Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Lehecka pone fin a la hermosa historia de Nadal en el Masters de Madrid

Fue Jiri Lehecka, un poderoso tenista checo con muchas armas para adquirir protagonismo en el circuito, el último hombre que vio de frente a Rafael Nadal en la pista Manolo Santana. El adiós del ex número 1 del mundo y ganador de 22 títulos del Grand Slam a una de sus pistas fetiche, tal vez sólo superada por Roland Garros, se produjo pasada la medianoche de este miércoles, tras un partido en el que llegó a sembrar esperanzas de cosechar un nuevo triunfo hasta el desenlace del primer set y peleó hasta el final contra un serio adversario y contra sus propias reservas físicas. El revés de Nadal se fue ancho y Lehecka se impuso en los octavos de final por 7-5 y 6-4, en dos horas y un minuto.

Tras disputar 20 de las 22 ediciones, pues sólo se perdió la del pasado año, por lesión, y la primera, cuando aún era un chaval, se va el mejor jugador que ha pasado por este torneo, como atestigua su incomparable balance. Nadie suma tantos títulos ni tantas victorias. Pentacampeón y con 59 partidos ganados, Nadal, que pronto cumplirá 38 años, es el rey en la capital desde que lograra alzar el trofeo en el Rockódromo de la Casa de Campo cuando el torneo aún se disputaba en pista rápida y bajo techo. Desde que anunció que ésta sería la última ocasión en que lo disputase, cada una de sus presencias en la pista central ha cobrado un aura de especial emotividad, multiplicado de forma sobrecogedora en la que fue su última noche.

Nadal no pudo aprovechar su única pelota de rotura. Llegó en el octavo juego, con la posibilidad de situarse 5-3 y servicio, pero el checo la sofocó con una gran derecha paralela. Es Lehecka, 31º, un jugador completísimo. Además de un servicio que ejecuta con velocidad y dirección, pues tan pronto puede ubicarlo en la línea de intersección del cuadro como abierto, habitualmente por encima de los 220 kilómetros por hora, tiene solidez desde el fondo, ya sea con la derecha como con el revés, y buena mano cuando se acerca a la cinta.

Un juego crucial

El partido se quebró en el decimoprimer juego. Lehecka logró romper y encadenó ocho puntos consecutivos para hacerse con el parcial. Las posibilidades de Nadal, después del duro partido ante Pedro Cachín, pasaban por intentar una victoria en dos sets. El checo, de 24 años, hizo un nuevo break en el primer juego del segundo set y puso las cosas dificilísimas para el ídolo de la afición local, encorajinado por la grada en todo momento.

Tal y como llegó al torneo, con sólo dos partidos disputados en el Conde de Godó desde su reaparición tras volver a lesionarse en los cuartos de final del ATP 250 de Brisbane contra Jordan Thompson, ni siquiera él mismo se veía ganando tres encuentros consecutivos en el Masters 1000 de Madrid. Nadal trata de acelerar su puesta a punto para Roland Garros después de año y medio casi en blanco.

En la Caja Mágica ha logrado adquirir ritmo competitivo y disputar encuentros exigentes, como lo fue el de segunda ronda frente a Alex de Miñaur, el jugador que le detuvo la pasada semana en Barcelona, el disputado ante Cachín, que le exigió un despliegue físico durante más de tres horas, y el disputado esta noche, en un horario infrecuente para él, contra Lehecka. Pese a que tiene un relevo de máxima garantía en Carlos Alcaraz, su figura se recordará siempre en esta ciudad, por su carácter, su compromiso y su capacidad para adaptarse con enorme éxito a unas condiciones que nunca fueron las más favorables para su tenis.

Nadal contempló desde el centro de la pista las imágenes de sus triunfos, en 2005, 2010, 2013, 2014 y 2017, entre el entusiasmo de un público que se mantuvo en la cancha coreando su nombre. «Que era una broma, que el año que viene vuelvo», comenzó su parlamento. «Viendo las imágenes, algunas parecen de otra vida», dijo ya hablando en serio. «Para mí ha sido un regalo que me habéis hecho, quizás más importante que algún Grand Slam que he ganado. He tenido la suerte de haber podido hacer de lo que era un hobby mi trabajo y además hacerlo de manera destacada. No puedo pedir nada más. Espero que de alguna manera haya sido un ejemplo positivo para las nuevas generaciones. Lo único que puedo decir es gracias. La vida y el cuerpo llevan un tiempo enviándome señales de que este día tenía que llegar».

