Verstappen aprovecha las facilidades en Montmeló

Verstappen aprovecha las facilidades en Montmeló

McLaren ya cuenta con un coche tan veloz como Red Bull, pero Max Verstappen sigue haciendo la diferencia. No hay modo de acabar con su supremacía. Ni siquiera en Montmeló, donde redondeó una fantástica actuación para disgusto de Lando Norris. En los momentos críticos, el líder del Mundial atacó sin miramientos. Ya en cabeza, controló impertérrito. Fue su cuarta victoria en Barcelona, con la que iguala el récord de Lewis Hamilton -tercer clasificado- y Michael Schumacher.

Cada semana, Verstappen se lleva por delante algún registro, como estos 106 podios, a la altura ya de Alain Prost y Fernando Alonso. Tras siete victorias en 10 carreras, su ventaja se extiende ya a 69 puntos sobre Norris, visiblemente abatido en el podio. Poco puede consolarle su premio de mejor piloto del día o su bonus de la vuelta rápida (1:17.115). El británico, aun con sus fantásticas cualidades, aún no parece preparado para desafiar a Mad Max en la lucha por el título.

Tampoco hubo consuelo para Carlos Sainz y Fernando Alonso, relegados a la intrascendencia ante su público más incondicional. La sexta posición del madrileño a 31 segundos del vencedor, no habla precisamente bien de las evoluciones de Ferrari. El bicampeón mundial, por su parte, ni siquiera se vio en condiciones de pelear por los puntos. Acabó decimosegundo, el primero de los doblados, en una tarde saldada sin un solo abandono ni safety car.

1,9 segundos en el 'pit-stop'

Norris, autor de la pole, reaccionó unas décimas tarde y quiso paliar los daños enviando a Verstappen a la hierba. Por el exterior, Russell avanzaba sin oposición para salir de la primera curva en cabeza. No hubo castigo alguno por parte de los comisarios, aunque tampoco parecía necesitarlo Verstappen, que a la primera oportunidad abrió sus fauces para devorar al Mercedes.

En una carrera tan estratégica, el cuidado de los neumáticos se convierte casi en una obsesión. Y el momento idóneo para cada pit-stop resulta tan crucial como las propias prestaciones. George Russell rompió la baraja en la decimoquinta vuelta, pero un error con la pistola casi le cuesta la posición ante Sainz. Tres giros más tarde, Red Bull sí cumplió puntualmente con Verstappen (1,9 segundos).

Ferrari había dividido su plan, quizá para evitar más rifirrafes como el de la salida, cuando Charles Leclerc rozó la rueda trasera derecha de Sainz. Bryan Bozzi pidió por radio al monegasco que gestionara los blandos, con los que pudo aguantar 24 vueltas. Llegaría a liderar, claro, pero sin el milagro del safety car poco cambiaría para él. Mientras, Sainz se las vio ante Hamilton en un durísimo cuerpo a cuerpo que no iba a merecer investigación. "No entiendo por qué hay una normativa, porque no la seguimos", espetó el madrileño.

Gran batalla frente a Russell

Tampoco comprendía Leclerc por qué sus ingenieros se habían decantado por el Plan A. En verdad, las dificultades de Ferrari se ceñían al ritmo, inferior al de Mercedes y McLaren. Con el primer relevo de medios, Norris dio un recital. Tras desembarazarse de Sainz y Hamilton, su batalla frente a Russell en la vuelta 35 pudo considerarse, de largo, lo mejor del domingo.

Lando exprimía el potencial del MCL38, con el que redujo a la mitad la desventaja. "Estos neumáticos son inconsistentes", lamentaba Max, con sólo cuatro segundos de ventaja. Para ese segundo pit-stop, Sainz y Russell habían optado por el duro, mientras Verstappen y Norris recurrieron al blando. Aún había margen para soñar con el triunfo, pero McLaren lo dilapidó con una parada a paso de tortuga (3,6 segundos).

Cuando Lando se reincorporó a pista, a falta de 19 giros, perdía siete segundos, así que Verstappen sólo tuvo que controlar desde la distancia. Poco a poco, todo se había recolocado también en Mercedes y Ferrari. Russell, con los duros, cedió paso a Hamilton y Sainz hizo lo propio frente a Leclerc, que volaba con los blandos.

De salida, Alonso quedó malparado por un toque que le hizo perder la posición ante Sergio Pérez y Nico Hulkenberg. Pese a que supo regresar al asfalto desde el otro lado de los bolardos, Aston Martin no encontraba modo de enderezar el rumbo y el asturiano aún cayó otros dos puestos.

A ocho vueltas para la bandera a cuadros, ondearon las banderas azules para el asturiano, el octavo de la parrilla doblado por los líderes. Mientras Pierre Gasly y Esteban Ocon, octavo y décimo, constataban la mejoría de Alpine, Alonso rodaba a casi 20 segundos del Haas de Nico Hulkenberg. Dos puestos por detrás del bicampeón, Lance Stroll confirmaba el desplome de Aston Martin.

