Contra el tedio, dos paradas en ‘boxes’: pros y contras de una idea revolucionaria en Mónaco

Actualizado Viernes, 23 mayo 2025 - 19:31

El peso de la tradición se siente en cada recoveco de Mónaco, el trazado más corto y lento de la F1, pero también el que más leyenda arrastra consigo. Ha pasado casi un siglo desde la primera edición de este Gran Premio (1929), que ya tuvo cabida en el calendario inaugural del Gran Circo (1950). Desde entonces, la cuerda de la pista apenas ha sufrido variaciones y este año sólo cabe mencionar el reasfaltado entre las zonas de Tabac y Massenet. Sin embargo, por las sinuosas calles del Principado late ahora una intensa polémica alimentada desde la FIA. Por primera vez en la historia del GP de Mónaco, los pilotos deberán efectuar dos paradas obligatorias en boxes durante la carrera.

Esta regla sólo puede interpretarse como una apresurada reacción al soporífero espectáculo de 2024. Entoces, la embestida de Kevin Magnussen a Sergio Pérez provocó una bandera roja y durante ese periodo todos los pilotos cumplieron su único pit-stop. A lo largo de las 77 vueltas restantes no hubo una sola permuta entre los 10 primeros. En total se contabilizaron cuatro adelantamientos. En la vuelta 51 Valtteri Bottas pudo quitarse de encima a Logan Sargeant para colocarse decimotercero. Más tarde, Lance Stroll rebasó a Guanyu Zhou y a Sargeant. En la vuelta 68, el ex de Williams cerró este capítulo con una maniobra sobre el piloto chino.

Apenas unas horas después, Stefano Domenicali quiso salir al paso. "No debemos permitir que esto vuelva a suceder", advirtió el CEO de la F1, consciente de la paupérrima imagen ofrecida, con los favoritos a medio gas, centrados en la gestión de los neumáticos. De modo que la FIA y Liberty Media acordaron una solución provisional. Dejando aparte los 22 adelantamientos de 2023, en un desenlace sobre mojado, los otros precedentes (tres adelantamientos en 2017, cuatro en 2018, dos en 2019, cero en 2021) obligaban al cambio.

"Un toque más picante"

Sin embargo, por su propia naturaleza, esta medida esconde graves contradicciones: en la pista más corta (3,33 km), lenta (170 km/h de media), estrecha (10 metros en su punto más ancho) y con menor degradación del Mundial, los equipos se verán abocados a usar más neumáticos que en cualquier otro circuito. Además, si la prioridad era generar más emoción, lo lógico es que esta novedad también se hubiese aplicado al resto de carreras. O al menos en un puñado de ellas, como ya sucede con las sprint races.

Norris, el viernes, durante la primera sesión libre en Mónaco.

Norris, el viernes, durante la primera sesión libre en Mónaco.AFP

Desde Santa Devota a la Rascasse, la pole de mañana volverá a dilucidarse por milímetros y milésimas. Para el domingo, en cambio, nadie se aventura aún con los presagios. "Los safety cars pueden desencadenar la locura", apuntó el jueves Max Verstappen, un piloto más bien partidario de las tradiciones. "Probablemente le dará un toque más picante: la gente tomará riesgos, intentando adivinar el momento idóneo para los pit-stops", añadió el tetracampeón. Bastante más comedido fue el veredicto de Charles Leclerc. "Tenemos que ser receptivos y estar abiertos a volver a la normalidad si no es la solución adecuada", dijo el último ganador en el Principado.

Nadie desea otro desfile, a paso de procesión, en el escenario más exclusivo de la F1, atestado de millonarios y patrocinadores. La pista que llevó al trance a Ayrton Senna, autor de seis victorias, y desquició a campeones de la talla de Jim Clark, Nelson Piquet o Nigel Mansell. Aún hoy, muy cerca de donde atracan los yates sigue resonando aquella frase del tricampeón brasileño: "Conducir en Mónaco es como montar en bici en el salón de tu casa".

Aston Martin y el clavo ardiendo

Aston Martin y el clavo ardiendo

Actualizado Domingo, 18 mayo 2025 - 20:29

Han sido dos años de calvario. Dos años de estepa, de desierto. Dos temporadas sin brújula ni rumbo. Meses de carreras desperdiciadas sin entender qué estaba ocurriendo. Sin tener muy claro qué es lo que había pasado con un proyecto que había brillado en 2023, pero que se fue diluyendo con el paso del tiempo y la evolución de los rivales. Más allá de los cero puntos de Aston Martin en Imola, hay muchas conclusiones positivas que extraer del mejor fin de semana del equipo desde principios de la temporada pasada.

La primera es la confirmación de que cualquier pequeña novedad que introduzcan en el coche puede generar un gran salto adelante. De ser el noveno o décimo equipo en clasificación y ritmo de carrera en los últimos grandes premios, Aston Martin se metió en Imola con sus dos coches en el top 10 de la parrilla. Y no sólo eso. Pasó de luchar (y a veces perder) en carrera con los Sauber y los Haas a aguantarle el ritmo a un Mercedes, un Williams o un Red Bull. No haber sacado premio de ello tiene una relación determinante con el reparto de fortunas en un domingo donde los coches de seguridad convirtieron la carrera en una lotería.

La segunda conclusión es que, por fin, Aston Martin ha presentado una novedad que es también una evolución, una mejora. Y no es sólo un cambio de tendencia, sino fundamentalmente un alivio. El equipo verde no había introducido ni una sola pieza nueva desde que empezó 2025. Temían precipitarse, temían equivocarse, temían confundirse de nuevo. Les asustaba la idea de que otra vez meter algo en el monoplaza pudiera hacerlo más lento o más difícil de conducir. Querían estar seguros de presentar algo que realmente el túnel del viento y el análisis de los ordenadores presumiese que podía funcionar.

