El imposible 12+1, el ramo de Margarita y los árbitros en el adiós del Atlético: "Revisaron una acción anterior para no pitar penalti, más de lo mismo"

El imposible 12+1, el ramo de Margarita y los árbitros en el adiós del Atlético: “Revisaron una acción anterior para no pitar penalti, más de lo mismo”

"Creo mucho en mis jugadores, lo han hecho 12 veces". Se refería Simeone a la (casi) imposible gesta que el Atlético debía acometer ante el Botafogo, campeón del Brasileirao y de la Copa Libertadores y líder del grupo B, el de la muerte. Las palabras no fueron acompañadas de hechos porque las veces a las que se refería el Cholo eran ante rivales bastante inferiores al Atlético como el Valladolid o el Valencia en LaLiga o el Sparta de Praga en Champions entre otros.

"Hacer seis puntos en el grupo no era malo, pero nos condenó el partido ante el PSG donde cualquier situación nos perjudicó", comenzó Diego Simeone sus primeras impresiones tras quedar eliminado en fase de grupos. Criticó el argentino los arbitrajes que ha sufrido el Atlético en este Mundial. "Hoy con el penalti, revisaron una acción anterior para no pitarlo... Más de lo mismo...", sentenció el entrenador.

Aunque los jugadores, o por no ver la jugada, o por no querer valorar la importancia de los colegiados, no entraron a valorar la actuación de los trencillas. Antoine Griezmann fue algo más allá y expresó: "Enfadado, porque tenemos más, pero no tenemos que enfocarnos en los árbitros [...] es un problema más profundo del equipo"

Arbitrajes aparte, técnico y jugadores señalaron al partido ante el PSG como el culpable de que el club vuelva a Madrid a las primeras de cambio. "Se ha dado todo en el segundo y en el tercer duelo, pero no en el primero y por eso no pasamos a la siguiente ronda", comentó Jan Oblak. Algo que secundaron Barrios y Llorente: "Ganar dos partidos de tres e irte a casa con seis no es plato de buen gusto", añadió el canterano.

El capitán, uno de los mejores en el terreno de juego con dos paradas milagrosas en las únicas llegadas claras de los brasileños, también quiso exponer la falta de suerte que han tenido a nivel ofensivo. "No ha sido suficiente, infelizmente el balón no ha entrado", expuso el cancerbero sobre quedarse a dos goles del objetivo para pasar de ronda.

Amuletos

Y eso que el club lo intentó todo dentro y fuera del terreno de juego para que el milagro se obrase. El propio Griezmann depositaba antes del encuentro el famoso ramo de Margarita, que adorna uno de los córners del Fondo Sur del Metropolitano, para intentar sumar cualquier elemento, cualquier amuleto, a la imposible causa que debían afrontar los rojiblancos.

"Yo cr3o", ponía el club en sus redes sociales para intentar incendiar a las masas. Pero las redes no juegan y el apoyo virtual no se siente como gustaría. Y más teniendo en cuenta que en las gradas había superioridad de brasileños (se esperaba que viajaran en torno a 15.000) que españoles.

No hubo gesta y debe haber reflexión en un equipo que fue insuficiente para competir en este Mundial de clubes que abandona a las primeras de cambio. Mientras otros clubes se reforzaban, el Atlético se conformó con lo que tenía porque este torneo "estaba en la planificación de la temporada en curso".

Un gol de Griezmann no sirve para evitar que el Atlético deje el Mundial por la puerta de atrás

Un gol de Griezmann no sirve para evitar que el Atlético deje el Mundial por la puerta de atrás

Había que volver al alambre. Había que jugar con más coraje y corazón que cabeza. ¿No es ese el lema del Atlético? Sin nombres nuevos, los viejos debían transformarse de corderos a leones. Sin red. A tumba abierta. Una pesadilla para Simeone, pero una oda al espectáculo. Había que invocar cualquier ayuda, incluso la de Margarita y su ramo. También a los demonios, el Botafogo de blanco, como el mayor enemigo. Pero no hubo suerte, ni contundencia, ni milagro. Tres goles eran muchos. Se despide el Atlético de este Mundial de clubes por la puerta de atrás. Era el grupo de la muerte, sí, pero ellos eran uno de los candidatos a llevar la hoz. Apenas un rasguño de Griezmann en el ocaso del partido. [Narración y estadísticas, 1-0]

Ver para creer, los primeros minutos fueron brasileños. Más toque, más pausa y sin agobio rojiblanco. Decía su capitán Marlon Freitas a este periódico que los "brasileños debían jugar con alegría". Y eso hacían. Sin prisas. Sólo aceleraban las contras y de qué manera. Imposible seguirles. Savarino se plantó solo ante Oblak y el esloveno salvó bien ese mano a mano. El Cholo pedía contundencia en las áreas y, de momento, había que conformarse con la de la propia.

