien con Vinicius".

El derbi espera a Ancelotti como punto de inflexión de la temporada del Madrid. Salir vivo del Metropolitano dibujaría un horizonte favorable hacia el final de la temporada, con la semifinal de la Copa del Rey encarrilada y la pelea por la Liga todavía abierta. "Es un partido que nos permite seguir soñando", admitió el técnico a 24 horas del duelo.

Soñar es lo que quiere el italiano ante Simeone, al que reconoció que se parece en la manera de entender el fútbol. "Nos parecemos bastante en nuestra idea. Los partidos que jugamos se deciden por pequeños detalles. Son muy igualados", expresó, comparando también a los equipos.

"Tenemos que ver cómo atacar el bloque bajo, cómo salir de la presión, cómo hacer la contra... El Atlético puede jugar de muchas formas, como nosotros", añadió.

Ancelotti se adelantó unas horas y, preguntado por la culpabilidad de una hipotética derrota en el Metropolitano, se la echó sobre los hombros. "Los responsables de la victoria son los futbolistas, y también los culpables", declaró, con una sonrisa. "No... en una derrota, lo sabéis ya", continuó.

"El único responsable en la derrota es siempre el entrenador, se sabe de hace tiempo y los entrenadores somos conscientes de ello. Por mí está bien, estoy en un puesto de trabajo que es muy querido, muchos quieren estar en mi puesto, y es justo que tenga esa responsabilidad", reflexionó.

En cuanto a la motivación de su vestuario, un tema que se repite para bien o para mal durante todo el curso, Ancelotti reconoció que no era necesario motivar a sus futbolistas para un partido de este calibre. "Lo que tenemos que hacer es concentrar a los jugadores en el planteamiento del partido, lo que tenemos que hacer con y sin balón. La motivación ya va a ser muy alta, igual que la presión. Por eso es importante en la preparación en el aspecto táctico y nada más. El resto ya lo tienen: motivación, ilusión, ganas", explicó.

El técnico no valoró su once titular, pero sí dejó alguna pista. "Los del banquillo también pueden decidir el partido", dijo, y se refirió a Modric: "Que no se preocupe, que no miro si alguien ha jugado dos partidos seguidos para decidir". Parece que apostará por Tchouaméni, Camavinga y Bellingham en la medular.

Por último, mencionó una posible tanda de penaltis y aseguró que no la están preparando mucho. "Les vemos tirar en los entrenamientos y pensamos en quién es más preciso o seguro cuando hacemos la lista, pero cuando llega la tanda pesa más el aspecto mental. Es lo más importante", admitió. Si el Atlético gana por un gol de diferencia, el derbi de Champions se irá a los once metros.

Enzo Alves, hijo de Marcelo, convocado por la selección española sub'17 para la Ronda 2 del Europeo

Enzo Alves, hijo de Marcelo, convocado por la selección española sub’17 para la Ronda 2 del Europeo

Enzo Alves Vieira, hijo del exfutbolista del Real Madrid Marcelo, es la gran novedad de la lista de convocados de la selección española sub'17 de cara a la Ronda 2 del Europeo de la categoría. El combinado nacional disputará la que antes se llamaba 'Ronda Elite', un minitorneo de clasificación para la cita del próximo mes de mayo en Albania.

Hernán Pérez, técnico del cuadro español, ha dado a conocer la lista de 20 futbolistas que participarán en la Ronda 2, que se se disputará en Extremadura del 19 al 25 de marzo y tendrá como sedes el Estadio Romano de Mérida y el Estadio Francisco de la Hera de Almendralejo. España está encuadrada en el grupo A2 y se enfrentará a Noruega (19 de marzo), a Alemania (22 de marzo) y Austria (25 de marzo). Solo el primero de cada grupo se clasificará para el mencionado Europeo de Albania.

En la lista llama la atención el nombre de Enzo Alves, que a pesar de tener 15 años (nació en septiembre de 2009), jugar en categoría cadete y ser un año menor que sus compañeros ha recibido la llamada del seleccionador. El hijo de Marcelo es un delantero rápido, potente y con gol que ya ha disputado encuentros con la selección española sub'16 y que parece tener claro su futuro en la Federación a pesar del interés de la selección brasileña, hogar de nacimiento de sus padres.