Y luego ponerlo en la pista, hacer la prueba del algodón definitiva que pudiese confirmar que lo que dicen las nuevas herramientas lo ratifica el asfalto. En Imola, por primera vez en mucho tiempo, fue así. Esto abre una puerta de esperanza. El primer paso para mejorar es entender por qué mejoras. Y para entenderlo tiene que aparecer la palabra mágica de la F1: correlación. Ese es nuestro clavo ardiendo al que tenemos que aferrarnos para poder pensar después en Adrian Newey. Sin correlación, Newey no sirve de nada.

Aston Martin ha dado un pequeño paso hacia delante, pero mucha gente dentro del equipo ha respirado aliviada. Con unas herramientas de última generación que funcionan se puede pensar con más entusiasmo y esperanza en 2026.

También tenemos esperanza en Williams. El coche de Carlos Sainz es definitivamente el quinto de la parrilla y en algunos momentos el cuarto o incluso el tercero. Independientemente de los errores de gestión que han perjudicado notablemente a Carlos en las dos últimas citas, el FW47 corre y Carlos también. El madrileño acumula cuatro carreras consecutivas derrotando a Alex Albon en clasificación y sólo la elección de estrategias ha evitado que la cosecha de puntos no haya sido aún mayor. Esta es una temporada de transición para algunos, de aprendizaje. Un año para pulir defectos y llegar a 2026 con todo alineado para ver si suena la flauta y te sale un coche con el que poder luchar por todo.

McLaren lo tiene, pero en Imola, al igual que en Japón, desperdiciaron la oportunidad. Aviso a navegantes: dejar vivo a un depredador herido como Max Verstappen no suele salir bien. Max y Red Bull lo hicieron todo perfecto para poner un titular de oro a su carrera número 400. El piloto arriesgó en la salida, le robó la cartera a Oscar Piastri, McLaren se pegó después un tiro en el pie al pararle pronto y Mad Max salió del séptimo gran evento del año con una desventaja de sólo 22 puntos. McLaren volvió a ejecutar mal una carrera. Mala estrategia, mal trabajo en equipo... Puede que a la larga se acuerden de Imola y lamenten no haberlo hecho de forma diferente.

Aston Martin ve luz al final del túnel y Fernando Alonso saldrá quinto en Imola

Aston Martin ve luz al final del túnel y Fernando Alonso saldrá quinto en Imola

Después de tantos meses entre tinieblas, Aston Martin encontró un haz de luz en Imola. En este fin de semana donde estrena su esperado paquete de actualizaciones, Fernando Alonso dio un golpe sobre la mesa y salfrá quinto en la parrilla, tres puestos por delante de Lance Stroll. Todo un éxito para la escudería de Silverstone, capaz de enderezar como por ensalmo el errático comportamiento ofrecido desde el viernes. Por esta vez, la pole de Oscar Piastri, tercera del año con 34 milésimas sobre Max Verstappen, compartió protagonismo con la poderosa irrupción de los monoplazas verdes.

En la primera carrera del Mundial del compuesto C6, el más blando de la gama Pirelli, Aston Martin hizo su magia con sendos juegos de medios. Nuevos para Alonso y usados para Stroll. El asturiano únicamente cedió ante los McLaren, Verstappen y George Russell, pero nada más cruzar la meta preguntó a qué distancia había quedado del cuarto puesto. Poco importan ahora esas cuatro décimas, porque al final del túnel ya asoma algo de esperanza.

Piastri frustró la tercera pole consecutiva de Verstappen, que aun así cuenta con opciones de una cuarta victoria en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari. También hay motivos para la ilusión con Carlos Sainz, sexto a una milésima de Alonso y con cuatro centésimas de margen sobre Alex Albon, su compañero en Williams. El madrileño incluso estableció el mejor crono en la Q2, dejando buena muestra de quién manda ahora en ese garaje.

Accidentes de Tsunoda y Colapinto

Fue una tarde de emociones fuertes, inaugurada por el pavoroso accidente de Yuki Tsunoda en la Variante Villeneuve. Una zona de alta velocidad donde el japonés pisó el piano interior, saliendo catapultado y dando una vuelta de campana. Otro ejemplo de que si algo funciona en la actual F1 es la seguridad de los monoplazas.

Alonso aprovechó su oportunidad para cerrar una gran vuelta (1:15.695) que le garantizaba el acceso a la Q2. Casi de inmediato, Stroll también cumplió, a sólo 12 centésimas de su compañero. Esta solvencia inicial de Aston Martin no debiá tomarse a la ligera en Imola, una pista que lleva al límite a los pilotos. Sobre todo a los menos versados, como Franco Colapinto, que rozó la hierba en Tamburello antes de estamparse contra las protecciones.

Los trabajos de reparación fueron breves, pero hubo que esperar un cuarto de hora más para que se decidiera la suerte de Oliver Bearman y Gabriel Bortoleto. El novato de Haas había quedado eliminado tras marcar su crono bajo bandera roja y tras una revisión que se hizo eterna, los comisarios optaron por dejarle fuera.

Piastri, junto a Verstappen y Russell, tras su 'pole' en Imola.

Piastri, junto a Verstappen y Russell, tras su 'pole' en Imola.AFP

No había quien entendiera un espectáculo tan poco edificante. Como tampoco resultaba comprensible la decisión de Aston Martin, que asumió un riesgo altísimo en la Q2. Tras un primer intento con los blandos, se lo jugó todo con un juego nuevo de medios. Lo que parecía un plan suicida dio un resultado redondo: Alonso pasó sexto (1:15.442), con 55 milésimas de ventaja sobre Stroll.