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Nadal prefiere la noche para recuperarse antes de afrontar a Lehecka

Rafael Nadal y Carlos Alcaraz confluirán en el supermartes de la Caja Mágica, día en el que se disputan todos los octavos de final del cuadro masculino. Los dos tenistas españoles no jugaban el mismo torneo desde noviembre de 2022, en Paris-Bercy. Hoy, el Masters 1000 de Madrid tendrá en su programa al pentacampeón del torneo, que este lunes venció por 6-1, 6-7 (5) y 6-3 a Pedro Cachín, 91º del mundo, en tres horas y cuatro minutos, y al vencedor de las dos últimas ediciones, que descansa desde el domingo, cuando dio cuenta de Thiago Seyboth Wild.

Al mallorquín le espera Jiri Lehecka, 31º, un checo de 23 años que se postula desde hace tiempo para dar un salto de calidad y ganó a principios del calendario, en el ATP 250 de Adelaida, su primer título. «Me sorprendería derrotarle. Entrené con él el otro día. Tiene un saque muy potente y golpes duros desde el fondo. Posee un ránking inferior al de Alex [De Miñaur], pero enfrentarme a su calidad y velocidad de bola es otro paso», apuntó Nadal.

Además de la calidad del adversario, habrá de afrontar la dificultad de recuperarse en poco más de 24 horas. De hecho, contra su costumbre, jugará en la sesion de noche (22.00 h., Teledeporte y Movistar). «Lo veo bien. Tengo más horas para dormir y para trabajar mañana. Igual hasta veo un poco el Barça», comentó respecto al partido de Liga que disputaron anoche el equipo azulgrana y el Valencia. Sí habrá de privarse de las semifinales de la Liga de Campeones que el Real Madrid jugará en el Allianz Arena frente al Bayern Munich a las nueve de la noche de hoy, salvo que pueda echar un ojo a la primera parte mientras realiza la sesión de calentamiento.

«Todo son pequeños pasitos»

Tras dejarse sólo un juego ante el júnior Darwin Blanch en el debut y tomarse revancha inmediata contra De Miñaur, que venía de derrotarle en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal hubo de apelar a su vena guerrera para deshacerse de Cachín, que arrastraba 15 derrotas consecutivas antes de llegar al torneo. Cuartofinalista en el ATP 250 de Brisbane, en su regreso al circuito después de casi un año, el ex número 1 disputa por primera vez en 18 meses cuatro encuentros consecutivos, un plus en su apresurada puesta a punto para Roland Garros.

«Mi físico no estaba peor en el tercer set», explicó. «Estaba despierto mentalmente. Ha sido una pena no ganar en dos, pero estoy feliz por haber aceptado el reto. Todo son pequeños pasitos hacia delante. Hace tres semanas y media estaba en Manacor, casi sin poder sacar y perdiendo con los chicos de la academia un día, otro día y otro día».

Una incógnita

No obstante, sembró alguna duda ante la dificultad de jugar dos días consecutivos, algo nuevo en este delicado proceso de reconstrucción. «Es una incógnita para mí. Vamos a ver si soy capaz. Hace mucho que no juego asumiendo esas cargas. Hay que recuperar automatismos».

En su último año en Madrid, salvo lesión, parece improbable que Nadal no salte a la pista frente a un público al que ha distinguido de manera reiterada como el mejor. A principios de año, en Brisbane, tras perder frente a Jordan Thompson en tres horas y 26 minutos, fue en la mañana posterior al partido cuando sintió la lesión que volvió a apartarle de las pistas hasta el Conde de Godó, tal y como recordó ayer en su parlamento frente a los periodistas. «Nunca me he recuperado demasiado mal. Incluso con 35 o 36 años no me pesaba la edad. Hoy es completamente distinto. Nunca había estado dos años sin jugar y mi cuerpo es mucho más impredecible».