Marcelo, que anunció su retirada hace unas semanas, vive en Madrid junto a su mujer y sus dos hijos y el joven atacante, nacido en la capital de España, se ha criado desde pequeño en Valdebebas, donde ha ido avanzando categorías desde el Benjamín B hasta el Cadete A.

Lista completa de la sub'17

Porteros: Carlos Guirao (Granada) y Joel Rodríguez (Espanyol)

Defensas: Iker Quintero (Athletic), Álvaro Lezcano (Real Madrid), Álex Campos y Nil Teixidor (Barcelona), Tomás Méndez (Sevilla), Nacho Pérez (Levante) y Arturo Arribas (Oviedo).

Centrocampistas: Pedro Fernández, Pedro Rodríguez (Barcelona), Nico Guillén (Sevilla), Jaume Durá (Valencia) y Miguel Ángel Romero (Betis).

Delanteros: Toni Fernández, Guille Fernández (Barcelona), Enzo Alves (Real Madrid), Igor Oyono (Athletic), Alexis Ciria (Sevilla) y Asier Bonel (Osasuna)

Sid Lowe: "No hay nada que explique España y los españoles mejor que el fútbol"

Sid Lowe: “No hay nada que explique España y los españoles mejor que el fútbol”

"Soy una gran mentira. Todo el mundo me trata como a un guiri y me pide la perspectiva británica, pero llevo 25 años en España. Me llaman de una radio para que hable 10 minutos del Manchester United antes de jugar contra la Real Sociedad y les tengo que explicar que de lo que puedo hablar 10 minutos es de la Real", bromea en perfecto castellano Sid Lowe (Londres, 1976). Entró vía Lorca, se enamoró de Oviedo y se instaló en Madrid, pero sigue siendo más inglés que la buena música aunque vista una camiseta de los suecos The Hives. Es corresponsal y columnista de The Guardian, especialista en fútbol español de ESPN y espectador sensato de este circo nuestro que le fascina.

Pese a esos 25 años, tu cultura futbolística y periodística es británica.
Eso sí. A nivel periodístico es curioso porque vivo un poco a caballo entre las dos cosas. Nunca trabajé en Inglaterra, toda mi carrera la he hecho desde aquí, pero mientras tú creciste escuchando a García o a De la Morena, yo veía ‘Match of the day’ en la BBC. Ahí sí hay una diferencia clara. Luego hay otro tema y es que mi formación es de historiador, no de periodista. Yo hice una tesis doctoral sobre la Guerra Civil española, no pensaba que iba a acabar escribiendo del Madrid y del Barça, pero el fútbol siempre fue lo que más me movilizaba. Mi hermana me regaló un libro de artículos de fútbol cuando cumplí 18 años, y en la dedicatoria decía: "Deja ya de la tontería esa de la Historia, todos sabemos que vas a terminar escribiendo de fútbol".
Te conocía mejor que tú mismo.
Sí, pero… Esto va a sonar muy prepotente pero déjame decirlo y luego ya reculo, tengo la pretensión de que no estoy escribiendo del fútbol español, estoy escribiendo de España. No quiero hacer una crónica de un partido o una pieza deportiva sobre Fulanito, quiero contar historias que van más allá porque no hay nada que explique mejor España y los españoles que el fútbol. Es la muestra más popular de cómo es la gente. Cada equipo tiene una identidad diferente, una manera de afrontar los partidos, una conexión con su afición muy característica. Me parece que el fútbol español tiene una enorme riqueza en ese sentido que vosotros dais por hecha, pero es muy llamativa cuando has crecido en otra cultura futbolística. Ese sentido de pertenencia enorme me parece muy importante y es lo que lo que hace que el fútbol español tenga tanto interés para mí.