En el primer balance, ese que se hace en el primer cuarto de hora, la sola idea de que el Atlético pudiera ganar por tres goles al equipo brasileño era una quimera. Mientras que ellos habían amenazado hasta en tres ocasiones la meta defendida por Oblak, los rojiblancos no habían tenido ni una opción. Quizás media, si contamos con el disparo de Gallagher que llegó tras una buena jugada ensayada del equipo del Cholo.

A quienes se veía más metidos era a los centrales. Le Normand y Lenglet perseguían a sus pares a campo propio para intentar robar arriba y generar peligro sin necesidad de construir. Los primeros 20 minutos de De Paul fueron los del hermano malo del argentino, esos que desesperaron al Metropolitano hasta que esta temporada se volvió a poner las pilas como hizo mediado el primer tiempo.

Hacía falta invocar a la suerte. Quizás si la moneda en el eslalon de Julián hubiera caído cara, César Ramos habría señalado penalti, y la vida se habría visto diferente. Pero salió cruz. Había que seguir remando pero, sobre todo, ganando duelos, porque eso es lo que decide los partidos y los brasileños se lo llevaban todos. Al menos pasada la media hora, el duelo se había igualado.

Pudo desigualarlo Julián por dos veces. La primera, tras una dejada de Sorloth a centro de De Paul. La segunda, no pudo embocar un pase filtrado de su compatriota. Pero cinco minutos después llegó un penalti por un pisotón a la Araña que el VAR anuló por un empujón previo muy leve de Sorloth. Si antes hablamos de la moneda, iban ya dos cruces.

Salió Griezmann tras el descanso para cambiar la suerte del equipo y la suya. Ambos necesitaban magia. Quedaban tres goles por meter con 45 minutos menos para hacerlo y quien agitaba la varita era De Paul, mucho más inspirado que en lo que iba de Mundial. Desde sus botas creció el Atlético, aunque también había que agradecer una mayor agresividad ya desde la salida de los vestuarios.

El cambio de Griezmann

El francés comenzó en la banda derecha, lugar desde donde lanzó varios centros sin ningún tipo de objetivo. Entonces, con la salida de Correa por Giuliano, el siete recuperó la izquierda y tuvo una gran opción tras ganar a su par, pero el balón se fue fuera por centímetros. Poco después fue Sorloth el que desperdició un gran centro de Llorente. La contundencia.

Las ocasiones, que en la primera mitad brillaban por su ausencia, caían una tras otra y, lo que es mejor para el Cholo, el Botafogo ya no amenazaba a la contra, hasta que en el minuto 66, casi en la única, Igor Jesús obligó a Oblak a hacer una parada antológica. Un susto para recordar que un gol mataba las ilusiones rojiblancas.

El reloj avanzaba inexorable entre centros que volaban sin rematador y ocasiones que circundaban la portería de John. Aunque en el 86, por fin, Griezmann encontró la portería brasileña. Poco tiempo para mucha gesta. El acoso no resultó y el Atlético se fue a casa por la puerta de atrás.

El proceso de Arda Güler en el foco del Madrid, entre la timidez y los idiomas: “Ahora… I don’t know, sólo quiero jugar”

Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 22:11

"Hablad despacio, está un poco nervioso". Y ahí sale Arda Güler, con la sonrisa tímida de quien se estrena en una zona mixta, rodeado de preguntas y cámaras. Lleva dos temporadas en el Real Madrid, pero para el turco de 20 años este Mundial de clubes está siendo una pequeña revelación dentro y fuera del campo. La llegada de Xabi Alonso parece haberle convertido en el nuevo centro de gravedad del conjunto blanco, sumando una segunda parte consistente ante el Al Hilal, y el club, consciente de la pasión turca que se genera en redes sociales, le abrió en la previa del Pachuca las puertas del foco mediático por primera vez desde la rueda de prensa de su presentación y repitió presencia tras su gol a los mexicanos.

"In english", pide a los periodistas. Sus respuestas son concretas, cortas y en un acento fácil de entender, manteniendo las manos detrás de la espalda. Posición recta para calmar la tensión. "¿Qué quieres?", bromea en castellano cuando le piden alguna palabra en el idioma. "Con míster todo bien ahora. Vamos a ver", se ríe por su español. "Mejor centro que banda", analiza, y cuando el periodista insiste por su puesto, mezcla idiomas por el nerviosismo lógico del momento: "Ahora... I don't know. No sabe, no sabe. Yo quiero sólo jugar. Buen feeling". Y se va, agradeciendo a los medios el trato en su debut como portavoz del Madrid.

Unas horas después, Alonso le dio la titularidad en el segundo duelo del Mundial, Güler brilló, marcó su primer gol en el torneo, fue el eje del Madrid y volvió a zona mixta más relajado, haciendo un gesto y riéndose al ver de nuevo a los periodistas. "¿In spanish?", bromeó de primeras. "Muy bien pase de Trent, muy bien pase Gonzalo, muy bien entrado... Y muy bien", respondió sobre su gol, también entre risas. "Más contento porque yo en el medio", vuelve a analizar en tímido castellano.