Durante la jornada, antes del partido de Nadal, dada la fervorosa simpatía por el Real Madrid que comparte con Alcaraz, se llegó a especular con que el defensor del título abriría la jornada a las 11 de la mañana, tal y como habría sugerido su padre, y que Nadal ocuparía el turno de las cuatro de la tarde, de modo que ambos pudieran presenciar el partido de fútbol. Sólo el desgaste y la longitud del duelo de Nadal dieron lugar al cambio en el programa. Serán Daniil Medvedev y Alexander Bublik quienes inauguren una jornada con los 16 mejores en competición.

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

Nadal logra tres victorias consecutivas por primera vez en 18 meses tras sufrir ante Cachín

El bueno de Cachín no tuvo derecho al aliento de la discreta hinchada argentina. Algún grito perdido de "¡Vamos Pedro!" adquirió de inmediato carácter conspirativo y encontró la reacción de un sonoro murmullo en la Caja Mágica. Mal día para llamarse Pedro en el templo del tenis madrileño. Vaya usted a saber por qué. Y eso que el jugador de Bell Ville reaccionó con bravura tras un pésimo primer set y obligó a Nadal, que afina su puesta a punto pero todavía carece de continuidad en el juego, a pasar tres horas y cuatro minutos, las que necesitó para certificar un éxito más sufrido de lo que se podía esperar: 6-1, 6-7 (5) y 6-3.

La victoria ante Pedro Cachín y la consiguiente clasificación para octavos de final fortalecen a Nadal en este largo tiempo de incertidumbre. Son ya tres triunfos consecutivos, registro insólito viniendo de donde viene, y este martes le espera Jiri Lehecka, 31º, un artillero checo de 23 años que no ha de resultarle inabordable, siempre que logre recuperarse bien. La paliza ante Cachín, con menos de 24 horas de descanso, elevará la exigencia en un periodo donde todos los cuidados son pocos.

Superado un top 20 como Alex de Miñaur, 11º en el escalafón, se suponía que Nadal no tendría demasiados problemas frente a Cachín, un argentino de 29 años sin demasiado peso en el circuito. La victoria del sábado, en una escenografía propia de su despedida del torneo, supuso un indudable empujón para el ex número 1 del mundo, urgido a recuperar crédito y autoestima a menos de un mes del inicio de Roland Garros, donde tiene depositadas buena parte de sus ilusiones.

La inesperada reacción

Sin embargo, este lunes, tras disfrutar de un largo pero plácido primer parcial, Cachín mejoró el porcentaje con su servicio y empezó a meter más bolas en pista, progresión confluyente con un decaimiento de su rival. Se situó 4-1 y dispuso de dos bolas de set antes de llegar al desempate, pero envío sendas derechas más allá de la línea de fondo. Fue en el tie break cuando logró igualar el partido tras un passing shot cruzado de revés ante un saque y volea de Nadal.

Octavofinalista el pasado año, Cachín había encontrado la redención en Madrid, tras una secuencia de 15 derrotas consecutivas desde octubre. Su triunfo en segunda ronda contra Frances Tiafoe fue el primero logrado a lo largo de su carrera ante un jugador de los 20 primeros del ránking. Tenista de crecimiento tardío, relanzó su carrera al trasladarse hace unos años a Barcelona y contar como asesor con Álex Corretja.

Dentro de su proceso de reincorporación al circuito, a Nadal le toca foguearse con experiencias de estas características. La temprana rotura en el inicio del tercer set le permitió llevarse un partido que manejó con determinación y oficio en los momentos culminantes. Además de ofrecer un tenis fluido en el primer parcial, fue capaz de sostenerse en pista en el encuentro más largo desde que perdió con Jordan Thompson a principios de año en cuartos del ATP 250 de Brisbane. Entonces fueron tres horas y 26 minutos, con el alto precio de no volver a competir hasta el Conde de Godó. "Vamos a ver cómo nos levantamos mañana, ojalá que bien", comentó a pie de pista.