Para saber más

¿No existe ese sentido de pertenencia en el fútbol inglés?
Es diferente, aquí hay un matiz político y social que allí rara vez se da. Por ejemplo, para explicar el derbi de Sevilla siempre se habla de cuál es el equipo de la clase trabajadora y cuál el de la clase media-alta. Si esto lo llevas a una ciudad británica con dos equipos, a nadie allí se le ocurre decir que este equipo es más de barrio o más de izquierdas o más de derechas. No suele tener ese matiz excepto, obviamente, en Glasgow con Rangers y Celtic, que tienen identidades sociales, religiosas y culturales absolutamente polarizadas, pero es un caso aparte. Ese punto ideológico del fútbol español no existe casi en el inglés y para mí es bueno... En realidad, no sé si es bueno, porque conlleva muchas dificultades y enfrentamientos, pero desde luego es interesante.
Es interesante y, en general, bastante falso. Por ejemplo, desde el Atleti se lleva llamando facha al Madrid toda la vida cuando su historia y su masa social tienden también a la derecha.
Es cierto, pero es que los mitos y las leyendas tienen importancia incluso cuando son mentira, porque la gente compra ese relato y el relato tiene importancia a la hora de analizar cualquier fenómeno, hasta siendo falso. Además, muy pocas veces el relato es falso del todo, siempre tiene algún matiz. Recuerdo que Jorge Valdano apadrinó un libro de escritores madridistas de izquierdas básicamente para demostrar que existen y, en el fondo, esa sensación de resistencia lo que hace es reforzar el relato en lugar de negarlo.
Otra cosa en la que hay diferencia entre Inglaterra y España es en que allí el pueblo no ha entregado el fútbol, sigue viéndose como el deporte de la clase obrera.
Hay más resistencia al fútbol negocio. Se mostró en la reacción de las aficiones contra la Superliga y cómo los clubes ingleses recularon de inmediato y se ve en el rechazo social a la llegada de mucho capital extranjero a la Premier. Realmente no tiene tanta importancia que sea extranjero como la idea de que es una especie de invasión y vienen los millonarios a quitarnos el fútbol, que es nuestro. Y en la mayoría de estadios de Inglaterra hay un fuerte desprecio hacia la Prawn Sandwich Brigade.
¿Cómo?
La brigada de los bocadillos de gambas o lo que en español serían los piperos. Eso viene de una frase de Roy Keane cuando se quejó de que Old Trafford se había llenado de gente que sólo iba a la zona VIP a comer sus bocadillos de gambas en vez de animar. Si te digo la verdad, no creo que haya nadie en Inglaterra, por muy rico que esté, que haya comido un bocadillo de gambas en su puta vida, pero la expresión quedó y funciona. Expresa un poco esa frustración que hablábamos ante cómo el fútbol se aleja de nuestra idea de lo que debería ser. En Inglaterra sucede con el aspecto de clase, en España el fetiche es el sufrimiento.
Como atlético, me interesa esto.
Claro, porque el Atleti es el que más ha construido su relato y su identidad sobre este fetiche pese a ser un club enorme, con una masa social tremenda, que ha ganado muchas cosas y ahora mismo es de los mejores del mundo. Pero siempre está ese puntito de orgullo por ser el más leal a tu equipo. En España, el mejor aficionado es el tío que se ha tragado 17.000 partidos de su equipo y no le ha visto ganar nada. Hay un halo romántico en el sufrimiento y la derrota muy característico del fútbol español. Ganar os parece de horteras y hasta el Barça cae en eso a menudo. El único que no lo hace es el Madrid porque gana casi siempre, pero si no lo hiciera, su relato sería otro. Está en vuestra cultura.
¿Qué es lo que más te cuesta explicar al lector inglés del fútbol español?
Hay una cosa que al principio me trastocaba, y ahora a veces es hasta una ventaja, que es la necesidad en algunos momentos de partir de la idea de que no saben nada. A veces tengo que explicar cosas muy básicas de idiosincrasias, rivalidades o antecedentes, pero últimamente he descubierto que puedo jugar con esto a mi favor porque hay frases que en español son tópicos pero si las traduces de forma literal al inglés suenan de maravilla. Hay futbolistas que en español sólo sueltan frases hechas y traducidos son jodidos poetas [risas].