Alaba y Rüdiger, claves

Con estas dos zonas mixtas de Arda Güler se entienden algunas cosas de los dos años que ha vivido en el Madrid. Meses de no jugar, de aguantar, de mejorar físicamente y de momentos en los que parecía no entenderse con Ancelotti: "Veo a un jugador que trabaja, aprende y quiere jugar. Esto es una pequeña parte del tiempo que yo paso con él y él pasa mucho tiempo con otras personas. Esto es una falta de comunicación", declaró el italiano en febrero de este año, cuando el caso Güler estaba en las portadas.

Esa falta de comunicación se plasmó en el inicio del día a día de Arda, que llegó al club con 18 años, hablando poco inglés y sin idea de español. Se pegó a David Alaba y a Antonio Rüdiger, que hablaban algo de turco al crecer con inmigrantes en Viena y Berlín, y a Thibaut Courtois, que jugó con Arda Turan en el Atlético y sabía algunas palabras, pero le costó.

El remate de Güler que valió el 2-0 ante el Pachuca en Charlotte.

El remate de Güler que valió el 2-0 ante el Pachuca en Charlotte.AP

En el vestuario le llaman "Arda Abi" también por otro problema de comunicación. El turco, "un chico muy muy educado", cuentan en Valdebebas, empezó llamando 'Abi' a veteranos como Luka Modric, una palabra que en turco significa "hermano mayor", y algunos en el vestuario creían que se usaba para todo el mundo. "Buenos días, Arda Abi", le dicen ahora.

Así que después de dos años, 'Arda Abi' ha saltado del banquillo al campo y del vestuario a las zonas mixtas. Asume el foco del Madrid y Xabi Alonso lo agradece: "Es de esos jugadores que debe estar cerca del balón. Cuantos más toques dé, mejor va a jugar. El otro día firmó un gran partido", aseguró el técnico.

"Queda mucho Arda", respondió Güler en sus últimas palabras ante los medios. Un fin de semana que le empuja hacia los focos.

España quiere organizar el Mundial de clubes 2029 y espera un ‘pacto’ con Arabia Saudí, que también está en la pelea

Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 21:53

Más allá del calor y las tormentas, el primer SuperMundial de clubes, con llenos en los encuentros y ciudades más importantes, está llamando la atención de varias federaciones dispuestas a organizar el siguiente, planeado para 2029. Y España está en la pelea. Rafael Louzán, presidente de la RFEF, ha participado durante la última semana en distintas reuniones celebradas en Miami con la FIFA y las federaciones y mostró su postura favorable a ser sede del torneo. Eso sí, no es el único: Arabia Saudí, en primer plano, y Brasil y Marruecos en otro escalón inferior también se han sumado a la lucha por llevar a cabo la edición de dentro de cuatro años.

Hay que recordar que la sede del Mundial de clubes no tiene nada que ver con la organización del Mundial de selecciones, como sí ocurría con la antigua Copa Confederaciones, ligada a la sede de la Copa del Mundo. Son elecciones independientes, aunque en el caso de la primera sí ha coincidido EEUU como país organizador. Las buenas relaciones entre Gianni Infantino y Donald Trump aceleraron la elección americana, con el príncipe saudí Bin Salman como persona clave en lo económico.

Esa cercanía de la FIFA con los saudíes, la insistencia del gobierno de Arabia en organizar eventos para promover su famosa 'Visión 2030' y la potencia económica del país, inversor principal en este primer Mundial de clubes, le convierten en un candidato de peso.

Optimismo en Las Rozas

La Federación Española, por su parte, quiere dar un giro en su política de organización de eventos futbolísticos, algo que ha dejado claro Louzán en sus reuniones en Miami. El país va camino de organizar dos Mundiales de selecciones, uno de ellos compartido con Marruecos y Portugal, pero no es sede de torneos de importancia desde hace varias décadas. Eso pretende cambiar el nuevo presidente.

Las buenas relaciones entre España y Arabia Saudí, consolidadas a través de la Supercopa de España y de la gestión de las candidaturas de 2030 y 2034, causan optimismo en Las Rozas. Acelerar el proceso y negociar para que ambos países se aseguren los Mundiales de clubes 2029 y 2033 es el objetivo español.

El Mundial de clubes de Estados Unidos ha tenido 12 sedes, un número similar al que España está ofreciendo en el Mundial 2030, 63 partidos por todo el país y 32 equipos repartidos en distintas sedes auxiliares, algo que tampoco supone un problema para las instalaciones del fútbol español, superiores, por ejemplo, a las de Marruecos.

El gol de penalti de Haaland frente a Al Ain.

El gol de penalti de Haaland frente a Al Ain.AFP

El interés de la RFEF es claro y también serviría como punto de partida del Mundial 2030 para probar la logística que llevarían a cabo el siguiente verano. Así se lo está tomando también Estados Unidos.