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: "Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo"

Jan-Lennard Struff, un viejo conocido en el camino de Alcaraz: “Sé de su nivel, buen saque y volea y buenos tiros de fondo”

Es tal la suficiencia con que se maneja Carlos Alcaraz que cualquier rival corre el riesgo de ser reducido a escombros. Lo fue Alexander Shevchenko en el debut y corrió similar suerte Thiago Seyboth Wild, a quien se le presumía mayor resistencia sobre arcilla, el territorio donde ganó su único título hasta la fecha, en Santiago de Chile, hace cuatro años, y en el que sorprendió a Daniil Medvedev, nada menos que en Roland Garros.

Para saber más

Pero el bicampeón, que ganó por un doble 6-3, en una confortable hora y cuarto, no ha necesitado la máxima exigencia ni comprometer un físico delicado por la dolencia en el antebrazo derecho para citarse de nuevo este martes con Jan-Lennard Struff, el mismo hombre al que derrotó en la final del pasado año para revalidar el título.

«Sé de su nivel. Buen servicio, buen saque y volea, buenos tiros de fondo... Pero tal y como estoy puedo hacer grandes cosas y voy a provocar opciones para intentar ganar el partido y hacerle sentir incómodo», comentó el segundo cabeza de serie sobre el próximo encuentro.

Struff tuvo que esperar hasta cuatro días antes de cumplir los 33 años para ganar su primer título. Lo hizo hace poco más de una semana en el ATP 250 de Múnich, con una trayectoria impoluta, en la que sacó los colores a Holger Rune en semifinales (6-2 y 6-0) antes de imponerse a Taylor Fritz en la final.

Precedentes

Alto y buen sacador, el jugador de Warnstein, un municipio de Renania del Norte-Westfalia, formó parte del proceso de crecimiento de Alcaraz, que se le encontró en los octavos de Roland Garros de 2021, con derrota en tres sets, y volvió a topársele, un año más tarde, en la primera ronda de Wimbledon, en aquella ocasión con victoria en cinco parciales. Todo ello antes de la final de 2023 en la Caja Mágica, que se llevó por 6-4, 3-6 y 6-3.

Ahora 24º del mundo, Struff ha entrado este año directo al cuadro principal, con victorias en dos parciales frente a Jaume Munar y Ugo Humbert, 14º. Mucho más tortuoso fue su camino en la pasada edición, donde se vio obligado a disputar la fase previa y precisó ganar ocho partidos, dos de ellos frente a Aslan Karatsev, a quien superó en la qualy y en las semifinales, antes de litigar por el título con Alcaraz.

El alemán ha tardado en rentabilizar unas condiciones como las de Madrid, aptas para las características de su juego, de golpeo plano y tendente a conceder poco ritmo al oponente, pero en los dos últimos años, ya en el tramo final de su carrera, sabe extraer rédito de sus cualidades en la altura de la capital.

Nadie ha ganado a Alcaraz en Madrid desde que lo hiciera Rafael Nadal en la segunda ronda del torneo, en 2021 y el resultado de su duelo con Struff pasará más por sus manos que por lo que pueda hacer el alemán. «Sigo sin fiarme del todo del antebrazo, aún está en mi mento. Cada vez que voy forzado o pego una derecha más agresiva viene el pensamiento de cómo va a reaccionar. El objetivo es no hacerme daño», reiteró. «Físicamente estoy muy bien y me muevo bien, pero ese pensamiento va a tardar en irse».

Paradójicamente, la limitación le lleva a hacer de la necesidad virtud, a mostrarse más contenido. «Estoy jugando de una manera diferente. Juanqui [Juan Carlos Ferrero, su entrenador] me dice que no hace falta pegar la derecha al 200%, que basta con relajar y sacar la mano hacia delante, intentando que corra la bola».

La pelota viaja en buena dirección, como lo hace la de Nadal, quien, tras ganar el sábado a Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, en un partido que pudo ser el último en este torneo, jugará este lunes (16.00 h., Teledeporte y Movistar) contra Pedro Cachín, 91º, en un enfrentamiento inédito. El argentino, de 29 años, ha detenido en Madrid la sangría de 15 derrotas consecutivas y viene de superar a Frances Tiafoe, 20º preclasificado. Al igual que en el caso de Alcaraz, Nadal es favorito. Si se ha recuperado bien, tiene muchos números para unirse al murciano en los octavos del martes.

