Alcaraz descifra un partido feo ante Musetti y ya espera a Sinner en la final de Roma: "No era día para jugar brillante"

Alcaraz descifra un partido feo ante Musetti y ya espera a Sinner en la final de Roma: “No era día para jugar brillante”

Hay días y días, eso está claro. Hay días dulces, muchos días dulces, que no sólo acaban en celebración, también en alegría. Hay días negros, derrota y para casa. Y hay días raros, como este viernes para Carlos Alcaraz. En 2040 o más allá, cuando se retire, su palmarés dirá que se clasificó para su primera final del Masters 1000 de Roma y que lo hizo con purpurina; derrotó por 6-3 y 7-6(4) al local Lorenzo Musetti. Pero quien viera el encuentro, fuera por televisión o en el mismo Campo Centrale del Foro Itálico, no lo recordará de esa manera.

Fue una victoria fea, de las más feas que se le recuerdan, más en tierra batida. Se puede culpar al viento, se puede culpar a la pista y sobre todo se puede culpar a su rival, aunque tampoco importa ya mucho. Este domingo Alcaraz optará a su primer título en el torneo italiano, su séptimo Masters 1000, y podría hacerlo ante su rival generacional, Jannik Sinner, que aún debe medirse en la otra semifinal a Tommy Paul.

El análisis de lo ocurrido le será útil, seguro que sí, aunque quizá lo mejor es quedarse con el triunfo y olvidar. Si se desea un resumen, sirve un dato: entre los dos protagonistas acumularon 86 errores no forzados y sólo crearon 28 golpes ganadores. Hubo poco tenis y muchos nervios y si Alcaraz venció fue porque se mantuvo sereno. Su mérito estuvo ahí. Mientras Musetti se daba bofetadas en la cara, rompía una raqueta contra el suelo y clamaba al cielo, Alcaraz seguía impertérrito, como si nada. Si en cuartos de final ante Jack Draper se contuvo en la celebración de puntos preciosos esta vez tampoco tenía que machacarse.

El contagio de Alcaraz

Hizo lo que tenía que hacer y ya está. Ante él, Musetti se presentaba amenaza con el recuerdo de la final del Masters 1000 de Montecarlo, pero desde el primer punto todo se torció. Atenazado por el apoyo de su público, el italiano completó un primer set terrible, un error detrás de otro. Puede analizarse la altura de los golpes de Alcaraz o los problemas de Musetti con su revés a una mano, pero realmente su actuación nada tuvo que ver con el juego. Psicológicamente estaba perdido. Hasta que no se superó la primera hora de juego, Musetti falló casi todo y Alcaraz acabó contagiándose de ello.

Pese a la confusión de su adversario, en el primer set el español concedió un 'break' y en el segundo set empezó cediendo dos consecutivos. Fue aquello que le complicó el triunfo. Para alcanzar el tie-break definitivo, Alcaraz tuvo que batallar. La fórmula estaba clara: tranquilidad y orden en su juego. «¡Maneja el momento!», le reclamaba su entrenador, Juan Carlos Ferrero. Pero no siempre salía. Al final, pese a la mejora de Musetti, el español descifró lo que ocurrió sobre la pista y alcanzó la final en Roma.

"Ha sido un día difícil. Las condiciones, el viento... algo complicado. No era hoy día para jugar tenis brillante, sino para jugar tenis inteligente, un tenis sólido. Ir a por el punto cuando se podía. Lo hice bien, creo. Estuve fuerte mentalmente cuando las cosas no fueron tan bien", reconoció el propio Alcaraz, que ya divisa otro duelo ante Sinner. El año pasado le venció en sus tres enfrenamientos pese a la innegable coronación del italiano como dominador del circuito; esta vez, si finalmente se vuelven a encontrar, discutirán de nuevo quién es mejor.

Draper refrenda su gran momento y se medirá con Ruud por el título en Madrid

Draper refrenda su gran momento y se medirá con Ruud por el título en Madrid

Jack Draper, acaso el tenista más en forma del momento, buscará este domingo en Madrid (18.30 h., Teledeporte) frente a Casper Ruud su segundo Masters 1000, tras vencer hace pocas semanas en Indian Wells. El gigante británico, que ya tenía asegurado su ingreso en el top 5, derrotó a Lorenzo Musetti, quien pese a la derrota se estrenará este lunes entre los diez mejores del ránking, por 6-3 y 7-6 (4), en una hora y 57 minutos. Se trata de un enfrentamiento inédito, entre un jugador de 23 años que asoma con una pegada descomunal y unas condiciones idílicas para hacerse fuerte en el tenis que se impone en el circuito, y un hombre de 26, ya con una historia detrás.

