Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres 'pit-stops' "inaceptables"

Red Bull, al borde del ataque de nervios: reuniones de urgencia, bronca del agente de Verstappen y tres ‘pit-stops’ “inaceptables”

A última hora del domingo en Bahrein, mientras sus operarios embalaban los bártulos rumbo a Jeddah, un par de escenas evidenciaron la atmósfera que se respira en Red Bull. Dentro del hospitality, Christian Horner, su team principal, improvisaba una reunión de alto voltaje con su plana mayor, encabezada por Pierre Waché, director técnico, Paul Monaghan, ingeniero jefe y Helmut Marko, asesor deportivo. Unos minutos antes, a la puerta del garaje, Marko, de 81 años, ya había tenido que soportar las quejas de Raymond Vermeulen, el representante de Max Verstappen, harto del pobre rendimiento del RB21.

La sexta plaza en Sakhir dejó muy con mal sabor de boca al vigente campeón, que había dominado a placer en 2023 y 2024 con sendas victorias desde la pole. El ritmo de su coche, nueve décimas más lento de promedio que McLaren y casi medio segundo peor que Ferrari y Mercedes, sólo pudo equipararse al de Alpine. De hecho, Verstappen tuvo que ceder ante el empuje de Esteban Ocon (Haas), Andrea Kimi Antonelli (Mercedes) y Lewis Hamilton (Ferrari), apurando hasta la última vuelta para superar a Pierre Gasly.

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"Fue muy alarmante. Sabemos que no somos competitivos", lamentó Marko. Desde el viernes, Red Bull venía sufriendo diversos contratiempos con los frenos y con el equilibrio del RB21, que degradaba los neumáticos de un modo muy preocupante. "Esta carrera ha sacado a la luz algunos escollos que debemos solucionar rápidamente. Entendemos dónde están los problemas, pero introducir las soluciones llevará un poco más de tiempo", completó Horner.

El semáforo y una rueda atascada

Durante su primer encuentro con la prensa, en la zona mixta de Sakhir, Verstappen confesó que no tenía ganas de abordar estas cuestiones con sus superiores. El holandés parecía morderse la lengua al recordar algunos episodios de la carrera, como los pit-stops que frustraron cualquier intento de remontada. Una mancha en el expediente de Red Bull, célebre por la eficiencia de sus mecánicos.

Durante el primer paso por boxes, los mecánicos se retrasaron más de cuatro segundos al montar los neumáticos duros, mientras Mad Max esperaba, en vano, el cambio de la luz roja del semáforo. Unos minutos después, Yuki Tsunoda también sufrió en sus carnes una confusión similar, con la luz amarilla parpadeando junto a la roja. En la vuelta 26, Verstappen también tuvo que detenerse 6,2 segundos por culpa de la rueda derecha delantera, atascada en el momento más inoportuno. Marko calculó que estos errores costaron "dos posiciones" a su líder.

"Debemos recuperar lo antes posible el rendimiento. Si el coche no es el más rápido y tampoco funcionan las paradas en boxes... Es inaceptable", subrayó el asesor del equipo, con tono iracundo. "Todo lo que podía ir mal salió mal", ratificó Verstappen, fuera del top 5 por quinta vez en las 25 últimas carreras. Apenas siete días después de su triunfo en Suzuka, queda aún más evidencia que aquella gesta sólo debió atribuirse a una genialidad del tetracampeón. Y que el cambio de rumbo en Red Bull se antoja muy difícil a lo largo de 2025.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.

Los mecánicos de Red Bull, durante una de las paradas de Verstappen.AFP

Tampoco sobran los motivos de alegría para Tsunoda, pese a sumar sus primeros dos puntos como piloto de Red Bull. Desde el GP de Las Vegas 2024, sólo Verstappen había aumentado el casillero del equipo. A partir de ahora, los rumores sobre el futuro del tetracampeón se multiplicarán en el paddock. Pese a que su contrato expira en 2028, lo cierto es que durante las últimas semanas se viene especulando sobre un posible cambio de aires a partir de 2026, con Mercedes y Aston Martin como destinos más plausibles.

Tsunoda, Sainz y el error de la FIA

A la espera de unas previsibles actualizaciones aerodinámicas en Jeddah, Red Bull aún debe darse por satisfecha con su cierre de domingo en Sakhir, donde Tsunoda se libró la sanción tras un incidente con Carlos Sainz. "Fue una estupidez lo que me hizo", lamentó el madrileño por la radio, tras el fuerte impacto que seccionó uno de los pontones de su Williams. Luego, con algo más de calma, Sainz quiso repasar lo sucedido: "Si fuera Yuki y perdiera el coche en una batalla en pista, también entendería que no me castigaran. Hoy la moneda ha salido cruz, pero es lo que hay".

Mucho más cuestionable resultó lo sucedido con Sainz tras su sanción por sacar de la pista a Antonelli en la curva 10. Los comisarios le impusieron 10 segundos, que el piloto de Williams cumplió escrupulosamente durante su tercer pit-stop. Sin embargo, una hora después del final de la prueba, la FIA sorprendió con una notificación donde imponía a Carlos tres puestos de sanción en la próxima carrera, por no haber cumplido esos 10 segundos de castigo.

La confusión se prolongó durante casi tres cuartos de hora, hasta que el organismo regulador emitió un nuevo escrito, donde eximía a Sainz de cualquier penalización en Jeddah. Sólo cabe interpretar que los comisarios (Garry Connelly, Mathieu Remmerie, Vitantonio Liuzzi y Mazen Al Hilli) ni siquiera habían revisado las imágenes donde se veía al FW47 detenido en el pit-lane.