Nadal: "Estoy lejos de aspirar a cosas importantes"

Nadal: “Estoy lejos de aspirar a cosas importantes”

Cauto, templado, como nos tiene acostumbrados a lo largo de su dilatada carrera, más allá de las lógicas expresiones de entusiasmo cuando la ocasión así lo sugiere, Rafael Nadal no hizo valoraciones hiperbólicas de la victoria frente a Alex de Miñaur, ponderando, eso sí, el valor de poder jugar y competir. «Hace unos días era difícil pensar que pudiera estar en tercera ronda. He aguantado más de dos horas y jugar delante de esta gente es una pasada», comentó frente a los medios de comunicación, poco después de concluido el encuentro.

Fueron varias las menciones al indesmayable respaldo de los aficionados, que calificó de «bonito», «emocionante». «Nunca podré agradecer el cariño y el apoyo que recibo aquí. Siempre te queda la ilusión de vivir días así. Que sea aquí, en casa, significa mucho. He tenido muchos momentos especiales aquí, desde la victoria en la final de 2005 ante Ivan Ljubicic, pero éste de hoy también es inolvidable, más aún cuando es uno de los últimos».

A continuación, ya en el análisis del encuentro y de la victoria, explicó: «Tampoco nos dejemos llevar por la emoción de un partido. Hay muchas cosas que ajustar. He estado competitivo. Los últimos tres días han sido un pelín mejores. Hay que ver cómo me recupero. Hay cosas que aún no puedo hacer como me gustaría, con apoyos más potentes. Lo prioritario sigue siendo que no me ocurra nada en lo que queda de torneo». Siempre atento al todavía amplio margen de mejorar, dijo: «Me gustaría jugar más la bola de lado a lado. En el segundo set he podido girar más el revés hacia su derecha. Necesito jugar con táctica, largo y alto».

Recobrar confianza

Todo pasa por recobrar seguridad, sin prisa, pero celebra encarar el quinto partido en las dos últimas semanas, algo que no había sucedido desde que abandonó las pistas en enero de 2023. «Las perspectivas las marcará mi día a día. Tengo que recuperar la confianza en mi cuerpo y en mí mismo a nivel tenístico».

Las preguntas recurrentes, a menos de un mes para el inicio del torneo, rondan alrededor de Roland Garros, el Grand Slam que ha ganado en 14 ocasiones y al que no pudo acudir el pasado año por encontrarse toda la temporada fuera de las pistas. «Los que competimos también vemos el deporte desde una perspectiva global, no sólo desde un estado emotivo. Esto es sólo un partido y estoy lejos de aspirar a cosas importantes, pero no quiere decir que no tenga ilusiones y esperanzas».

Reiteró que el torneo parisino significa para él mucho más que ningún otro y que no irá a disputarlo si no se encuentra capacitado para aspirar a algo importante. «Es el torneo más importante de mi carrera y estará siempre en mi corazón. Sólo iré si puedo saltar a la pista y soñar. En caso contrario, no tiene sentido. Además, es al mejor de cinco sets. Es diferente. He de acudir con la esperanza real de que mi cuerpo responda a las demandas. Si no es así, no estaré».

Nadal y Machado

Nadal y Machado

Actualizado Sábado, 27 abril 2024 - 19:49

En su cita con el cotidiano heroísmo triunfal o el martirologio perdedor, y viceversa, Rafa Nadal eliminó a Alex de Miñaur, en otro de esos partidos ambivalentes. De esos en los que cada movimiento, cada gesto suyo es auscultado, interpretado entre la angustia y la ilusión por todo un país que aún no sabe si pedirle que se retire de una vez o que continúe en persecución doliente pero decidida de un último milagro. Seguramente, desde la inmediatez

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Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