Será la tercera final de un torneo de este rango para Ruud, que perdió en 2024 en Montecarlo (Tsitsipas) y en 2022 en Miami (Alcaraz), y también se inclinó en las ATP Finals 2022 (Djokovic). Fue subcampeón en Roland Garros 2022 (Nadal) y 2023 (Djokovic), al igual que en el US Open de 2022 (Alcaraz). El noruego, que ganó al argentino Franciso Cerúndolo por 6-3 y 7-5, está ante la posibilidad de lograr su título más importante, el decimotercero en su global.

Musetti, fino estilista de revés a una mano, lo intentó frente a un rival que le había derrotado en sus tres disputas anteriores, pero se encontró con una tarea complicada. El zurdo londinense, que buscará su primer título en arcilla, salvó una pelota de rotura con 3-4 en el segundo set y neutralizó la crecida del finalista en Montecarlo, quien, no obstante, defendió su suerte hasta el desempate.

Aryna Sabalenka, número 1 del mundo y doble campeona del torneo, se mide hoy (18.30 h.) con Coco Gauff, que viene de arrollar a Iga Swiatek, defensora del título. La estadounidense manda en el cara a cara por 5-4 y ganó el último partido entre ambas, en las WTA Finals.

Estábamos mal acostumbrados

Actualizado Domingo, 27 abril 2025 - 20:43

Démosle la vuelta. No caigamos en el derrotismo al ver cómo nos hemos quedado sin españoles en los cuadros individuales de los octavos del Masters de Madrid. Primero, tengamos en cuenta que Carlos Alcaraz y Paula Badosa, cuyas posibilidades de llegar lejos en el torneo en condiciones normales eran grandes, no han podido disputarlo por problemas físicos. En cualquier caso, lo anormal, lo excepcional, ha sido contar durante bastantes años con hasta tres jugadores en el top ten, tener una presencia regular en las rondas finales de las grandes competiciones y disfrutar de un campeón irrepetible como Rafael Nadal, cuya figura ejerció de estímulo no sólo para sus contemporáneos, sino también para los chavales que se fajan en las escuelas en busca de un porvenir.

El tenis posee su propia singularidad. Es un deporte individual que para quienes cuentan con el talento de partida para dedicarse a él entraña un riesgo constante. Exige una considerable inversión económica desde el principio, apostar fuerte para ver luego si puedes prosperar, sin contar de entrada con el respaldo de un club. ¿Cuántos buenos júniors, incluso campeones de torneos del Grand Slam, logran hacerse un lugar en el circuito senior, al menos no perder dinero con el deporte al que quieren dedicarse profesionalmente? ¿Cuántos chicos y chicas consiguen atravesar el desierto de los torneos ITF?

Es extraño, sí, que no haya ningún representante local en la segunda semana de la Caja Mágica. Hemos entrado en un ciclo distinto, en el que, en cualquier caso, cabe esperar aún mucho más de Alcaraz, quien sin haber cumplico aún 21 años ya tiene cuatro títulos del Grand Slam, y también quién sabe si algo importante de Badosa, si sus problemas físicos le dan tregua. España ha perdido la hegemonía de no hace demasiado tiempo, pero al calor de los buenos referentes, y con la debida dosis de paciencia, es posible que en el futuro recobre mayor cuota colectiva de protagonismo.

Italia ha tardado décadas en recobrar la pujanza de antaño. Y ahí está ahora, con Sinner, Musetti, Arnaldi, Berrettini o Paolini. En España hay una tradición sólida desde los tiempos de Santana. Paciencia. Estábamos mal acostumbrados.

La poderosa Italia de Sinner liquida a Australia y defenderá el título frente a Países Bajos

La poderosa Italia de Sinner liquida a Australia y defenderá el título frente a Países Bajos

La poderosa Italia, ya campeona de la Billie Jean King Cup, defenderá su título de la Copa Davis este domingo frente a Países Bajos. Como se presumía, el equipo que capitanea Filippo Volandri, dejó atrás a Australia con sendas victorias en los encuentros individuales. Matteo Berrettini superó a Thanasi Kokkinakis por 6-7 (5), 6-3 y 7-5. Jannik Sinner derrotó a Alex de Miñaur por 6-3 y 6-4. No se disputó el partido de dobles.

Nadie cuenta con los recursos del equipo transalpino, dispuesto a señalar una época si los jugadores mantienen su compromiso. El leve sobresalto de la primera jornada, cuando Lorenzo Musetti, un joven y talentoso jugador que no acaba de encontrar el punto a esta competición, cayó ante el argentino Francisco Cerúndolo, quedó pronto solventado con la aplastante victoria de Sinner frente a Sebastián Báez en el segundo single de la serie y su improvisado concurso junto a Berrettini para el decisivo encuentro de dobles. Volandri cambió la formación inicial para ir con todo en busca de las semifinales.