¿Tenemos mitificado el fútbol británico como una cosa más pura y más limpia?
Un poquito. Esa gente que sigue pensando en Inglaterra como un sitio donde los futbolistas no se tiran a la piscina, los árbitros no pitan mal y nadie pierde tiempo, tendría que pasarse un fin de semana viendo la Premier e iba a cambiar de idea. Pero es verdad que hay un punto de falta de deportividad que, incluso con el tiempo que llevo en España, sigue sorprendiéndome. ¿Joder, cómo puede ser que aguantemos esto? Creo que Mourinho fue el primer entrenador que vi en España denunciar la cultura de los piscinazos como algo malo, y eso no quita que su equipo también lo hiciera, pero provocó un debate. Un debate viciado y un poco falso, porque le convenía, pero está bien que se hable de eso.
¿Cómo entró España tan a lo bestia en tu vida?
La primera vez que vine a España fue en el instituto, mediante un intercambio de estudiantes de Londres con uno de Lorca. Lo primero que conocí de España fue Lorca y me encantó. Hace poco viajé allí a ver el debut de Iñaki Williams con la selección de Ghana y fui al piso donde viví a ver si encontraba la familia, pero no hubo suerte. Llegué sin hablar nada de español y a las dos semanas tenía la sensación de entenderme con todo el mundo. La gente era encantadora, me hice muy amigo de los tres hermanos de mi casa y mantuvimos contacto. Volví para la Semana Santa del año siguiente y flipé. Es una cosa maravillosa, espectacular, todos son azules o blancos. Iba más en serio que el fútbol eso. Me encantó y decidí estudiar en la universidad Historia y Filología Española.
¿En Inglaterra?
Sí, en Sheffield, pero me interesaba cada vez más la historia contemporánea española. Empecé con la Transición, luego el régimen de Franco, la guerra civil, sus causas, etc. Así que terminé haciendo un máster y una tesis doctoral sobre el tema. Seguramente sé más de la historia española que de la británica. La mujer de mi hermano es finlandesa, está ahora con los exámenes para obtener la nacionalidad inglesa, me manda las preguntas y no tengo ni puta idea. Es bastante más inglesa que yo [risas]. El caso es que el tercer curso de Filología se hacía en España y ese es el año que pasé en Oviedo. Ahí ya se me metió la idea de venir a vivir y, luego, durante el máster y la tesis venía constantemente a Madrid a la Biblioteca Nacional y la hemeroteca de Conde Duque. En 2001 ya estuve casi todo el año aquí y de vez en cuando escribía alguna cosa de fútbol por diversión.
¿Ahí diste el salto al periodismo?
Eso arranca porque un amigo mío de la universidad, soy una vergüenza y un enchufado de la hostia, trabajaba en ‘The Guardian’ en el momento en que decide montar una estructura de fútbol europeo. No tenían a nadie en España, mi amigo sabía que volví de Oviedo dándole la paliza con que el fútbol español es lo mejor del mundo y que sabía escribir y me recomendó. Me propusieron estar un par de semanas a prueba escribiendo una columna los lunes sobre el fútbol español y hasta hoy. La vida me ha querido en muchos momentos porque ha sido pura casualidad, soy un tío con una suerte de la leche. Una vez pasó eso, al acabar la tesis ya me instalé aquí. La primera entrevista que hago es a Sergio Kresic, entrenador del Mallorca, y luego les iba vendiendo piezas cada vez que un equipo inglés jugaba con un español: Miguel Ángel Nadal, Fran, Donato...
Ahora hay una moda un poco cateta en los clubes de la Liga que es no dar entrevistas a los medios españoles, pero sí a los internacionales.
Depende del club, porque en algunos es imposible para todos, pero sí es verdad que a veces les parece que mola más. Si te sirve de consuelo, hace poco vino un amigo de The Times, que tiene más nombre que The Guardian, y se lo dieron todo a él [risas].
Sid Lowe posa un espejo, el fetiche del fotógrafo.