Nadal vence a De Miñaur y se gana una vida extra

¿Qué se puede esperar aún de Rafael Nadal? Este sábado, en el día señalado para su despedida del Masters 1000 de Madrid, con Felipe VI en el palco para rendirle honores por si se consumaba el adiós, el español exhibió de nuevo su gusto por el combate para lograr la victoria ante Alex de Miñaur, décimo cabeza de serie, y clasificarse para los octavos de final, una ronda donde no se contaba con él. Venció en dos horas y dos minutos y jugará este lunes en octavos ante Pedro Cachín. [Narración y estadísticas (7-6 [6], 6-3)]

La escenografía estaba lista después de sus palabras tras la victoria ante Darwin Blanch, en las que anunció que ésta iba a ser la última ocasión en la que disputaría el torneo y que le sorprendería ganar a su próximo rival, el mismo hombre que le derrotó la pasada semana en segunda ronda del Conde de Godó. Ante tal hipótesis, pronto se activaron todos los protocolos para despedir como le correspondía al ganador de 22 títulos del Grand Slam, ex número 1 del mundo y pentacampeón del torneo.

En una atmósfera propia de gran final, con momentos en los que dominó con su derecha como en su mejor época, Nadal desmintió sus propios vaticinios. Sacó adelante un primer set de una hora y 16 minutos, sin importarle conceder las cuatro primeras pelotas que tuvo para hacerlo suyo en el desempate, e hizo sentir al australiano todo el peso de su leyenda.

Público entregado

"¡Viva Rafa!", "Viva el Rey", "Viva España", se escuchaba en ordenada secuencia con atronador respaldo, para que quedasen claras las inclinaciones de buena parte de los 12.500 espectadores que llenaron la pista Manolo Santana, cubierta por el techo retráctil debido a la lluvia. Tampoco esa contingencia favorecía a Nadal, cuyo tenis alcanza su mejor expresión al aire libre y al nivel del mar.

En su tercer partido después del torneo de Brisbane, donde volvió a lesionarse a principios de año, Nadal no se conformó con afinar el aún precario estado físico, sino que se sintió competitivo y, empujado por la grada, se fue a por un triunfo que puede marcar un punto de inflexión en su rodaje para Roland Garros. Le queda mucho por delante, entre otras cosas elevar la velocidad de su servicio, que no llegó a los 190 kilómetros por hora, pero es seguro que este triunfo, por el rival, por el escenario y por la forma en que se produjo, fortalecerá su decaído ánimo. Poco a poco, Nadal empieza a parecerse a Nadal.

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: "La altura me favorece"

El prolongado idilio de Alcaraz con la Caja Mágica: “La altura me favorece”

Con la concluyente victoria de este viernes frente al kazajo Alexander Shevchenko son 12 las logradas de forma consecutiva por Carlos Alcaraz en el Masters de Madrid, donde no pierde desde el 5 de mayo de 2021, cuando, en el día de su decimoctavo cumpleaños, siendo todavía un proyecto de estrella, cayó 6-1, 6-2 ante Rafael Nadal.

El hoy número tres del mundo, ya al galope en la élite del tenis, campeón de Wimbledon y del Abierto de Estados Unidos, con tres etapas en el primer puesto de la ATP (Asociación de Tenistas Profesionales), mantiene su idilio con la Caja Mágica y este domingo buscará los octavos de final frente al brasileño Thiago Seyboth Wild. Aquel encuentro ante Nadal fue, de hecho, el único que ha perdido en estas pistas.

Antes, en su debut, superó a Adrian Mannarino. Después, en la secuencia de triunfos establecida en las tres últimas ediciones, ha dejado atrás a Nikoloz Basilashvili, Cameron Norrie, Nadal, Novak Djokovic, Alexander Zverev (en dos ocasiones), Emil Ruusuvuori, Grigor Dimitrov, Karen Khachanov, Borna Coric,Jan-Lennard Struff y el referido Shevchenko. Tenistas de toda clase y condición, con el punto álgido en 2022, cuando liquidó de foma consecutiva a Nadal y Djokovic para ruborizar en la final a Zverev, 6-3 y 6-1, han comprobado cómo se las gasta el murciano en su escenario favorito, donde aspira a convertirse en el primer jugador que gana tres títulos consecutivos.