La carrera, eso sí, no será fácil. Además de Arabia Saudí y España, en la carrera por organizarlo también están Brasil y Marruecos, que como Louzán también han sido contundentes durante las reuniones de la semana pasada: quieren el torneo. Brasil organizó el Mundial de 2014 y la Copa Confederaciones de 2013 y el presidente de su Federación, Samir Xaud, quiere sumar un punto positivo tras ser elegido como sucesor de Ednaldo Rodrigues, cabeza visible de la 'canarinha' hasta hace unas semanas. «Estamos dispuestos a ser sede de ese Mundial y trabajaremos para que sea posible», ha dicho.

El deseo de Marruecos, anunciado por Marca y confirmado por este periódico, ha sorprendido en la Federación Española y vuelve a poner de manifiesto algunas de las contradicciones y problemas que han surgido en la candidatura del Mundial 2030. El país del norte de África sigue peleando por albergar la final del Mundial que comparte con España, a pesar de que desde la RFEF se da por hecho que será en suelo español, a la espera de decidir entre el Bernabéu y el Camp Nou, y ahora ha mostrado también su intención de presentarse para el Mundial de clubes. Su capacidad logística y económica parece inferior, pero en el fútbol de hoy en día todo se puede.

La NBA y todo lo que está bien en el deporte: ¿podría aprender algo el fútbol europeo?

La NBA y todo lo que está bien en el deporte: ¿podría aprender algo el fútbol europeo?

Oklahoma City Thunder es el séptimo campeón diferente de la NBA en siete años, diez equipos distintos han ganado el título en los últimos siete años. De las 28 ciudades con equipo en la liga (Nueva York y Los Ángeles tienen dos), los finalistas de este curso, Indiana Pacers y los Thunder, juegan, respectivamente, en el séptimo y el tercer mercado más pequeños.

¿Cómo es esto posible? ¿No hay un Real Madrid, un Barça, un Bayern, un PSG, clubes de grandes ciudades, mucho más ricos que sus rivales, con más medios, mejores jugadores y un dominio constante? No, no los hay. En el país del capitalismo salvaje, el deporte es un reducto socialista. Y bendito sea.

Todas las grandes ligas norteamericanas se mueven alrededor de un principio sagrado: la igualdad. Simplificando mucho sistemas complejos y con excepciones, hay un límite salarial igual para todos, ricos y pobres. No puedes fichar estrellas de otro equipo con contrato en vigor salvo mediante intercambios de jugadores en los que los sueldos que salen y los que entran tienen que ser similares. No hay un Bayern esquilmando al Dortmund ni un Barça pagando la cláusula de Nico Williams. Y, por supuesto, los peores equipos son los primeros en elegir en el draft a los mejores jóvenes que llegan a la liga, así estás a pillar a un LeBron James o un Wembanyama de pasar de insignificante a candidato al título.

En resumen, tu equipo, juegue dónde juegue y tenga la historia que tenga, puede ganar el anillo igual que los Lakers. Todos tienen esperanza, ninguno está condenado a una vida eterna animando a un club sin más aspiración que la supervivencia como complemento del negocio de unos pocos gigantes o, en una de las cosas más tristes que hay, hacerse de un equipo que no es el de tu ciudad para poder ganar. ¿Han visto las escenas de Oviedo? ¿No sería precioso que toda hinchada pudiera vivir días así cada pocos años y por cualquier objetivo?

Sería precioso, sí. También sería imposible. Los grandes clubes jamás lo aceptarían y muchos aficionados, esos que llevan una semana riéndose del Auckland City, el Al Ain y el Mamelodi Sundowns, no lo entenderían. Nos han vendido que lo que importa es el desenlace y no el camino, que ser humilde es ser insignificante y que el objetivo no es competir sino humillar. Nos lo han vendido y lo hemos comprado. Tenemos una cultura deportiva lamentable. Esa es la verdad.

Rüdiger denuncia que Cabral le llamó “negro de mierda” y la FIFA lo investiga: “Le llamé ‘cagón de mierda’, se dice mucho en Argentina”

Actualizado Lunes, 23 junio 2025 - 02:54

"Cagón de mierda" o "negro de mierda". Gustavo Cabral defiende lo primero y Antonio Rüdiger lo segundo. El Real Madrid - Pachuca terminó con polémica y una pequeña tangana entre los centrales de ambos equipos. Un agarrón en el área siguió a un cruce declaraciones entre los dos que protagonizó el final del encuentro. El conjunto blanco ganaba 3-1 y el duelo estaba finiquitado, no había más que pelear, pero entre Cabral y Rüdiger saltaron chispas y palabras que obligaron a activar el protocolo contra el racismo.

Argentino y alemán se encararon tras su choque y el árbitro, el brasileño Ramón Abatti, detuvo el partido durante unos segundos mientras se revisaba la acción tras recibir el aviso de Rüdiger por supuestos insultos racistas. El colegiado dio continuidad al juego y cuando anunció el final los dos jugadores se buscaron mutuamente, con el alemán bastante enfadado. Según fuentes del vestuario madridista consultadas por este periódico, Rüdiger asegura que Cabral le llamó "negro de mierda".