Norris arrebata la 'pole' a Verstappen en Montmeló

Norris arrebata la ‘pole’ a Verstappen en Montmeló

Desde 1991, año de su debut en el Mundial, sólo cuatro pilotos vencieron en Montmeló sin salir desde la primera línea de la parrilla. Un dato que se complementa con otro aún más rotundo, ya referido al vigente siglo: desde 2001, sólo cinco pilotos lograron ganar sin partir desde la pole. Por tanto, el logro de Lando Norris (1:11.383) debe hacer rebosar de optimismo a McLaren, que vio cómo su piloto arrebataba ese logro a Max Verstappen. Por sólo dos centésimas, en su último intento, sin opción alguna para la réplica. La segunda pole para el británico, casi tres años después del GP de Rusia 2021. Un pequeño zarandeo para Red Bull, cada semana más asediado por McLaren, Mercedes y Ferrari.

Así se ordenan ahora mismo las jerarquías del Mundial, con los seis primeros en 35 centésimas. Lewis Hamilton, George Russell, Charles Leclerc y Carlos Sainz, por ese orden, exprimieron sus mecánicas para acercarse a la cabeza, aunque sin encontrar manera de desafiar a Norris y Verstappen, algo más que dos líderes para Red Bull y McLaren. Sergio Pérez, 65 centésimas más lento que Mad Max, partirá octavo, mientras Oscar Piastri ni siquiera pudo marcar un tiempo válido, por culpa de una salida de pista en la curva 12.

Aletargado, fuera de foco, Verstappen se había pasado el fin de semana haciendo el Tancredo. Hasta que en la Q2 paró el reloj en 1:11:653, con dos décimas sobre Norris y Sainz. En un coche menos estable de lo habitual, el neerlandés debía emplearse a fondo para que la competencia no le quitase la merienda. El domingo necesitará un golpe estratégico para llevarse los 25 puntos. No hay que olvidar que en 2016, con 18 años, conquistó aquí su primera victoria partiendo desde la cuarta posición.

Difícil imaginar un desenlace más cruel para Fernando Alonso, empecinado en alcanzar la Q3, un listón demasiado ambicioso ahora mismo para Aston Martin. Los ingenieros habían decidido que Lance Stroll lo intentase sin tráfico, pero el canadiense no cumplió con su parte del trato (1:12.372).

Sin los Visa Cash App RB, eliminados en la Q3, la batalla se presentaría esta vez con Sauber y Alpine. Aun sin actualizaciones aerodinámicas, el equipo francés volvió a exhibir sus mejoras. Logró meter a Pierre Gasly y Esteban Ocon, un binomio que lleva varias semanas tirándose los trastos a la cabeza. Sólo fueron 19 milésimas, suficientes para que Alonso (1:12.128) quedase apeado, justo por detrás de su ex compañero en Alpine.

Tras el primer intento, Verstappen (1:11.673) dominaba con cierta autoridad, con 12 centésimas sobre Norris y 25 ante Leclerc, que cerraba el grupo de favoritos. El líder del Mundial negociaba como nadie la la última curva, mientras Ferrari sufrían demasiado, salvo en el primer sector. Mercedes se había colocado en segunda línea de la parrilla. T

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Verstappen gana esperando y Ferrari se desangra en Montreal

Hasta este fin de semana, sólo Michael Schumacher (Silverstone 2012) y Lewis Hamilton (Singapur 2017) habían alcanzado las 60 victorias en la Fórmula 1. A Max Verstappen aún le queda trecho para equipararse con los heptacampeones, pero ya cuenta con otro récord más en los libros de la Fórmula 1. Sin la tremenda superioridad mecánica de hace no tanto, Mad Max ganó en Montreal porque se equivocó menos que Lando Norris y George Russell, sus compañeros en el podio. Y eso, sobre las endemonionadas condiciones del asfalto, tuvo su mérito. Pregunten, si no, a Fernando Alonso, empeñado en sostenerse entre los mejores con su sexto puesto, justo por delante de Lance Stroll.

Entre los charcos y los surcos secos, en un domingo donde cada titubeo se penalizaba con un par de posiciones, Verstappen lo hizo más fácil que el resto. También Red Bull, con un plan estratégico más riguroso que McLaren. Los 25 puntos de Montreal, sumados al estrepitoso fiasco de Ferrari, duplican su ventaja en el Mundial. Alonso, por su parte, ya se daba por satisfecho nada más cruzar la bandera a cuadros: "Fue una carrera muy difícil, que salvamos lo mejor que pudimos".

Desde la misma salida, que la FIA había validado sin recurrir al safety car, hubo sobradas razones para multiplicar las precauciones. Poco hubo de reseñable cuando se apagó el semáforo, salvo el adelantamiento por fuera de Alonso a Daniel Ricciardo, más el toque en la curva 2 entre Sergio Pérez y Pierre Gasly. Haas fue el único que asumió el riesgo de los neumáticos de lluvia extrema. Kevin Magnussen, desde la decimocuarta plaza y Nico Hulkenberg, desde la decimoctava, nada tenían que perder. Sólo implorar al cielo para que siguiese lloviendo. En ocho vueltas, ambos recuperaron 10 posiciones, antes del paso por boxes del danés. Asomaban los primeros rayos de sol y todos aprovechaban los primeros carriles de las trazadas.

"Esto es por lo que sucedió en Miami"

Verstappen se acercaba con prudencia a la cabeza, sin aviesas intenciones y fuera del alcance de los McLaren. Hasta que un error en la decimoséptima vuelta, poco antes de que se permitiera el DRS, empezó a cambiar el panorama. Norris aprovechó las facilidades en la última chicane, antes de marcharse como un disparo hacia Russell. Su precisa maniobra debió de desesperar al británico. De otro modo no se explica su calamitoso fallo, que le regalaría la posición a Verstappen.