Max Verstappen se marchará de Red Bull

Max Verstappen se marchará de Red Bull

Actualizado Lunes, 14 abril 2025 - 00:31

La magia de Max Verstappen ya no es suficiente. Con este coche no sólo no ganará el Mundial, como él mismo dijo después de la carrera, sino que ni siquiera podrá lucharlo. Es cierto que sus palabras son fruto de la decepción generada en el fin de semana más mediocre de Red Bull en mucho tiempo. Y también es cierto que, a pesar de los pesares, Max terminó sexto y sigue tercero en la tabla, por detrás de los dos McLaren. Sin embargo, Red Bull debe reaccionar. El coche sigue siendo difícil de conducir, sufre en curva rápida y media, es lento en recta y tiene una ventana de trabajo eficiente muy estrecha. La impotencia de Max para adelantar a coches de la zona media y sus problemas de frenos durante todo el fin de semana han sido las últimas señales de alarma.

No se trata sólo de que dispongan del cuarto coche en rendimiento. El verdadero problema es que el holandés se enfade. Independientemente de las cláusulas de salida que pueda tener en su contrato, un Max cabreado querrá marcharse. Y los rumores sobre el pobre rendimiento del motor que usará Red Bull en 2026 sólo hacen que esa posibilidad, junto con el notorio deterioro de la estructura del equipo, acelere la marcha.

No quiero ni pensar en las chispas que pueden saltar en el paddock y la batalla que puede generar la posibilidad de que Verstappen quiera cambiar de aires. Las luchas en pista quedarán eclipsadas por la batalla descarnada que habrá por hacerse con los servicios del piloto más fuerte de la parrilla. Y esa batalla generará cambios dolorosos.

Toto Wolff nunca ha escondido que su sueño es trabajar con el tetracampeón, pero para ofrecerle un asiento tendrá que vaciar un coche antes. George Russell termina contrato, pero ¿cómo bajas al inglés si sigue rindiendo al nivel que está mostrando este año?¿McLaren? ¿Dudarían en sustituir a un Lando Norris lleno de complejos y debilidad de cabeza por un depredador como Max? ¿Ferrari? ¿Valorarán la posibilidad de sustituir al predestinato Charles Leclerc o al veterano Lewis Hamilton por el piloto más atractivo y rápido de la parrilla? ¿Aston Martin? Evidentemente, si esto ocurre, Max decidirá.

Bahrein no sólo nos ha mostrado las debilidades de Red Bull y la vulnerabilidad de Verstappen. También el lío mental de Norris y la falta de confianza que atenaza a Hamilton. Después de la qualy del sábado, en las ruedas de prensa, los dos británicos compitieron por ver quién de los dos era el más deprimido. Lando llegó a confesar, con una actitud poco profesional, que el coche era muy bueno, pero él muy malo, que no estaba a su altura. La carrera de Japón le hizo mucho daño a su moral y ver en Bahrein a su compañero en la pole y él sexto acabó por matarle. Luego recuperó en carrera, pero su rendimiento estuvo lejos de ser perfecto. Cometió un error en la salida que le costó una penalización y muchos fallos en carrera en duelos con otros pilotos. Sigue siendo líder del Mundial, aunque Oscar Piastri se ha colocado segundo a tan sólo tres puntos.

McLaren afronta una bendita encrucijada. Decidir por cuál de los dos apostar en la lucha por el campeonato. Aún es demasiado pronto, pero la entereza y frialdad de Piastri contrastan con la debilidad mental de Norris, que si ya mostró sus debilidades en 2024, este año, con un coche que es el más rápido del momento, puede quedar retratado por su compañero.

Carlos Sainz tuvo que retirarse después de que Yuki Tsunoda le destrozase el coche en un toque que no fue ni siquiera investigado. Sí recibió un duro castigo el madrileño por un incidente con Andrea Kimi Antonelli, al que ni siquiera tocó, pero al que forzó fuera de la pista porque con los daños, su coche era incontrolable. 10 segundos que cumplió antes de retirar su Williams sin que, aparentemente, ni el director de carrera ni los comisarios se enterasen. Después le castigaron con tres posiciones de parrilla para el GP de Arabia Saudí por no haber cumplido la penalización en carrera. Alguien debió de advertirles de su pifia y tuvieron que rectificar. Lamentable.

No voy a hablar de Aston Martin, lo siento, no hay mucho que decir. McLaren, Mercedes, Ferrari, Red Bull, Alpine, Williams, Haas, Racing Bulls, Sauber y Aston Martin. Ese fue el orden de rendimiento en Bahrein. Muy triste.

El drama de Fernando Alonso con el AMR25, el peor coche en Sakhir: "Es como si se estuviera muriendo en baja velocidad"

El drama de Fernando Alonso con el AMR25, el peor coche en Sakhir: “Es como si se estuviera muriendo en baja velocidad”

Los malos presagios se cumplieron, uno a uno, para Aston Martin en Sakhir, donde el AMR25 se confirmó como el coche más lento de la parrilla. Tanto en ritmo de carrera, cuando rodó a un promedio de 1:39.04, como en vuelta rápida, con un mejor crono de 1:37.906, el coche de Fernando Alonso y Lance Stroll perdió la batalla incluso ante Sauber, el equipo más débil del Mundial durante las dos últimas temporadas.