Sid Lowe posa un espejo, el fetiche del fotógrafo.Sergio Enríquez-Nistal

Quien de verdad te cambia la vida es David Beckham.
Claro, la suerte quiso que en 2003 fichara por el Madrid y explotó todo. Ahí aprendí a ser periodista porque hasta entonces yo escribía, pero no había estado, digamos, en la pelea. De Inglaterra llegaron periodistas de verdad y aprendí de su mano. Fue un máster de la hostia.
Fuiste su traductor en las ruedas de prensa.
Sí, y de Michael Owen y del gran Thomas Gravesen. Fue pura casualidad también porque Beckham llega con un ayudante australiano de madre española que estaba para protegerle y hacerle todos los recados. Él tradujo su primera rueda de prensa y a David no le hizo mucha gracia porque él daba una respuesta de dos minutos y el tío traducía: "Sí" [risas]. Como yo le seguía a todos lados y tanto él como el Madrid ya me conocían, me lo propusieron porque además tenía muy buena relación con McManaman y había hecho ya, de manera improvisada, de traductor de Valdano para los periodistas ingleses cuando cerraron el fichaje. ¡Traducir a Valdano, eh! Eso sí es saltar a la piscina.
Así que de golpe te viste al lado del inglés más famoso del mundo.
Flipante. Un tipo súper educado, muy majo. Hace mucho tiempo que no lo veo, pero un amigo coincidió con él en un acto hace poco y lo primero que hizo fue preguntar qué tal estaba yo. Joder, es un detallazo. Conmigo se portó muy bien siempre, pero obviamente no deja de ser el jodido David Beckham, un suceso andante. Nuestra relación fue sólo profesional.
Da igual, el que de verdad importa aquí es Gravesen, el mito, la leyenda.
Bah, el mejor. Durante un tiempo, un amigo y yo jugábamos en un equipo de fútbol siete que iba con pantalón blanco y un día nos escuchó hablar de que teníamos que comprarlos. Sin decir nada, entró al vestuario y salió con dos pantalones del Madrid. Jugamos toda la temporada con los pantalones de Gravesen. Fue una pena lo poco que duró aquí con lo que nos reímos. Él me decía que creía que el Madrid se había equivocado al ficharle porque en el Everton jugaba Lee Carsley, que también era mediocentro y calvo, y él decía que encajaba mucho mejor en el Madrid: "Ese era el bueno, no yo, se confundieron de calvo" [risas].
No hemos hablado de cómo, en 2012, fuiste fundamental para salvar al Oviedo de la desaparición mediante una campaña para que se compraran acciones que fue un suceso.
Esa es otra mentira. Yo andaba por ahí cuando un grupo de héroes, que es lo que es la gente que estaba en el Oviedo en aquel momento, tenían un último tiro para salvar al club y dieron en el blanco. Yo eché una mano en lo que pude, que no era tanto, pero es alucinante porque cada vez que voy a Oviedo la gente me adora. Es superincómodo, porque me siento un farsante y a la vez es superbonito. El Oviedo está a un año de llegar al Centenario y, sinceramente, no pensábamos que llegaría. Y eso es literal. Es la afición la que salva al Oviedo porque, a la hora de la verdad, el fútbol siempre es de la gente.
Pasemos al periodismo deportivo. Aquí siempre andamos en una lucha de estilos que, tengo la sensación, no existe en Inglaterra.
No, ese estilo similar a ‘El Chiringuito’ no existe. Es una cuestión cultural y no quiero que se tome como una crítica sino como una realidad social. En Gran Bretaña este periodismo deportivo donde todo el mundo es de un equipo y lo demuestra no existe. Digamos que no nos identificamos a través de nuestro equipo a la hora de ser profesionales. Cuando llegué a España, esto tampoco sucedía tanto como ahora, pero las raíces ya existían. De todos modos, en Inglaterra los aficionados también tienen la sensación de que X periodista está en contra de su club, eso va a existir siempre, la diferencia es que lo sospecha, pero no lo sabe.
A cambio, allí casi todos los presentadores estrella son ex futbolistas y no periodistas. Gary Lineker es el ejemplo más claro.
Sí, pero es porque la dinámica de los programas es otra, mucho más centrada en lo futbolístico que en todo lo que le rodea de fichajes, polémicas, opiniones... Entonces, ahí encaja como un guante un futbolista con capacidad para comunicar. Yo mataría porque hubiese un ‘Match of the Day’ español.