Los radares llevaban ya un rato anunciando con insistencia el regreso del agua. No faltaban alicientes cuando Logan Sargeant estrelló su Williams en una zona demasiado peligrosa. Tanto como para hacer inevitable el safety car. Un golpe de fortuna para Red Bull, que ordenó el inmediato paso de Verstappen por boxes, mientras McLaren no acertaba a cumplir con Norris. Donde las dan las toman, pensaron en la escudería austriaca. "Esto es por lo que sucedió en Miami", recordaron a Mad Max, que había perdido aquella victoria frente a Norris por otro coche de seguridad.

Con más de la mitad de carrera por delante, Verstappen atrapaba al fin la primera plaza. En la elección de las últimas gomas, a la espera del momento idóneo para retirar las de mojado, se resolvería todo. El primer envite, totalmente a la desesperada, lo lanzó Ferrari con Charles Leclerc, perdido en las profundidades. Una avería en el motor provocaría su retirada.

Hubo que esperar un poco más para el primer órdago serio, de Mercedes con Lewis Hamilton. Por entonces, la zona más resbaladiza se situaba en las curvas 1 y 2, aunque el resto del circuito tampoco permitía la mínima indecisión. Sólo alguien heterodoxo como Alex Albon podía animarse a una maniobra tan genial ante Esteban Ocon y Ricciardo, justo antes de la recta de meta. El resto, incluidos los favoritos, debían conformarse con subsistir.

Alonso se había batido rueda con rueda frente a Hamilton, equiparando sus cronos con los de los favoritos. Tanto empeño quedó devaluado por los mecánicos de Aston Martin, con 4,3 segundos en el pit-stop. En su regreso a la pista, el asturiano ya se temió lo peor: "Quizá deberíamos haber montado las gomas para seco". Dos minutos después, cuando le confirmaron el parte meteorológico, Fernando supo que las 19 vueltas que le quedaban con el intermedio de lluvia se harían largas.

en busca del 'overcut'

Red Bull emuló de inmediato a Mercedes, mientras McLaren mantuvo a Norris, en busca del overcut. Había escasísimo margen entre ambos y así quedó patente en la reincorporación del británico. A la desesperada, con el coche cruzado, buscaba tracción Lando por el carril seco. No hubo suerte para la gente de Woking. Aun sin poder acercarse a los pianos, Verstappen se perfilaba como gran favorito. Tampoco el último safety car truncaría sus opciones.

La neutralización, en este caso, debió atribuirse a Carlos Sainz, con una pifia en la curva 7 que dejaría fuera de combate a Albon. Aunque supo sacar el Ferrari de la pradera empapada, nada quedaba ya por delante para el madrileño. Este doble abandono, apenas un par de semanas después del confeti en Mónaco, deja muy tocada a la gente de Maranello. Tampoco Sergio Pérez recordará con nostalgia un domingo donde acabaría sin alerón trasero. El bagaje de Checo en las tres últimas citas se reduce a los cuatro puntos de Imola.

Una 'pole' con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Una ‘pole’ con el mismo tiempo, 27 años después: la euforia de George Russell y el desplome de Ferrari en Montreal

Difícil recordar una sesión clasificatoria tan dispar, tan divertida, tan necesaria. George Russell conquistó en Montreal la segunda pole de su vida, con el mismo crono que Max Verstappen (1:12.000). Desde el GP de Europa de 1997, la Fórmula 1 no asistía a un desenlace similar. Y desde el GP de Bélgica 2021, con sus dos coches fuera de la Q3, Ferrari no fracasaba de un modo tan insolente. Entre tantos sobresaltos, Fernando Alonso pudo al menos salvar la situación para Aston Martin, con un sexto puesto en la parrilla que bien debe dejarle satisfecho.

Había que oír gritar a Russell cuando le cantaron por radio la buena nueva. Y ver la cara de satisfacción de Verstappen, víctima de numerosos problemas a lo largo del fin de semana, ante las cámaras. Las actualizaciones aerodinámicas habían convertido a Mercedes en la referencia, mientras Red Bull tenía que esforzarse como uno más. Otro síntoma de que algo anda cambiando en el Mundial 2024.

En verdad, Red Bull había perdido por el camino a Sergio Pérez, recién renovado hasta 2025. Por tercera carrera consecutiva, el mexicano no lograba alcanzar la Q2, sin poder alcanzar siquiera a Daniel Ricciardo y Yuki Tsunoda, los pilotos de Visa Cash App RB, filial de la escudería austriaca. Sobrevolaban las nubes por el Circuito Gilles Villeneuve, sin descargar nunca con la intensidad esperada, mientras Checo pagaba su frustración a base de puñetazos.

El susto en la curva 4

Verstappen ya había padecido lo suyo, salvando la papeleta en la Q2 al volante de un RB20 inestable, impredecible. Russell también pudo esquivar el desastre con un rectificado en la curva 4, rematado con un alarido: "Santo Cielo". En ese momento, el más inspirado parecía Lewis Hamilton, dominador en el primer parcial, el más decisivo en este trazado. Sin embargo, el heptacampeón se vino abajo en el momento decisivo y partirá séptimo.

Aunque si algún equipo estuvo irreconocible, sólo cabe señalar a Ferrari. Sin estabilidad, sin velocidad en un trazado donde se perfilaban como favoritos, Carlos Sainz y Charles Leclerc cayeron con estrépito en la Q2. Dos semanas después de su triunfo en casa, el monegasco andaba tan furioso que ni siquiera quiso decir nada en caliente. Carlos, algo más comedido, hizo hincapié en la falta de agarre.