"Antonio nos lo ha dicho y ahora se activará el protocolo. Se está investigando. Antonio nos lo ha confirmado en el vestuario y son cosas que no deben pasar en un partido y en ninguna parte. El equipo está con él", aseguró Xabi Alonso en rueda de prensa.

Unos segundos más tarde, Jaime Lozano, técnico del Pachuca, fue contundente: "Me enteré ahora. Sí conversamos, pero no de esto. No hablé con Cabral de esto. No puedo decir nada, porque me entero ahora. Hablaré con él, pero conociéndolo de antes, nunca ha pasado esto con él. Puedo poner la mano en el fuego por mi capitán".

Cabral: "Me estaba desafiando a pelear"

En los pasillos del Bank of America de Charlotte las palabras entre Cabral y Rüdiger fueron el tema de conversación. Desde el vestuario blanco se insistía en que el central argentino le había dicho "negro de mierda" al alemán y que la FIFA lo estaba investigando, aunque algunos también ofrecían la reflexión de que en Argentina llamar 'negro' a un amigo o compañero es como "tío" en España. El contexto de un partido parece totalmente diferente.

Minutos más tarde, este periódico pudo charlar con Gustavo Cabral camino del autobús del Pachuca y el central argentino negaba no sólo haber insultado de forma racista a Rüdiger, sino haber utilizado la palabra "negro".

"Hubo un forcejeo y chocamos, yo recibo una patada, él dice que le pegué con la mano... Una discusión. El árbitro hizo la señal del racismo pero no hubo nada, es una palabra que decimos mucho nosotros en Argentina, que es 'cagón de mierda' y le repetí todo el tiempo lo mismo", explicaba el defensa argentino, ex de equipos españoles como Celta de Vigo y Levante.

"Luego nos íbamos al vestuario y él me estaba desafiando a pelear, estábamos con las pulsaciones a mil, discutimos un poco y nada", añadió, antes de insistir en que no llamó 'negro de mierda' a Rüdiger. "Supuestamente él escuchó algo de racismo pero yo le repito 'cagón de mierda' que es una palabra que si la quieren buscar estará la imagen. Le digo todo el rato 'cagón de mierda, levántate'. Los argentinos la decimos mucho. Estaban los compañeros del Madrid cuando estábamos discutiendo y no escucharon nada", detalló Cabral, que se puede enfrentar a una sanción si la FIFA, en su investigación, confirma la denuncia de Rüdiger.

Fue el final de un partido marcado por la roja a Raúl Asencio, nuevo error del canterano tras el penalti cometido ante el Al Hilal: "Van dos partidos y dos veces el mismo error, debemos ser un poco más inteligentes. Pero bueno, él lo sabe y no hay problema", comentó Courtois sobre su compañero. Xabi Alonso también resumió la acción de la expulsión como "evitable".

Marlon, un albañil del fútbol, capitán del Botafogo que reivindica el fútbol sudamericano: "Como brasileños tenemos que jugar con alegría"

Marlon, un albañil del fútbol, capitán del Botafogo que reivindica el fútbol sudamericano: “Como brasileños tenemos que jugar con alegría”

Es Marlon Freitas (Río de Janeiro, 1995) un albañil del fútbol y no como una característica peyorativa sino todo lo contrario. A través de él se construye el sorprendente Botafogo que está a punto de pasar de ronda en un grupo, el B, en el que estaba con el Atlético de Madrid, al que se enfrenta esta noche; el PSG, actual campeón de Europa, además del Seattle Sounders. Dos de dos victorias para el equipo actual ganador de la liga brasileña y de la Copa Libertadores. Antes de comenzar el Mundial de clubes, nadie contaba con el poderío de los equipos sudamericanos, pero, dos jornadas después, gigantes europeos se están llevando desagradables sorpresas. El conjunto de Simeone, además, está al borde de la eliminación.

"Sigo al Atlético hace tiempo, me gusta su filosofía, saben jugar y tienen siempre un alto nivel de intensidad en el campo", comienza el capitán del Botafogo, que es un gran admirador de Diego Simeone del que dice que "su sóla presencia sirve para motivar a los jugadores". Pero mientras que el Atlético del Cholo llega a esta última jornada con la necesidad de marcar tres goles o más ante los brasileños, éstos, siempre que el PSG gane su duelo ante el débil Seattle, sólo tienen que proteger la meta de John Víctor, algo que hicieron a la perfección ante el conjunto francés.

En una entrevista conjunta con varios medios internacionales, entre ellos EL MUNDO, Marlon dice que la clave de este Botafogo es que son "una familia". "Nadie nos preguntó si queríamos estar aquí, lo conseguimos con nuestro esfuerzo, y queremos aprovechar esta oportunidad con gran alegría y unidad, disfrutando como una familia, esa es la palabra clave, porque no se pueden ganar partidos con 11 jugadores, hacen falta 30", cuenta el futbolista sobre una máxima que han demostrado en este campeonato.