El golpe de mano que tanto tiempo se había hecho esperar en el garaje de Andy Cowell dejó además tres víctimas por el camino. Charles Leclerc y Lewis Hamilton, undécimo y decimosegundo, nada pudieron hacer para evitar la debacle de Ferrari. Para colmo, Andrea Kimi Antonelli, el ídolo local, también quedó fuera de la mejora con su Mercedes.

"Debemos controlar la emoción"

La comprensión de la goma ultrablanda resultó misión imposible para los favoritos. Su elevadísima degradación apenas permitía completar una sola vuelta en condiciones. Sin embargo, a la hora de la verdad, sólo Alonso, Stroll y Russell apostaron por el medio.

El factor de los neumáticos tampoco debe servir de excusa en Ferrari, que jamás en su historia había dejado a sus coches fuera del top-10 a orillas del río Santerno. Nada más presentarse ante los micrófonos, Leclerc ofreció sus disculpas a los tifosi. La desolación colectiva contrastaba con el clima de euforia en el garaje de Aston Martin.

"Tenemos que disfrutar de esto, pero también hay que controlar la emoción", argumentó Cowell, que se jugaba gran parte de su futuro con este paquete de mejoras, que incluia un suelo completamente nuevo, así como variaciones en la cubierta del motor, el halo y la viga trasera. "El coche ha ido más rápido gracias a las nuevas piezas", confirmó el team principal, intentando contener la euforia. Han tenido que pasar 13 meses, desde el GP de China 2024, para que Alonso ocupe el top5 en una parrilla. Aquel séptimo puesto de Fernando en la meta debería interpretarse hoy como óptimo para Aston Martin.

Piastri se doctora ante Verstappen tras otro fiasco de Norris en Miami

Piastri se doctora ante Verstappen tras otro fiasco de Norris en Miami

En las tribunas del Miami International Autodrome los aficionados siguieron más pendientes de sus teléfonos y sus refrescos, pero Oscar Piastri ganó su tercera carrera consecutiva con 37 segundos de ventaja sobre George Russell, tercero en el podio. Es la abismal diferencia entre McLaren y el resto de competidores en este Mundial 2025, donde ni los golpes de genio de Max Verstappen parecen suficientes para contener la superioridad de los coches papaya. El festejo del australiano ante sus mecánicos, con unos pasos de algo parecido a la samba, contrastó con la frialdad de Lando Norris. Las jerarquías en McLaren han cambiado.

Un año después de su bautismo de fuego en esta misma pista, Norris desfiló hacia la ceremonia de los himnos con rictus de perdedor. Nada supo hacer para animar el cotarro frente al Hard Rock Stadium, que la F1 considera esencial para sus planes futuros, pero que sólo depara carreras sin historia. Sólo unos metros antes de que cayese la bandera a cuadros, Carlos Sainz no pudo concretar su adelantamiento a Lewis Hamilton, pero bien puede sentirse satisfecho el madrileño por su novena posición. Verstappen, cuarto, tampoco debe flagelarse. Hizo todo lo que estaba en su mano, pero nada más puede extraer de su Red Bull. En vano resultaron sus intentos de defender la pole.

Mad Max ha perdido la cuenta de las veces que ha aplicado a Norris la misma medicina. Quizá no sea del agrado de los puristas, pero con el reglamento en la mano, nada se puede reprochar a esa maniobra en la curva 3, cuando cerró los espacios de un modo tan furibundo como legal. "¿Qué se supone que debo hacer?", preguntaba el británico por radio. Con no meterse en ese fregado hubiese sido suficiente.

La lluvia que no llega

Los comisarios se limitaron a anotaron la maniobra, así que a Norris no le quedó sino apretarse los machos. Relegado a la sexta plaza, resolvió un fantástico cuerpo a cuerpo frente a Russell, el único de los favoritos, junto con Lewis Hamilton, que había montado de inicio los neumáticos duros. Andrea Kimi Antonelli tampoco obstaculizaría a su McLaren, con unas prestaciones manifiestamente superiores al resto.

El primero en materializar esa ventaja fue Piastri, con las ideas muy claras frente a Verstappen. Al final de recta, en la vuelta 14, el australiano se puso en cabeza. Mucho más arduo resultó el adelantamiento de Norris. Cuando sí tocaba sacar el cuchillo, Lando se mostró excesivamente comedido ante el tetracampeón. Empleó un par de vueltas hasta conquistar la segunda plaza, mientras su compañero volaba por delante. Ocho segundos en cuatro giros. Más que suficiente para tomarse el resto de carrera con calma.

Con 40ºC sobre el asfalto y un plan estratégico a una sola parada, la única inquietud para McLaren era la lluvia. Los radares anunciaban fuertes precipitaciones. Tan reiterada como erróneamente. Así que una vez superado el ecuador de la prueba, cuando ya habían pasado por boxes Verstappen y Antonelli, un reventón en el motor de Oliver Bearman dio paso al virtual safety car.

Sainz, por delante de Albon, el domingo en Miami.

Sainz, por delante de Albon, el domingo en Miami.AFP

Fue el momento de Williams, que desde el viernes venía mostrando maneras. Sainz había intercambiado posición con Albon, intentando olvidar el inexplicable despiste de su equipo durante la qualy, que le había dejado sin ningún juego nuevo de neumáticos medios para el domingo. El caso es que nada más cambiar a los duros, el madrileño se dio una pequeña alegría ante Charles Leclerc para ascender a la séptima plaza. Sin embargo, las gomas medias pronto permitirían al monegasco devolverle el favor. Sainz puso todo de su parte para evitarlo, pero cuando le cerraba por fuera, Hamilton se le coló también por el interior.