"No vamos a ninguna parte"

Esas gotas caprichosas, ese continuo abrir y cerrar de paraguas, terminaron por desquiciar a Ferrari. No aprovecharon un rebufo, no encontraron soluciones en una pista siempre cambiante y perdieron la batalla ante el Williams de Alex Albon. Cuando pudo tranquilizarse, el veredicto de Leclerc ante los micrófonos resultaba demoledor: "En condiciones de seco simplemente no vamos a ninguna parte. El coche, sencillamente, se siente mal".

En esas aguas procelosas, Aston Martin supo al menos optimizar sus recursos. Durante la Q3, después de que todos optasen por los neumáticos usados para su primer intento, Alonso se sacó de la manga una fantástica vuelta (1:12.228), casi medio segundo más rápido que Lance Stroll. Trepar tres posiciones más hasta el podio, desde luego, se antoja casi una fantasía ante McLaren. Porque Lando Norris y Oscar Piastri, tercero y cuarto, se perfilan con más opciones de pelear contra Russell y Verstappen que de ceder terreno ante el AMR-24.

Hamilton y Alonso recuperan el aliento en Mónaco

Actualizado Viernes, 24 mayo 2024 - 15:22

Lewis Hamilton lleva tres años en Mónaco sin rodar una sola vuelta de carrera entre los tres primeros. Desde su victoria en 2019, el heptacampeón no encuntra modo de acercarse a su cuarta victoria en el Principado, pero al menos este viernes llevó algo de esperanza a Mercedes. Suyo fue el mejor crono de la primera sesión libre (1:12.198), por delante de Charles Leclerc y George Russell. A esa ola de optimismo también pudo subirse Fernando Alonso, sexto a 60 centésimas, mientras Carlos Sainz finalizó décimo, a 81.

"El volante pesa demasiado, así que necesito un poco más de asistencia", detalló el asturiano por radio. Porque sólo sintiéndose cómodo hay opciones de remontar el vuelo en Mónaco, donde Aston Martin volvió al alerón trasero previo a Imola. La configuración específica de Mónaco, sin ofrecer resultados espectaculares, bastó al menos para meter a los dos monoplazas verdes por delante de Red Bull.

Siempre hay que valorar con precaución los tiempos del viernes, aunque la irrupción de Mercedes y los problemas del RB20, undécimo y decimosegundo, acaparen los titulares. Ferrari, como apuntaban los pronósticos, dará batalla hasta el final, en cerrada pugna con McLaren.

Nubarrones negros

A falta de un cuarto de hora para el final, Guanyu Zhou se dejó el endplate del Sauber en Beau Rivage y los restos de fibra de carbono casi provocan un destrozo a Leclerc. La bandera roja duró muy poco, aunque nada más reanudarse la acción Kevin Magnussen se cruzó en el camino de Yuki Tsunoda a la entrada del pit-lane. A la iracunda reacción del japonés siguió la investigación de los comisarios.

Tras las montañas acechaban nubarrones negros, que descargaron unas gotas casi imperceptibles. No hubo necesidad de neumáticos de mojado, pero sí de paciencia para evaluar la confusión en Red Bull. Después de un inicio alentador, Max Verstappen lanzó demasiados mensajes por radio. Y ninguno bueno: "Tengo problemas con los baches y cualquier corrección sólo empeora las cosas". Sergio Pérez, ganador en el Principado hace dos años, tampoco se encontraba precisamente cómodo.

"Algunas vueltas buenas"

Las trampas de Mónaco acechan en cada rincón, en cada bajada a la piscina, donde Hamilton y Sainz bloquearon in extremis. Aún cuenta con margen de mejora el madrileño si quiere igualar sus fantásticas actuaciones de 2021 y 2022. El primer desafío será poner en aprietos a Leclerc, cuya velocidad fue elogiada por Bryan Bozzi, su nuevo ingeniero. "Estás haciendo algunas vueltas buenas". En una de ellas, antes de probar el neumático medio, el monegasco besó las protecciones camino de la Rascasse.

Como cierre negativo, una mención a Alpine, que venía progresando desde Miami, pero que esta vez sufrió sendas averías. La más grave, para Pierre Gasly, con sólo 10 vueltas en su casillero y último en la tabla. Esteban Ocon, decimoctavo, ni siquiera pudo con el Williams de Logan Sargeant.

Verstappen sujeta a Norris en el 'via crucis' de Alonso en Imola

Verstappen sujeta a Norris en el ‘via crucis’ de Alonso en Imola

Tanto cacareo con el ritmo de Ferrari y McLaren en las tandas largas, tantos homenajes a la leyenda de Ayrton Senna, tantas historias de la vieja en Imola, tantos comentarios por sus fallos del viernes en el segundo sector, para otra victoria de Max Verstappen, la quinta tras siete carreras en 2024. Sólo el arrebato postrero de Lando Norris, que recortó seis segundos en las nueve últimas vueltas, dio un toque de distinción al domingo. Poco que llevarse a la boca en el Autodromo Enzo e Dino Ferrari, donde ni siquiera el podio de Charles Leclerc colmó las fantasías de los ferraristas.