"ganar confianza"

Marlon no lo dice por decir, para él tiene una connotación muy importante. Hace tan solo seis meses, cuando se proclamaba campeón de la Libertadores, el brasileño se derrumbaba en el vestuario en homenaje a su padre. "No sé si merezco esto. Gracias, papá. Todo lo que hemos pasado juntos, se suponía que este momento llegaría. Me enseñaste a ser correcto, a nunca rendirme. Esto es por ti. Lo conseguí, papá. Lo conseguimos", dijo entre lágrimas. Su padre había fallecido en 2017, cuando el mediocentro estaba aún en las filas de Fluminense, donde comenzó su carrera.

Aunque jugó la mayor parte de su carrera en Brasil, también conoció Eslovaquia y Estados Unidos a través de dos cesiones. "Era muy joven y aproveché al máximo esa posibilidad", explica de su paso por el Fort Lauderdale, equipo B del Inter de Miami de la MLS. "Volver a los Estados Unidos para jugar este gran torneo me hace muy feliz. No es sólo una gran oportunidad para mí, también para el club y la plantilla así como para los fans", cuenta el jugador.

El primer encuentro les sirvió para "ganar confianza", pero es la victoria contra el PSG la que les ha brindado moral para conseguir grandes metas. "El fútbol es siempre 11 contra 11 y claro que clasificarse para la siguiente fase es un sueño, pero estamos acostumbrados a soñar a lo grande", revela un gran admirador de Vitinha, al que destaca como uno de los mejores jugadores de este campeonato. "Es un jugador muy talentoso. La dinámica que imprime al juego es increíble. Le he seguido durante mi carrera porque jugamos en la misma posición y es diferente", alaba.

Vítor Silva | Botafogo

Marlon reivindica el futbol brasileño en este Mundial de clubes, el más representado con hasta cuatro equipos compitiendo: Botafogo, Fluminense, Palmeiras y Flamengo. "Somos brasileños y, como tales, tenemos que competir con alegría, tenemos que disfrutar el momento y también entender nuestra responsabilidad porque la competición va a ser muy difícil", apunta sobre unos conjuntos que lideran los grupos A, B, D y F, una sorpresa y un golpe sobre la mesa en este campeonato de la FIFA.

Aunque si tuviera que definir a su equipo, del que es capitán, quizás lo describiría como un conjunto que "nunca se rinde" y que siempre "se apoya de manera solidaria". "Soñamos, queremos hacer historia y queremos ganar la Copa del Mundo de Clubes", apunta el jugador sobre las aspiraciones del equipo de un barrio de Río de Janeiro que hace tan sólo cinco temporadas estaba en Segunda División. "Se ha conseguido con trabajo duro, seriedad y dedicación y con la ventaja de que todo el mundo está deseando ayudar", explica a un paso de los octavos del Mundial de clubes.

El Madrid aguanta 90 minutos con uno menos y brilla ante el Pachuca para sonreír en el Mundial

El Madrid aguanta 90 minutos con uno menos y brilla ante el Pachuca para sonreír en el Mundial

El Madrid se sobrepuso a la temprana expulsión de Asencio y cuajó sus mejores minutos en el Mundial para superar con claridad al Pachuca y dar un paso adelante en la clasificación a octavos del torneo. Los de Xabi Alonso reaccionaron a la roja con tres goles, repartidos entre Bellingham, Güler y Valverde, y con una actuación extraordinaria de Courtois, salvador otra vez. [Narración y estadísticas (3-1)]

La entrada de Güler en el lugar de Rodrygo fue el único cambio en el once inicial con respecto al estreno contra el Al Hilal. El único, pero el más necesario. El turco fue el mejor, creó, filtró, pausó y aceleró sensaciones cuando su equipo lo pidió, siendo parte de los mejores minutos del conjunto blanco.

Y eso que el encuentro empezó con drama y con Asencio de nuevo como protagonista. El central, que se equivocó en la primera jornada al realizar el penalti del empate de los saudíes, volvió a cometer un error de bulto. En el minuto ocho, Rondón, veterano en mil batallas, le cogió la espalda en un balón largo, cuerpeó y se puso delante, corriendo hacia el área de Courtois, y en el forcejeo con el español se fue al suelo. Decisión simple para el árbitro: roja.

Asedio ante Courtois

El Madrid se situaba en el precipicio del Mundial de clubes. Después de la mala imagen del estreno, se quedaba en inferioridad a los cinco minutos del segundo duelo. Un golpe en la cara del que tardó un tiempo en recuperarse. El Pachuca, incisivo, puso a prueba a Courtois en los pies de Kenedy y Rondón, pero apareció Courtois con su capa de superhéroe para salvar los muebles.