Para eso necesitas también un Lineker español.
Y para ese formato, hablando de fútbol con rigor y humor, los hay seguro. Pones un Álvaro Benito, por ejemplo, y seguro que funciona. No sé, al final y no sólo por amistad, echo mucho de menos ‘El Día Después’ de Michael [Robinson]. En realidad, le echo de menos a él todos los días. Siempre decía que en su programa no existía el fuera de juego, que lo importante no es hablar del error de un árbitro sino del simbolismo y del significado social de fútbol porque es algo que nos pertenece a todos y no a los cinco o seis que creen que son sus dueños.
¿Crees que es una batalla perdida, que ya todo el mainstream van a ser tertulias de polémica y grito?
Lo de la tertulia del grito viene porque es relativamente fácil de hacer y funciona a nivel de audiencia, aunque yo tengo mis dudas. Se suele decir que ofrecemos esto porque la gente lo consume y sospecho que es al revés, la gente lo consume porque es lo que ofrecemos y no hay otra cosa. En cualquier caso, está claro que a mucha gente le gusta y no pasa nada. De hecho, creo que ‘El Chiringuito' es el blanco fácil de todos los ataques y se es injusto con ellos. Cuando voy a partidos raros a los que no va casi nadie, siempre está allí ‘El Chiringuito’. En ese sentido hacen un periodismo que nadie más hace y trabajan más que nadie.
¿Tú lo ves?
No, porque es tardísimo, pero no porque tenga un prejuicio. Puede no gustarnos el envoltorio, pero el programa está trabajado, dan noticias y muchos de ellos tienen una capacidad de comunicación muy alta. Sí que es verdad que hay mucho payaso en el sentido literal, que no en el peyorativo, porque es un circo y hay que hacer show, pero yo veo los clips en redes sociales. Lo único que les reprocho es que, alguna vez que me ha pillado en un hotel después de un partido y lo he puesto, acabo con la sensación de haber tirado media hora esperando una cosa que no llega y digo: "Joder, venga, cuéntalo ya y deja de tocarme los huevos, tío" [risas].
¿Cómo ve un inglés el cristo arbitral que vivimos?
Con matices. Creo que no tenemos una crisis de arbitraje, creo que la crisis somos nosotros, lo que lo que hay alrededor del arbitraje, tanto los periodistas como los aficionados. Eso no quita que haya cagadas arbitrales, pero el ruido es excesivo como pasa casi siempre que está el Real Madrid en medio. En todo caso hay que reconocer una cosa: el Madrid se siente el más perjudicado por el tema Negreira y eso es algo que no está resuelto. Los pagos existieron y esa es una realidad que mancha todo. Urge que se aclare.
Otra leyenda del fútbol inglés es que se respeta a los árbitros, ¿verdadero o falso?
Nos metemos con el árbitro, pero no tanto. Allí se discute una hora y no toda la semana. Esa celeridad con la que aquí se ve un complot no existe, aunque este año los aficionados del Arsenal han empezado a meterse un poco en ese bucle. Es normal que un aficionado se acuerde de todo lo que va en contra y no se acuerde de nada de lo que va a favor, pero los clubes, los protagonistas y los medios deberíamos no caer en eso. Aunque el rumbo que ha tomado el Madrid, que no lo justifico, tiene su aquel no por cómo le arbitran sino por lo que se ha sabido. Yo lo que sí pediría con el caso Negreira es paciencia porque estamos en un proceso legal y es lento. Veremos cómo se resuelve.
A ver, ¿decir "fuck off" a un árbitro es roja o no es roja?
Me he descojonado con todo esto de la expulsión de Bellingham, de repente toda España era Shakespeare, pero cogiendo cada uno la lección del libro que le interesaba. Mira, si en la Premier le dices a un árbitro a la cara "fuck off" te echa a la calle. Eso como norma general, lo que no quita que haya ejemplos de árbitros más tolerantes. Yo, por ejemplo, no hubiese echado a Jude porque a mí los tacos me parecen fucking maravillosos. Cuando estudias un idioma tendría que haber una asignatura de palabrotas porque es la mejor manera de demostrar que de verdad has captado el idioma.
Pues estamos.
De puta madre.
De las noches negras de Los Galácticos al muro anti-remontadas de los últimos 17 años: la esperanza del Real Madrid en el Metropolitano