"Es como si el coche se estuviera muriendo en baja velocidad. Se trata de un problema conocido que ya sufrimos el año pasado, pero que ahora seguimos teniendo", analizó Alonso, sin recursos para luchar frente a Alpine, Haas y Racing Bulls. En un trazado donde imperan las curvas lentas y la tracción, el monoplaza verde ofreció un paupérrimo rendimiento.

Además, la estrategia de Aston Martin, con dos tandas largas con los neumáticos medios antes de rematar con los blandos, se fue al traste por culpa del safety car ordenado a 12 vueltas para la meta. "No creo que eso hubiese cambiado mucho", admitió Alonso, perdido en el pozo de la clasificación. El remate a un pésimo fin de semana en Sakhir, donde el viernes sufrió un problema con el volante durante la segunda sesión de entrenamientos libres y el sábado tuvo que afrontar su vuelta definitiva de Q2 con neumáticos usados porque los tres juegos de blandos ya los había agotado su equipo en la Q1.

"es un poco todo"

La reflexión resulta pues obligatoria en el equipo capitaneado por Andy Cowell, que también cometió un fallo a la hora de configurar la altura idónea en el coche de Stroll. "Ha sido un fin de semana difícil, esperábamos ser lentos con tantas zonas de baja velocidad, pero necesitamos mejorar el coche. No se trata sólo de la baja velocidad, sino que es un poco todo", analizó Alonso.

Después de cuatro carreras Fernando aún no ha sumado ni un solo punto en el Mundial. Una racha que recuerda sus peores momentos en McLaren. En 2015, tras perderse la cita inaugural en Australia, aún tuvo que esperar otras ocho carreras antes de amarrar el primer punto en Silverstone. Un año más tarde, después de su escalofriante accidente en Melbourne que le apartó del GP de Bahrein, aún pudo firmar una gran remontada en Sochi. Tras partir decimocuarto, cruzó sexto la bandera a cuadros. Aquellos ocho puntos se antojan ahora casi una fantasía.

"Haas, Williams y AlphaTauri [Racing Bulls] siempre están un poco por delante, así que rápidamente pasamos a ser el séptimo u octavo equipo. En esas posiciones no puedes sumar puntos a menos que tengas mucha suerte", reconoció Alonso, sin querer hacer más sangre con su situación actual. Porque en realidad, el AMR25 rodó en Sakhir 22 centésimas más lento que Sauber y 23 peor que Racing Bulls. Y la mejor vuelta del asturiano se quedó a 57 centésimas de Sauber y a 73 del filial de Red Bull.

Mano a mano con Sauber

Ahora sólo queda por ver si la debacle se repite este próximo fin de semana en el GP de Arabia Saudí, colofón al primer triplete del Mundial 2025. El Corniche Circuit, con sus vertiginosas curvas, a más de 300 km/h, debería suponer cierto alivio para Aston Martin. "En cinco días tenemos una nueva oportunidad de mejorar", concluyó el asturiano.

Sin embargo, las buenas intenciones sirven ya de poco en Aston Martin, que deberá batirse para esquivar el farolillo en las próximas citas. Ahora mismo, sólo Sauber parece a la altura de sus desdichas. A última hora del domingo, Nico Hulkenberg fue descalificado por una irregularidad en el fondo plano de su coche.

Piastri muestra sus cartas en Sakhir, con otro domingo aciago para Sainz y Alonso

Piastri muestra sus cartas en Sakhir, con otro domingo aciago para Sainz y Alonso

Nadie parece tenerle demasiado en cuenta, porque es un piloto poco acostumbrado a los excesos. Un chico de rostro pétreo, con aires de viejo prematuro. Sin embargo, Oscar Piastri bien podría este año subvertir las jerarquías en McLaren, porque es tan rápido como su compañero y parece mejor preparado para lidiar con la presión. En Bahrein, el australiano festejó su 50ª carrera en la F1 con una cómoda victoria, la segunda del año, por delante de George Russell y Lando Norris, que volvió a fallar cuando menos convenía.

En una carrera marcada por las precauciones y las dos paradas en boxes, Piastri se impuso con indiscutible autoridad, confirmando lo apuntado durante todo el fin de semana. Ni un solo titubeo desde la pole. Ni una opción para Russell, vulnerable en el tramo final por sus neumáticos blandos y por un error electrónico en cadena. "Cuando pulsé el botón de la radio saltó el DRS", denunció el líder de Mercedes, pero ni por esas supo aprovechar su oportunidad Norris. Había partido sexto y pareció conforme con la tercera plaza del podio.

Esos 15 puntos mantienen en el liderato del Mundial a Lando, que perdió la ocasión de aumentar su ventaja ante Max Verstappen. No había prestaciones en el Red Bull y el holandés tuvo que conformarse con la sexta plaza, tras rebasar en la última vuelta a Pierre Gasly. Tampoco hubo brotes verdes en el Ferrari de Charles Leclerc y Lewis Hamilton, cuarto y quinto con sus actualizaciones aerodinámicas. McLaren es un cohete y el resto han de conformarse con las sobras.

Clamoroso error en la salida

Quede constancia del abandono de Carlos Sainz a falta de 12 vueltas para la meta y del decimosexto puesto de Fernando Alonso, que ni siquiera pudo beneficiarse de los cinco segundos de sanción para Jack Doohan. Corren tiempos duros para los españoles, cada uno en su maraña de problemas. Mientras Alpine y Haas dan pasos adelante, Williams y Aston Martin retroceden.