Albon ya se había quitado de encima a Antonelli, evidenciando el paso adelante del FW47. Sin embargo, desde el arranque, el monoplaza de Carlos sufría algunos daños que le hacían perder varios puntos de carga aerodinámica. Sin esos problemas, Williams habría dejado aún más evidencia a Ferrari, enredada, por enésima vez, en sus cuitas internas. El delirante diálogo entre Hamilton y su ingeniero, sumado a las pullas de Leclerc al heptacampeón dieron un aire de opereta al desangelado tramo final.

Yuki Tsunoda, penalizado con cinco segundos por superar el límite de velocidad en el pit-lane, defendía ante Isack Hadjar el último punto en liza. Liam Lawson y Gabriel Bortoleto habían abandonado, pero ni por ésas Aston Martin pudo abandonar las dos últimas posiciones. En la novena vuelta, Fernando Alonso sufrió un extraño trompo cuando perseguía a Bearman. Como si su juego de duros aún no rindiese a la temperatura correcta. Ni una nota positiva de esas actualizaciones aerodinámicas, por falta total de tracción, especialmente en la zona más revirada del circuito. Nico Hulkenberg, al volante de un Sauber, aventajó en más de 12 segundos a Alonso en la meta. Lance Stroll aún tardó ocho más en ver la bandera a cuadros.

Colosal 'pole' de papá Verstappen y paso al frente de Carlos Sainz

Colosal ‘pole’ de papá Verstappen y paso al frente de Carlos Sainz

Zak Brown, CEO de McLaren, sólo manejaba la opción de un doblete en la primera fila de la parrilla del Miami International Autodrome, pero entre el dicho y el hecho se interpuso Max Verstappen. Por tercera vez en seis carreras, el tetracampeón hizo trizas los pronósticos del sábado, marcando una colosal pole (1:26.204), con 65 milésimas de ventaja sobre Lando Norris. Ningún modo mejor de celebrar el reciente nacimiento de su primer hijo. Entre los 20 pilotos de la actual F1 sólo Nico Hulkenberg conoce de primera mano las obligaciones de la paternidad. Sin embargo, nadie puede soñar siquiera con acercarse al nivel Verstappen.

Una semana más, Red Bull acertó con los ajustes en el RB25 para que Verstappen hiciese el resto. Entre el coche del viernes y el de ayer pudieron establecerse notorias diferencias, aunque ninguna tan significativa como las manos del tetracampeón. Voló en el primer sector y conservó un mínimo margen en el tercero, justo donde Norris cometió otro fallo a la salida de la recta de atrás. Esas centésimas entregadas sobre el bordillo resultaron letales para el aspirante al título. Oscar Piastri, actual líder del Mundial, tampoco pudo impulsar su MCL38, 17 centésimas más lento.

Así se las gasta Verstappen, que el jueves tuvo que cancelar sus obligaciones ante la prensa, porque apenas unas horas antes había acudido al parto de su novia, Kelly Piquet. Con su mismo monoplaza, Yuki Tsunoda no pasó ayer de la décima plaza. Mientras, Andrea Kimi Antonelli ganaba otra batalla a su compañero George Russell y Williams se consolidaba entre los mejores, con unas prestaciones superiores a las de Ferrari. Carlos Sainz partirá hoy sexto, justo por delante de Alex Albon.

Alonso, decimoséptimo

"Han sido las mejores vueltas a mi alcance. No puedo ir más rápido", admitió Charles Leclerc, que esquivó la eliminación por apenas cuatro centésimas. Quien no pudo acercarse al tiempo de corte, marcado por Esteban Ocon, fue Lewis Hamilton. Otro revés para el británico, que venía de subir al podio en la sprint race. Por primera vez en seis carreras quedó atrapado en el atasco de la Q2.

De poco sirvió el titánico esfuerzo de los mecánicos, que montaron una nueva caja de cambios y toda la parte trasera, así como algunos elementos de la unidad de potencia. El AMR25 regresaba a pista dos horas después de la acometida de Liam Lawson, penalizado con cinco segundos y un punto en la superlicencia, pero Fernando Alonso no pudo repetir su heroico esfuerzo del viernes.

Esta vez no hubo ningún rebufo a la mano y el asturiano fue apartado por Ocon. Hoy saldrá decimoséptimo, tras entregar 15 centésimas ante el Haas, 16 frente al Racing Bulls de Lawson, 17 ante el Alpine de Jack Doohan y 26 frente al Sauber de Gabriel Bortoleto. Un margen estrecho, pero definitorio del momento de Aston Martin, donde Lance Stroll acabó penúltimo. El paupérrimo nivel del coche en el segundo sector se tradujo en otro desastre para la escudería de Silverstone.

Una imprudencia de Liam Lawson arruina el primer punto de Fernando Alonso en la 'sprint race' de Miami

Una imprudencia de Liam Lawson arruina el primer punto de Fernando Alonso en la ‘sprint race’ de Miami

Un inoportuno chubasco, fuera de los radares, truncó todos los planes iniciales en la sprint race de Miami. En primer lugar para Charles Leclerc, que sufrió aquaplaning camino de su cajetín en la parrilla. El choque contra el muro destrozó la suspensión delantera del Ferrari y el monegasco ni siquiera pudo tomar la salida. La visibilidad era precaria incluso para Andrea Kimi Antonelli y Oscar Piastri, los primeros en recibir el spray del safety car. El resto del pelotón desfilaba casi a ciegas y Max Verstappen tuvo que tomar una escapatoria para huir del desastre.