Alonso situó a Tchouaméni como central y dejó a Güler con Valverde y Bellingham a su lado. Ahí sufrieron los blancos porque el turco no repliega tanto, ni en posición ni en físico, y el Pachuca asedió el área madridista durante 20 minutos. Bautista, en un rechace tras disparo de Kenedy, obligó a Courtois a volar de forma inexplicable para evitar el tanto.

El cambio llegó con la pausa de hidratación. Alonso juntó a sus centrocampistas y modificó el sistema defensivo. Puso a Valverde y a Bellingham en el doble pivote, a Güler en la derecha, a Gonzalo en la izquierda y a Vinicius, libre, como nueve. Ahí creció el Madrid, que comenzó a robar con mayor comodidad y pudo volar en las transiciones hacia el área rival.

Güler anota el 2-0 del Madrid en Miami.

Güler anota el 2-0 del Madrid en Miami.AFP

Güler, empezando en la derecha pero moviéndose al centro en la salida de balón, intercambiando posiciones con Valverde y dejando la derecha libre para Arnold, fue el mejor. Y Bellingham brilló más cerca de la base y más lejos del delantero centro. Así llegó el 1-0.

Valverde vio a Gonzalo de espaldas en tres cuartos y el canterano, con sólo un toque de tacón, dejó el balón al espacio para la llegada de Fran García. El lateral profundizó por izquierda y vio la llegada de Bellingham en la frontal donde el inglés, poderoso, se internó en el área y definió de zurda, en diagonal, para aliviar el momento del Madrid en Estados Unidos.

El tanto dejó en shock al Pachuca y empujó al Madrid, feliz cuando vio que el fútbol recompensaba sus sensaciones y ocultaba la frustración de estos días. En el 42, los blancos cuajaron la mejor jugada de su torneo. Vinicius abrió en largo a la derecha para Arnold, el británico cedió un balón raso a Gonzalo dentro del área y el canterano, de nuevo en un toque, dejó la pelota a la llegada de Güler para que el turco definiera con la derecha ante Moreno.

Brahim por Gonzalo

Si en el inicio del partido el miedo inundó el banquillo, en el descanso todo eran sonrisas. Alonso dejó a Gonzalo en el vestuario y dio entrada a Brahim, un cambio en el que no había razones físicas y sí tácticas. El tolosarra quería más trabajo y combinaciones en la base de la jugada y buen pie en los últimos metros. Y le salió bien. Aunque Courtois tuvo que seguir apareciendo.

El belga volvió a salvar al Madrid en varias ocasiones ante Bryan, Pereira y Rondón durante unos minutos en los que los blancos sufrieron para mantener la portería a cero. Tanto que Xabi volvió a tomar decisiones. El vasco no esperó y en el 60 entraron Modric y Ceballos por Güler y Bellingham, exhaustos.

Los blancos recuperaron la posesión y la pausa y volvieron a tomar el mando del partido. En el 69, Valverde, tras recibir un buen balón picado por Brahim, sentenció el duelo. Se acercó Pachuca con el gol del honor tras un desvío de Tchouaméni que sorprendió a Courtois, pero en el tramo final no hubo guerra. El Madrid suma tres puntos y respira. Sonríe Xabi, que parece haber encontrado soluciones.

Ni futuro ni presente

Ni futuro ni presente

El fútbol lleva décadas teniendo futuro en Estados Unidos sin que aún haya logrado lucir presente. Más o menos oficialmente se le considera el quinto deporte del país, tras el "football" (americano), el béisbol, el baloncesto y el hockey sobre hielo. Deportes de equipo, se entiende. A nadie que no sea un forofo ciego a todo cuanto se halle extramuros de su monóculo monocromático, se le ocurre situarlo por encima del atletismo, la natación, la gimnasia, el esquí, etc., que proveen sin interrupción al mundo de inagotables legiones de campeones "made in USA".

Es cierto que el "soccer" se practica mucho por esos pagos, pero como actividad escolar, de formación, de entretenimiento y recreo. No es menos cierto que la Selección femenina USA ha obtenido notables éxitos. Pero de un modo casi inercial en un ámbito mucho menos extenso, profundo y exigente que el masculino.

El fútbol, por mucho que se empeñen quienes lo catalogan de "deporte rey", ignorando que le importa un bledo a la mitad de la humanidad, por no decir las tres cuartas partes, no enloquece a los sobrinos del Tío Sam. No alzó el vuelo cuando Henry Kissinger, que era alemán (bávaro, por más señas) y, por lo tanto, miembro de una sociedad futbolísticamente vieja y plena, intentó hacer del Cosmos neoyorquino la locomotora en USA del balón universal. Ni Pelé, ni Beckenbauer, ni Cruyff (en Los Angeles Aztecs y el Washington Diplomats), ni otras estrellas ya mortecinas, surtieron el efecto perseguido.

Estiraban económicamente sus carreras en provecho propio. No iban en misión evangelizadora o didáctica. Mucho menos de conquista de un territorio lejano y ajeno. Objeto de curiosidad más que de interés, figuras animadas de pedestal y museo, no consiguieron alumbrar una pasión siquiera embrionaria en una ciudadanía volcada, en su sentido del espectáculo, con otros deportes que ofrecen marcadores abultados, no rácanos.