Hubo mucho trajín en la salida por culpa de Norris. Su error al colocar el coche, casi medio metro adelantado en los tacos, fue castigado con cinco segundos por los comisarios. Al traste se iban así sus tres posiciones recuperadas, desde la sexta a la tercera. Mientras Piastri se lanzaba a fuego por delante, Russell superaba a Leclerc, que no podía poner en calor sus neumáticos.

Ferrari había apostado a contracorriente con las gomas medias, por lo que tras el primer pit-stop de sus rivales, sus dos coches tomaron la cabeza. La estrategia para el monegasco, bautizada como Plan Bravo, era tan cuestionable como la celeridad de los mecánicos de Red Bull, que fallaron con el semáforo para liberar a Verstappen. Con el compuesto duro, Mad Max tampoco encontraba agarre en las curvas. Fuera de ritmo competitivo, sin opciones de detener a Lewis Hamilton en la curva 11, su único objetivo era minimizar los daños.

La lucha entre Sainz y Antonelli, el domingo en Sakhir.

La lucha entre Sainz y Antonelli, el domingo en Sakhir.AFP

Superado el ecuador de carrera, Red Bull paró por segunda vez a su campeón y erró de nuevo, calamitosamente, al cambiar la rueda delantera derecha. Verstappen se reincorporaba último, dejando vía libre a McLaren, Mercedes y Ferrari. Por entonces, Leclerc había superado a Norris por el exterior de la curva 4 y Hamilton recuperaba el brío, dejando atrás a Jack Doohan, Andrea Kimi Antonelli y Esteban Ocon. Buena nota debía tomar Williams, porque Alpine y Haas le habían ganado el pulso en el muro.

Fuera de los puntos, Sainz apretaba el paso por detrás de Tsunoda. Debía asumir riesgos, así que no lo dudó al final de la recta de meta, con un bonito adelantamiento donde no pudo evitar el contacto con el Red Bull. Con restos de fibra de carbono, el director de carrera ordenó la salida del safety car, provocando el consabido reagrupamiento.

McLaren disponía de un juego de medios para sus dos coches, pero Russell tuvo que montar los blandos para las 24 vueltas restantes, mientras Ferrari colocaba los duros. Cuando aceleró de nuevo, Piastri dejó muestras de su autoridad. Jugaba en otra liga el líder, mientras sus perseguidores se fajaban por detrás. Norris adelantó por fuera ante Hamilton en la curva 2 y le conminaron a devolver la posición. "Este neumático es un asco", lamentó el británico, cuyas opciones se fueron poco a poco desvaneciendo.

Embestida de Tsunoda

La tercera plaza del podio, en buena lid, debía corresponder a Norris, con mejores recursos que Leclerc. Sin embargo, el británico, negado toda la noche, se pasó de frenada en su primera tentativa a final de recta. El blando funcionaba a Russell para sujetarse en la segunda plaza, mientras Piastri volaba en pos de la victoria. La igualdad de fuerzas no presuponía precisamente un espectáculo para el espectador, aunque bien mereció la pena el esfuerzo de Gasly, cerrando cualquier rendija ante Verstappen hasta el último giro.

Sainz, envuelto en sus cavilaciones, penaba por rascar algo cuando sufrió una embestida de Tsunoda en la curva 1. Con daños en el pontón derecho, el madrileño forzó demasiado frente a Antonelli, llevando fuera al rookie en la curva 10. Hubo 10 segundos de penalización para Carlos y Williams optó por lo más prudente: retirar su coche.

Aún más tétrico fue el domingo en Aston Martin, que ya sólo lucha con Sauber por no ser el peor coche de la parrilla. Mientras Lance Stroll sólo pudo superar en la meta al rookie Gabriel Bortoleto, Alonso se hartó de escuchar por radio que la degradación era más elevada de lo esperado y que sus frenos iban ya al límite. Un horror en toda regla.

Lewis Hamilton, enredado en sus crisis: el presunto sabotaje, las discusiones por radio y otro "deficiente" sábado en Sakhir

Lewis Hamilton, enredado en sus crisis: el presunto sabotaje, las discusiones por radio y otro “deficiente” sábado en Sakhir

Ni siquiera en un territorio como Bahrein, de sobra conocido, Lewis Hamilton logra enderezar el rumbo con Ferrari. Las malas sensaciones apuntadas desde el inicio del Mundial se confirmaron ayer en Sakhir, donde el heptacampeón firmó otra mediocre sesión clasificatoria, que le hará partir hoy desde la novena plaza de la parrilla. "No hay motivo alguno, pero no hice mi trabajo. Y es algo que sucede todos los sábados, sí", admitió.

En apenas mes y medio, el declive de Hamilton puede dibujarse a la luz de sus propias palabras. Durante la pretemporada dijo haber experimentado las "sensaciones más positivas desde hace mucho tiempo". Por entonces, Ferrari decía sentirse preparado para luchar con McLaren por los dos títulos en juego. Ayer, seis semanas después, Hamilton calificó su rendimiento como "deficiente". No sólo había cedido casi un segundo frente a la pole de Oscar Piastri (1:29.841), sino también seis décimas respecto a Charles Leclerc, su compañero de garaje.