De las noches negras de Los Galácticos al muro anti-remontadas de los últimos 17 años: la esperanza del Real Madrid en el Metropolitano

El Real Madrid, y especialmente la plantilla actual, es un club experto en remontadas. Lo lleva en la sangre. Ahí están las de la Champions de 2022 y 2024 como grandes gestas de los últimos años, dándole la vuelta al marcador de la eliminatoria en el Santiago Bernabéu, convertido en el manicomio de lo inexplicable. Pero la virtud de este Madrid que ha sido campeón de Europa seis veces en las últimas once ediciones es también transformarse en un muro infranqueable en la casa del rival. Así ha conquistado también el continente, evitando una y otra vez que su enemigo golpee en último lugar en campo propio. Antes del derbi de esta noche, la estadística clama contra la historia: si ha ganado la ida en Chamartín, nadie le remonta al Madrid desde el Bayern de Múnich en los octavos de final de la 2006-2007.

Son 17 temporadas sin venirse abajo en Europa cuando se ha llevado un resultado favorable del Bernabéu. Desde entonces el Madrid ha tenido noches negras en los partidos de vuelta, obviamente, como el 4-0 de Manchester hace dos años o el 2-0 de Stamford Bridge en 2021, pero en ambos casos la ida había terminado en empate.

Rechazar la remontada rival es una característica de esta generación madridista, comandada primero por Zinedine Zidane y ahora por Carlo Ancelotti. Una virtud clave para reinar en Europa que nunca tuvieron Los Galácticos, acostumbrados a sufrir en campo enemigo cuando tenían las eliminatorias de cara. Quizás Zizou aprendió de los errores de esa época, que terminaron lastrando el legado futbolístico de la primera galaxia de Florentino Pérez.

Aquel Madrid, por ejemplo, se puso por delante en las semifinales de 2003 contra la Juventus, en los cuartos de 2004 ante el Mónaco y en octavos de 2005, otra vez frente a la Juventus, y fue incapaz de mantener la ventaja en la vuelta. Cayó en Turín las dos veces y en el Principado, cuando era el gran favorito a levantar una Champions que terminó ganando el Oporto de Mourinho.

Dos sufrimientos

Una serie de actuaciones inexplicables que contagiaron el ambiente y se repitió en 2007, ya sin varios galácticos, contra el Bayern en octavos. El Madrid venció en la ida por 3-2 y perdió en Múnich por 2-1.

Fue la última remontada en contra. 17 años después, sólo dos equipos han estado cerca de repetir un triunfo así contra el conjunto blanco: el Borussia Dortmund en los cuartos de 2014 y el Atlético de Madrid en las semifinales de 2017.

En 2014, los alemanes le dieron un susto gigante al Madrid de Ancelotti, que soñaba con la ansiada Décima. Los blancos ganaron con contundencia la ida por 3-0, con goles de Bale, Isco y Cristiano, y acumularon sufrimiento en una vuelta agónica, en la que el Dortmund se puso 2-0 al descanso. La actuación de un joven Casemiro, colosal para apuntalar el muro defensivo, fue vital para aguantar.

Sólo un cero en la portería

Tres años después, el extraordinario zigzagueo de Benzema sobre la línea de fondo del Calderón despidió al estadio y al Atlético de la Champions. Fue el último encuentro continental de los rojiblancos en el Manzanares y el mayor intento de remontada sobre la meta madridista. En la ida, un hat-trick de Cristiano parecía decidir todo, pero Saúl y Griezmann marcaron en el primer cuarto de hora y calentaron el ambiente. Isco, tras la obra de arte de Benzema, recortó distancias, pero el Atlético no dejó de empujar.

Esos dos muros levantados por el Madrid se convirtieron en dos Copas de Europa. Este año sólo ha conseguido dejar la portería a cero en una ocasión en Champions, así que Ancelotti necesitará recuperar su viejo muro para volver a sobrevivir a su competición fetiche. Enfrente, el hambre de Simeone y del Atlético.