Es también bicampeón del Conde de Godó, torneo del que este año hubo de ausentarse por la lesión en el antebrazo derecho de la que aún se protege con una malla compresora, y de Indian Wells, donde revalidó el título hace pocas semanas, pero en ninguna competición presenta los registros de la capital.

El Godó e Indian Wells

En Barcelona perdió de entrada ante Pedro Sousa, en 2019, y Frances Tiafoe, dos años después. En el desierto californiano, cayó en su debut, contra Andy Murray, en 2021, y frente a Nadal, en las semifinales, un curso más tarde.

«La altura me va bien. He jugado aquí desde pequeñito y siempre me he sentido a gusto. Estoy cada vez más cómodo. La altura favorece mi juego. Y además, estar en casa te da un plus de energía, con el apoyo de los aficionados y al lado de mi familia y de mis amigos», explicó en la conferencia de prensa posterior al partido, en la que se confesó satisfecho con sus prestaciones y con el rendimiento físico, sobre todo por no sentir molestias en la zona comprometida de su cuerpo, molestias que pusieron en duda su participación casi hasta última hora.

«Decidí que iba a jugar ayer [por el jueves], después de hacer un set de entrenamiento con Daniil Medvedev. Después de comunicar que no participaría en el Conde de Godó estuve una semana sin coger la raqueta. Y vine aquí sin tener claro si podría jugar».

La evolución es buena, pero su continuidad en el torneo dependerá de que siga siéndolo. El segundo cabeza de serie, que afirmó antes del inicio de la competición que se conformaría con disputar tres o cuatro encuentros, reafirmó que ante la más mínima molestia se detendrá: "A la mínima [de dolor], dudo que pueda seguir". El día 8 comienza el Masters 1000 de Roma y el 26 se inicia Roland Garros, el gran objetivo de la estación de arcilla, para el que tratará de encontrarse en plenitud.

Nadal se rueda ante el júnior Blanch y volverá a medirse con De Miñaur

Nadal se rueda ante el júnior Blanch y volverá a medirse con De Miñaur

Los debuts de Rafael Nadal han dejado de ser una cuestión casi anecdótica. A medida que se agosta su raqueta y el físico, problema casi endémico, deja de responderle, cada arranque de competición lleva aparejada una señal de alerta. El partido de primera ronda del Masters de Madrid frente a Darwin Blanch, un prometedor júnior estadounidense, venía, además, prologado, por una conferencia de prensa en la que el ganador de 22 títulos del Grand Slam reiteró que no mejora como desearía y que más pronto que tarde puede decir adiós.

Por fortuna para él, Blanch, 16 años, último semifinalista de Roland Garros y Wimbledon en su categoría, apenas le planteó dificultades: 6-1 y 6-0, en poco más de una hora, se impuso el ex número 1 del mundo. Al mallorquín, acogido como es costumbre en la pista Manolo Santana, casi colmada en sus 12.500 asientos, le bastó con tirar de oficio y aguardar los errores de su oponente, que fueron constantes.

Fue el partido entre un niño y un gigante que aún defiende su inmenso patrimonio, entre el que se encuentran cinco títulos en este torneo, entre un chaval aún por hacer, tanto física como tenísticamente, y un hombre que disputa por vigésima vez el torneo, la última, según dejó dicho, y pronto cumplirá los 38.

Saque y 'drive'

Sólo en contadas ocasiones pudo Blanch, que se forja en la Academia Equelite Juan Carlos Ferrero, donde entrena con Carlos Alcaraz cuando el frenético calendario del murciano lo consiente, conectar su primer servicio y aplicar a continuación el drive, única fórmula con la que lograba sumar puntos.

A la espera del segundo encuentro en poco más de una semana frente a Alex Miñaur, que le superó por 7-5 y 6-1 en la segunda ronda del Conde de Godó, Nadal tuvo poco más que una sesión de entrenamiento. Blanch, también zurdo, disfrutó de la tarde más hermosa en su segundo partido de un torneo ATP, tras perder en Miami frente a Tomas Machac. Se hizo la foto con uno de sus ídolos, le tuvo al otro lado de la red en un Masters 1000 y hasta se consintió conectarle un par de aces, ambos en su primer turno de saque. Al joven de Florida le llegó la cita demasiado pronto en el orden competitivo. Un lujo, no obstante, en su proceso de aprendizaje.