Con estas condiciones, al director de carrera no le quedaba sino recurrir a la bandera roja. Una decisión que anulaba las opciones de Carlos Sainz, el único que había montado neumáticos de lluvia extrema. Mientras los comisarios y las máquinas trabajaban sobre los charcos, la FIA erró su primer cálculo con el nuevo horario. Finalmente se saldría desde parado, a las 12:28 hora local. Un sprint de sólo 16 vueltas.

Se trataba de una situación delicada para un novato como Antonelli, protagonista de una mala arrancada, perdiendo su pole ante Piastri. De nada sirvieron las quejas por radio, porque el australiano había apretado en buena lid. De ese modo, aparentemente sencillo, McLaren colocaba a sus dos coches en cabeza. Sin embargo, a diferencia de lo que suele ocurrir, esta sprint race no iba a defraudar.

El carril de la trazada iba secándose poco a poco, mientras Sainz se batía frente a Esteban Ocon. Había velocidad en el Williams, porque Alex Albon acechaba a Lewis Hamilton. También vislumbraban margen de mejora en Aston Martin, con Lance Stroll ganando terreno y Fernando Alonso por delante de los Racing Bulls. A seis vueltas para la bandera a cuadros, Hamilton fue el primero en atreverse con las gomas de seco. Casi de inmediato le siguieron Stroll y Sainz. Y en esa lucha en el pit-lane iba a decidirse la carrera.

Red Bull cometió un catastrófico error de cálculo al liberar demasiado pronto a Verstappen. Cuando reanudaba la marcha el holandés chocó contra Antonelli, que ni siquiera pudo parar junto a sus neumáticos. La imprudencia costó 10 segundos de sanción a Mad Max. Por entonces, Alonso había logrado escalara a la cuarta posición, mientras Sainz bastante hacía para esquivar las protecciones en la curva 13.

Era un todo o nada para el madrileño, empeñado en recuperar terreno tras su error en la qualy del viernes. Todo se fue al traste con un accidente que destrozó su rueda trasera izquierda. También para Alonso, embestido por Liam Lawson, cuando el neozelandés pretendía ganar terreno desde fuera. El safety car para reparar los daños en el Aston Martin frenó a Piastri, que ya no pudo hacer nada para recuperar el liderato frente a Norris.

¿Y si Hamilton se ha terminado?

¿Y si Hamilton se ha terminado?

Actualizado Lunes, 21 abril 2025 - 01:18

Cinco carreras y media y la F1 maneja más dudas que certezas. Que McLaren tenía y tiene el mejor coche es una de esas evidencias, ya que suma cuatro victorias. Sin embargo, cuando Oscar Piastri cruzó triunfante la línea de meta en Arabia Saudí, lo primero que hizo fue conminar a su equipo a una reacción, porque Max Verstappen había vuelto a estar demasiado cerca. En realidad, esa es una de las principales dudas ¿Dónde está Red Bull?

Es difícil decidirlo, porque desde que comenzó la temporada el segundo piloto no ha logrado trasmitir mucha información. Sólo lo ha hecho Max y Max no ayuda. Tan pronto dice que con ese coche es imposible luchar por el Mundial, como te gana una carrera o te hace dos poles. Es francamente desconcertante. De hecho, pudo ganar en Jeddah. De no ser por el incidente de la primera curva, en la que le pagaron con la misma moneda que él suele utilizar, la historia habría sido muy diferente. La sanción a Max le sirvió en bandeja el liderato a Piastri, que, sin embargo, no se pudo despegar del holandés. Cruzó la meta a escasos dos segundos del alerón trasero del australiano. ¿Es esa toda la ventaja de McLaren?

Piastri es el nuevo líder del campeonato, Lando Norris es segundo y McLaren lidera el Mundial de constructores. Podría parecer una situación perfecta, pero no lo es. Norris ha vuelto a mostrarse débil y ha evidenciado un grado de sufrimiento mental muy poco habitual en la F1. Su forma de flagelarse el sábado tras estrellar el coche en la Q3, era más propio de un penitente de San Vicente de la Sonsierra que de un aspirante a campeón. Lando duda de él mismo y hace a todo el mundo dudar. ¿Puede la frialdad de Piastri convertirle en un candidato más apropiado para el título? ¿Ha llegado Norris a su límite?

Otra gran duda es saber dónde está Lewis Hamilton. Que iba a sufrir al principio con Charles Leclerc era algo descontado, pero después de cinco carreras Lewis pierde 4-1 en clasificación con el monegasco y, lejos de acercarse a él, cada vez está más lejos. En el Corniche Circuit, Charles le metió casi cinco décimas en clasificación y 31 segundos el domingo. Leclerc hizo una carrera memorable y Hamilton terminó frustrado, desconcertado y taciturno.

Dicen en Ferrari, y lo dice también él, que es un problema de adaptación al coche, pero ¿cuánto más necesita? Ganó la sprint race de China y lo que parecía un golpe en la mesa de gran campeón empieza a parecerse más a un último estertor. ¿Y si no se adapta? ¿Y si Hamilton se ha terminado? ¿Y si lo que está pasando en Ferrari no es nuevo y es simplemente una continuidad de lo que ya vivió en 2024 con George Russell? ¿Y si ha perdido el hambre o la ambición o la velocidad? Qué diferente es este Lewis, del que yo conocí en 2007. Puede que este sea más zen, más reflexivo, más espiritual... pero no tiene nada del instinto criminal, nada de la codicia y el espíritu combativo e indomable del joven Hamilton de aquellos años.

Todo lo contrario le ocurre a Fernando Alonso, que se juega la piel cada fin de semana para dar un resultado a Aston Martin con el que tapar las vergüenzas. Se baja la visera y no piensa en nada que no sea progresar, pelear, luchar, sacar ventaja de todo lo que encuentre para salir de la indigencia de velocidad que tiene su AMR25. Cinco carreras y media y cero puntos. Y aún aprieta los dientes y se deja el alma porque sabe que su convicción, su compromiso, su convicción, su fe resultarán contagiosos para el equipo.