Este fin de semana, Ferrari ha presentado en Sakhir su primer paquete de mejoras, que incluye un nuevo fondo plano, una novedosa geometría en el difusor y diversos cambios en el sistema de refrigeración. Las expectativas, por tanto, han vuelto a crecer en torno a Hamilton, que aún ostenta el récord de victorias en este circuito (2014, 2015, 2019, 2020, 2021). Sin embargo, su único y fugaz destello se produjo durante la Q1, al aprovechar un rebufo en la recta de meta. El resto, incluido una vuelta anulada por superar los límites de pista, debe enterrarse en el olvido.

El peor arranque desde 2009

"Lo siento mucho", balbuceó Sir Lewis a través de la radio, sin encontrar razones para explicar el error que le había relegado en la Q3. Si en dos de las tres clasificaciones previas ya había perdido la batalla ante un Racing Bulls -el filial de Red Bull que monta motores Ferrari- ayer Hamilton se vio superado por Pierre Gasly (Alpine) y Carlos Sainz, que al fin pudo ofrecer lo mejor de su repertorio al volante del Williams.

Según los datos que maneja la Scuderia, Hamilton no logra trasladar al asfalto el rendimiento que el coche apunta durante las simulaciones. Nada queda ya de aquel entusiasmo de finales de febrero, cuando desde Maranello llegó a filtrarse una progresión de un segundo por vuelta. Hamilton sufre demasiado ante el caprichoso comportamiento el SF-25. Ni logra domesticarlo, ni encuentra su equilibrio. Si excluimos los puntos de la sprint race de Shanghai, Ferrari ha firmado su peor arranque de un Mundial desde 2009.

Para enturbiar aún más el ambiente, Hamilton viene protagonizando airados enfrentamientos con su ingeniero de pista. Es cierto que Riccardo Adami, que ya trabajó con Sebastian Vettel y Sainz en garaje rojo, ha cometido un par de errores a la hora de transmitir los datos precisos. Pero Hamilton se lo ha afeado del modo más cruel. Bajo estas críticas hay quien interpreta una indisimulada nostalgia por Pete Bonnington, el ingeniero que guio sus pasos en Mercedes. Por no citar el caso de Angela Cullen, su preparadora física de máxima confianza, con la que había roto a finales de 2023 y con la que ha terminado reconciliándose.

De modo que Fred Vasseur, team principal de Ferrari, vive su momento más delicado desde que sustituyó a Mattia Binotto. Nadie puede ocultar ya la crisis. Ni siquiera Luca Cordero di Montezemolo, de regreso a un paddock tras casi 11 años de ausencia. En Sakhir, el ex presidente del Cavallino ha tenido que enfriar los ánimos tras los recientes comentarios de Hamilton sobre un presunto sabotaje. «Ha habido un déficit con respecto al otro lado del garaje por culpa de un elemento del coche. Algo funciona mal y me hace perder más de una décima por vuelta», deslizó tras su mala actuación en Suzuka.

Piastri da otra 'pole' a McLaren y Sainz recupera el paso en Bahrein

Piastri da otra ‘pole’ a McLaren y Sainz recupera el paso en Bahrein

Por una razón u otra, McLaren no logra redondear una actuación a la altura de su superioridad mecánica. En Bahrein, Oscar Piastri consiguió su segunda pole en cuatro carreras (1:29.841), con clara ventaja sobre George Russell y Charles Leclerc, mientras Lando Norris, a 42 centésimas de la cabeza, decepcionaba con su sexta posición. Demasiado lejos para un aspirante al título, que ahora deberá sujetar a Max Verstappen en la salida.

No hubo novedades en el escenario que hace poco más de un mes ya acogió los test de pretemporada. Desde la segunda sesión del viernes, Piastri venía apuntando mejores maneras que Norris. McLaren dominaba en las rectas de Sakhir, sin que nadie le incomodase. Sólo las bajas temperaturas de la noche otorgaban una baza a Mercedes, que suele optimizar su rendimiento con un asfalto en torno a los 30ºC.

Tampoco debe considerarse como sorpresa el descalabro de Norris, no sólo superado por Andrea Kimi Antonelli, cuarto con Mercedes, sino por de Pierre Gasly. En un fin de semana propicio, con Red Bull fuera de las quinielas para la victoria, Lando desperdició su bala, en la línea de lo ofrecido durante la segunda mitad del Mundial 2024.

La sorpresa de Alpine

Alguna tecla debieron de tocar en Alpine y no sólo con Gasly. A lo largo de toda la sesión, Jack Doohan pudo tutearse con los mejores. Para su desgracia, el novato quedó fuera de la Q3 por tan sólo 17 milésimas. Ese hueco fue optimizado por Carlos Sainz, que al fin se impuso a Alex Albon en una qualy. El octavo puesto del madrileño en la parrilla, por delante de Lewis Hamilton y Yuki Tsunoda debería representar el anticipo de un botín en forma de puntos.

Libraba Aston Martin una pelea con Haas para no ser el peor coche de la parrilla. Lance Stroll, penúltimo en la Q1, sólo pudo mejorar el tiempo de Ollie Bearman. Una puerta se abrió para Fernando Alonso tras el accidente de Esteban Ocon, que había destrozado la trasera de su monoplaza a la salida de la curva 2. Soplaba viento de cola a final de recta y Nico Hulkenberg ya tuvo que hacer equilibrios sobre los pianos para una pequeña gesta en la Q1 a bordo del Sauber (1:31.998).