Salido de la nada, como una brisa naranja entre el bochorno de los pinos, el ataque de Norris hizo despertar de su letargo a Mad Max. Las 72 centésimas en la meta, uno de los márgenes más estrechos que se recuerdan, hablan mejor de la exponencial progresión de McLaren que del genuino dominio del amo del Mundial. Verstappen mantuvo la calma para gestionar su ventaja en una situación delicada, cierto. Además, se benefició de un trazado donde cada adelantamiento se paga tan caro como el coltán. Pero de una manera u otra siempre se termina saliendo con la suya.

De poco valió el flamear miles de banderas rojas en Imola, porque las actualizaciones aerodinámicas de Ferrari abrieron el cuarto podio del año para Leclerc, aunque quedaron muy lejos de suponer un salto cualitativo. Carlos Sainz, quinto bajo la bandera a cuadros, sólo tuvo una baza ganadora, pero en la lotería del coche de seguridad, tan habitual en Imola, no hubo ni opción para la pedrea.

Piastri, la sombra de Sainz

Desde las profundidades del averno, Fernando Alonso cruzó último la meta tras la retirada de Alex Albon. No por esperado, resultó menos tortuoso el via crucis, aunque Lance Stroll terminaría salvando un noveno puesto, justo por detrás de los Mercedes y Sergio Pérez. Aston Martin, más pendiente de recopilar datos para el futuro que de la propia remontada, tenía que salirse del carril. Partiendo desde el pit-lane, Alonso fue el único de la parrilla, con permiso de Pierre Gasly, que montaría de inicio neumáticos blandos. Entre los favoritos, todos con medios, salvo Pérez, fuera de posición con los duros.

Aun con las lógicas precauciones, Sainz buscó la sorpresa de salida, pero se vio obstaculizado por Norris en la primera curva. Sin margen para los milagros, Leclerc se mantenía a la sombra del británico, mientras Carlos pugnaba por salir del DRS de Oscar Piastri. Dada la imposibilidad de adelantar, cada cual cuidaba con celo su viña.

Alonso ni siquiera se planteó el adelantamiento ante Logan Sargeant y en la séptime vuelta fue llamado a boxes para montar el compuesto duro. A la salida del pit-lane, el freno delantero izquierdo del Aston Martin iba a sufrir un pequeño incendio. De igual modo, Williams refrescó las ruedas de Albon, con error incluido, dado que los mecánicos no ajustaron bien la delantera derecha del tailandés, que bastante hizo con arrastrar su monoplaza de nuevo al garaje. Quien advirtió de que Imola se antojaba un simulacro de Mónaco, con la consabida fila india, no andaba precisamente equivocado.

El 'undercut' de McLaren

Decían los ingenieros que en las simulaciones del viernes, Leclerc había sido más rápido y Norris más regular, lo que a largo plazo menguaba las posibilidades del monegasco para atacar la segunda plaza. Cumplida la vigésima vuelta, Verstappen había aprovechado el aire limpio para alejar seis segundos al McLaren. Ni siquiera le penalizó un salto al vacío en la variante de Acque Minerali.

La potencia del undercut quedó validada por McLaren, que se anticipó a Ferrari. Por lentitud o por convicción, mantuvieron a Leclerc tres vueltas más que Norris y a Sainz, cuatro más que Piastri. En ese impasse, cualquier safety car hubiese cambiado por completo el escenario. Pero los dioses no obraron el milagro y el madrileño cedió la posición a Piastri. Quinto, a seis segundos del australiano, a Sainz se le había acabado la tela que cortar.

Entre bostezos, los tifosi asistían al desfile triunfal de Verstappen, mientras Lewis Hamilton se daba un garbeo por la grava. Un domingo más, Mercedes transitaba por tierra de nadie, aunque el heptacampéon se diese el capricho de rebasar a Pérez en la curva 1.

El trámite de las 33 vueltas con el compuesto duro tampoco iba a ser del gusto de Alonso. El ritmo tan mediocre del AMR24, rozando el 1:23 por vuelta, le equiparaba con los Sauber y Fernando debía dejar paso a Esteban Ocon. Unos metros por delante, Stroll se batía ante Nico Hulkenberg por la décima plaza. Con el termómetro a 27ºC, tras darse de tortazos por una sombra y un refresco, los hinchas locales llegaron al suspiro cuando Leclerc perseguía a Norris en el radar del DRS. Il Predestinato, pasado de revoluciones, erró con los frenos en la Variante Alta. Y ya no volvió a asomar tras el alerón del McLaren.

Verstappen iguala a Senna en Imola y Alonso cae al pozo

Actualizado Sábado, 18 mayo 2024 - 17:30

Qué mejor tributo a Ayrton Senna que igualar uno de sus récords. Tras un fin de semana más bien insulso en Imola, Max Verstappen estableció su octava pole consecutiva (1:14.746) -39ª en el total- como ya hizo el ídolo paulista entre 1988 y 1989. Mientras Sergio Pérez caía de mala manera en la Q2, el líder de Red Bull voló al volante el RB20, dejando con un palmo de narices a los tifosi, que ni siquiera vieron a Ferrari por delante de McLaren. Oscar Piastri, a 74 milésimas de la cabeza, y Lando Norris, a 91, frustraron a Charles Leclerc y Carlos Sainz, cuarto y quinto respectivamente.