Escasa resistencia

Australia presentó poca oposición en un Martín Carpena aún huérfano de la presencia de Rafael Nadal, tras la temprana eliminación de España ante Países Bajos el pasado martes. Sólo aguantó hasta el desempate del primer parcial. Berrettini, un ex top ten que llegó a disputar la final de Wimbledon y cuya carrera se ha visto alterada por las lesiones, cuenta con un inesperado protagonismo en el equipo. La Copa Davis tiene estas cosas: puede comprometer a jugadores con buenos resultados en el circuito y rescatar a otros que pelean por buscan volver a sus mejores días.

Sinner ni se inmuta. Ganador del Abierto de Australia y del US Open, reciente campeón en las ATP Finals e indiscutible número 1 del mundo, tiene todos los visos de cerrar hoy el curso a lo grande, del mismo modo que lo empezó, cuando se llevó su primer major en Melbourne. De igual forma a cómo clausuró 2023, devolviendo a Italia al centro del escenario tenístico masculino 47 años después.

Carlos Alcaraz o cómo hacer historia en los días raros: "Sinceramente he tenido partidos mejores"

Carlos Alcaraz o cómo hacer historia en los días raros: “Sinceramente he tenido partidos mejores”

Antes de las semifinales de Wimbledon, Juan Carlos Ferrero deslizaba que su pupilo Carlos Alcaraz ya ha alcanzado el punto de no retorno en el despegue de cualquier leyenda: ahora gana en los días buenos, en los malos y también en los regulares. Dicho y hecho. Ante Daniil Medvedev, este viernes, Alcaraz sólo fue el mejor Alcaraz a ratos y, sin embargo, dominó el marcador para ganar por 6-7(1), 6-3, 6-4 y 6-4 y clasificarse para su segunda final del Grand Slam londinense, la segunda consecutiva, la segunda que le enfrentará al tenista más laureado de todos los tiempos, Novak Djokovic. Un reto histórico.

A sus 21 años, este domingo (15.00 horas, Movistar) el español buscará su cuarto grande, aquel que le igualaría con Manolo Santana, Guillermo Vilas o Jim Courier, con la madurez de los escogidos: ahora ya avanza pase lo que pase. «Sinceramente he tenido partidos mejores. Esta temporada he jugado mejor que hoy varias veces y en este mismo Wimbledon me he visto mejor. Por ejemplo, contra Tommy Paul, en cuartos de final, diría que mi nivel de tenis fue más alto. También influyó el estilo de mi rival, los golpes que me hizo jugar, pero ante Daniil podía haber jugado mejor», reconocía Alcaraz que al mismo tiempo aseguraba que no le preocupaba en exceso: «Voy a la final sintiéndome bien, sé cómo puedo jugar».

Recursos contra Medvedev

En sus palabras había mucha humildad por reconocer los errores cometidos y, al mismo tiempo, un análisis certero de lo ocurrido. Porque, al contrario que el año anterior, Alcaraz apenas necesitó su versión superlativa, aquella que maravilla al tenis mundial desde hace tres años. No fue un éxito fruto de la efectividad, ni tan siquiera de la puntería, fue cosa de la imaginación. Completamente afeitado, en una imagen que no lucía desde hace meses, y acompañado de toda su familia, que se quedará en Londres hasta el domingo, el ahora número tres del mundo requirió de toda su paleta de golpes para desarmar el juego defensivo machacón de Medvedev. Ahora un golpe cortado, ahora una bola alta, un toque allí, otro toque allá y, por supuesto, dejadas, muchas dejadas. Al final, el ruso no pudo más que rendirse.

«Contra Daniil sabía que no podía entrar en intercambios largos, de más de 10 golpes. Tenía que variarle mucho los golpes e intentar acortar los puntos para que no se sintiera cómodo», aseguraba el español que mejoró sobremanera durante el encuentro. En los tres últimos sets fue el dominador que es, el quinto hombre que este siglo encadena finales de Roland Garros y Wimbledon por detrás de Djokovic, Rafa Nadal, Roger Federer y Andy Murray -ahí es nada-, pero el primer set salió torcido.

Un mal inicio, un brillante final

Sin más explicación que sus nervios y ese juego de Medvedev, sufrió muchos problemas con su saque -en ese set rondó el 40% de primeros-, se movió de manera dubitativa sobre la pista y falló en los puntos decisivos -dos de ocho en puntos de break-. Que remontara dos roturas en contra y llegara al tie-break supuso un esfuerzo en vano porque en esa muerte súbita todo marchó mal. Pero luego, de repente, ¡buf!, salió el genio de la lámpara.