Los malos presagios apuntados desde el viernes se terminaron confirmándose para el asturiano en la Q2, 65 centésimas más lento que el tiempo de corte establecido por Tsunoda. Aún pudo considerarse un alivio que los comisarios borraran el citado crono de Hulkenberg en la Q1, una decisión que hizo ganar un puesto a Alonso, finalmente decimotercero en la parrilla.

Fernando Alonso y las caras largas en Aston Martin: “Tenemos cuatro equipos por delante”

Actualizado Sábado, 2 marzo 2024 - 21:09

Una hora antes de la carrera, mientras los mecánicos apuraban sus pitillos y sorbían el último café, la atmósfera en el garaje de Aston Martin era muy distinta a la de hace un año en Sakhir. El team principal, Mike Krack, daba cuenta de un sandwich bajo los toldos del paddock y sus hombres seguían de reojo las declaraciones de Fernando Alonso en el drivers parade. Se mascaba la tensión y no aquella ilusión desbordante de 2023. Sólo tres horas más tarde, cuando el asturiano desfiló hacia los tornos de salida, la tropa verde ya preparaba sus bagajes con destino a Arabia Saudí, consciente de que este Mundial ha empezado torcido.

El reverencial respeto hacia Alonso entre la gente de Aston Martin se entiende mejor en momentos como este, cuando las simulaciones previas a la carrera ya les situaban como quinto coche de la parrilla. De ahí ese ambiente sombrío entre la fuerza de choque. Un severo revés tras meses de trabajo y una decepción, en particular, para el bicampeón mundial. "Tenemos cuatro equipos un poco por delante nuestro, como ya sucedía en Abu Dhabi", admitió Alonso, en referencia a la última cita del Mundial 2023.

Arrancar el nuevo curso como se terminó el anterior nunca es asumible para alguien tan exigente como Alonso, cuya sonrisa sólo asomó en plenitud durante una breve sesión fotográfica junto al Rey Juan Carlos. Por segunda jornada consecutiva, el Emérito se pasó ayer por Sakhir para saludar a los pilotos españoles. El monarca fue talismán para Carlos Sainz, pero no para Alonso, contrariado ante los micrófonos. "Estamos detrás de McLaren, Ferrari, Mercedes y Red Bull, así que toca mejorar. La vuelta de la qualy del viernes fue un poco excepcional y nos puso en una situación que no era real. Hoy sí hemos visto la realidad", sentenció en DAZN.

"Necesitamos más rendimiento"

La crudeza de Alonso fue edulcorada, como suele ser habitual, por Krack, con la mirada ya puesta en la carrera del próximo sábado. "Necesitamos un poco más de rendimiento para desafiar a los equipos de delante, pero esto es una carrera, una pista y trabajaremos duro para progresar en Jeddah", valoró el luxemburgués. Si había notado a Alonso, tal y como él mismo admitió ayer, algo enfurruñado durante la pretemporada, habrá que ver ahora al asturiano ante estas primeras adversidades.

Alonso y el Emérito, el sábado en Bahrein.

Alonso y el Emérito, el sábado en Bahrein.RV RACING PRESS

Desde luego, Arabia Saudí no se presenta precisamente como el entorno idóneo para el AMR24. Aunque hace un año Alonso pudo cazar un podio a rebufo de los Red Bull, la vertiginosa cuerda de Jeddah debería privilegiar más a Ferrari o McLaren. Por no citar a los inabordables Red Bull. Tras devanarse los sesos durante el invierno para mejorar la velocidad punta, los ingenieros de Krack reclaman algo más de paciencia para evaluar el paso adelante. De momento, Lance Stroll fue sexto ayer en este apartado (326 km/h) y Alonso, décimo (324 km/h).

Verstappen siembra la desolación y Carlos Sainz vuela hacia el podio

Verstappen siembra la desolación y Carlos Sainz vuela hacia el podio

No hubo historia en el arranque del Mundial, porque Max Verstappen también impide a los rivales construir su relato. No da opción a la emboscada, ni al cuerpo a cuerpo en la trinchera, ni a la resistencia partisana. El dominio con el que Red Bull ha echado a rodar en 2024 resulta tan exagerado que la competencia ya husmea entre las migajas. Mad Max ganó con 22,4 segundos sobre Sergio Pérez, su compañero en Red Bull, el margen más amplio tras dos décadas en Bahrein. Y rubricó eso que en la F1 se llama Grand Chelem, el galardón que agrupa victoria, pole, vuelta rápida (1:32.608) y un liderato desde la salida hasta la meta. Entre el polvo del desierto, sólo una flor creció bajo las dunas. Una de color rojo, enarbolada por Carlos Sainz sobre tierra baldía.

El madrileño fue elegido por los aficionados como piloto del día con el 31% de los votos. En la meta, por supuesto, se le notaba exultante. Durante algún tramo de la carrera había soñado incluso con alcanzar a Pérez, pero la tercera plaza colmaba, sin duda, sus expectativas. Porque no se trataba simplemente del 19º podio de su vida, sino de un aldabonazo en el garaje de Ferrari.

Fernando Alonso, para qué negarlo, no tuvo ni la más mínima opción de hacer algo grande en Sakhir. Acabó noveno porque su coche no va mucho más allá, lo que debería poner en alerta a todo Aston Martin. Había partido desde la zona sucia y pronto descubrió que ni siquiera podría sujetar a los McLaren. En la tercera vuelta cedió paso a Lando Norris y un par de giros más tarde a Oscar Piastri. Con el morro de Lewis Hamilton tras su aletín, se sentía a merced, no sólo de un heptacampeón, sino casi de cualquiera.