Rafael Nadal: "Si no estuviese en Madrid, no saldría a la pista"

Rafael Nadal: “Si no estuviese en Madrid, no saldría a la pista”

Sobrio, serio, decaído, más allá de la imagen de templanza a la que nos tiene acostumbrados, Rafael Nadal lanzó más dudas de las que ya arrastra desde que en enero del pasado año decidió parar en su afán de intentar recuperarse plenamente. "Estoy con ilusión, básicamente, jugar aquí en Madrid siempre es especial, porque el apoyo que he recibido aquí se me hace difícil decir que lo haya recibido en otro lugar del mundo. No creo que esté preparado para jugar el cien por cien, pero sí para poder salir a jugar mañana. Poder jugar por última vez en Madrid para mí significa mucho", dijo en la conferencia de prensa previa a su partido de primera ronda frente a Darwin Banch, que jugará este jueves a las 16.00 h..

"No le he visto jugar mucho", comentó sobre su adversario. Lo primero es disfrutar de estos últimos momentos aquí. Es un poco incógnita como estoy", prosiguió, antes de entrar a valorar la posibilidad de un homenaje de despedida en la Caja Mágica. "En la vida las cosas no son tan blanco o negro, por lo cual es difícil según qué momentos o decisiones. La gente siempre mantiene la esperanza de que todo se solucione, pues he tenido lesiones y he vuelto. Soy una persona bastante tranquila. Me gustan las cosas naturales, con tranquilidad. Tampoco me tienen que preguntar respecto a homenajes. No aspiro a nada más que salir, jugar, divertirme. Si quieren hacer algo lo harán. Nadie tiene que demostrarme nada".

A vueltas con sus endémicos problemas físicos, confesó que las cosas no van como desearía. "Lo idóneo sería poder jugar, no tener mucha limitación. Las sensaciones de la semana no han sido perfectas. En París, así, no saldría a jugar mañana, pero es Madrid y saldré por motivos personales. No quiere decir que esté renunciando a nada en las próximas semanas. No sé lo que va a pasar en las siguientes tres semanas. Voy a intentar jugar Roland Garros, pero si hoy fuera a París no saldría a la pista. Sólo lo haré si estoy capacitado para competir. Voy a darme las oportunidades para que suceda. Si no es así, no se acaba el mundo con Roland Garros, porque hay unos Juegos por delante, con diferentes formatos en los que se puede jugar".

El paso por el Godó

"Soy una persona competitiva y es difícil jugar sin poder dar el máximo. Aunque emocionalmente es bonito verme jugando, interiormente hay momentos y momentos. Si me preguntas si en el segundo set en Barcelona fui feliz, no, pero si hubiera intentado serlo tal vez hoy no estaría aquí", valoró sobre la derrota por 7-5, 6-1 ante Alex de Miñaur en la segunda ronda del Conde de Godó.

"He jugado aquí Copas Davis, muchas veces el torneo, la final en pista cubierta remontando dos sets a cero, lo cual no hubiera podido sin el público. La historia siempre ha sido de cariño y apoyo. Sé lo que va a pasar y me apetece vivirlo", añadió, evocando su primer triunfo en el torneo, ante Ivan Ljubicic.

Después de unas manifestaciones tan inquietantes, dejó una puerta abierta a que las cosas puedan cambiar. "El objetivo es estar en pista y divertirme cuanto pueda. Terminar vivo el torneo, en cuando a problemas de mi cuerpo. Las cosas pueden cambiar de manera muy rápida, y si no estoy ahí para intentarlo esa posibilidad no existe. No pierdo la esperanza. Acepto la situación. Hoy es la que es. Quiero estar preparado por si ese cambio se produce".

A la hora de precisar sobre los problemas físicos, dijo: "Tocando la pelota no estoy mal, son limitaciones de mi cuerpo. No me siento lo suficientemente bien para jugar con libertad. Eso no me permite competir como quisiera. El saque, mejor que la semana pasada, pero otras cosas no. Hoy no estoy preparado para según qué".