"Es muy especial, porque conmemoramos aquí el 30º aniversario de su muerte. Un bonito homenaje", comentó Verstappen nada más quitarse el casco. Su valentía a la hora afrontar las dos primeras variantes (Tamburello y Villeneuve) marcó la diferencia en Imola (236,4 km/h de media) para desdicha de miles de ferraristas. Los fanáticos seguirán añorando aquel trienio maravilloso (2002-2004) comandado por Michael Schumacher y Leclerc aún deberá aguardar otro fin de semana para empatar las 24 poles de Niki Lauda.

Aunque ninguna desgracia pudo equipararse a la de Fernando Alonso, que partirá desde la última línea de la parrilla (o desde el pit-lane) víctima de su nefasto sábado. El feo accidente de la mañana había obligado a Aston Martin a cambiar íntegramente la unidad de potencia del asturiano. Aún con la lógica angustia pudieron recuperar a tiempo el coche, pero un error del bicampeón a la salida de Tamburello terminó por condenar sus ya menguadas aspiraciones. Con 1:16.917 sólo quedó por delante de Logan Sargeant, que ni siquiera pudo marcar un tiempo válido.

Hulkenberg y Tsunoda

A 28ºC, la temperatura más alta del fin de semana, el neumático medio ofrecía un rendimiento casi equiparable al blando, por lo que Ferrari y George Russell se permitieron la licencia de iniciar con él la Q1. No sólo eso, sino que Leclerc, con esa goma ya usada, acabó a sólo 61 milésimas de Verstappen (1:15.762).

Nico Hulkenberg (1:15.841), debutante sobre este asfalto a los 36 años, y Yuki Tsunoda (1:15.894) llevaron la euforia a Haas y Visa Cash RB, colándose en el top-5. Para entender la igualdad reinante, reseñar que los ocho primeros rodaron en un margen de 25 centésimas. Pierre Gasly, al volante del recuperadísimo Alpine, clavó el tiempo de Sainz, también con los medios en su Ferrari.

El asunto volvería a ponerse bravo en la Q2, con Verstappen demostrando que los errores del viernes no habían afectado a su moral (1:15.176). En su pelea con Leclerc volvió a entrometerse el volador Tsunoda (1:15.358), a tres centésimas del monegasco, mientras Sainz bastante hacía con mantener el sexto puesto ante los McLaren.

Aún más doloroso resultó el desenlace para Pérez, medio segundo más lento que Mad Max y expulsado de la fiesta por Daniel Ricciardo. Apenas una centésima, sí, pero por primera vez desde el GP de Singapur 2022, la filial de Red Bull metía sus dos coches en la Q3. "Qué desastre", admitió por radio el mexicano.

Lando Norris lleva al delirio a McLaren en Miami

Lando Norris lleva al delirio a McLaren en Miami

La espera, cifrada en 109 carreras desde su debut en el Mundial, bien ha merecido la pena para Lando Norris, que al fin pudo paladear en Miami, con ocho segundos de margen ante Max Verstappen, la primera victoria de su vida. Casi tres años después del GP de Italia 2021, McLaren descorchó otra vez el champán sobre uno de sus monos papayas. El delirio en la escudería de Woking, con Zak Brown, su team principal al frente. Quinto en la parrilla, impulsado por un monoplaza con muchas mejoras, el británico tuvo el ritmo y también la suerte. Porque sin ese safety car en el momento oportuno, nada hubiese sido posible ante Mad Max. Bienvenidas sean, en cualquier caso, las alternativas. La Fórmula 1 las necesita como el aire.

Se quejó Verstappen del subviraje y la falta de agarre. Charles Leclerc, tercero en el podio justo por delante de Carlos Sainz, sonreía con deportividad. Ni Red Bull ni Ferrari pudieron seguir el rastro de Norris en el segundo tramo de la carrera. Tras su abandono en la sprint race, Lando se dio el gran homenaje en el sofocante domingo de Florida. El manteo de sus mecánicos, poco después de la felicitación de Fernando Alonso, sólo representó el preludio de una fiesta inolvidable. Pocos sitios como Miami para celebrar. Hasta el hierático Andrea Stella, director deportivo, parecía quebrarse en el podio bajo los acordes del God save the King.

El desaforado ambiente de siempre de las zonas VIP, con el volumen de la música desafiando el rugido de los monoplazas. Los 47ºC sobre el asfalto no pasaron factura a los neumáticos, pero aun así hubo que protegerse del calor con toallas congeladas. Bajo una de ellas asomaba Leclerc, llamado a una grave responsabilidad. Su Ferrari debía sujetarse al alerón trasero de Verstappen.

Con quien nadie contaba era con la estampida de Sergio Pérez en la primera curva. "Deberían penalizarle, porque casi me lleva por delante", lamentó Sainz por radio tras la maniobra del mexicano, tan agresivo que los comisarios debieron examinar minuciosamente su presunta salida en falso. Bastante hizo Carlos para esquivar al Red Bull, fuera de control. Y de ello sacó provecho Oscar Piastri, desde el sexto lugar de la parrilla a la segunda posición en tan sólo cinco vueltas.

El bolardo de Verstappen

McLaren había estrenado mejoras aerodinámicas en el conducto de freno, el alerón delantero y la suspensión trasera. Y esas actualizaciones dieron fruto desde el inicio, con el MCL34 aterrorizando a Pérez. En una carrera que debía resolverse con un solo paso por boxes, el papel preponderante del overcut pronto quedó en evidencia. Ferrari ordenó a Leclerc que tomase la decisión contraria a la de McLaren, mientras Sainz exhortaba a sus ingenieros a mover el avellano.