ANDREJ ISAKOVICAFP

En los primeros instantes del segundo set, Medvedev dio un pasito atrás y Alcaraz se comió la pista entera. Mejorando con su saque -sólo concedió una opción de rotura más en todo el encuentro-, corriendo de lado a lado como un velocista y afinando su acierto -en el primer set cometió 15 errores no forzados, en los otros tres, 20-, empezó a bailar como sólo él sabe bailar. Fue entonces cuando expuso sobre el verde todo su arsenal de recursos, las dejadas, los passing shots e incluso esa locura de globo entre las piernas al que ya parece tan acostumbrado. En el último set, resoplaba Medvedev porque otra vez, como también pasó el año pasado en semifinales, no tenía nada que hacer.

En la previa, golf y familia

«Tengo ganas de jugar la final. Ya sé lo que es estar en esa posición, se cómo lidiar con todo lo que va a pasar hasta saltar a la pista y creo que tengo el nivel para jugar», comentaba el ahora número tres del mundo que rechazaba el papel de favorito pese a haber vencido el año pasado en un partido a cinco sets para la historia y pese a la reciente lesión de rodilla del serbio. Este viernes éste superó al italiano Lorenzo Musetti con la facilidad de sus días más alegres (6-4, 7-6 [3], 6-4). «Supongo que habrá mucha gente que crea que yo tengo más opciones porque Djokovic llegaba con dudas al torneo, pero sí está en la final es porque está recuperado. Él sabe mucho mejor qué es jugar una final de Wimbledon, sabe mucho mejor que yo qué es ganarla, así que está preparado que yo», disimulaba Alcaraz.

Hoy, en la víspera de la final, el español seguramente tampoco entrenará, como ya hizo antes de las semifinales, y se iría a jugar al golf con su equipo al Royal Wimbledon Golf Club. Con sus hermanos pequeños Jaime y Sergio junto a él en Londres tendrá entretenimiento de sobras para alejar la mente del tenis y, si no, podrá distraerse con la previa de la final de la Eurocopa entre España e Inglaterra y con su ya clásica llamada de la suerte con Álvaro Morata. «Espero que sea un gran día para los españoles», deseó Alcaraz en la Central del All England Club y por ello se llevó un abucheo. Si no es un gran día, será uno regular o incluso uno malo, pero ya ha demostrado que igualmente puede hacer historia.

Djokovic derriba a Musetti y planea su revancha ante Alcaraz

Actualizado Viernes, 12 julio 2024 - 21:58

Novak Djokovic llega a la final de Wimbledon con sed de revancha sobre Carlos Alcaraz y con el reto de emular el récord de ocho de títulos de Roger Federer, a sabiendas de que puede ser su última oportunidad. El número dos mundial se deshizo del italiano Lorenzo Musetti con mayor facilidad de la esperada (6-4, 7-6 [2], 6-4), nada que ver con la maratón de cuatro horas y media que los dos disputaron en su penúltimo encuentro en Roland Garros.

Con un aparatoso protector en la rodilla derecha, Djokovic confirmó su milagrosa recuperación en tres semanas tras su operación de menisco y dio una lección más de "eficiencia implacable" sobre la pista central del All England Club.

El juego vivaz y alegre del número 25 en el ránking de la ATP, con ese revés plano a una sola mano que levantó al público de sus asientos, no fue suficiente para contrarrestar el aplomo y la movilidad del serbio. Los gritos de ¡Forza Lorenzo!, se estrellaron con el goteo inapelable de golpes desde el fondo de la pista y las voleas a media pista con las que Djokovic decidió rubricar su victoria.

Destellos de un 'mago'

Djokovic llega a la cita frente a Alcaraz con las baterías cargadas, beneficiado por un cuadro bastante más benigno que el de su rival y una jornada extra de descanso por la retirada de Alex de Miñaur, lesionado en la cadera. A la chita callando, abroncado por el público durante su partido frente a Holger Rune, el campeón de 24 majors ambiciona el desquite ante Alcaraz tras haber cedido un solo set a lo largo de un torneo donde no se contaba inicialmente con él.

Musetti, que venía de disputar la final de Queen's, se plantó en la Central con la vitola de mago tras su victoria en cuartos sobre Taylor Fritz en uno de los mejores partidos de esta edición. Tardó en enontrar su lugar en la pista, pero consiguió desplegar su mejor repertorio de golpes en la recta final del primer set y a la salida de la segunda manga, cuando logró romper el servicio con su mortífero revés paralelo.

Llegó a ir por delante en el segundo set hasta el 1-3, pero Djokovic consiguió darle la vuelta imprimiendo un giro más agresivo a su tenis y arriesgando incluso con el saque-volea. Llegaron así al 6-6, que el genio de Belgrado supo rematar gracias a su experiencia. Musetti ofrecería aún destellos en la tercera tanda, pero sus errores no forzados sirvieron para allanar el camino. Nole avanzó en la recta final como un apisonadora y tuvo incluso tiempo para hacer alardes con algunos de sus numeritos en la Central, que le despidió entre aplausos (y algún que otro abucheo).