En realidad, también lo hace por él, porque su única forma de entender las carreras ha sido la de entregarse por completo, darlo todo, quedarse vacío. Y así acabó en Jeddah, vacío de fuerzas y de puntos. La imagen de Fernando caminando por el paddock después de la carrera era la de un fantasma, la de un guerrero que lo acababa de entregar todo en el frente, pero cuyo esfuerzo hasta la extenuación, no había servido para ganar la batalla.

¿Dónde está Aston Martin? No hay respuesta. No lo saben ni ellos. Un año y medio sin un progreso, sin un cambio de tendencia, sin un paso adelante. Cada vez más grises, cada vez más lentos, cada vez más perdidos. Sí, la mirada está puesta en 2026, en Adrian Newey, en la nueva fábrica, en el nuevo túnel del viento, en el simulador... pero el desierto de 2025 puede ser terrorífico.

Ah, una certeza, Williams es el quinto equipo. El primero del resto. Y Carlos Sainz, como pronosticó, está listo y ya ha empezado a disfrutar en el coche.

Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres 'pit-stops' "inaceptables"

Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres ‘pit-stops’ “inaceptables”

A última hora del domingo en Bahrein, mientras sus operarios embalaban los bártulos rumbo a Jeddah, un par de escenas evidenciaron la atmósfera que se respira en Red Bull. Dentro del hospitality, Christian Horner, su team principal, improvisaba una reunión de alto voltaje con su plana mayor, encabezada por Pierre Waché, director técnico, Paul Monaghan, ingeniero jefe y Helmut Marko, asesor deportivo. Unos minutos antes, a la puerta del garaje, Marko, de 81 años, ya había tenido que soportar las quejas de Raymond Vermeulen, el representante de Max Verstappen, harto del pobre rendimiento del RB21.

La sexta plaza en Sakhir dejó muy con mal sabor de boca al vigente campeón, que había dominado a placer en 2023 y 2024 con sendas victorias desde la pole. El ritmo de su coche, nueve décimas más lento de promedio que McLaren y casi medio segundo peor que Ferrari y Mercedes, sólo pudo equipararse al de Alpine. De hecho, Verstappen tuvo que ceder ante el empuje de Esteban Ocon (Haas), Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) y Lewis Hamilton (Ferrari), apurando hasta la última vuelta para superar a Pierre Gasly.

Para saber más

"Fue muy alarmante. Sabemos que no somos competitivos", lamentó Marko. Desde el viernes, Red Bull venía sufriendo diversos contratiempos con los frenos y con el equilibrio del RB21, que degradaba los neumáticos de un modo muy preocupante. "Esta carrera ha sacado a la luz algunos escollos que debemos solucionar rápidamente. Entendemos dónde están los problemas, pero introducir las soluciones llevará un poco más de tiempo", completó Horner.

El semáforo y una rueda atascada

Durante su primer encuentro con la prensa, en la zona mixta de Sakhir, Verstappen confesó que no tenía ganas de abordar estas cuestiones con sus superiores. El holandés parecía morderse la lengua al recordar algunos episodios de la carrera, como los pit-stops que frustraron cualquier intento de remontada. Una mancha en el expediente de Red Bull, célebre por la eficiencia de sus mecánicos.

Durante el primer paso por boxes, los mecánicos se retrasaron más de cuatro segundos al montar los neumáticos duros, mientras Mad Max esperaba, en vano, el cambio de la luz roja del semáforo. Unos minutos después, Yuki Tsunoda también sufrió en sus carnes una confusión similar, con la luz amarilla parpadeando junto a la roja. En la vuelta 26, Verstappen también tuvo que detenerse 6,2 segundos por culpa de la rueda derecha delantera, atascada en el momento más inoportuno. Marko calculó que estos errores costaron "dos posiciones" a su líder.

"Debemos recuperar lo antes posible el rendimiento. Si el coche no es el más rápido y tampoco funcionan las paradas en boxes... Es inaceptable", subrayó el asesor del equipo, con tono iracundo. "Todo lo que podía ir mal salió mal", ratificó Verstappen, fuera del top 5 por quinta vez en las 25 últimas carreras. Apenas siete días después de su triunfo en Suzuka, queda aún más evidencia que aquella gesta sólo debió atribuirse a una genialidad del tetracampeón. Y que el cambio de rumbo en Red Bull se antoja muy difícil a lo largo de 2025.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.AFP

Tampoco sobran los motivos de alegría para Tsunoda, pese a sumar sus primeros dos puntos como piloto de Red Bull. Desde el GP de Las Vegas 2024, sólo Verstappen había aumentado el casillero del equipo. A partir de ahora, los rumores sobre el futuro del tetracampeón se multiplicarán en el paddock. Pese a que su contrato expira en 2028, lo cierto es que durante las últimas semanas se viene especulando sobre un posible cambio de aires a partir de 2026, con Mercedes y Aston Martin como destinos más plausibles.

Tsunoda, Sainz y el error de la FIA

A la espera de unas previsibles actualizaciones aerodinámicas en Jeddah, Red Bull aún debe darse por satisfecha con su cierre de domingo en Sakhir, donde Tsunoda se libró la sanción tras un incidente con Carlos Sainz. "Fue una estupidez lo que me hizo", lamentó el madrileño por la radio, tras el fuerte impacto que seccionó uno de los pontones de su Williams. Luego, con algo más de calma, Sainz quiso repasar lo sucedido: "Si fuera Yuki y perdiera el coche en una batalla en pista, también entendería que no me castigaran. Hoy la moneda ha salido cruz, pero es lo que hay".