Por tercer año consecutivo en Miami, la acción en pista quedó reducida a más bien poca cosa. Un desfile similar al de Mónaco, con demasiados coches en pocos metros, pero sin llegar nunca a poder competir realmente por la posición. De manera excepcional, Verstappen lideraba con poco más de tres segundos cuando ya se rozaba el ecuador. En la vuelta 22, el tricampeón mundial se llevó por delante un bolardo a la salida de la curva 16. Era sólo el inicio de sus calamidades. Seis vueltas más tarde, un toque entre Logan Sargeant y Kevin Magnussen en las curvas 2 y 3 forzaría la aparición del safety car.

Un golpe de fortuna para Norris, quien dispuso de una parada gratis, y una sanción de 10 segundos para el danés de Haas, sospechoso habitual en este tipo de incidentes. Iba totalmente en serio McLaren, con la sangre fría de Norris en la resalida ante Verstappen y con un fabuloso ritmo, encadenando vueltas rápidas. Por no mencionar la brava defensa de Piastri ante Sainz, peleando por la cuarta plaza. Se desquiciaba el madrileño reclamando medidas disciplinarias contra el australiano, mientras su ingeniero de pista reiteraba los llamamientos a la calma.

Dos puntos para Alonso

No sobran los espacios en el Miami International Autodrome, ni los puntos de adelantamiento, por lo que el cuerpo a cuerpo entre Piastri y Sainz quedó, en un abrir y cerrar de ojos, como lo mejor del domingo. El madrileño se desesperaba buscando el sitio y terminó colisionando, levemente, con el McLaren en la curva 17. Alfa y omega para la escudería de Woking, liderando con Norris y con el australiano condenado al farolilllo rojo. Los comisarios tomaron buena nota de todo y postergaron su decisión hasta después de la bandera a cuadros.

Por entonces, Alonso se batía frente a Esteban Ocon en pos de la novena plaza. Después de tantas vueltas en aire sucio, el horizonte se despejaba al fin para el asturiano. No fue una remontada tan espectacular como las del GP de Brasil 2022 o el GP de Austria de ese mismo año, pero sí otra estricta muestra de su profesionalismo y coraje. Lance Stroll, tras un tenso cuerpo a cuerpo con Alexander Albon, volvió a quedar por detrás de su compañero de garaje. Otra carrera en los puntos para el irreductible asturiano.

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Soberbio podio de Carlos Sainz en Suzuka, con Fernando Alonso firme en defensa

Sobre el sagrado asfalto de Suzuka, Red Bull no tiene rival. Se sabía de antemano y se rubricó con el doblete de Max Verstappen y Sergio Pérez, cuyo exasperante dominio dejaba una sola vacante en el podio. A ese tercer escalón se encaramó Carlos Sainz, que no ha bajado del top-3 en sus tres primeras carreras del año. Ferrari hizo todo lo que tenía en la mano para animar una carrera más bien anodina, dominada por las estrategias, donde Mad Max tampoco iba a dejar escapar el bonus de la vuelta rápida (1:33.706).

El cuarto puesto de Charles Leclerc, elegido piloto del día, representa otra fantástica noticia en Maranello. Desde su octavo puesto en la parrilla, el monegasco optimizó el rendimiento de su SF-24, con una sabia gestión de los neumáticos. Igual que Sainz, siempre puntual a la hora de sacar los tiempos, siempre preciso para evitar los riesgos. Fernando Alonso, su mentor en la Fórmula 1, puede sentirse orgulloso. El pilotaje de Carlos reúne buena parte de sus virtudes. Y eso es mucho decir, porque la actuación de Alonso en Suzuka tuvo de nuevo el genuino sabor de la heroica. Sólo él puede quedar sexto con un Aston Martin más lento que ocho rivales.

La acción quedó en suspenso durante casi media hora por culpa de un accidente en la primera vuelta, camino de The Esses. Daniel Ricciardo, que había partido undécimo con los medios, intentaba adelantar a Lance Stroll cuando sufrió la embestida de Alex Albon, demasiado intenso con los blandos. Los operarios repararon las protecciones con la proverbial diligencia nipona y la FIA ordenó otra salida en parado.

El ritmo de Norris

Se presentaba la primera oportunidad para una nueva estrategia con los neumáticos. Red Bull y McLaren no cambiaron nada, pero Mercedes iba a apostar por el duro. Sainz prefirió un medio nuevo, mientras Alonso siguió con el mismo blando. En la parrilla, el asturiano había mostrado una honestidad sencillamente desarmante. Las simulaciones de Aston Martin le condenaban al noveno puesto, justo por delante de su compañero, que partía decimosexto. De modo que lo más prudente sería no forzar cuando le apretaran Oscar Piastri o Leclerc, que ya había ganado la posición a Lewis Hamilton.

Hubo cierta tranquilidad en la resalida, pese al bloqueo de George Russell y el toque entre los Alpine en la curva 1. Casi de inmediato, Pérez perdió el DRS frente a Verstappen, el único que rodaba con regularidad en 1:37. En la undécima vuelta, Lando Norris renunció a las gomas medias que tan mal gestionaba su McLaren, lo que dio la primera opción a Sainz. Justo por detrás, Alonso aguantaba con los blandos, taponando a Piastri.