Tampoco la Copa del Mundo de 1994 sirvió para modificar una realidad social desinteresada. El fútbol no forma parte de la tradición y la mentalidad estadounidenses. Ni Messi con sus chispazos epilogales, ni Busquets, ni Suárez, ni Alba y compañía las van a cambiar.

Este artificioso Mundial de Clubes sólo está registrando buenas entradas, con la contribución de las hinchadas extranjeras, en las sedes con amplia población de raíces hispanas: Los Angeles, Miami, Nueva York. Un colectivo que supera los 65 millones de personas. Ese creciente segmento demográfico no aumentará la popularidad del fútbol. Los latinos no inmigrantes, los ya nacidos en EE.UU, se incorporan de cuna a la cultura deportiva imperante. Se integran en su maquinaria con la misma naturalidad que en los demás órdenes de la vida cotidiana.

El "soccer" no cala en la inmensidad autóctona de la América profunda de cualquier color e ideología. La próxima Copa del Mundo de 2026, compartida además con México y Canadá, tampoco abrirá el porvenir al fútbol en una nación que ni lo entiende ni lo necesita. Supondrá una presencia que no ascenderá a esencia.

Parafraseando al progresista cabecilla del Putiferio Sanchista Obsceno Español, no hay que elevar la anécdota a categoría.

Mastantuono propone, Ramos frena y River y Monterrey lo dejan todo pendiente de la última jornada

Actualizado Domingo, 22 junio 2025 - 05:25

La leyenda contra el futuro. Sergio Ramos se midió esta noche a Franco Mastantuono. La vitrina de las Copa de Europa contra la esperanza de gobernar el viejo continente. El de Camas y el de Azul fueron los protagonistas de un duelo que resultó en tablas entre River Plate y Monterrey, que dejan todo pendiente de la última jornada, donde puede haber un triple empate si River e Inter empatan y los mexicanos ganan a Urawa. Decidirá la diferencia de goles.

Monterrey arrancó sin miedo. Sergio Canales gobernó el balón durante los primeros minutos de partido y pudo adelantar a los suyos con un zurdazo desde la frontal que detuvo Armani. Con el español, Ocampos y Corona en el ataque y Ramos en la defensa, los mexicanos dominaron el inicio del duelo con más experiencia e ímpetu que River. Pero el físico y el talento se terminó imponiendo.

Tardó lo que le llevó a Mastantuono asentarse sobre el césped. El zurdo es diferencial. Maneja el ataque de su equipo desde el lado derecho del ataque, proponiendo diagonales, pases cruzados, centros peligrosos y disparos con rosca. Tiene, o puede tener, muchas cosas de las que necesita el Real Madrid, club que le acaba de fichar en una operación de 63 millones deeuros. Se fue de vacío del Rose Bowl de Pasadena, pero demostró que vale dinero.

En el 24, zigzagueó en la frontal para provocar una falta que él mismo tiraría hacia la escuadra, para obligar a Andrada a estirarse sobre uno de sus palos. No se quedó ahí.

River creció cuando Mastantuono acumuló presencia sobre el balón. Cuando recibió con el espacio suficiente para pensar medio segundo y arrancar el ataque de su equipo. Los argentinos fueron mejores, pero no definieron bien sobre la meta mexicana. En el 46, Mastantuono obligó a Andrada a una palomita con una rosca hacia el palo derecho del portero que parecía camino del gol.

River rozaba el tanto y Monterrey se sostenía por los despejes de Ramos y la energía de su defensa. No aportó mucho en ataque, apenas alguna contra, pero los mexicanos fueron fuertes en la zaga, despejaron todos los intentos y Andrada se hizo grande en la portería.

Mastantuono volvió a probar en el 66 con otra rosca a la escuadra, a donde voló Andrada. Y en el 75 Miguel Borja perdonó la primera de las dos ocasiones claras que dispuso en el tramo final. Andrada, héroe de Rayados, volvió a evitar el tanto.

River asedió la meta rival buscando la clasificación definitiva para no verse obligado a sumar contra el Inter de Milán, pero no tuvo el gol que sí disfrutó ante Urawa en la primera jornada (3-1).

En el 83, Marcelo Gallardo retiró a un Mastantuono desfondado físicamente y Borja volvió a tener otra clarísima camino del 90, pero Andrada apareció de nuevo para salvar a su equipo. Mientras, Ramos, contundente, se vació en cada despeje para mantener a Monterrey en dos puntos.

En la última jornada, los mexicanos se medirán a los japoneses del Urawa, ya eliminados, conscientes de que una victoria les mete con casi toda seguridad en octavos. River se enfrenta al Inter con ambos empatados a cuatro puntos y con la necesidad de sumar si los mexicanos ganan. La diferencia de goles lo determinará todo.