"Más ritmo que los de delante"

Sainz, por contra, había enviado bien pronto un aviso para evitar malentendidos: "Tengo más ritmo que los de delante". Obviamente, hacía alusión a un Leclerc con los nervios destrozados, a quien no dudó en llevar al límite. En la corta distancia, tras una espectacular frenada en la curva 1, Sainz se apuntó el primer combate de lo que se antoja un Mundial agitadísimo en el box rojo.

No exageraba Carlos con sus predicciones, porque fue el único capaz de sostener por un rato el infernal ritmo de Verstappen. Pero quiso Ferrari que tras su primer pit-stop, en la vuelta 15, regresara al asfalto otra vez a la estela de Leclerc. Mientras el monegasco se quejaba de los frenos, su compañero era un disparo. A su vuelta rápida (1:35.507), de inmediato pulida por Verstappen, añadió una maravillosa maniobra frente a George Russell.

Para comprender la superioridad del campeón, el único que rodaba con regularidad en 1:35, quede también el dato de que sólo se demoró 20 minutos en doblar a Logan Sargeant. Superada la mitad de la prueba, su hueco ante Pérez se había ampliado a 15 segundos. Es decir, un promedio de cinco décimas por vuelta ante un rival con su mismo coche.

Bandera a cuadros para Sainz en Sakhir.

Bandera a cuadros para Sainz en Sakhir.AFP

Si había interés en comprobar cómo afectaría el frío a la degradación, las conclusiones resultaron bastante alentadoras para Ferrari. A Leclerc le avisaron de que sus Pirelli alargarían su vida más allá de lo esperado. Y Sainz, sobre un asfalto a tan sólo 22ºC, rodaba con constancia en 1:37. Además, Ferrari cumplió con creces con un segundo pit-stop, a 20 vueltas para la meta, en 2,2 segundos.

Stroll, desde el pozo

Red Bull tuvo que actuar de inmediato con Pérez, dado que su ventaja sobre Sainz no excedía de los dos segundos. El mexicano sabía que jugaba con ventaja y que contaba aún con una bola extra. Así quedó en evidencia durante su último relevo, cuando añadió otro segundo a su favor para alcanzar la meta con holgura.

Sin noticias de Russell, sin alardes de Norris, sin un solo coletazo de Leclerc, el espectáculo declinaba. Red Bull había sembrado la desolación y el resto bastante tenía con completar las 57 vueltas. Alonso, sin ir más lejos, tuvo que sujetarse a duras penas en el top-10. Nunca se sintió competitivo ante McLaren o Mercedes, por mencionar sólo a los adversarios más a su alcance. Y aún más preocupante fue cómo fue perdiendo terreno ante Lance Stroll, que se había desplomado al pozo tras un toque en la primera curva con Nico Hulkenberg. Por una vez, el canadiense no perdería la compostura, sino que fue adquiriendo, poco a poco, gran consistencia.

Fernando sólo había atraído la atención de las cámaras con un par de maniobras ante Guanyu Zhou. Pero su primer stint con los duros resultó muy preocupante. Y ni siquiera tuvo suerte en el casino, a la espera de un golpe de suerte en forma de safety car. Nada menos que 25 vueltas esperando nada. No obstante, nadamás renovar el calzado, su AMR24 ya parecía otro. Si Stroll pretendía cruzar la meta por delante, no sabía con quien iba a jugarse los cuartos. Alonso se quitó de encima a su compañero con una feroz maniobra. Su único desquite en un sábado, que como él mismo reconoció por la radio, se le hizo eterno.

El Rey Emérito vuelve a la F1: visita por sorpresa al ‘paddock’ y bromas con Carlos Sainz

Actualizado Sábado, 2 marzo 2024 - 01:01

La previa de la sesión clasificatoria del GP de Bahrein se vio animada el viernes por la visita del Rey Juan Carlos I, que quiso pisar de nuevo un paddock de la Fórmula 1. Fue la primera aparición del monarca en el Gran Circo desde el GP de México de 2021 y tuvo carácter privado. El Emérito, gran aficionado a las carreras, no perdió la oportunidad de saludar a viejos conocidos como Pedro de la Rosa o Marc Gené y siguió la evolución de la qualy en compañía de Carlos Sainz, cuádruple ganador del Rally Dakar.

La llegada del Rey a bordo de un carrito de golf provocó el habitual revuelo en el ya de por sí animado ambiente de la F1. Sin embargo, su presencia pilló con el paso cambiado a Fernando Alonso y Carlos Sainz Jr, que venían de cerrar con un doblete los últimos entrenamientos libres en Sakhir. Por motivos de seguridad, el monarca guarda con recelo cada una de sus visitas. Y por la obligada discreción, Aston Martin y Ferrari prohibieron a la prensa la distribución de material fotográfico.

En cualquier caso, la cercanía de ambas escuderías en el paddock facilitó las cosas a Don Juan Carlos, que apenas tuvo que caminar unos pasos para acceder a sus respectivas instalaciones. Poco antes de las seis de la tarde fue recibido en el hospitality de Ferrari por la familia Sainz. Y una media hora después salió acompañado del bicampeón mundial para sentarse en la terraza ante un televisor de grandes dimensiones.