Mucho más cuestionable resultó lo sucedido con Sainz tras su sanción por sacar de la pista a Antonelli en la curva 10. Los comisarios le impusieron 10 segundos, que el piloto de Williams cumplió escrupulosamente durante su tercer pit-stop. Sin embargo, una hora después del final de la prueba, la FIA sorprendió con una notificación donde imponía a Carlos tres puestos de sanción en la próxima carrera, por no haber cumplido esos 10 segundos de castigo.

La confusión se prolongó durante casi tres cuartos de hora, hasta que el organismo regulador emitió un nuevo escrito, donde eximía a Sainz de cualquier penalización en Jeddah. Sólo cabe interpretar que los comisarios (Garry Connelly, Mathieu Remmerie, Vitantonio Liuzzi y Mazen Al Hilli) ni siquiera habían revisado las imágenes donde se veía al FW47 detenido en el pit-lane.

Max Verstappen se marchará de Red Bull

Max Verstappen se marchará de Red Bull

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 00:31

La magia de Max Verstappen ya no es suficiente. Con este coche no sólo no ganará el Mundial, como él mismo dijo después de la carrera, sino que ni siquiera podrá lucharlo. Es cierto que sus palabras son fruto de la decepción generada en el fin de semana más mediocre de Red Bull en mucho tiempo. Y también es cierto que, a pesar de los pesares, Max terminó sexto y sigue tercero en la tabla, por detrás de los dos McLaren. Sin embargo, Red Bull debe reaccionar. El coche sigue siendo difícil de conducir, sufre en curva rápida y media, es lento en recta y tiene una ventana de trabajo eficiente muy estrecha. La impotencia de Max para adelantar a coches de la zona media y sus problemas de frenos durante todo el fin de semana han sido las últimas señales de alarma.

No se trata sólo de que dispongan del cuarto coche en rendimiento. El verdadero problema es que el holandés se enfade. Independientemente de las cláusulas de salida que pueda tener en su contrato, un Max cabreado querrá marcharse. Y los rumores sobre el pobre rendimiento del motor que usará Red Bull en 2026 sólo hacen que esa posibilidad, junto con el notorio deterioro de la estructura del equipo, acelere la marcha.

No quiero ni pensar en las chispas que pueden saltar en el paddock y la batalla que puede generar la posibilidad de que Verstappen quiera cambiar de aires. Las luchas en pista quedarán eclipsadas por la batalla descarnada que habrá por hacerse con los servicios del piloto más fuerte de la parrilla. Y esa batalla generará cambios dolorosos.

Toto Wolff nunca ha escondido que su sueño es trabajar con el tetracampeón, pero para ofrecerle un asiento tendrá que vaciar un coche antes. George Russell termina contrato, pero ¿cómo bajas al inglés si sigue rindiendo al nivel que está mostrando este año?¿McLaren? ¿Dudarían en sustituir a un Lando Norris lleno de complejos y debilidad de cabeza por un depredador como Max? ¿Ferrari? ¿Valorarán la posibilidad de sustituir al predestinato Charles Leclerc o al veterano Lewis Hamilton por el piloto más atractivo y rápido de la parrilla? ¿Aston Martin? Evidentemente, si esto ocurre, Max decidirá.

Bahrein no sólo nos ha mostrado las debilidades de Red Bull y la vulnerabilidad de Verstappen. También el lío mental de Norris y la falta de confianza que atenaza a Hamilton. Después de la qualy del sábado, en las ruedas de prensa, los dos británicos compitieron por ver quién de los dos era el más deprimido. Lando llegó a confesar, con una actitud poco profesional, que el coche era muy bueno, pero él muy malo, que no estaba a su altura. La carrera de Japón le hizo mucho daño a su moral y ver en Bahrein a su compañero en la pole y él sexto acabó por matarle. Luego recuperó en carrera, pero su rendimiento estuvo lejos de ser perfecto. Cometió un error en la salida que le costó una penalización y muchos fallos en carrera en duelos con otros pilotos. Sigue siendo líder del Mundial, aunque Oscar Piastri se ha colocado segundo a tan sólo tres puntos.

McLaren afronta una bendita encrucijada. Decidir por cuál de los dos apostar en la lucha por el campeonato. Aún es demasiado pronto, pero la entereza y frialdad de Piastri contrastan con la debilidad mental de Norris, que si ya mostró sus debilidades en 2024, este año, con un coche que es el más rápido del momento, puede quedar retratado por su compañero.

Carlos Sainz tuvo que retirarse después de que Yuki Tsunoda le destrozase el coche en un toque que no fue ni siquiera investigado. Sí recibió un duro castigo el madrileño por un incidente con Andrea Kimi Antonelli, al que ni siquiera tocó, pero al que forzó fuera de la pista porque con los daños, su coche era incontrolable. 10 segundos que cumplió antes de retirar su Williams sin que, aparentemente, ni el director de carrera ni los comisarios se enterasen. Después le castigaron con tres posiciones de parrilla para el GP de Arabia Saudí por no haber cumplido la penalización en carrera. Alguien debió de advertirles de su pifia y tuvieron que rectificar. Lamentable.

No voy a hablar de Aston Martin, lo siento, no hay mucho que decir. McLaren, Mercedes, Ferrari, Red Bull, Alpine, Williams, Haas, Racing Bulls, Sauber y Aston Martin. Ese fue el orden de rendimiento en Bahrein. Muy triste.