Todo se animó a partir de la decimoquinta vuelta, cuando pararon Pérez (2,1 segundos) y Sainz (2,3). Un giro más tarde, cumplió con el pit-stop Verstappen, justo a tiempo para salir por delante de Russell. No se iba a librar Red Bull del undercut de Norris al mexicano, gracias al frenético ritmo del MCL38 con los duros. Para desgracia de McLaren, su rendimiento caería pronto en picado por culpa de la degradación.

Quien mejor gestionaba los neumáticos era Leclerc, líder provisional gracias a una apabullante consistencia. Hasta el ecuador de la prueba empujó el monegasco con sus medios. Cuando parecía que ya no aguantaba más, tras ensuciar su calzado en una pequeña excursión por la grava, aún se mantuvo por delante de Norris en el pit-lane. Sainz, por detrás, agradecería cualquier ayuda en su lucha por el podio frente a su viejo amigo en Woking. "¿Por qué me paráis tan pronto?", lamentó Lando, obligado a un último relevo con los duros de 26 vueltas.

Tras cumplir con su segundo pit-stop, Sainz montaba un calzado 10 vueltas más fresco Norris y 11 respecto a Leclerc. Sin embargo precisaba de una fotografía completa de la situación. Sus dudas fueron resueltas por radio y él cumpliría a rajatabla. Se deshizo del McLaren a final de recta antes de enfilar hacia Leclerc. Era momento de cederle paso, tal y como confirmó Xavi Marcos, ingeniero del monegasco. "No pierdas tiempo con Carlos porque estamos compitiendo frente a Norris". Por segundo fin de semana consecutivo, Il Predestinato cedió paso caballerosamente a su compañero.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.

Alonso, al volante del AMR24, el domingo en Suzuka.AP

La titánica lucha de Alonso, en inferioridad mecánica, se fraguó siempre ante Piastri. Mientras Stroll aullaba por la escasa punta de velocidad en las rectas, el abuelo de la parrilla agachaba la cabeza para completar una carrera sin fisuras. A sus 20 vueltas finales frente al McLaren hubo que añadir ese pícaro recurso de entregar el DRS al australiano para defenderse de Russell. El mismo truco que Sainz le había recetado en Singapur.

Parecía el momento de Mercedes, cuyo rendimiento sigue muy por debajo de lo esperado. Especialmente en manos del rezagado Hamilton. Russell, a quien Pérez había borrado del mapa con un fabuloso adelantamiento en 130R, sí pudo desembarazarse de Piastri en la penúltima vuelta. Alonso aún conservaba un segundo, margen suficiente para alcanzar la bandera a cuadros en sexta posición.

Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

Sainz sigue la estela de Red Bull en un viernes pasado por agua en Suzuka

La primera jornada de entrenamientos apenas permitió extraer conclusiones en Suzuka, por culpa de una ligera lluvia que truncó por completo los planes. Las difíciles condiciones del asfalto, ni seco ni mojado, impidieron el normal desarrollo de la FP2, con la mayoría de pilotos esperando dentro de los coches y sin pisar la pista. Durante la primera sesión, Max Verstappen había marcado el mejor tiempo (1:30.056), con 18 centésimas de ventaja sobre Sergio Pérez y 21 ante Carlos Sainz.

Fernando Alonso ni siquiera rodó durante la sesión vespertina, aunque por la mañana sí pudo completar 19 vueltas, para acabar séptimo, a 54 centésimas de la cabeza. Habrá que esperar al sábado, según el plan establecido por Aston Martin, para examinar al AMR24, que estrena mejoras aerodinámicas en el suelo y los pontones. El objetivo de la escudería de Silverstone pasa por aumentar la carga aerodinámica y controlar la degradación de los neumáticos, aunque de momento las mejoras no han permitido el lucimiento de Lance Stroll, decimoquinto clasificado en la matinal, a dos segundos de la cabeza.

El GP de Japón, tradicionalmente emplazado a comienzos de octubre, ha cambiado por primera vez su ubicación en el calendario. Y los caprichos de la primavera se han llevado por delante las previsiones de los equipos, que renunciaron a rodar para evitar riesgos, convencidos de que el resto del fin de semana se disputará sobre asfalto seco. De momento, las pocas certezas apuntan al dominio de Red Bull y la progresión de Ferrari.

El accidente de Sargeant

Dispuesto a olvidar su abandono de Australia por culpa de una avería en los frenos, Verstappen dominó la tabla de tiempos, aunque Sainz y Charles Leclerc mostraron un esperanzador ritmo en las tandas largas. durante los 10 últimos minutos de la FP1. Las estrategias del domingo apuntan a dos paradas, por lo que el rendimiento de los neumáticos duros se antoja esencial.

El otro foco de atención del viernes fue el feo accidente de Logan Sargeant contra las barreas de la Curva Dunlop. El estadounidense, que hace dos semanas ni siquiera pudo tomar la salida en Albert Park, perdió el control a la salida de las famosas S, pisó la hierba y terminó impactando con violencia contra las barreras. La bandera roja dejó con muy mala cara a los mecánicos de Williams, que no cuentan con un chasis de repuesto en Sukuza, dado que Sargeant tuvo que ceder el suyo a su compañero Alex Albon.

El último protagonista de la jornada fue Ayumu Iwasa, piloto de la Academia Red Bull, que tomó el relevo de Daniel Ricciardo al volante del RB durante la mañana. El japonés, de 22 años, acabó decimosexto, por detrás de Stroll y con 17 centésimas de margen sobre el Alpine de Pierre Gasly.