Del Jarama a la Fórmula E

Sainz, un convencido defensor de la figura del monarca, le informó de cada detalle de lo que sucedía sobre el asfalto. Ataviado con unos cascos, el Rey también dispuso de línea directa con el garaje de Frédéric Vasseur. A pesar de su movilidad reducida, el monarca mostró su habitual buen humor tanto con De la Rosa, embajador de Aston Martin, como con Gené, su homólogo en Ferrari. Por no mencionar el ambiente distendido que se percibía junto al gran dominador del Dakar en la última década.

La pasión de Juan Carlos I por la F1 se remonta a varias décadas atrás. De hecho, los aficionados más veteranos suelen recordar su papel de mediador en el conflicto entre Jean Marie Balestre, Bernie Ecclestone y los pilotos durante el controvertido GP de España de 1979, disputado en el Jarama. Aquella amistad con Ecclestone le permitió seguir acercándose de forma oficial al Gran Circo incluso después de 2014, año de su abdicación.

La última visita del Emérito que había causado gran expectación en el entorno de Liberty Media se remontaba al GP de Abu Dhabi 2018, el mismo domingo que Alonso cerró por primera vez la puerta con un "Hasta luego". En los últimos tiempos, su presencia en los circuitos se redujo al E-Prix Diriyah, una de las citas Mundial de Fórmula E, disputada en Riad a comienzos de 2023. En el caso de Bahrein, los fuertes lazos con la dinastía local, especialmente con el titular del trono, Hamad bin Isa bin Salman Al Jalifa, han facilitado aún más la llegada de Don Juan Carlos a un Gran Premio que este año celebra su 20ª edición.

Verstappen borra la sonrisa de Sainz y Alonso en Sakhir con su 'pole' 33

Verstappen borra la sonrisa de Sainz y Alonso en Sakhir con su ‘pole’ 33

Terminaron las especulaciones, cayeron las caretas y Max Vestappen arrancó el Mundial 2024 como había cerrado el anterior. Riendo a carcajadas bajo el casco tras su primera 'pole' del año (1:29.179), con 22 centésimas sobre Charles Leclerc y 30 ante George Russell. No hubo modo de presentar batalla por parte de los españoles, porque Carlos Sainz, cuarto, y Fernando Alonso, sexto, aún necesitan más impulso a una vuelta.

Hablase en serio o no, lo cierto es que nada más cruzar la meta, Verstappen pensaba que no sería suficiente. De hecho, Leclerc había marcado un 1:29.165 en la Q2. Pero cuando Gianpiero Lambiase hizo oficial su 33ª pole, el campeón estalló de felicidad. "No tienes que disculparte, porque fue un buen comienzo", le dijo su ingeniero de confianza. Ferrari, que venía cuestionando la hegemonía de Mad Max desde los test, debió resignarse al gesto torcido de Leclerc.

Y lo grave del asunto ahora es el ritmo que Verstappen amenaza con imponer camino de la victoria. El mismo con el que aterrorizó durante sus simulaciones en la última sesión libre del viernes. Ni siquiera Leclerc y Russell esperan un milagro. Las dos posiciones del podio se antojan el único tesoro al alcance. Por ellas pugnarán Sainz y Alonso, cuarto y sexto, cada uno con sus matices.

Todo a una carta

El asturiano jugó a contracorriente en la Q3, esperando su turno y apostándolo todo a una bala, cuando sus adversarios dejaron la pista libre. Gracias a un fantástico sector intermedio, donde estableció récord provisional, pudo auparse por delante de Lewis Hamilton y los McLaren. Y sólo cedió ante Sergio Pérez por cinco milésimas. Sainz, por su parte, acabó cediendo esa maldita décima que tanto tiempo le viene martirizando ante Leclerc (1:29.507).

Ferrari, al menos, pudo comprobar la agilidad de su SF24 en las zonas más sinuosas de Salhir, donde plantó cara a Verstappen. El neerlandés, con un 1:29.374 en el inicio de la Q2, disponía de carta blanca para ahorrar gomas, mientras el resto debía emplear un juego extra. Quien mejor las exprimió fue Leclerc aventajando a su némesis en más de cinco décimas en el segundo y último sector.

El provecho también fue apreciable para Alonso, que había salido a la Q2 con calzado nuevo, aunque lejos del liderato. Su segundo intento, algo más afinado, le iba a colocar quinto, a 69 centésimas de Leclerc. La temperatura del asfalto descendía a 21ºC y Mercedes seguía sudando más de lo debido. George Russell, investigado por no seguir las instrucciones del director de carrera, hubo de apurar hasta el último instante, igual que Hamilton. La decepción, sin paliativos, fue Lance Stroll, decimosegundo, a casi una décima del corte, establecido por Oscar Piastri.

Hamilton, en apuros

En la Q1, el canadiense ya había tenido que esperar a su intento postrero para librarse de la quema, pero su crono, a sólo 56 milésimas de la cabeza, dejaba pistas sobre el brío del Aston Martin. También sufrió algo más de lo esperado Hamilton, con un 1:30.4 que le colocaba a medio segundo de Sainz. Su noveno puesto final en la parrilla, por delante de un Haas, no puede dejar satisfecho a nadie en el garaje de Mercedes,

Por la zona baja, la única sorpresa positiva fue la velocidad de Alex Albon, incrustando su Williams entre los Mercedes. En el otro lado de la balanza, subrayar el batacazo de Alpine, con sus dos monoplazas hundidos en el pozo. Mientras, Otmar Szafnauer, ex jefe de la escudería francesa, paseaba por el paddock con una ostentosa acreditación VIP.