Piastri muestra sus cartas en Sakhir, con otro domingo aciago para Sainz y Alonso

Piastri muestra sus cartas en Sakhir, con otro domingo aciago para Sainz y Alonso

Nadie parece tenerle demasiado en cuenta, porque es un piloto poco acostumbrado a los excesos. Un chico de rostro pétreo, con aires de viejo prematuro. Sin embargo, Oscar Piastri bien podría este año subvertir las jerarquías en McLaren, porque es tan rápido como su compañero y parece mejor preparado para lidiar con la presión. En Bahrein, el australiano festejó su 50ª carrera en la F1 con una cómoda victoria, la segunda del año, por delante de George Russell y Lando Norris, que volvió a fallar cuando menos convenía.

En una carrera marcada por las precauciones y las dos paradas en boxes, Piastri se impuso con indiscutible autoridad, confirmando lo apuntado durante todo el fin de semana. Ni un solo titubeo desde la pole. Ni una opción para Russell, vulnerable en el tramo final por sus neumáticos blandos y por un error electrónico en cadena. "Cuando pulsé el botón de la radio saltó el DRS", denunció el líder de Mercedes, pero ni por esas supo aprovechar su oportunidad Norris. Había partido sexto y pareció conforme con la tercera plaza del podio.

Esos 15 puntos mantienen en el liderato del Mundial a Lando, que perdió la ocasión de aumentar su ventaja ante Max Verstappen. No había prestaciones en el Red Bull y el holandés tuvo que conformarse con la sexta plaza, tras rebasar en la última vuelta a Pierre Gasly. Tampoco hubo brotes verdes en el Ferrari de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, cuarto y quinto con sus actualizaciones aerodinámicas. McLaren es un cohete y el resto han de conformarse con las sobras.

Clamoroso error en la salida

Quede constancia del abandono de Carlos Sainz a falta de 12 vueltas para la meta y del decimosexto puesto de Fernando Alonso, que ni siquiera pudo beneficiarse de los cinco segundos de sanción para Jack Doohan. Corren tiempos duros para los españoles, cada uno en su maraña de problemas. Mientras Alpine y Haas dan pasos adelante, Williams y Aston Martin retroceden.

Hubo mucho trajín en la salida por culpa de Norris. Su error al colocar el coche, casi medio metro adelantado en los tacos, fue castigado con cinco segundos por los comisarios. Al traste se iban así sus tres posiciones recuperadas, desde la sexta a la tercera. Mientras Piastri se lanzaba a fuego por delante, Russell superaba a Leclerc, que no podía poner en calor sus neumáticos.

Ferrari había apostado a contracorriente con las gomas medias, por lo que tras el primer pit-stop de sus rivales, sus dos coches tomaron la cabeza. La estrategia para el monegasco, bautizada como Plan Bravo, era tan cuestionable como la celeridad de los mecánicos de Red Bull, que fallaron con el semáforo para liberar a Verstappen. Con el compuesto duro, Mad Max tampoco encontraba agarre en las curvas. Fuera de ritmo competitivo, sin opciones de detener a Lewis Hamilton en la curva 11, su único objetivo era minimizar los daños.

La lucha entre Sainz y Antonelli, el domingo en Sakhir.

La lucha entre Sainz y Antonelli, el domingo en Sakhir.AFP

Superado el ecuador de carrera, Red Bull paró por segunda vez a su campeón y erró de nuevo, calamitosamente, al cambiar la rueda delantera derecha. Verstappen se reincorporaba último, dejando vía libre a McLaren, Mercedes y Ferrari. Por entonces, Leclerc había superado a Norris por el exterior de la curva 4 y Hamilton recuperaba el brío, dejando atrás a Jack Doohan, Andrea Kimi Antonelli y Esteban Ocon. Buena nota debía tomar Williams, porque Alpine y Haas le habían ganado el pulso en el muro.

Fuera de los puntos, Sainz apretaba el paso por detrás de Tsunoda. Debía asumir riesgos, así que no lo dudó al final de la recta de meta, con un bonito adelantamiento donde no pudo evitar el contacto con el Red Bull. Con restos de fibra de carbono, el director de carrera ordenó la salida del safety car, provocando el consabido reagrupamiento.

McLaren disponía de un juego de medios para sus dos coches, pero Russell tuvo que montar los blandos para las 24 vueltas restantes, mientras Ferrari colocaba los duros. Cuando aceleró de nuevo, Piastri dejó muestras de su autoridad. Jugaba en otra liga el líder, mientras sus perseguidores se fajaban por detrás. Norris adelantó por fuera ante Hamilton en la curva 2 y le conminaron a devolver la posición. "Este neumático es un asco", lamentó el británico, cuyas opciones se fueron poco a poco desvaneciendo.

Embestida de Tsunoda

La tercera plaza del podio, en buena lid, debía corresponder a Norris, con mejores recursos que Leclerc. Sin embargo, el británico, negado toda la noche, se pasó de frenada en su primera tentativa a final de recta. El blando funcionaba a Russell para sujetarse en la segunda plaza, mientras Piastri volaba en pos de la victoria. La igualdad de fuerzas no presuponía precisamente un espectáculo para el espectador, aunque bien mereció la pena el esfuerzo de Gasly, cerrando cualquier rendija ante Verstappen hasta el último giro.

Sainz, envuelto en sus cavilaciones, penaba por rascar algo cuando sufrió una embestida de Tsunoda en la curva 1. Con daños en el pontón derecho, el madrileño forzó demasiado frente a Antonelli, llevando fuera al rookie en la curva 10. Hubo 10 segundos de penalización para Carlos y Williams optó por lo más prudente: retirar su coche.

Aún más tétrico fue el domingo en Aston Martin, que ya sólo lucha con Sauber por no ser el peor coche de la parrilla. Mientras Lance Stroll sólo pudo superar en la meta al rookie Gabriel Bortoleto, Alonso se hartó de escuchar por radio que la degradación era más elevada de lo esperado y que sus frenos iban ya al límite. Un horror en toda regla.